martes, 15 de noviembre de 2011

LO RECONOCIMOS AL PARTIR EL PAN

viernes 22 de abril de 2011

VIERNES SANTO: EL SEÑOR JESÚS SE ENTREGA Y NOS APROXIMA AL PADRE


EL AMOR ES VERAZ EN LA ENTREGA DE JESÚS...ÉL ES EL MAESTRO!!!

domingo 10 de abril de 2011

V CUARESMA CICLO A: EL EVANGELIO DE LA VIDA ES AMIGO



1. LAS LECTURAS



El domingo de la vida: En el contexto litúrgico cuaresmal la resurrección de Lázaro, además de ser un anuncio y signo de la Pascua del Señor, presenta también una dimensión bautismal. La catequesis catecumenal llega a su culmen en este domingo. A los signos del agua y de la luz, hoy se añade el de la vida. Ezequiel, con la imagen de la reanimación, anuncia la reconstrucción de Israel y proclama una vida nueva para el pueblo. El exilio fue para Israel como una tumba y era preciso que saliera de ella para regresar a su patria como un pueblo nuevo (1 lect.). Jesús restituye a Lázaro a la vida que reposaba en el sepulcro (Ev.). La resurrección de Lázaro es anticipo de la resurrección de Cristo y de todos aquéllos en los que habita el Espíritu (2 lect.).




Ez 37,12-14: Os infundiré mi espíritu y viviréis.

Sal 129,1-2.3-4ab.4c-6.7-8:

Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.


Rm 8,8-11: El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros.


Jn 11,1-45: Yo soy la resurrección y la vida.


o bien, más breve

Jn 11,3-7.17.20-27.33b-45: Yo soy la resurrección y la vida.



sábado 2 de abril de 2011

IV DOMINGO DE CUARESMA - CICLO A - "Jesús es Luz y sentido"



La curación del ciego (1567) por el Greco.


1. Las lecturas



El domingo de la luz: Si el domingo pasado se centraba en el signo del agua, el presente se centra en la luz. El cristiano está llamado a la luz, a la luz de la fe. Dios ilumina al profeta para ungir al escogido. El profeta no puede dejarse llevar por las apariencias humanas sino por la inspiración de Dios. David descubre su misión (1 lect.). El que cree y confía en la palabra de Jesús llega a la luz. Es el caso del ciego (Ev.). La luz pone al descubierto las cosas. La luz pide permanecer en un comportamiento de vida, obrando según las obras que agradan a Dios (2 lect.).


1S 16,1b.6-7.10-13a: David es ungido rey de Israel.
Sal 22,1-3a.3b-4.5.6: El Señor es mi pastor, nada me falta.
Ef 5,8-14: Levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.
Jn 9,1–41: Fue, se lavó y volvió con vista.
o bien, más breve
Jn 9,1.6-9.13-17.34-38: Fue, se lavó y volvió con vista.

2. Comentario a las lecturas

El Cuarto Domingo de Cuaresma nos concentra en la Curación del Ciego de nacimiento en la narración del evangelista San Juan.
Jesús es Luz para todo aquel que lo acoja en su propia oscuridad. En realidad, nuestra visión permanece distorsionada si no somos introducidos a la luz que es la persona misma de Jesús, el Señor.

Miramos con ojos muy materiales. El profeta Samuel, tan amigo de Dios, no logra individuar de primer intento, quien sería el elegido de Dios para gobernar a Israel. Dios guía ("ilumina" ) al profeta y le dice quien habría de ser el Ungido de Dios (el consagrado). David, -el Ungido de Yavhé- no estaba en las expectativas de Samuel que miraba en el posible candidato fuerza, buena presentación. Dios elige a un jovencito.


EL ciego de nacimiento no conoce la luz. Su vida siempre ha sido oscura porque en ella desde un comienzo, la luz no era. Jesús se vale de la misma materia -barro-, y de la saliva para sugerirnos que las mismas realidades materiales bajo la intervención de Dios, logran resultados que superan la materia y sus condicionamientos.

Dios tiene una Palabra y tiene una Fuerza que le permite doblegar el sentido finito e inexorable de la realidad terrenal. Lo terreno, las cosas, están como mediación para conseguir libertad interior y abrirse al misterio de Dios: Padre, Hijo Encarnado-Muerto-Resucitado y Espíritu Santo.

La luz que dona Jesús es la Fe. Esa disposición a aceptar en el cotidiano de nuestra experiencia que Dios -por Jesucristo- decide y participa de todo lo creado con justicia y equidad. La fe es más que un sentimiento. Es certeza cercana de una fidelidad a la propia vida, de un cariño inmerecido ante la propia fragilidad que solicita una elección, una toma de posición que conduce a un estilo de vida alternativo al que uno cultiva desde el condicionamiento cultural.

La fe es establecer una relación de amistad con Jesucristo y ser iniciados a un camino de veracidad sobre sí mismo y el cumplimiento de la propia vida en un amor que se apoya en la exigencia de autenticidad, servicio, solidaridad y justicia.

La luz necesita ser alimentada para que no se apague. El sentido trascendente de cada una de nuestras vidas, necesita ser reafirmado cada día y cada semana en el seno de nuestra comunidad parroquial. Secundar el movimiento de la fe en la propia vida, induce a tomar decisiones siempre en diálogo secreto y silencioso con el Señor Jesús.

Que el Señor nos conceda a todos, la gracia de saber reconocerlo y de aceptar su presencia en nosotros y por medio de nosotros. La CUARESMA nos purifica de otras realidades que quieren ser un dios en nuestra vida, para que nos convirtamos al único Dios que da vida.

domingo 27 de marzo de 2011

III DOMINGO DE CUARESMA: DAME DE BEBER TU FE

1. LAS LECTURAS


Ex 17,3-7: Danos agua de beber.
Sal 94,1-2.6-7.8-9: Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
Rm 5,1-2.5-8: El amor de Dios ha sido derramado en nosotros con el Espíritu Santo que se nos ha dado.
Jn 4,5-42: Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.
o bien, más breve
Jn 4,5-15.19b-26.39a.40-42: Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.


2. EL COMENTARIO

Este texto de San Juan contiene varios símbolos. Los símbolos se valen de realidades naturales, concretas y perceptibles por los sentidos para introducir en el conocimiento de realidades espirituales que no se ven o palpan inmediatamente.

Jesús solicita a una mujer pagana que le dé de beber. La situación de enemistad entre samaritanos y judíos no es casual en el texto de San Juan. Había una experiencia de Dios -la de los judíos de Israel- que excluía a otros pueblos de la Alianza con Dios, de su sentido y finalidad como pueblo y como personas. Los samaritanos también se sabían convocados por la misma salvación, pero la celebraban dentro de las fronteras de su nación.

Jesús, judío de nacimiento, no se muestra adversario ni enemigo de la samaritana. Al contrario, pedagógicamente la aproxima a la cercanía del misterio de Dios que se encuentra en su misma Persona. La mujer necesitada de Dios y de su luz, también para conocer con claridad mayor la irregularidad de su comportamiento moral, se va abriendo a Jesús y a su mensaje: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva. »

va a conocer que Dio no se encierra ni se reduce en ningún santuario físico y que supera toda limitación material de su relación con cada persona. Dios no conoce los límites de la materia para llegar al con razón del hombre, sin embargo, se detiene ante el límite de una libertad que no lo acepta. Entonces, Dios, como enamorado sin razón, no se detendrá hasta superar la sordera o ceguera de la persona que lo ignora o rechaza. Con lazos de amor buscará vencer su obstinación.

Se trata de adorar a Dios en espíritu y en verdad: «Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre. Vosotros dais culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salva­ción viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así. Dios es espíritu, y los que le dan culto soy deben hacerlo en espíritu y verdad.»

El progresivo crecimiento de la samaritana la abre a la fe. Es decir, la abre al conocimiento del Mesías, el Cristo en la misma y única persona de Jesús de Nazareth. La Humanidad de Jesús no obstaculiza sino que introduce y revela la divinidad poco a poco.

Jesús quiere abrevar de la fe de la samaritana. Su sed no es del agua material; tiene sed de la adhesión de amor de la samaritana a la revelación de Dios en la palabra y en la acción de su Mesías, el Señor Jesús.

Que Dios tenga sed de nuestro asentimiento para vivir una vida en Dios es una expresión única de amor de misericordia. Somos amados más allá de los méritos o deméritos, somos amados porque originados en Dios que es solo y siempre Amor.

Cuanto dista aún de que la tierra se vea así misma transformada por los esfuerzos de amor de los hijos de un Dios que no se cansa de los hombres.

domingo 12 de septiembre de 2010

Dios es desconfinadamente incondicional

1. Releyendo a Víctor Hugo

Jean Valjean, el ex-presidiario de "Los Miserables", queda sobrecogido ante el gesto gratuito del Obispo, a quien había desvalijado de su menajería de plata. El Obispo, ante la policía deseosa de llevarse al reincidente ladrón, finge reconocer como si fuera un viejo amigo al sorprendido ladrón, evitándole así el castigo de la prisión. Luego, le regala dos candelabros de plata para que pueda rehacer su vida. En esta experiencia que permite el cambio de vida de Jean Valjean en Monsieur Madeleine. La persecución que habrá de sufrir de manos del Jefe de la Policía - Javert- lo pondrá en mil situaciones complicadas en las que el buen Jean Valjean estará apoyando a unos, soportando a otros, escondiéndose de terceros. Al final, el Capitán Javert, queda desconcertado ante el hecho de que "Jean Valjean", sí es un hombre bueno. Que la prisión no lo embruteció ni lo hizo mezquino ni egoísta. Su tesis del hombre incapaz de regeneración - de redención- caía por los suelos. Su muerte por propia mano sellará la coherencia de su incredulidad. Jean Valjean también morirá, pero rodeado del afecto de los que ha querido y por quienes aceptó sufrimientos y escarnios.

El gesto del Obispo ante el hombre desesperado salido de la prisión sin amigos y sin esperanzas había generado una cantera de esperanza en el corazón del otrora presidiario. Esta trama de Los Miserables, es un elogio a la eficacia humilde y tenaz del perdón entregado gratuitamente. Sólo el perdón libera a quien se halla esclavo de alguna pasión u opresión. Jean Valjean, será misericordioso porque recibió misericordia. Javert, incrédulo ante toda posible redención, la rechazará inclusive para sí mismo. El orgullo y el desamor no logran ver más allá del límite que ellos mismos crean. Al final, se enloquece y se desprecia la vida.

2. Un Domingo redentor

No es novedad que cada DOMINGO celebremos nuestra redención. ¡Dies Domini est! Lo que es singular es el fuerte énfasis que las lecturas aplican a la actitud misericordiosa de Dios. Dios en su perdón, siempre es excelente y nunca es humillante. La parábola del padre misericordioso es ejemplar.La actitud del hijo menor es de total ausencia de responsabilidad. Se vuelve responsable cuando recapacita ante su necedad y retorna al padre que lo generó a la vida. Se humilla porque vuelve no como hijo sino como un despilfarrador "ya no merezco llamarme hijo tuyo... trátame como a uno de tus obreros" , llegará a decir. El despilfarro de los bienes del padre lo inhabilita para ejercer su propia dignidad.
Así pasa con nuestras vidas. Ellas son don de Dios en todos sus aspectos. No pocas veces las empleamos con tal presunción de absoluta autonomía que no excedemos y obramos desacertadamente. De modo egoísta, banal y estrechamente sensual. En esas circunstancias, "despilfarramos la riqueza recibida en la vida recibida gratis".

3. Un perdón que eleva

Nada más gratificante que saberse amado. Nos da seguridad, el sentimiento del cariño que significa estima, elogio, contento de que la propia vida esté en el escenario de otros sujetos, de otras personas, nos condiciona para crecer, para existir, para encontrarle sentido a la vida y a sus fatigas.

La carrera que da el padre misericordioso para salir al encuentro del hijo "perdido" denota la lógica del amor de misericordia. El hijo había perdido no solo bienes económicos. En realidad, se había perdido a sí mismo, a su orientación existencial, a su para qué vivo. Tomaba decisiones erróneas porque alejadas de la benéfica sombra del Padre y de su perenne llamada a un amor mejor, a un amor más total, se habían enfangado en la complacencia de sí mismo, en el egoísmo y en la lujuria.

Recuperar al hijo perdido, es readmitirlo a la relación de filiación y de fraternidad. El hijo mayor no quiere saber nada de esa fiesta en favor de dilapidadores. Aunque sea su hermano menor. Es alguien que ha infligido la norma. Alguien que ha hecho lo que ha dado la gana y del peor modo... el hermano mayor, no está reconciliado y mucho menos, no está redimido. Hay ausencia de perdón también en su corazón, hay saciedad de cosas, pero ausencia de afectos y de pertenencia.

4. El Buen Pastor

La Iglesia ha conocido desde temprana era, la similitud entre el Señor Jesucristo y la actitud benévola y sacrificada del Buen Pastor: la oveja descarriada y perdida es la que provoca mayores actos de amor al Pastor. Así es Dios para con nosotros. Somos perennemente buscados por el Amor de Misericordia. Dicho amor, no humilla sino que enaltece, eleva de la opresión de las cosas y de las funciones, a la libertad de la relación amical, de la pertenencia leal y fiel.

Si te reconoces como una oveja descarriada y desorientada, o como el hijo dilapidador de bienes... DÉJATE ENCONTRAR!!!

Si te ocurre de encontrarte con personas desubicadas en sus vidas, abandonadas en su soledad mendigantes de escucha y de cariño, ... sal al encuentro de dicha necesidad. Sin duda alguna, el Dueño de la Mies habrá hablado con claridad en el locutorio de tu vida.






domingo 13 de diciembre de 2009

ALEGRES Y COHERENTES A LA VEZ

Celebramos el Tercer Domingo de Adviento que la Tradición de la Iglesia consiente en llamar el Domingo de la Alegría (Domenica Gaudete). La expresión brota del énfasis de las tres lecturas que nos acompañan el día de hoy.
LA PALABRA DE DIOS FUENTE DE NUESTRA ALEGRÍA
So 3,14-18a: El Señor se alegra con júbilo en ti.; Sal: Is 12,2-3.4bed.5-6: Gritad jubilosos: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.»; Flp 4,4-7: El Señor está cerca; Lc 3,10-18: ¿Qué hemos de hacer?

Israel celebra que le haya sido devuelta la libertad porque Dios ha expulsado a sus enemigos. Es decir, toda vez que Dios ayuda a Israel para que rechace las diferentes formas de dependencia y de falsedad religiosa, obra renovadas formas de liberación, de autenticidad religiosa en su Pueblo. Un Pueblo liberado de la idolatría se reorienta hacia Dios con sinceridad de corazón, entonces Dios puede habitar en medio de su Pueblo y ser comunión con cada uno de sus miembros. Se dirá con el salmista “Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel”.
Para San Pablo queda muy claro que la razón de la alegría de la comunidad cristiana, de la Iglesia de todos los tiempos, es la cercanía de Jesucristo Resucitado. Esa certeza nos anima a vivir con mesura, es decir, con el sentido de la medida en el goce y disfrute de toda cosa, relación y expectativa que nos toca enfrentar y decidir.
El testimonio de Juan el Bautista enlaza todo esfuerzo ascético y moral por hacer el bien y evitar el mal con la inminente acogida de la Persona del Señor Jesús que abre la recta moralidad a la filiación divina y al discipulado.
El 24 de abril del 2005, el Papa Benedicto XVI al inicio de su Pontificado afirmó con vehemencia como la amistad con Cristo no puede fuente de tristeza sino de profunda y duradera alegría: “¡No tengáis miedo de Cristo! Él no quita nada, y lo da todo. Quien se da a él, recibe el ciento por uno. Sí, abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo, y encontraréis la verdadera vida”.
LA VIDA VIRTUOSA SOSTIENE UNA AUTÉNTICA ESPIRITUALIDAD
Las preguntas que los pecadores, publicanos, militares hacen a Juan el Bautista, deseosos de acoger la llamada a la conversión, comporta una respuesta muy concreta: hagan el bien, rechacen toda forma de mal. Bien es compartir antes que mezquinar comida o ropa a quien lo necesita; bien es trabajar con honestidad sin aprovecharse del otro, sin robarle o engañarle en las relaciones comerciales o laborales. Bien, es justamente, no dejar espacio a la corrupción con el soborno o la coima.
Estas actitudes preparan un ánimo bien dispuesto para reconocer y acoger a Jesús y la Buena Nueva de la filiación divina y del destino eterno de nuestras vidas ancladas en el verdadero amor a Dios y al prójimo.
Hoy andamos en búsqueda de variadas formas de espiritualidad que nos resulten sugestivas al sentimiento; que nos gratifiquen del stress y de la ansiedad con que vivimos la semana. Nos halaga cierto ocultismo y visión esotérica de la vida que si vemos bien, nos suelen dejar tan o más ignorantes que al principio respecto a la realidad de la vida, del mundo, de nosotros mismos y del sentido trascendente que conlleva la existencia.
Se prefiere una espiritualidad que no tenga relación con la moralidad. Ésta es relegada a un ámbito privado y subjetivo. Cada quien sea norma para sí mismo y evite el mal al otro. Y sin embargo, los males personales y sociales no han disminuido en el escenario local, nacional o internacional. Más bien se han incrementado.
Pareciera que un tal moralidad centrada en la sola perspectiva individualista y sentimentalista de las personas no es suficiente para dar razón de nuestra identidad humana y de nuestro destino solidario con todo hombre y mujer de este mundo.
Juan el Bautista fue claro: no puede haber una auténtica espiritualidad –una auténtica relación de amor con Dios– sin una consciente tensión moral de conocer y hacer el bien posible a cada uno: “El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo”. La espiritualidad no es una capa que se pone encima de la oscuridad o de la hediondez de los propios deseos y actitudes deshonestos. Lo entendió Herodes quien convivía en adulterio con su cuñada, y ya se abría paso en su corazón la cincelante palabra del Bautista que lo llamaba a reflexión y a conversión: “No te es lícito tener a la mujer de tu hermano”, hasta que la malicia de Herodías condujo a la muerte al Bautista dispuso a Herodes al compromiso con la injusticia y la inmoralidad.
El Cristianismo resulta impopular no porque no tenga sentido, sino porque es moralmente exigente.
ENEMIGOS DE UNA SANA ESPIRITUALIDAD
La Tradición cristiana ha sabido reconocer como adversarios y enemigos de una sana espiritualidad a tres realidades:
1) El mundo, entendido como el conjunto de parámetros y enfoques de la vida que exaltan el egoísmo como la perspectiva exclusiva y excluyente de todo enfoque de la vida;
2) La carne, en cuanto la disposición herida de nuestra naturaleza corpóreo-espiritual proclive a la confusión en su determinación ante la verdad y el bien. Esa ambigüedad que se traduce en el error o en la debilidad para resistir el aparente atractivo de los sentidos. Se suele comprender en la palabra concupiscencia, que expresa esa división interior que condiciona nuestra adhesión a Dios.
3) Y finalmente, el demonio, que en decir de San Pedro está dando vueltas en torno a su presa como león rugiente buscando a quien devorar (Cf. Pd. 5, 8). El demonio exacerba, agita la seducción que produce el mundo con sus luminarias de autorrealización excluyente de toda solidaridad, o con su punzante estímulo de nuestra carne y su deseo bramoso de dar rienda suelta a todo placer, vanagloria y orgullo prescindiendo de un recto ordenamiento de los afectos y sentimientos.
Ante esta tríada tentadora respondemos con nuestra adhesión y obediencia a la Trinidad Salvadora que en Jesucristo, Hijo del Padre, se nos muestra como Camino, Verdad y Vía para nuestras vidas. Él nos llama a confiar el éxito de nuestra libertad en el seguimiento y docilidad a su Palabra. En este esfuerzo encontramos al Espíritu Santo que “sopla”, es decir, sugiere a nuestro entendimiento, a nuestro corazón y a nuestra libertad, los caminos nobles de la fidelidad al Amor revelado y del ejercicio de la justicia y de la solidaridad.

miércoles 9 de diciembre de 2009

Con la Inmaculada Concepción de María nos invade la ALEGRÍA.

LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA: de la Tradición al dogma

Celebramos una de las fiestas marianas más arraigadas en el corazón del pueblo cristiano. Hablar de la Concepción Inmaculada de María es remontarse a años antes de la llegada del Hijo de Dios a la tierra. Es ubicarse en el momento en que Dios decide ubicar un espacio donde pudiese nacer sin menoscabo de Su Santidad ni de Su Pureza. Dios piensa en un Cielo que estuviese en la tierra sin que hubiese sufrido los daños de la desobediencia que generó la autosuficiencia y soberbia de Eva y de Adán.


Cuando Dios piensa un Cielo en la tierra para que en él pudiese nacer en un determinado momento su Hijo Único y Amado, piensa en MARÍA. Así nace María sin predisposición al pecado desde el instante de su concepción.¿Y eso por qué? Pues en atención al Hijo que habría de llevar en sus entrañas. Dios adelantó para María lo que sería un regalo para todos nosotros después del nacimiento, vida, pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Adelantó para María los efectos de la REDENCIÓN. Adelantó para María la prevención ante el Mal y su insidia.


¿Esta prevención hizo de María una persona que no podía querer más el mal? En cierto sentido sí! María no podía querer el mal bajo ninguna apariencia porque su inteligencia, su afectividad y su voluntad estaban orientadas hacia la ponderación del juicio, hacia la predilección de todo bien de forma perfecta y proporcionada con su ciencia y su capacidad de elegir. Esto no significa que no fuese pretendida por el mal, pero Ella sabía reconocerlo y rechazarlo. Corrigió el comportamiento desordenado de Eva, quien ante la insinuación del mal bajo apariencia de delectación sensual, se adhirió a ese placer prescindiendo de la llamada de Dios. María, en cambio, discernía constantemente desde su intimidad con Dios lo bueno de lo malo. Por esa intimidad, aprendió y perseveró en la elección de lo bueno, de lo digno y correspectivo al verdadero amor.


Ella es absolutamente la más excelente persona humana que pueda haber en la historia. Ella es nuestra mejor imagen. Como Ella querríamos ser cada instante de nuestra vida para que nuestro paso por la tierra fuese bello y feliz, pleno y cargado de sentido. Ella se constituye en Madre y en Maestra de una generación nueva de personas que se alínean con el testimonio de Jesucristo el Hijo de Dios. Ella es Madre amorosa y exigente al mismo tiempo. Ama sin engreir. Es tierna sin vulnerar nuestra libertad. Conmueve sin alienar nuestra mirada interior. Ella es... Ella es María!


Fue esta vasta convicción acerca de la integridad y pureza de María desde el instante de su concepción la que ha animado a la Iglesia desde los tiempos apostólicos a invocarla como INMACULADA. Para percibir el sentido de la fe del pueblo cristiano (sensus fidei), el Papa Pío IX consultó a los Obispos del mundo entero si había o no una percepción común en el pueblo cristiano acerca de esta prerrogativa de la Virgen María. Consultó a 603 obispos alrededor del mundo, de los cuales, 546 se declararon favorables a este dogma. Por eso, la declara públicamente tal, el 8 de diciembre de 1854. Es así como nace un dogma.


De la desobediencia a la obediencia filial


Justamente, María suele ser comparada con Eva -la primera mujer-. Ambas mujeres, libres de pecado original: Eva usando mal su libertad, pecó y se alejó del paraíso; María, permaneció fiel a su naturaleza inmaculada y se convierte para todo ser humano en un modelo de cualquier virtud representada en grado sumo. Es decir, María, hizo de su vida una respuesta valiente, lúcida, decidida y constantemente fiel al Proyecto de Dios. La insinuación al mal, a la desobediencia respecto de ios no se posó en su deliberación porque lúcida y libre para permanecer adherida al Dios Salvador. La oración abrevada por la sabiduría que proviene de la Escritura meditada, le permitió caminar en la fe y en la verdad.


Ella siempre fue totalmente de Dios en toda circunstancia, fuese alegre como en la Anunciación que dramática y desesperante como durante la Pasión y Muerte de su Hijo Jesús. Ella no abdicó ante las extremas solicitudes de la fe en Dios. Apostó por la Omnipotencia de la Misericordia antes que por la fugacidad y la limitación histórica de la razón. Vivir de fe no es, pues, una situación irracional sino metarracional. María, lúcida e impecable ante la Verdad, vivió de fe.


Dios afirma la alegría ante el drama humano


El Libro del Génesis que narra la enemistad entre la serpiente y la mujer del relato bíblico de la creación del hombre y de su expulsión del Paraíso por su desobediencia, ofrece una mirada de futuro optimista y fiel. Dios anuncia que será una mujer y su descendencia la que aplastará la cabeza de la serpiente. Es decir, será una mujer con una capacidad para desenmascarar las insidias del Mal a través de los siglos, y la descendencia de Ella, inspirándose en su testimonio, sabrá rechazar la insinuación diabólica del mal en sus variadas formas de ateísmo, injusticia, atentado contra la vida, promiscuidad de las costumbres.
La alegría desborda los confines del mundo cuando, llegado el momento culminante como dice San Pablo, Dios decide encarnarse en una mujer, dando inicio histórico al cumplimiento de sus promesas de vida eterna. Dios recrea el cielo en la tierra en la carne virginal de María, y Dios se hizo Hombre y habitó entre nosotros.


FELIZ FIESTA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA!!!



domingo 6 de diciembre de 2009

II ADVIENTO: ¡Preparen el camino del Señor!

El Evangelio nos ilumina hoy así:
Lc 3,1-6: Todos verán la salvación de Dios.
En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la Palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del Profeta Isaías:
«Una voz grita en el desierto:
preparen el camino del Señor, allanen sus senderos;
elévense los valles, desciendan los montes y colinas;
que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale.
Y todos verán la salvación de Dios.»

Lucas es preciso y nos ubica en el momento exacto en que ocurre la intervención de Dios en la Historia de los hombres. Dios obra en la historia porque ella misma le pertenece. Sin embargo, lo hace respetando la condición libre y responsable del hombre. No lo suplanta, se constituye en co-protagonista de una sucesión de hechos que llevan a la salvación.
El camino del Señor está dado por su Palabra anunciada a través de los siglos por medio de los profetas. Es esa Palabra la que enseña la verdadera manera de vivir en Dios, de ser co-partícipe de la realeza divina, viviendo en la propia historia el mismo sentir y, el mismo dinamismo de don recíproco que caraceriza a Dios en el trato interno a sí mismo.
Allanar el sendero y llenar los valles quiere decir que necesitamos abandonar poses de auatosuficiencia y de arrogancia que excluyan a Dios de nuestra vida. Más bien, necesitamos admitir que el éxito de la propia vida pasa por la exhaustiva consideración de lo que Dios quiere de mí.
Elevar los valles y abajar los montes sugiere, más bien, que los desánimos, actitudes depresivas, autoconmiseración, y la pusilanimidad no pueden tener cabida en la idea que tenemos de nosotros mismos o del prójimo. Dios no hace basura, así que necesitamos dejar mirarnos por Dios para que nuestra disposición espritual obre con mayor libertad y sobre todo con mayor amor.
En cambio, abajar los montes es una invitación seria a abandonar la soberbia, el respeto humano, el apego sensible a las realidades de este mundo que pasa como si fueran nuestros absolutos a la hora de tomar decisiones. Necesitamos por ello purificar nuestro mundo interior para obrar con mayor coherencia y radicalidad.
Que este II Domingo de Adviento nos aliente a ser espacio sagrado de la Palabra Dios y mejores estandartes de su testimonio.

domingo 29 de noviembre de 2009

LA CORONA DE ADVIENTO: signo de una paciente espera.

La corona de adviento se hace con follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas. Tres velas son violeta, una es rosa. El primer domingo de adviento encendemos la primera vela y cada domingo de adviento encendemos una vela mas hastallegar a la Navidad. La vela rosa corresponde al tercer domingo y representa el gozo. Mientras se encienden las velas se hace una oración, utilizando algún pasaje de la Biblia y se entonan cantos. Esto lo hacemos en las misas de adviento y también es recomendable hacerlo en casa, por ejemplo antes o después de la cena. Si no hay velas de esos colores aun se puede hacer la corona ya que lo mas importante es el significado: la luz que aumenta con la proximidad del nacimiento de Jesús quien es la Luz del Mundo. La corona se puede llevar a la iglesia para ser bendecida por el sacerdote.

Origen: La corona de adviento encuentra sus raíces en las costumbres pre-cristianas de los germanos (Alemania). Durante el frío y la oscuridad de diciembre, colectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera. Pero la corona de adviento no representa una concesión al paganismo sino, al contrario, es un ejemplo de la cristianización de la cultura. Lo viejo ahora toma un nuevo y pleno contenido en Cristo. El vino para hacer todas las cosas nuevas.

Nueva realidad: Los cristianos supieron apreciar la enseñanza de Jesús: Juan 8,12: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.». La luz que prendemos en la oscuridad del invierno nos recuerda a Cristo que vence la oscuridad. Nosotros, unidos a Jesús, también somos luz: Mateo 5,14 «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte."

En el siglo XVI católicos y protestantes alemanes utilizaban este símbolo para celebrar el adviento: Aquellas costumbres primitivas contenían una semilla de verdad que ahora podía expresar la verdad suprema: Jesús es la luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá con gloria. Las velas anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo.

Las ramas de verde perenne recuerdan Jesús es la luz eterna. En los países fríos se escogen ramas de los árboles que no pierden sus hojas en el invierno, para simbolizar que Dios no cambia.

El círculo nos recuerda que Dios no tiene principio ni fin, es eterno.

Recordamos la larga espera de la Humanidad que, cayendo en pecado, vivía en oscuridad. El Pueblo de Israel recibió de Dios la promesa y los profetas la mantenían viva en los corazones. Nosotros, por el bautismo, estamos llamados a ser profetas y anunciar el reino de Dios. Es así que nosotros, en Cristo, somos luz.

I DOMINGO DE ADVIENTO: "EL SEÑOR VIENE"

Lc 21,25-28.34-36: Se acerca vuestra liberación.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación. Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.»

Hemos comenzado el Adviento y renovamos el Año Litúrgico. Ésta es nuestra verdadera Fiesta de Año Nuevo como cristianos que celebramos a Jesucristo presente en la celebración litúrgica de la Palabra, de la Eucaristía y de los Sacramentos en general.

Él nos ha acompañado durante todo el Año pasado iluminando y sugiriéndonos caminos de fidelidad, de discipulado ante las solicitudes de la vanagloria, del egoísmo o del desamor que se mezclan a lo largo de nuestras jornadas durante todo un año.

Él no deja de proponerse como Palabra de Vida eterna para quien quiere madurar en un amor íntegro y capaz de fecundidad. Por eso se hace niño y nos habla con palabras y con ejemplos que podamos entender.

Nuestra verdadera vida en Dios pasa por el retorno a la humildad señada por la verdad de cada uno en lo que tiene de bueno y de perfectible. Humildad que admite la necesidad de contar con Dios y con su Proyecto en la propia vida sin rebeldías ni pretensiones arrogantes. Humildad para obedecer y confiarse ante un Dios que es verdaderamente Padre y nunca capataz o patrón.

Humildad para reconocer que encontrar Su Mano extendida haciami vida nunca me humilla y siempre me libera y me prueba a horizontes que superan lo esperado en esta historia.

Dios nos ama tanto más que su mismo Hijo -Jesucristo- lleva nuestra sangre, y palpita con un corazón como el nuestro.

Bendiciones queridos amigos y amigas.
LO RECONOCIMOS AL PARTIR EL PAN

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