sábado, 12 de noviembre de 2011

TEOLOGIA WESLEYANA

Teología Wesleyana de Santidad - J. Kenneth Grider - c. 1
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entrar en esa experiencia tan necesaria para la vida
transformada, en la que desaparece el yo; en la que no pensamos
poco en nosotros, sino pensamos que somos nada.

Quizá la teología seaAla reina de las ciencias@, si
definimos ciencia con amplitud. Como dijo Karl Barth, no se trata
simplemente de una disciplina más. Su campo de competencia se
traslapa con casi todas las demás disciplinas; podríamos decir
que es un poco entrometida.

La teología no es una disciplina vacilante. Tiene cautelas,
lo cual es característica de todas las disciplinasCcautelas de
erudiciónC. No exagera su argumento. Sin embargo, lo declara, y
lo hace con una confianza de alta alcurnia; a veces con lágrimas,
otras con alegría. Para decir lo que debe decir, no espera saber
antes qué dirán las otras disciplinas de la universidad. Declara
que Cristo, quien era Dios y fue hecho carneCverdaderamente
Dios y verdaderamente hombreC, fueAentregado a la muerte por
nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación@(Ro.
4:25, Nueva Versión Internacional). La teología es persuadida, y
esto le da impulso.

La teología nos brindará estabilidad en estos tiempos,
cuando los acontecimientos hacen que la gente cuestione si el
centro se sostendrá; cuando muchos de nosotros llevamos una vida
sin sentido, como uno de los personajes de Jean-Paul Sartre
(1905-1980), sin tomar parte en nada; cuando hay tanto
conocimiento y tan poca sabiduría; cuando a menudo se piensa que
los Diez Mandamientos son solamente lasAdiez sugerencias@.

Cierta joven, en su última entrevista con el rector de la
universidad, dijo:ANo sé qué buscaba cuando vine, pero no lo
encontré@. A personas como ella, la teología les dice qué están
buscando y cómo pueden encontrarlo. Ellas buscan a Dios, y pueden
encontrarlo por medio de la fe en Jesucristo.

La teología puede conducirnos a la integridad. Esa no es
ayuda insignificante en estos tiempos, cuando los pigmeos éticos
son colocados a veces en puestos de importancia. La teología nos
ayuda a saber que Dios sostendrá todo y que El sostendrá lo que
es bueno.

Aquellas personas que acusan a la teología de ser obtusa,
abstracta, torpe y no práctica, se refieren a lo que sucedió
cuando la teología se inclinó al platonismoCa su idealismo
metafísico, a su realidad conceptual favorecedora, en contraste
con lo que la teología considera existencia como sombra de cosas
particulares. Los acusadores parecen no darse cuenta de que la
teología ha tenido cambios en nuestro siglo, cambios que la
divorciaron del idealismo etéreo del platonismo.

Es cierto que, en el pasado, cierta teología tendía a
producir predicadores que, entre sus colegas, eran los más
profundos, los más tenaces y los que menos resultados lograban.
Pero esa no es teología en sí. Es una teología elitista de tipo

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racionalista, totalmente ajena a la proclamación y a la vivencia
a las que nos impulsaron las teologías de nuestro siglo.
ALa belleza es lo que la belleza hace@. La misma verdad se

aplica a la teología: Esta es lo que hace. La teología es lo que impulsó e impulsa a sus seguidores a ser, pero también es lo que los impulsa a hacer y a decir.

Jesús dijo:ANo todo el que me dice:>(Señor, Señor!=, entrará
en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi
Padre que está en los cielos@(Mt. 7:21). En forma similar dijo:

APor tanto, os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la

de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los
cielos@(5:20). Esto es congruente con la insistencia de Santiago
en que deben haber demostraciones concretas de nuestra fe, por
medio de obras (Stg. 2:14-18), tales como ayudar a los pobres y
cuidar de los huérfanos y las viudas (1:27). Este es el llamado
que hace la Biblia a las costosas implicaciones éticas de nuestra
fe, y la teología reconoce que es imperativo.

La teología, debido a los logros positivos y costosos a los
que ha impulsado a las personasCen cuanto a lo que deben ser,
hacer y decirC es, funcionalmente, muchos aspectos que merecen
celebración.

Teología es la vida del Agustín convertido (354-430 d.C.),
quien confesó la grandeza y la bondad de Dios, y escribió sus
Confesiones, quizá la autobiografía más importante en la
literatura.

Teología es la labor de los monjes dirigidos por Casiodoro
(aprox. 490-585), quienes copiaron los manuscritos de la Biblia y
perdieron la vista por realizar tan tedioso trabajo con poca luz.

Teología es la notable vida cristiana de un joven monje, de
quien su maestro Alejandro de Hales tuvo que decir:AEn el
hermano Buenaventura pareciera que Adán no pecó@. Es el ejemplo
de Tomás de Aquino (aprox. 1225-1274), quien oraba toda la noche
pidiendo sabiduría en relación con algún asunto particular de la
fe.

Teología es el testimonio de un vibrante santo medieval que
se apartó de la ortodoxia de la iglesia. Su cuerpo fue mutilado
pero le dejaron intacto el brazo derecho, para que fuera
complaciente y escribiera una declaración de conformidad a la
iglesia. Pero él no lo hizo, ni siquiera para salvar su vida. Los
líderes de la iglesia prepararon una gran fogata y lo ataron a la
parte más alta. El, entonando un salmo, se reunió con su Dios.

Teología es el ejemplo de Juan Huss (aprox. 1369-1415),
quien premeditadamente permitió que lo quemaran hasta morir por
su fe, aunque tuvo un motivo especial de arrepentimiento: Haber
dedicado tantas horas de emoción a jugar ajedrez. En vez de
ayunar y orar, con frecuencia él ayunaba yAjugaba@.

Teología es la vida de un monje llamado Martín en el siglo
XVI. El se presentó valientemente ante la Dieta de Worms y
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declaró a las autoridades, al emperador Carlos y a los otros:
AEsta es mi posición, así me salve Dios@. Ese fue uno de los
momentos de gloria de nuestra fe.

Teología es el testimonio de los obispos Latimer y Ridley,
quienes permanecieron firmes en medio de las llamas en una calle
de Oxford (ese lugar está marcado ahora; yo pasaba por allí dos
veces al día y nunca llegué a acostumbrarme), donde murieron por
su fe. Cranmer los observaba desde su celda en la prisión
cercana, mientras Latimer decía:ASea hombre, señor Ridley; por
la gracia de Dios este día encenderemos un fuego en Inglaterra
que, confío, nunca se apagará@.1

Teología es la disposición de Juan Bunyan para pasar otros
seis años en la cárcel de Bedford, Inglaterra, por no dejar de
predicar. Bunyan fue encarcelado porque, según la ley de la
Inglaterra anglicana de ese tiempo, estaba prohibido que personas
no anglicanas predicaran en reuniones que se hubieran anunciado
públicamente. Bunyan, sin embargo, opinaba que debía anunciar sus
reuniones. Después de seis años salió libre. Pero, una vez más
anunció sus reuniones y fue a la cárcel por otros seis años. Al
quedar en libertad, lo sorprendieron predicando en reuniones que
habían sido anunciadas, y nuevamente lo llevaron a prisión. Allí
tuvo libertad para predicar a los prisioneros e hizo uso de esa
libertad. Después de unos meses la ley cambió. Bunyan quedó libre
a los 44 años de edad. La enseñanza es que sus creencias y su
teología lo impulsaron a hacer algo que le costóCy mientras
estuvo en la cárcel, escribió un pequeño libro tituladoEl

progreso del peregrino.

Teología es el conjunto de cualidades relacionadas con Juan
Wesley (1703-1791). Es su actitud de no aferrarse a lo material.
El llegó a tener uno de los salarios más altos en Inglaterra,
pero siempre vivió con la cantidad que había ganado al principio,
cuando sus ingresos eran escasos. Su principio era ganar todo lo
que pudiera, ahorrar en todo lo que pudiera, y dar todo lo que
pudiera. Antes de morir, pidió que el dinero que había en sus
bolsillos y en la cómoda, lo dividieran entre cuatro predicadores
pobres. También pidió que no alquilaran carroza fúnebre para
llevar su cuerpo a la sepultura, sino que eligieran a seis
hombres pobres para que lo hicieran; a cada uno debían pagarle
una libra esterlina por su trabajo. Teología es el ejemplo de
este joven de Oxford a quien denominaron metodista por su
disciplina. El cabalgó por toda Inglaterra, predicando a los
obreros a las 5:00 de la mañanaCa menos que los libros estén
errados, incluyendo su diario, y haya sido más bien a las 5:00 de
la tarde, una hora más razonable.

Teología es el ministerio del prestamista William Booth
(1829-1912), quien llevó la fe metodista a las calles de Londres
y a las prostitutas; quien envió grupos de obreros como un
ejército con tambores, consignas, y generales que estaban cerca

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de Dios.

Teología es la vida de Walter Lowrie (1868-1959), de
Princeton, quien aprendió danés a los 65 años de edad y tradujo
al inglés muchas obras de Soren Kierkegaard (1813-1855).

Teología es varios hechos asociados con Karl Barth. Es su
negativa a predicar en los llamados púlpitos distinguidos de
Chicago. Esto ocurrió en 1962, durante su único viaje a los
Estados Unidos. El prefirió, más bien, predicar en la cárcel del
condado de Cook, en Chicago, conocida por sus condiciones
deplorables. Asimismo, teología es su predicación delA@de
Dios en Cristo, a los prisioneros en una cárcel de Basel, por
muchos años; para llegar a ese lugar usaba transporte público e
iba continuamente, aun después de su jubilación tardía de la
universidad de ese lugar.

Teología es la pregunta de la señora Barth a un teólogo,
quien llamó por teléfono para saber si podía visitar al
distinguido profesor. Ella le preguntó:A) Es usted alguien de la
cárcel?@, como si hubiera sido natural que todo preso fuera a
verlo al quedar libre. Teología es, además, la abundante obra
literaria de Barth durante tantos años.

Barth rehuyó el vano filosofar, porque al Tertuliano de la
antigüedad (aprox. 160-220 d.C.) le correspondió tener la
sabiduría para hacerlo. Barth sabía que a los humanos no nos
corresponde ni siquiera diagnosticar nuestros problemas, mucho
menos tratar de resolverlos. El sabía que estamos distantes del

ATotalmente Otro@, al punto que el Dios que busca y habla, el

Padre de nuestro Señor Jesucristo, tuvo que irrumpir en nuestro
mundo con una revelación doble: Lo que es El y lo que somos
nosotros. Barth sabía muy bien que seres humanos pecadores no
podrían descubrir a Dios mediante su propio razonamiento; que
somos, más bien, personas llamadas por Dios, que buscamos
anhelantemente al Padre sólo después que El nos invita, por medio
del Espíritu Santo, a aceptar la oferta delA@divino por la
obra de Cristo.

Teología es el paso que dio Barth, al ir más allá de lo que
interesó a sus maestros Wilhelm Herrmann y Adolph Harnack. Ellos
se limitaron a reconstruir el mundo grecorromano y abandonaron
allí el tema. A Barth sin duda le interesó la historiografía,
pero sólo en tanto el pasado ayudara a entender el presente.
Quiso saber qué podían decir la Biblia y la teología cristiana
primitiva a Safinwil, el pueblo suizo donde fue pastor en su
juventud. Quiso saber qué podían decirle a su país natal,
Alemania, que pronto estaría inmersa en la Primera Guerra
Mundial. Al principio no le interesaron estos asuntos
relacionados con la vida, porque en esa época estaba muy cerca de
la influencia de sus profesores universitarios. Sin embargo, con
la ayuda de su amigo Eduard Thurneysen, pastor en una ciudad
cercana, empezó a divorciarse del racionalismo, del historicismo

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y del humanismo de sus mentores de la universidad. Este divorcio fue mayor cuando descubrió que varios de ellos habían firmado una declaración, la cual apoyaba la guerra del káiser Wilhelm en la que se hallaba atrapado el mundo entero.

Teología es lo que le sucedió a Barth en la Universidad de Bonn, cuando en 1934 lo depusieron de su cátedra por negarse a decirAHeil HitlerA antes de sus clases. En vez de obedecer tal regla, Barth oraba.

Teología es un joven pastor en la ciudad de Detroit,
consternado por la despersonalización de los obreros en la
industria automotriz mientras florecía el llamado siglo
cristiano. Reinhold Niebuhr (1892-1971) hubiera podido disfrutar
la tranquilidad que le habría brindado una predicación cómoda y
consoladora. El había estudiado bajo la influencia del
liberalismo de ese tiempo, cuando se creía que había huertos del
Edén casi en todo lugar; cuando Walter Rauschenbusch (1861-1918)
escribió en 1907 y en 1912 que, a pesar deAnuestra pereza@, esa
generación se había acercado más que cualquier generación previa
a los ideales que Jesús estableció para la vida humana. Sin
embargo, Niebuhr descartó la enseñanza que había adoptado antes,
de queAel hombre es un dios@. Y nos perturbó como lo habría
hecho Jeremías, por lo difícil que era actuar moralmente siendo
parte de una sociedad inmoral. Para Niebuhr, la teología era
concreta, porque se interesaba en los obreros y en su bienestar.

También era concreta porque se interesaba en nuestras
ansiedades. Es cierto que Niebuhr no quería que las personas
resolvieran sus ansiedadesClas tensiones que experimentan al
comprender que un individuo está libre y tiene toda clase de
posibilidades, y que a la vez está limitado, debido a las formas
inherentes en que él es inevitablemente finitoC. El creía que
cualquier solución de las ansiedades es desafortunada, porque
para resolverlas, la persona debe renunciar a su libertad o a su
finitud. Si renuncia a la libertad y posee sólo finitud, la
gobiernan los sentidos; disfrutaAbienes mutables@que podría
obtener también mediante una vida de alcoholismo. Si renuncia a
la finitud y afirma sólo la libertad, es decir, sus
posibilidades, se llena de orgulloCorgullo por su conocimiento,
poder, virtud (ética) o rectitud espiritual (fariseísmo, el
pecado extremo).

Este no es un teologizar idealista y etéreo. No es
teologizar desde un cómodo sillón, donde el teórico descifra el
laberinto de ideas innatas que supuestamente hay en la mente
cuando venimos al mundo. Un buen idealista, del tipo de Platón,
diría que estas ideas innatas están situadas en la mente cuando
venimos al mundo. Esto, en gran parte, porque existíamos antes de
esta vida, y trajimos a esta existencia, por ejemplo, formas de
relacionar una cosa con otraClo cual sabíamos hacer en nuestra
existencia previaC. Niebuhr no sigue la enseñanza del

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