viernes, 11 de noviembre de 2011

Beneficios de meditar la Pasión de Nuestro Señor


Beneficios que conlleva

la meditación de la Pasión

de Nuestro Señor Jesucristo

en los escritos de la

Sierva de Dios Luisa Piccarreta

Nuestro Señor mismo nos ha enseñado innumerables veces a través de los tiempos por medio de todos sus Santos, de tantas almas privilegiadas, del Magisterio mismo de la Iglesia y, por supuesto, también por medio de los escritos de Luisa, « La Pequeña Hija de la Divina Voluntad », la trascendente importancia que tiene el meditar en su Pasión; y no sólo meditarla, sino el vivir interiormente, intensamente y continuamente todo lo que Jesús mismo quiso sufrir por amor a cada uno de nosotros.

La Pasión de Cristo es una de las fuentes más provechosas que procura y facilitan una unión más íntima con nuestro Señor y nos traza un camino seguro hacía la Santidad, como nos lo recuerda la Sagrada Escritura: “Sed santos, pues yo soy Santo" (Lv 11, 44). Es por esto que la meditación de la Pasión de Jesús ha sido uno de los temas preferidos por muchos de los Santos durante el transcurso de toda la Historia de la Iglesia. Incluso el segundo libro más leído después de la Biblia nos lo recalca:

“El cristiano que medite atentamente en la vida, Pasión y Muerte del Señor, encontrará allí en abundancia, todo lo que le es necesario para progresar en su vida espiritual, sin necesidad de ir a buscar fuera de Jesús algo que le pueda aprovechar mejor” (Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo.)

Ver También...
La importancia de meditar en la
Pasión de Nuestro Señor
en los escritos de Luisa Piccarreta
Beneficios que conlleva la meditación
de las Horas de la Pasión
Promesas de Nuestro Señor a
Luisa Piccarreta para quien medite las Horas de la Pasión
La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en la Iglesia
Los Santos y la Pasión de
Nuestro Señor Jesucristo
Los Papas y la Pasión de
Nuestro Señor Jesucristo
El Magisterio y la Pasión de
Nuestro Señor Jesucristo

Nos refiere San Luis María Grignon de Montfort en El secreto admirable del Santísimo Rosario:

« Afirma San Agustín que no hay ejercicio tan fructuoso y útil para la salvación como pensar con frecuencia en los sufrimientos del Señor.

San Alberto Magno, maestro de Santo Tomás, supo por revelación que el simple recuerdo o la meditación de la pasión de Jesucristo es más meritorio para el cristiano que ayunar durante todo un año a pan y agua todos los viernes, o disciplinarse sangrientamente cada semana, o rezar el salterio todos los días. »

Esto es lo que nos dice San Alfonso María de Ligorio sobre la Pasión de Cristo:

« Nuestro tiempo no es tiempo de temor ya que somos testigos de un Dios que ofreció la vida para lograr hacerse amar. La pasión de Jesús fue llamada un exceso, por lo cual nadie que la medite podrá seguirle a medias.

Si quieres crecer en la vida del espíritu, piensa todos los días en los padecimientos del Señor porque pensando en ellos es imposible que no te llenes de amor y fortaleza; amor capaz de relativizar los demás efectos en comparación con el suyo, y fortaleza para sobrellevar con gozo las pruebas y las cargas inevitables de la vida.

¿Quién podrá desesperarse o irritarse por lo injusto de sus sufrimientos viendo a Jesús herido y despedazado? ¿Quién rehusará sujetarse a las exigencias del bien común al recordar a Cristo obediente hasta la muerte? ¿Quién podrá temer si se abraza a la cruz de nuestro Redentor?

Se lamentaba Santa Teresa de que algunos libros le hubieran aconsejado dejar de meditar la pasión, porque la humanidad de Cristo hubiera pudiera impedirle la contemplación de su divinidad; y consciente del error exclamaba: "Oh Señor y bien mío, Jesús crucificado, me parecía haberte hecho una gran traición, pues ¿de dónde me vinieron todos los bienes sino de vuestra cruz?".

Decía San Pablo que solo ambicionaba saber la ciencia de la cruz, es decir, el amor que ella encierra: "Pues no quise entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado" (1 Co 11,2).

Preguntado San Buenaventura de dónde sacaba tan copiosa y excelente doctrina como ponía en sus obras, dijo mostrando un crucifijo: "Este es el libro que me dicta todo lo que escribo. Aquí he aprendido lo poco que sé".

¿Dudarías de consagrarte por entero al Redentor si verdaderamente conocieras el misterio de la cruz? ¿Cómo habiéndote amado hasta la locura no ha logrado aún gobernarte el corazón? Ten presente que "Cristo murió por todos, para que los que viven no vivan para sí, sino para El que murió y resucitó por ellos" (2 Co 5,15) .»


Beneficios que conlleva la meditación

de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo,

en los escritos de la Sierva de Dios Luisa Piccarreta

Jesús hizo todo lo que el hombre debió hacer de bien; si el alma corresponde, con el pensamiento de su Pasión, repite lo que el mismo Jesús hizo en su humanidad, dándole gran consuelo a Jesús.
Vol. 6, 5 de junio de 1905

« Hija mía, las cruces, las mortificaciones y cualquier tipo de sufrimiento son cada uno una fuente bautismal; y cualquier especie de cruz que esté como bañada con el pensamiento de mi pasión, pierde la mitad de su aspereza y disminuye la mitad de su peso ...

Qué grande es mi consuelo al verte hacer de nuevo lo que hizo mi humanidad hace tantos siglos. Pues, todo lo que yo determiné que cada alma hiciera, fue hecho antes en mi humanidad. Y si el alma me corresponde por lo que yo hice por ella, lo vuelve a hacer en sí misma; de lo contrario, queda hecho sólo por mí mismo y esto me hace sentir una amargura indecible. »

Rumiar continuamente los dolores de la Pasión, hace que Jesús se desclave de la cruz para nacer en nuestro corazón, convirtiéndose él en nuestro alimento continuo, y nosotros en su alimento.
Vol. 7, 9 de noviembre de 1906

Encontrándome en mi habitual estado, estaba pensando en la pasión de Nuestro Señor y mientras hacía esto, él vino y me dijo:

« Hija mía, quien está siempre rumiando mi pasión, y siente dolor y me compadece, me agrada tanto que me siento como retribuido por todo lo que sufrí en el curso de mi pasión; el alma, rumiándola siempre, llega a formar un alimento continuo que contiene diferentes condimentos y sabores que producen en ella diferentes efectos.

Así que, si durante mi pasión me dieron sogas y cadenas para atarme, el alma me desata y me da la libertad. Ellos me despreciaron, me escupieron y me deshonraron, ella me aprecia, me limpia los salivazos y me honra. Ellos me desnudaron y me flagelaron, ella me cura y me viste. Ellos me coronaron de espinas, tratándome como Rey de burla, me amargaron la boca con hiel y me crucificaron; el alma, rumiando todas mis penas, me corona de gloria y me honra como su Rey, me llana la boca de dulzura, dándome el alimento más exquisito, como es el recordarse de mis mismas obras, y me desclava de la cruz y me hace resucitar en su corazón, y cada vez que lo hace le doy como recompensa una nueva vida de gracia; de manera que ella es mi alimento y yo me hago su alimento continuo. Así pues, lo que más me gusta es que el alma rumie continuamente mi pasión. »

María se llenó toda de Dios a fuerza de pensar repetidamente en la Pasión de Jesús.
Vol. 11, 24 de marzo de 1913

« Hija mía, a mi amada Mamá jamás se le escapó el pensamiento de mi pasión, y a fuerza de repetirla, se llenó toda toda de mí. Así le sucede al alma: a fuerza de repetir lo que yo sufrí, llega a llenarse de mí. »

En cada pensamiento de la Pasión de Jesús, en cada compasión, reparación, etc., el alma toma la luz de su humanidad, embelleciéndose a semejanza suya. Cada pensamiento de su Pasión será una luz más que nos dará un gozo eterno.
Vol. 11, 23 de abril de 1916

« Hija mía, cada pena que sufrí, cada gota de sangre, cada llaga, oración, palabra, acción, paso, etc., produjo una luz en mi humanidad, que me embellecía de tal modo que tenía cautivados a todos los bienaventurados.

Ahora, el alma, en cada pensamiento de mi pasión, compasión, reparación, etc. que hace, no hace otra cosa que tomar luz de mi humanidad, embelleciéndose a mi semejanza; así que un pensamiento más de mi pasión será una luz más que le traerá un gozo eterno. »

Todos los remedios que la humanidad necesita se encuentran en la Vida y en la Pasión de Nuestro Señor, pero las criaturas desprecian la medicina y no se preocupan de los remedios, por eso se ve que a pesar de todos los bienes encerrados en su redención, el hombre muere como afectado por una enfermedad incurable.
Vol. 13, 21 de octubre de 1921

Estaba pensando en la pasión de mi dulce Jesús y él, al venir, me dijo:

« Hija mía, cada vez que el alma piensa en mi pasión, se acuerda de lo que sufrí, o me compadece, se renueva en ella la aplicación de mis penas, surge mi sangre para inundarla y mis llagas se ponen en camino para sanarla si está llagada o para embellecerla si está sana, y todos mis méritos también, para enriquecerla.

El negocio que hace es sorprendente, es como si pusiera en un banco todo lo que yo hice y sufrí y ganara el doble. Así que, todo lo que yo hice y sufrí está en acto continuo de darse al hombre, así como el sol está en acto continuo de dar luz y calor a la tierra. Lo que yo hice no está sujeto a agotarse; basta que el alma quiera y cuantas veces quiera recibirá el fruto de mi vida; de manera que si se recuerda veinte, cien o mil veces de mi pasión, tantas veces gozará de sus efectos. Pero, ¡qué pocos son los que hacen tesoro de ella! A pesar de todo el bien que contiene mi pasión se ven almas débiles, ciegas, sordas, mudas, cojas, cadáveres vivientes que dan asco. ¿Y por qué? Porque se han olvidado de mi pasión. Mis penas, mis llagas, mi sangre son fortaleza que quita las debilidades, son luz que les da la vista a los ciegos, son lengua que desata las lenguas y que abre los oídos, son camino que endereza a los cojos, son vida que resucita a los muertos.

Todos los remedios que la humanidad necesita se encuentran en mi vida y en mi pasión, pero las criaturas desprecian la medicina y no se preocupan de los remedios, por eso se ve que a pesar de todos los bienes encerrados en mi redención, el hombre perece en su estado como afectado por una enfermedad incurable; pero lo que más me duele es ver a personas religiosas que se fatigan por la adquisición de doctrinas, de especulaciones, de historias, pero de mi pasión nada, de manera que mi pasión muchas veces está lejos de las iglesias, de la boca de los sacerdotes, por lo que sus palabras no infunden luz, de manera que los pueblos se quedan en ayunas más que antes. »


Beneficios de meditar la Pasión de Nuestro Señor

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