sábado, 23 de abril de 2011

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peterx
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ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

La bendición de YHWH




Un hallazgo fortuito en los trabajos de excavación que se realizaban en las tumbas de Ketef Hinnom en Jerusalén, sacó a la luz, una parte del texto bíblico más antiguo que se conoce, fuera de la literatura del Antiguo Testamento.

Datado entre finales del siglo VII y principio del VI, AC, las inscripciones realizadas sobre unos pequeños rollos de plata, contienen la bendición que debía impartir el sacerdote Aarón y sus hijos al pueblo de Israel, según se lee en el libro de Números 6:22-26.

En 1979 el arqueólogo Gabriel Barkay, de la Universidad Bar Ilán cerca de Tel Aviv, comenzó con un pequeño presupuesto a excavar una zona de tumbas al suroeste de Jerusalén, desde donde se contempla el valle de Hinnom, junto a la iglesia presbiteriana escocesa de St. Andrew.

Las tumbas labradas en la roca, dentro de cuevas, como era costumbre en el reino de Judá, tenían capacidad para varios enterramientos. Las bancadas con apoyo para las cabezas, disponían bajo ellas de un almacén, de forma que primeramente se depositaba el cuerpo en el banco y posteriormente se alojaban los restos óseos en el almacén, junto con él ajuar funerario que les acompañaba. Quedando así la cueva disponible para sucesivos enterramientos.

Estas tumbas han sido reutilizadas en los diferentes periodos históricos, desde el helenístico hasta el turco-otomano, y por supuesto eran saqueadas. Pero en una de ellas catalogada como la numero 25, tallada con 6 bancos, su almacén permaneció intacto al quedar enterrado por un desprendimiento parcial del techo, guardando en su interior una gran cantidad de objetos, entre ellos 125 son de plata, 40 puntas de flecha de hierro, oro, marfil, cristal y 150 piedras semipreciosas, junto con restos humanos.

Judy Hadley, actual profesora en la Universidad de Villanova de Philadelphia, encontró entre los objetos, un pequeño rollo de plata coloreado, de 2,7cm de ancho y 9,7cm de largo. Posteriormente tamizándose los restos de material recogido, se halló un segundo rollo de plata más pequeño de 3,9cm por 1,1cm.






Después de 3 años y tras una cuidadosa técnica, se pudieron desenrollar en los laboratorios del Museo de Israel, apreciándose en la inscripción el tetragrámaton divino YHWH (comúnmente traducido por Jehová o Yahweh), junto a otras palabras de la bendición sacerdotal.

Después de una década de análisis y discusión para catalogarlos, y aprovechando los avances tecnológicos, el Dr. Bruce Zuckerman y su equipo de la Universidad de California, fotografiaron los rollos de plata con nuevas técnicas por ordenador, consiguiendo una mayor resolución y seguridad en la reconstrucción del texto, determinándose su datación por la paleografía, entre los siglos VII y VI AC, con una escritura típica cursiva del hebreo antiguo, como lo indica el Dr. P.Keyle Mc Carter de la Universidad de Jhons Hopkins, especialista en escritura semítica antigua.

El rollo pequeño contiene el texto más completo y su traducción literal es:
Te bendiga Yhwh
y te guarde
haga Yhwh brillar su rostro sobre ti
y te conceda la paz

Compárese con Números 6:22-26
Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles:
Jehová te bendiga, y te guarde;
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti,
Y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz.

Este descubrimiento proporciona una importante evidencia de la antigüedad de la Biblia, situando en la época del profeta Jeremías, el uso corriente por el pueblo de Israel de los escritos del Pentateuco, aunque algunos críticos pretendan fechar su origen próximo al comienzo de nuestra era, alejándolo de su verdadero origen.

También es interesante resaltar cómo la gente tenía a Dios como protector y amigo en sus vidas; pues presumiblemente estas inscripciones eran llevadas sobre el cuerpo, como un amuleto. Aunque hay que especificar, que la Bendición Bíblica en Israel nunca ha sido un conjuro mágico, sino una oración dirigida a Dios.

Como curiosidad, pueden escuchar una reproducción de la bendición sacerdotal aarónica (con sonido de cuerno incluido) Pulsando AQUÍ (1 Mb)

Francisco Bernal es Ingeniero, miembro de una iglesia evangélica de Málaga y aficionado a la Arqueología.


© F. Bernal, ProtestanteDigital



Editado por peterx, Jueves, 3 de Julio de 2008, 12:47
05/Dic/2006 13:25 GMT+1
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peterx
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

Inscripción de Pilato
hallada en Cesarea




Esta incripción fue descubierta en 1961 en el teatro de Cesarea, y es la primera que se descubre con el nombre de Poncio Pilato, prefecto (gobernador) de Judea en los años 26 a 36 de nuestra era. Está en latín, lengua de la Roma Imperial, y dice así:

'Tiberieum Pontius Pilatus... Praefectus Iudaicae'.
(Tiberio Poncio Pilato... Prefecto de Judea)

Poncio Pilato tenía su palacio residencial en Cesaréa y solo acudía a Jerusalén para las grandes fiestas. Despreciado por los judíos, (había construido un acueducto con dinero del Templo y protagonizado varias acciones sangrientas) éstos le acusan ante las autoridades romanas, es depuesto por el gobernador de Siria y enviado a Roma en el año 37.


La historia le conoce sobre todo por el proceso seguido contra Jesús, al que aún reconociendo su inocencia, lo entrega al infame suplicio de ser clavado en un madero. Esto agradó a los judíos, evitó un levantamiento popular y para confirmar su rechazo a cualquier clase de responsabilidad, efectúa el famoso gesto de lavarse las manos. -Lucas 23:14; Mateo 27:24.




05/Dic/2006 13:26 GMT+1
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peterx
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#3 · ▲
RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES


¿Se ha mencionado alguna estructura hecha por el hombre en la Biblia que haya sido desenterrada por los arqueólogos?

Sí, realmente se han excavado varias estructuras Bíblicas. Algunas de las más interesante son las siguientes:

La base de la Torre de Babel en Babilonia donde el lenguaje fué confundido (Génesis 11:1-9).

El palacio de Jericó donde el rey Eglón de Moab fue asesinado por Aod (Jueces 3:12-30).

La puerta oriental de Siquem donde Gaal y Zebul miraron las fuerzas de Abimelec acercarse a la ciudad. (Jueces 9:34-38).

El Templo de Baal-berit en Siquem, donde los fondos eran obtenidos para financiar el reinado de Abimelec y donde los ciudadanos de Siquem tomaron refugio cuando Abimelec atacó la ciudad (Jueces 9:4, 46-49).

El estanque de Gabaón donde las fuerzas de David e Is-boset lucharon durante el forcejeo por el reino de Israel (2 Samuel 2:12-32).

El estanque de Hesbón, asemejada a los ojos de la mujer Sulamita (Cantares 7 .

El palacio real de Samaria donde los reyes de Israel vivieron (1 Reyes 20:43; 21:1, 2; 22:39; 2 Reyes 1:2; 15:25).

El estanque de Samaria donde la carroza del rey Acab fue lavada después de su muerte (1 Reyes 22:29-38).

El túnel de agua bajo Jerusalén excavado por el Rey Ezequías para proporcionar agua durante el estado de sitio de los Asirios (2 Reyes 20:20; 2 Crónicas 32:30).

El palacio real en Babilonia donde el Rey Belsasar sostuvo la fiesta y Daniel interpretó las escrituras en la pared. (Daniel 5).

El palacio real en Susa donde Ester fué reina del rey Persa Asuero (Ester 1:2; 2:3, 5, 9, 16).

La puerta real en Susa donde Mardoqueo, el primo de Ester, se sentaba (Ester 2:19, 21; 3:2, 3; 4:2; 5:9, 13; 6:10, 12).

La Plaza de en frente de la puerta real en Susa donde Mardoqueo se encontró con Hatac, uno de los eunucos de Asuero. (Ester 4 .

La fundación de la sinagoga en Capernaum donde Jesús curó a un hombre que tenía un espíritu inmundo (Marcos 1:21-28) y predicó acerca de el pan de vida (Juan 6:25-59).

La casa de Pedro en Capernaum donde Jesús sanó a la suegra de Pedro y a otros (Mateo 8:14-16).

El pozo de Jacob donde Jesús le habló a la mujer Samaritana (Juan 4).

El estanque de Betesda en Jerusalén, donde Jesús sanó un hombre cojo (Juan 5:1-14).

El estanque de Siloé en Jerusalén, donde Jesús sanó a un hombre ciego (Juan 9:1-4).

El tribunal en Corinto donde Paul fue procesado (Hechos 18:12-17).

El teatro de Efeso donde el alboroto de los plateros ocurrió (Hechos 19:29).

El palacio de Herodes en Cesarea donde Pablo se quedó bajo guardia (Hechos 23:33-35).

Bryant Wood de Associates for Bible Research






06/Dic/2006 12:09 GMT+1
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peterx
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#4 · ▲
RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

¿De qué manera han verificado los descubrimientos arqueológicos la veracidad de la Biblia?

A través de los años muchos de los criticismos han sido dirigidos hacia la Biblia para desvirtuar su confiabilidad histórica. Algunos de esos criticismos están basados en la falta de evidencias de fuentes externas que confirmen el registro bíblico. Puesto que la Biblia es un libro principalmente sobre asuntos religiosos, muchos eruditos aducen que no es completamente imparcial y por lo tanto no es confiable a menos que se tengan evidencias extrabíblicas externas comprobables. En otras palabras, en el concepto de los críticos, la Biblia es culpable hasta que se pueda demostrar su inocencia, y la falta de evidencias externas coloca la Biblia en un estado de duda.

La norma utilizada para determinar la veracidad de los registros bíblicos es aplicada de muy diferente manera a la utilizada generalmente con otros documentos antiguos, aún cuando estos, casi siempre, también contienen ciertos elementos de religión. Normalmente todo documento se considera verídico, a menos que las evidencias presentadas muestren claramente lo contrario. Aún cuando no es posible verificar cada incidente de la Biblia, los descubrimientos arqueológicos desde mediados del siglo XIX han demostrado la confiabilidad y la autenticidad de la narrativa de la Biblia. Aquí presentamos algunos ejemplos.


La Tabla de Barro de Ebla

El descubrimiento de los archivos de Ebla en el Norte de Siria en 1970 ha demostrado que lo narrado en las escrituras bíblicas referente a los patriarcas es completamente posible. Algunos documentos escritos sobre tablas de barro alrededor del año 2300 A.C. demuestran que nombres y lugares mencionados en la época de los patriarcas son reales. El nombre "Canaan", nombre que algunos críticos, alguna vez, dijeron que no había sido utilizado en esa época, y que estaba usado incorrectamente en los primeros capítulos de la Biblia, es usado en la tabla de Ebla, . La palabra tehon "tehon" ("El Abismo" en Génesis 1:2 se decía que era una palabra de acuñado posterior, lo cual, según los críticos, demostraba que la historia de la creación fue escrita fue escrita en una época posterior, a la comúnmente aceptada. Sin embargo, la palabra "Tehom" ya formaba parte del vocabulario común en Ebla, el cual era usado unos 800 años antes de Moisés. Las costumbres antiguas mencionadas en las historias de los Patriarcas también han sido encontradas en tablas encontradas en Nuzi y Mari.

En un tiempo se creyó que la tribu de los Hititas fue sólo una leyenda de la Biblia, hasta que su capital, sus registros y archivos fueron hallados en Bogazkoy, Turquía. Muchos pensaron que las referencias a la fortuna de Salomón eran extremadamente exageradas. Documentos rescatados del pasado demuestran que la prosperidad de la antigüedad estaba concentrada en el rey y Salomón y que es completamente posible. Hubo un tiempo en que se rechazó la existencia del rey Sargón de Asiria, tal y como se narra de él en Isaías 20:1, porque el nombre no era mencionado en ningún otro documento. Sin embargo, el palacio de Sargón fue descubierto en Khorsabad, Iraq. El evento narrado en Isaías 20, la captura de Asdod, fue registrado para la posteridad sobre los muros del palacio. Lo que es más, existe un fragmentos de una estela en donde se registra la victoria fue hallada allí mismo, en Asdod.

Otro rey, sobre el cual también existía duda de su existencia, era Belsasar, el rey de Babilonia, quien es mencionado en Daniel 5. El último rey de Babilonia fue Nabonidus, de acuerdo con la los registros históricos. Las tablas encontradas muestran que Belsasar fue el hijo de Nabonidus, quien fungió como co-regente de Babilonia. Así que, Belsasar tenía la autoridad suficiente para otorgar a Daniel convertirlo en "el tercer gobernante del reino" (Daniel 5:16), el privilegio más alto disponible, por haber leído la escritura en la pared. Así que aquí, una vez más nos damos cuenta de la naturaleza de "testigo ocular" que los registros de la Biblia tienen, tal y como lo hacen resaltar los recientes descubrimientos de la arqueología.

Bryant Wood de La Sociedad para la Investigación Bíblica (Associates for Biblical Research)



08/Dic/2006 12:23 GMT+1
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peterx
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

SANSÓN Y LOS FILISTEOS

En la historia de Sansón se dice que él destruyó un templo entero. ¿Han descubierto los arqueólogos alguna información que se relacionara a éste hecho?




Un gran cambio que hubo en la guerra de Israel contra los Filisteos fué la muerte de Sansón. Él había sido tomado cautivo a través de la decepción de Dalila. Los Filisteos sacaron sus ojos y lo llevaron a Gaza, una de sus principales ciudades. Allí, ellos lo pusieron a trabajar moliendo grano en una prisión. Nosotros sabemos por los hallazgos arqueológicos que éste tipo de prisión era en realidad una "molienda". Uno de los trabajos que más tiempo consumía en la antigüedad era el moler grano. En la casa media, éste trabajo era tomado por las mujeres de la casa. La aristocracia burocrática, sin embargo, preparó casas de molienda para proveer de grano a la gente privilegiada de nivel alto. Éste era un lugar donde esclavos y prisioneros eran puestos a trabajar. Las herramientas eran simplemente piedras utilizadas con la mano. Sansón pasó sus días sentado en la tierra moliendo grano con un moledor manual que era frotado de un lado a otro en un mortero que ponía en su falda.

Un día los líderes Filisteos sostuvieron una ceremonia religiosa para celebrar su victoria sobre su enemigo. Ellos trajeron a Sansón a el templo donde ellos estaban congregados, para que él pudiera entretenerlos. Una vez dentro del templo, Sansón le preguntó al sirviente quien estaba guiándolo que le muestre donde estaban los pilares, para que se pudiese apoyar en ellos. "Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra. Y dijo Sansón: 'Muera yo con los Filisteos!' Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida" (Jueces 16:29-30).

En un súbito momento, Sansón eliminó a todos los líderes Filisteos. Esto fué un gran retroceso en el conflicto con Israel. Fué un gran cambio. Desde éste tiempo hacia adelante, los Israelitas empezaron a ganar. Pero ¿habrá pasado realmente? ¿Podría un solo hombre destrozar un templo entero utilizando sólo sus manos? La arqueología nos ha proporcionado con algunas respuestas asombrosas.

Dos pilares de base de piedra en el templo Filisteo a Tel Qasile, Israel

Dos templos Filisteos han sido descubiertos por arqueólogos. Uno en Tel Qasile, en el norte de Tel Aviv, y uno en Tel Miqne, el antiguo Ekron, 33.6 Kilómetros al sur de Tel Aviv. Ambos templos comparten un diseño único--el tejado estaba sostenido por dos pilares centrales! Los pilares fueron hechos de madera y se apoyaban en bases de piedra. Si los pilares estaban aproximadamente 1.80 metros aparte, un hombre fuerte podría dislocarlos de su piedra base y así de ésta forma dejar caer el tejado entero al suelo. Los hallazgos arqueológicos concuerdan perfectamente con la historia Bíblica y atestan a la plausibilidad del hecho.

Aunque Sansón tenía sus debilidades, él era un hombre de Dios y es enumerado en el Nuevo Testamento como uno de aquéllos "que por fé conquistaron reinos,... sacaron fuerzas de debilidad" (Hebreos 11:32-34).

LECTURA RECOMENDADA PARA MAYOR INFORMACION
Bryant G. Wood 1974, "Samson and the House of Dagon", Bible and Spade, pp. 50-54.

09/Dic/2006 17:30 GMT+1
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peterx
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

La arqueología y la Biblia



El Obelisco Negro (1845), la Piedra Moabita (1868), y los Rollos del Mar Muerto (1947) constituyen grandes nombres en la historia de la arqueología bíblica. Pero, ¿ha llegado a su final esta historia? De ninguna manera.

En las últimas décadas, han aparecido una cantidad de sellos, impresiones de sellos, anillos, cajas de huesos y otros artefactos en museos, colecciones privadas y en excavaciones recientes. Estas verdaderas joyas arqueológicas han arrojado luz adicional sobre varios personajes y acontecimientos mencionados hasta ahora sólo en el texto bíblico. Este artículo repasará algunos de estos hallazgos recientes.


El anillo de Hanán1

Perteneciente a un coleccionista de París, este anillo ha sido conocido en círculos eruditos desde 1984. El origen del sello es desconocido, pero el tamaño de las letras indica que fue utilizado durante el siglo VII a.C. El sello está escrito en tres renglones, cada uno separado por dos líneas rectas paralelas. El anillo tiene un diámetro de casi dos milímetros y medio, lo cual sugiere que fue diseñado para el dedo de un hombre. La inscripción dice: “Perteneciente a Hanán, hijo de Hilqiyahu, el sacerdote”.

Este Hilqiyahu es más conocido como Hilcías, el sumo sacerdote durante el reinado de Josías, rey de Judá durante la última parte del siglo VII a.C. La terminación yahu es un elemento divino que se encuentra a menudo en los nombres hebreos antiguos de Judá; los nombres en el Reino del Norte terminaban en yah. Parece que este Hilqiyahu fue el mismo sumo sacerdote que descubrió en el templo el rollo de la Torah que desencadenó una reforma religiosa en Judá (ver 2 Reyes 22; 2 Crónicas 34).

1 Crónicas 6:13 y 9:11 indican que Azarías, no Hanán, sucedió a Hilcías. La explicación podría ser que Azarías sucedió a su padre como sumo sacerdote, mientras que su hermano menor, Hanán, se desempeñó como un sacerdote, tal como lo sugiere la inscripción en el sello.

Sin embargo, el nombre de Azarías aparece en otra impresión de sello descubierta en 1978 durante la excavación realizada por Yigal Shiloh en la antigua Jerusalén.2 La inscripción consiste de dos renglones de escritura separados por dos líneas paralelas. Dice: “Perteneciente a Azaryahu, hijo de Hilkiyahu”, aunque la impresión no menciona el título del dueño.

La impresión del sello de Baruc

En 1975 aparecieron 250 impresiones de sellos en el negocio de un vendedor de antigüedades árabe en Jerusalén. La mayoría de ellas fueron compradas por varios coleccionistas y casi 50 de ellas están ahora en el Museo de Israel, mientras que otras se hallan disponibles para el estudio de los eruditos. Todas estas impresiones de sellos están fechadas a fines del siglo VII o comienzos del siglo VI a.C, justo antes de la destrucción de Jerusalén.

De estas impresiones, tres pertenecen a individuos mencionados en el libro de Jeremías (Baruc, el escriba; Jerameel, el hijo del rey y Elisama, siervo del rey). Los tres individuos parecen haber sido contemporáneos, viviendo en Judá poco antes del exilio. Durante ese tiempo turbulento Judá fue gobernada por el rey Joacim (Jeremías 36).

La Biblia nos dice que Dios indicó a Jeremías que escribiera un rollo profetizando contra el rey. El escriba de Jeremías, Baruc, escribió todo lo que Jeremías le dictó. Luego de leer el rollo en el templo, Baruc recibió la orden de leerlo nuevamente ante altos oficiales de la corte del rey. Estos oficiales (Elisama era uno de ellos) simpatizaron en cierta medida con el mensaje, pero temieron por Baruc. Le aconsejaron que se escondiera (Jeremías 36:19). Cuando se leyó el rollo ante el rey, éste ordenó su destrucción y encomendó a Jerameel que, con otros dos oficiales, arrestara a Baruc y al profeta Jeremías.

La impresión que lleva el nombre de Elisama está compuesta por dos renglones de escritura separados por dos líneas rectas paralelas. El primero dice: “Perteneciente a Elisama” y el segundo da su título: “siervo del rey”. La impresión de Jerameel también está compuesta por dos renglones y da el nombre y el título del dueño: “Perteneciente a Jerameel, hijo del rey”. La impresión del sello de Baruc consta de tres partes divididas por dos líneas rectas paralelas, y dice: “Perteneciente a Berekhyahu, hijo de Neriyahu, el escriba”.

En 1995 apareció también otra impresión de sello con el nombre de Baruc. Es igual a la descripta anteriormente pero con una diferencia significativa: tiene una huella digital que podría ser de Baruc.3

Hay una tercera impresión de sello que se relaciona con Baruc, que fue hallada entre las muchas que fueron descubiertas en la excavación realizada en 1978 por Yigal Shiloh en Jerusalén. Fechada a fines del siglo VII y comienzos del siglo VI a.C., dice: “Perteneciente a Gemarías, hijo de Safán”. La Biblia dice que cuando Baruc fue al templo a leer el rollo, lo leyó en el aposento de Gemarías, hijo de Safán (Jeremías 36:10).

El sello de Abdi4

Comprado en 1993 por un coleccionista privado de Londres, el sello de Abdi se encuentra entre los más raros. Su inscripción dice: “Perteneciente a Abdi siervo de Oseas”. Se lo fecha en el siglo VIII a.C. El nombre Abdi es el mismo que Abdías. La Biblia se refiere a tres personas de nombre Abdías: el primer ministro de Acab (1 Reyes 18 , un profeta, y un oficial de Oseas. Es poco probable que este sello perteneciera a uno de los dos primeros individuos, porque el sello asocia el nombre con Oseas, el rey bajo el cual el dueño del sello servía como oficial. Oseas fue el último rey de Israel (2 Reyes 17:1-6) y reinó desde el año 731 hasta el 722 a.C, cuando los Asirios destruyeron su reino.

La inscripción de Tel Dan

Comenzando en 1966, Avraham Biran excavó el sitio arqueológico de Tel Dan durante muchas temporadas y su hallazgo más importante ocurrió en 1993, cuando su equipo desenterró escombros del área de la puerta de la ciudad.5 Parte de la pared, destruida por el asirio Tiglat- pileser III en 733/732 a.C., contenía un fragmento de un monumento con una inscripción.

Desafortunadamente, la inscripción del fragmento está incompleta. Consta de 14 renglones escritos en paleo hebreo, la escritura utilizada antes del exilio (586 a.C.). Las palabras están separadas por puntos y la inscripción dice lo siguiente:

(2)…mi padre subió

(3)…y mi padre murió, el fue a . . .

(4) real anteriormente en la tierra de mi

padre…

(5) yo (¿peleé contra Israel?) y Hadad

fue delante de mí…

(6)…mi rey. Y yo maté de (ellos) X

hombres a pie, Z ca-

(7) rros y dos mil hombres a caballo…

(8) el rey de Israel. Y maté (…el re-)

(9) y de la Casa de David. Y yo puse…

(10) su tierra…

(11) otro…(go-)

(12) berné sobre Is(rael…

(13) sitio sobre…

El autor de esta inscripción asegura que Hadad fue delante de él, supuestamente en la batalla. Hadad es el dios arameo de la tormenta, y es probable que el dueño de esta estela sea un arameo. Es obvio que él no es el rey por el sexto renglón donde se refiere a “mi rey”, sino un comandante militar o un rey vasallo, devoto de Hadad y subordinado del rey de Damasco. Sin embargo, los renglones más importantes son el octavo y el noveno, donde se menciona a Israel y “la Casa de David”. Esta es la primera referencia a la frase “Casa de David” fuera de la Biblia.

Basándose en la forma de las letras, Biran sugirió que la inscripción data de la primera mitad del siglo IX a.C. Además, la alfarería hallada debajo del fragmento también indica que fue colocada no más tarde de mediados del siglo IX, sugiriendo que la estela fue construida unas pocas décadas antes.

Debido a que la inscripción está fragmentada, no sabemos los nombres del rey de Israel o de Judá, lo cual se complica por el hecho de que tampoco sobrevivió el nombre del rey arameo. Por lo tanto es difícil reconstruir con certeza la historia exacta de los acontecimientos y encontrar una conexión bíblica sólida. Sin embargo, es posible que Dan haya sufrido años turbulentos entre c. 885 a.C., cuando fue capturada por Ben-hadad I (1 Reyes 15:20) y c. 855 a.C., cuando Acab la recibió de vuelta de Ben-hadad II (1 Reyes 20:34).

Es posible que poco después de la captura de Dan por Ben-hadad I, Israel haya recobrado el control sobre ella. Durante los primeros días de Acab, Dan fue ocupada nuevamente por los arameos (probablemente por el dueño de la estela), y que luego Acab la recibió de vuelta de Ben-hadad II. En ese tiempo Acab pudo haber destruido el monumento y utilizado algunas de las piezas como material de construcción. Esto, sin embargo, es meramente una reconstrucción hipotética y será necesario encontrar otros fragmentos de la estela para construir un cuadro más claro de los acontecimientos históricos relacionados con la antigua Dan.

El rollo de plata

Entre 1975 y 1980, Gabriel Barkay6 descubrió una cantidad de tumbas en Jerusalén. La mayoría de ellas, sin embargo, habían sido robadas mucho tiempo antes salvo una, la Nº 25.

La tumba fue fechada hacia fines del siglo VII o comienzos del siglo VI a.C., justamente antes del exilio. La tumba contenía restos de esqueletos de 95 personas, 263 vasijas de cerámica completas, 101 piezas de joyería (95 de plata, 6 de oro), muchos objetos tallados de hueso y marfil, 41 cabezas de flechas de hierro y bronce. Además había dos pequeños rollos de plata, apretadamente enrollados. Uno de ellos tenía aproximadamente 2,5 cm de largo y 1,2 cm de ancho y el otro tenía 1,2 cm de largo y 5 mm de ancho. Se supuso que estos rollos habían sido utilizados como amuletos y que contenían alguna clase de inscripción.

Cuando se desenrollaron y se limpiaron los rollos, la inscripción reveló porciones de Números 6:24-26: “Jehová te bendiga y te guarde, Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti . . . y ponga en ti paz”. Esta inscripción es una de las más antiguas y mejor conservadas que contiene el nombre de Jehová.

La inscripción de Herodes

En 1996 Ehud Netzer descubrió en Masada un ostracon, esto es, un trozo de cerámica quebrada con una inscripción. Esta pieza tenía el nombre de Herodes sobre ella y era parte de un ánfora utilizada para transportar (probablemente vino), fechada c. 19 a.C.

La inscripción está en latín y dice: “Herodes el Gran Rey de los Judíos (o Judea)”. Es la primera inscripción que menciona el título completo del rey Herodes.

El bote de Galilea

A causa de una severa sequía durante 1985 y 1986, el nivel del Mar de Galilea estuvo marcadamente más bajo que lo normal. Shelley Wachmann, un especialista en antigüedades sumergidas, organizó una excavación7 de rescate de lo que parecía ser el contorno de un bote. Después de varios días de lucha contra las aguas crecientes del mar, el bote fue excavado completamente y retirado con éxito para su conservación.

Durante la excavación, los arqueólogos encontraron varios objetos (vasijas de alfarería, puntas de flechas, monedas) en el bote y sus alrededores. El examen de los artefactos sugiere una fecha aproximada para el bote, que pudo haber sido utilizado entre fines del siglo I a.C y la segunda mitad del siglo I d.C. Además de la fecha establecida por los artefactos, los excavadores enviaron muestras de la madera a un laboratorio de datación por carbono 14. Estas pruebas sugirieron una edad similar.

De acuerdo con el historiador Josefo, esta parte de Palestina atravesó por una severa turbulencia y destrucción durante la primera rebelión judía (67-70 d.C). Durante el primer año de la rebelión, los judíos prepararon una flota compuesta de botes de pesca en Migdal. Luego de la caída de Tiberías en manos de Vespasiano, los romanos construyeron un campamento fortificado entre Tiberías y Migdal. Durante la noche los judíos lanzaron un ataque de sorpresa y luego escaparon al Mar de Galilea. Al día siguiente la flota romana atacó a los judíos en el mar, empujándolos hacia la costa. Muchos botes judíos fueron hundidos y se calcula que fueron muertos 6.700 judíos.

La embarcación medía 8,08 m de largo, 2,28 m de ancho y 1,37 m de alto. Los arqueólogos sugieren que había sido construida para transportar hasta 15 personas. Un bote como éste podría haber acomodado fácilmente a Jesús y sus discípulos en sus numerosos viajes por el Mar de Galilea.

El nombre de Caifás en una caja de huesos

En noviembre de 1990, se descubrió una cueva de sepultura en el Bosque de la Paz, al sur de Jerusalén. Los excavadores encontraron8 varios osarios o cajas de huesos, algunos boca abajo (señal de que la cueva había sido violada); sin embargo, algunos todavía estaban en el lugar donde habían sido colocados originalmente. En la excavación se descubrieron huesos de seis individuos: dos niños (de 2 a 5 años de edad), un muchacho adolescente (de 15 años de edad), una mujer adulta y un hombre anciano (de alrededor de 60 años). En tiempos de Jesús, los judíos tenían la costumbre de utilizar osarios como lugares secundarios de sepultura para los restos de sus muertos. Se colocaba el cuerpo en una cueva para su descomposición y luego se depositaban los huesos en una caja llamada osario.

Dos de los osarios tenían tapas, las cuales estaban hechas de piedra caliza. Estos osarios tienen un significado mayor que los otras por tener el nombre de Caifás grabado en el costado angosto de cada caja. Una de estas cajas estaba hermosamente labrada, indicando que perteneció a alguien importante y rico. La inscripción dice: “José, hijo de Caifás”, lo que no indica necesariamente que Caifás fuera el padre inmediato de José. Caifás podría ser el nombre de la familia de José.

Los huesos del hombre anciano eran probablemente los del hombre llamado José. Desafortunadamente, la Biblia no nos indica el nombre real del sumo sacerdote en la época del juicio de Jesús. Nos da solamente la versión griega: Caifás. Sin embargo, Josefo menciona el nombre completo: José Caifás, que sirvió como sumo sacerdote en Jerusalén desde el año 18 al 36 d.C.

La participación de la Universidad Andrews

La Universidad Andrews ha estado haciendo excavaciones en Palestina desde los últimos años de la década de los 60 cuando Tell Hesbón fue excavada bajo la dirección del extinto arqueólogo adventista Siegfried Horn. Luego de haber terminado la excavación hacia fines de la década del 70, el equipo de la Universidad Andrews comenzó otra operación bajo el nombre de MPP (Madaba Plains Proyect, en inglés). El blanco principal era Tell-el-Umeiri, un sitio ubicado al sur de Ammán, capital de Jordania. Durante la primera temporada de excavaciones en 1984 descubrieron una impresión de sello interesante en la que dice simplemente: “Perteneciente a Milkom’or el siervo de Ba’alyašsa”. En la Biblia hebrea el mismo nombre está escrito en forma ligeramente diferente (Ba’alis). Está mencionado solamente una vez y representa el nombre de un rey amonita (Jeremías 40:14). Antes de este descubrimiento, Ba’alyašsa (Ba’alis) se conocía solamente a través del texto bíblico.

Tell el-Umeiri era una de las ciudades rubenitas. Luego de varias temporadas, los excavadores descubrieron un sistema de fortificación de dobles murallas, un terraplén y un foso seco en la base del sitio. Esta fortificación del período de Hierro antiguo I (c. 1200 a.C.) es la que está mejor conservada en toda Palestina.

Además de Tel el-Umeiri, el equipo MPP comenzó a excavar otro sitio importante, Tell Jalul, en 1992. Este es uno de los sitios más grandes en Transjordania. Luego de varias temporadas de excavaciones, desenterraron un camino pavimentado que conducía a las puertas de la ciudad (siglo IX/VIII a.C) y un gran edificio con columnas (siglo VII/VI a.C.), probablemente un depósito. Es posible que este sitio fuera Hesbón, la ciudad del rey Sehón, que fue destruida por los Israelitas durante la época de la conquista.

Los descubrimientos arqueológicos similares a éstos que se han llevado a cabo en los últimos años continúan enriqueciendo nuestra comprensión de la Biblia y fortalecen nuestra confianza en su contenido como un documento histórico confiable.

Oriundo de Croacia, Zeljko Gregor (Ph.D., Andrews University) es un especialista en arqueología bíblica. Recientemente escribió varios artículos para el Eerdmans Dictionary of the Bible (1997). Su dirección : 4766 -2 Timberland; Berrien Springs, MI 49103, E.U.A. E- mail: gregor@andrews.edu.

Notas y referencias

1. Josette Elayi: “Name of Deuteronomy’s Author Found on Seal Ring”, Biblical Archaeology Review 13 (1987), pp. 54-56.

2. Yigal Shiloh: “A Group of Hebrew Bullae From the City of David”, Israel Exploration Journal 36 (1986), pp. 16-38.

3. Hershel Shanks: “Fingerprint of Jeremiah’s Scribe”, Biblical Archaeology Review 22 (1996), pp. 36-38.

4. Andre Lemaire: “Name of Israel’s Last King Surfaces in a Private Collection”, Biblical Archaeology Review 21 (1995), pp. 48-52.

5. Avraham Biram and Joseph Naveh: “An Aramaic Stele Fragment from Tel Dan”, Israel Exploration Journal 43 (1993), pp. 81-98.

6. Gabriel Barkay: Ketef Hinnom: A Treasure Facing Jerusalem’s Walls (Jerusalem: El museo de Israel , 1986)

7. Shelley Wachmann: “The Galilee Boat”, Biblical Archeology Review 14:5 (1988), pp. 18-33; y Claire Peachey: “Model Building in Nautical Archaeology: The Kinnereth Boat”, Biblical Archaeologist 53:1 (1990), pp. 46-53.

8. Zvi Greenhut: “Burial Cave of the Caiaphas’ Family”, Biblical Archaeology Review 18:5 (1992), pp. 29-36; y Ronny Reich: “Caiaphas’ Name Inscribed on Bone Box”, Biblical Archaeology Review 18:5 (1992), pp. 38-44.

09/Dic/2006 17:46 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

QUMRÁN
Santiago Escuain-SEDIN


Uno de los descubrimientos de importancia más trascendental para el estudio de la Biblia, de su transmisión, y también para el estudio de ciertos aspectos de la vida y estado del judaísmo en la época de Cristo, es el que tuvo lugar en la zona de la desembocadura del Wadi Qumrán en el mar Muerto. Los primeros descubrimientos tuvieron lugar en 1946/47; y desde entonces se fueron sucediendo los acontecimientos, gracias a un intenso esfuerzo de exploración y excavación.

Plan del artículo

I. Khirbet Qumrán
II. Descubrimientos
III. Excavaciones en 1Q
IV. Arqueología de Khirbet Qumrán
V. Catálogo de cuevas y mss.
VI. Identificación de los qumranitas
VII. Jesucristo y los esenios
VIII. Literatura bíblica: AT
IX. Literatura bíblica: NT

I. Khirbet Qumrán

Situación:

Khirbet Qumrán (o ruinas de Qumrán) es un tell (véase TELL) que se halla a 13 Km. al sur de Jericó y a 2 Km. de la costa occidental del mar Muerto, sobre los acantilados que se hallan tras la estrecha franja costera, cerca del oasis de Ayin Feshja.

II. Descubrimientos

En varias publicaciones se halla la historia de un muchacho beduino que, a fines de mayo de 1947, se internó solo por los agrestes parajes cercanos a Ayin Feshja en persecución de una cabra que se le había escapado, y cómo, cansado, se sentó, y descubrió un orificio en la ladera. Esta historia sigue afirmando que el joven marchó aprisa de allí atemorizado, y que volvió al día siguiente con un amigo suyo para investigar más a fondo. Habiendo descubierto varios recipientes que contenían rollos, los vendieron a un comerciante de Belén. La realidad es algo distinta. El hallazgo tuvo lugar a fines de 1946. Tres pastores que se hallaban por los alrededores del oasis de Ayin Feshja, no lejos de las ruinas de Qumrán, fueron los descubridores. Yuma Mohamed Jalil tenía la obsesión de que si exploraba las cuevas suficientes hallaría un tesoro de gran valor. Acompañado de otros dos amigos, de la tribu beduina seminómada ta'amireh, llamados Jalil Musa y Mohamed Ahmed el-Hamed, guardaban los rebaños en aquella región. Yuma se dio cuenta de dos a modo de agujeros que se abrían sobre una de las paredes del acantilado. Subieron hasta allí y pudieron constatar que el agujero superior permitía el paso de una persona delgada. Al arrojar una piedra adentro, oyeron un ruido como si hubiera tocado un recipiente de barro. Llenos de curiosidad, pero impedidos de seguir explorando porque estaba cayendo la noche, él y sus amigos tuvieron que dejar la búsqueda para un día más oportuno. Dos días después, Mohamed Ahmed el-Hamed se dirigió allí a solas. Una vez dentro de la cueva, descubrió diez jarras de pie a lo largo de la pared de la cueva, algunas con su cubierta. Había muchos cascos de jarras rotas. Sólo en una de las jarras tapadas encontró dos paquetes, envueltos en telas, y empapados de algo negro. Al enterarse los otros dos de este hallazgo, y enfurecidos por la escapada del primero, llevaron los rollos a un carpintero dedicado también a las antigüedades en Belén. No llevando éste ninguna gestión a cabo, se pusieron por fin en contacto con Jalil Iskandar Shalim, un zapatero/anticuario también de Belén. Esto sucedía a principios de abril del mismo año. Finalmente, después de varias incidencias, Su Gracia Mar Atanasio José Samuel, arzobispo sirio de San Marcos de Jerusalén, se hizo con los tres rollos descubiertos en la primera incursión de los beduinos en la cueva, que resultaron ser el famoso «Rollo de Isaías», con el texto completo (1QIs'), el Comentario de Habacuc (1QpHab), y la Regla de la Comunidad (1QS), además de un cuarto rollo procedente de una segunda incursión de los beduinos en la cueva, que resultaría ser el Génesis Apócrifo (1QApGen).
En la segunda incursión se consiguieron otros tres rollos, además de dos jarras, que finalmente fueron a parar a manos del doctor E. L. Sukenik, que era a la sazón rector de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Éstos resultaron ser: una colección de Himnos o Salmos (1QH); la Regla de la Guerra (1QM), y un rollo incompleto de Isaías (1QIs'), que pasaron a la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Por medio de un bibliotecario sirio, el doctor Sukenik pudo llegar a ver los rollos del arzobispo Atanasio, pero no consiguió adquirirlos.
Después de la primera guerra árabe-israelí, el arzobispado de Mar Atanasio precisaba de dinero para hacer frente a ayudas a personas necesitadas, y recurrió a su venta en Estados Unidos. Finalmente, después de varias peripecias y negociaciones, los cuatro rollos quedaron en posesión de Israel, que los adquirió por medio de personas interpuestas para que los vendedores no conocieran el destino final de los rollos, y fueron depositados en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Yigael Yadin, el hijo del doctor Sukenik, fue quien dirigió la operación de la compra por medio de un abogado. La operación de compra tuvo lugar a mediados de 1954.

III. Excavaciones en la Cueva 1 (1Q)

Al llegar a conocimiento de las autoridades de Jordania lo referente a los hallazgos del mar Muerto, se preparó una expedición formal que excavó la cueva 1 de Qumrán, desde el 15 de febrero hasta el 5 de marzo. Esta excavación fue emprendida conjuntamente por el Departamento Jordano de Antigüedades y por la Escuela Bíblica de Jerusalén, bajo la dirección de G. L. Harding y del P. Roland de Vaux. Se hallaron muchos cascos de cerámica rota, provenientes de al menos cincuenta jarras; numerosos trozos de tejido semejantes a los que habían envuelto los mss. descubiertos, y 900 fragmentos de mss., casi todos ellos de piel, más unos pocos fragmentos de papiro. Era evidente que los siete rollos que habían sido descubiertos constituían una fracción de los que habían sido originalmente depositados en la cueva. Esta cueva es la que en la actualidad recibe el nombre de 1Q.

IV. Arqueología de Khirbet Qumrán

Intrigados y deseosos de hallar alguna luz acerca de la procedencia de estos textos, se emprendió una expedición para explorar el tell de Khirbet Qumrán y dilucidar una posible relación entre los textos y las ruinas adyacentes. Así, el Departamento de Antigüedades de Amán, el Museo Arqueológico de Palestina, y la Escuela Bíblica de Jerusalén, llevaron a cabo cinco campañas entre los años 1951-56, dirigidas por los mismos G. L. Harding y el P. R. de Vaux. Descubrieron unas ruinas de una extensión aprox. de 80 x 80 m. de lado, de forma aproximadamente rectangular y de apariencia imponente. Había una torre junto a la puerta de entrada, varias salas para diversos propósitos, y una serie de estanques unidos entre sí mediante una red de acequias, y que recibían el agua de una cisterna. Una gran grieta atraviesa todo el conjunto de norte a sur, y pasa por dos estanques. Esta grieta pertenece al terremoto del que informa Josefo (Ant. 15:5, 2), y que tuvo lugar en el año 31 a.C.
En las excavaciones se apreciaron distintos niveles. La evidencia de campo revela que ha habido una ocupación desde los siglos VIII a VII a.C. Una cisterna circular procede de esta época. Es posible que fuera Uzías quien construyera una fortaleza en este lugar (cfr. 2 Cr. 26:10). Sin embargo, la ocupación principal es la de la época de Hircano I (134-104 a.C.). La ocupación siguió ininterrumpidamente hasta el terremoto del año 31 a.C. Posteriormente, volvió a ser ocupada desde los alrededores del año 3 d.C. hasta el 68 d.C., en que debió ser tomada por los romanos en sus operaciones de limpieza conjunta a la toma de Jericó. Los restos arqueológicos indican un final violento de esta fase. Los muros fueron derribados, y hay una capa de ceniza que cubre la extensión de la localidad. Asimismo, se encontró una buena cantidad de cabezas de flecha. Se discute la posibilidad de que los mismos ocupantes de Qumrán se defendieran, o que el emplazamiento fuera tomado, a raíz de la sublevación contra Roma, por los rebeldes judíos. Hay adicional evidencia de ocupación romana hasta el año 86 d.C. Es evidente que allí quedó una guarnición hasta la total pacificación del país. La siguiente fase fue su ocupación por los fieles de Bar Koqueba (132-135 d.C.). Esta última ocupación está relacionada con los hallazgos del Wadi Murabba'at y Nahal Hever (véase sección V, al final).
Al reanudarse la ocupación de Qumrán, se evidencia una nueva etapa de construcciones. En el curso de las excavaciones se identificaron las siguientes instalaciones:


1. Entrada al acueducto 2-3. Depósitos 4. Torre 5. Estancia con bancos 6. Scriptorium 7. Cocina 8. Refectorio y asamblea 9. Despensa 10. Taller de alferería 11. Hornos.



La datación de estos hallazgos se hizo mediante diversos métodos: paleografía, datación radiocarbónica, determinación de la naturaleza histórica de los principales niveles arqueológicos de Qumrán (helenístico y romano) y el examen de varios cientos de monedas halladas en las excavaciones, que limitan el período principal de ocupación entre las fechas de 135 a.C. a 68 d.C. La datación de los mss. de la primera cueva (1Q) se hizo mediante análisis paleográficos, como ya se ha indicado. Albright asignó a los mss., en base a su comparación con el papiro Nash (véase PAPIRO), la edad de fines del período macabeo, alrededor del año 100 a.C. La prueba del radiocarbón dio la edad de 33 d.C. ± 200 años (fecha posteriormente asignada a 20 a.C.).
No lejos de las ruinas se descubrió un cementerio con más de mil sepulturas, bien alineadas. Aunque la mayor parte de los enterramientos son de varones, había también algunos de mujeres y niños.
Quedaba en pie la cuestión de si había relación entre los mss. de las cuevas y las ruinas de Qumrán. El hallazgo de varios tinteros y de una mesa y banquetas en la estancia que había sido utilizada como scriptorium ya indicaba una relación entre ambos lugares. La fecha de los mss. se correspondía con la de ocupación de Khirbet Qumrán. Se halló finalmente una gran cantidad de piezas de cerámica idéntica a la descubierta en la primera cueva, e incluso una jarra idéntica a la usada para depositar los rollos. De manera que queda bien establecido el enlace entre ambas localidades.
¿Quiénes eran los ocupantes de Qumrán? Se barajaron muchas posibilidades en aquellos primeros años de las excavaciones. Unos (Wieder, Szyszman y Zeitlin) sugirieron que eran caraítas; otra hipotética identificación fue la emitida por Teicher, según quien se trataría de ebionitas; otros (Roth, Driver) han propuesto su identificación con los zelotas; incluso se ha querido identificarlos con los saduceos (Habermann) y con los fariseos (Rabin). La mayor parte de los autores se inclina en la actualidad por la postura de que los qumranitas eran una comunidad esenia (véase ESENIOS). En la sección VI (Identificación de los qumranitas) se tratará esta cuestión con una cierta extensión. Se debe señalar, sin embargo, que la séptima cueva de Qumrán (7Q) es independiente de Khirbet Qumrán, por las razones que se exponen en la sección IX (Literatura Bíblica: NT).
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Editado por peterx, Martes, 12 de Diciembre de 2006, 15:09
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V. Catálogo de cuevas y manuscritos
Se hallaron en Qumrán mss. bíblicos y no bíblicos en las lenguas hebrea, aramea y también en griego. La riqueza, antigüedad y relevancia de estos hallazgos hicieron que Albright afirmara: «Éste es el mayor descubrimiento de los tiempos modernos.»
El total de cuevas exploradas es de once. A cada una de ellas se le ha asignado una notación. Así, las cuevas son 1Q (primera cueva de Qumrán), 2Q ... 11Q. Para denominar a los mss., se usa la procedencia de la cueva, y unos símbolos concretos. Por ejemplo, el Comentario de Habacuc, hallado en la primera cueva, tiene la designación de 1QpHab (la letra «p» designa que el escrito es un comentario).
La cantidad aproximada de materiales es de 40.000 fragmentos, que representan a 500 libros; de ellos, sólo unos pocos se han recuperado íntegros; la mayor parte son fragmentarios. Las cuevas que dieron mayor cantidad de mss. fueron 1Q, 4Q y 11Q. Aquí, evidentemente, sólo se podrá mencionar un cierto número de ellos, y tratar con una cierta extensión sólo acerca de algunos particularmente importantes en las secciones VI, VII, VIII y IX en las consideraciones correspondientes.
Cueva 1 (1Q)
Situada a medio kilómetro al nor-noroeste de las ruinas de Qumrán y descubierta a fines de 1946 en las circunstancias ya expuestas en la sección II. Fue explorada meticulosamente del 5 al 15 de marzo de 1949.
(1) Literatura extrabíblica (incluyendo comentarios al texto bíblico):

Génesis Apócrifo (1QApGen ar), en arameo. Se trata de una ampliación y embellecimiento legendario de ciertos relatos de Génesis acerca de las vidas de algunos patriarcas. Fue desenrollado en 1956. Su texto existe en inglés en la edición de Geza Vermes: The Dead Sea Scrolls in English (Los Rollos del Mar Muerto, Pelican Books A551, Londres, reimpr. 1968; en adelante: Vermes, pp. 215-224).

Los Himnos. Se conservan veinticinco de ellos (Vermes, p. 149; treinta según E. Sen Montero, «Qumrán», Gran Enciclopedia Rialp; la diferencia en el cómputo se debe a la dificultad en determinar dónde termina uno y empieza otro, Vermes, ibid.). Se trata de una excelente muestra de la poesía heb., de composición impecable. Son himnos de acción de gracias, y de oraciones individuales. Se descubrieron siete copias, y el texto inglés está dado en Vermes, pp. 149-201.

Rollo de la Guerra (1QM). Este rollo lo compró el doctor Sukenik a los beduinos en 1947. Su título actual es La Regla de la Guerra. Da normas para una guerra escatológica de la comunidad contra los kittim y las naciones. Muestra la ordenación de las batallas a luchar, la disposición táctica del ejército, las edades de los asignados a cada servicio; da normas acerca del ministerio sacerdotal asociado con la marcha de la guerra, las descripciones de las armas a utilizar; da los textos de las arengas a lanzar, y del himno de acción de gracias a cantar después de la victoria, así como la descripción de la última batalla escatológica, con una relación de las siete fases de que se compone. El planteamiento es el de la guerra de «los hijos de la luz» contra «los hijos de las tinieblas». (Véase más abajo, sección VI, apartado Escatología.) El texto en inglés aparece en Vermes, pp. 122-148.

La Regla de la Comunidad (1QS), en la que hay las diversas normas de comportamiento en el seno de la comunidad, los requisitos y forma de ingreso en ella, y las penas disciplinarias por quebrantamiento de las reglas. Para el texto en inglés, véase Vermes, pp. 72-94. Había dos anexos a él:

La Regla de la Congregación, con normas de comportamiento de la congregación durante los días del conflicto final y la era del Mesías, designado 1QSa (Vermes, pp. 118-121), incluyendo normas acerca del matrimonio, y

El Libro de las Bendiciones, designado 1QSb (Vermes, pp. 206-209), parece que usados en la liturgia de la comunidad en anticipación de la instauración de la era del Mesías.

Comentario de Habacuc (1QpHab; texto inglés en Vermes, pp. 235-243). Se aplica el mensaje de Hab. 1-2 a las circunstancias históricas del período. El comentario incluye el texto heb. de los capítulos 1 y 2, que presenta una estrecha relación con el Texto Masorético (TM). En él se hace una forzada identificación de los caldeos con los kittim; una postura que ha alcanzado mucha difusión es que por kittim se entiende a los romanos; parece ser muy coherente con el contexto histórico. Fueron ellos los que apuntalaron a la dinastía hasmonea, aborrecida por la comunidad de Qumrán por haberse apoderado del sacerdocio en perjuicio de la rama de Sadoc, a la que se mantuvieron leales. Este aspecto volverá a ser tratado en la sección VII, en el apartado Bosquejo histórico de los qumranitas.

Otro comentario es el de Miqueas (1QpMi), que comenta Mi. 1:5-6 (Vermes, pp. 230-231).

(2) Literatura bíblica:

Libro del profeta Isaías. Se hallaron dos rollos en la primera cueva. El primero (1QIsa) presenta el texto completo. Aunque exhibe un buen número de cambios en escritura, en formas gramaticales, y otras variantes, es notablemente idéntico al libro de Isaías en el TM (más consideraciones se dan en la sección VIII). El segundo rollo de Isaías (1QIsb), aunque incompleto, presenta una caligrafía mucho más bella, y un texto casi idéntico al masorético. Se conservan parte de los caps. 41 y 43 a 66, junto con algunos fragmentos de los capítulos anteriores.

Libro de Isaías hallado en 1Q

Fragmentos del Libro de Daniel (1Q71, 1Q72). En estos fragmentos se halla precisamente el pasaje en el que se da el cambio de lenguas de heb. a aram. (Dn. 2 .

También se hallaron en 1Q cinco pequeños fragmentos del libro de Levítico, pertenecientes al «Código de Santidad» (Lv. 17-26); estos fragmentos han sido fechados por A. Parrot como anteriores al siglo V a.C.


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Cueva 2 (2Q)
En febrero de 1952 los beduinos hallaron otra cueva, a poca distancia al sur de la primera. De esta incursión consiguieron fragmentos de los libros de Éxodo, Rut, Salmos, Jeremías, del Libro de los Jubileos, y otros diversos, adquiridos por la Escuela Francesa de Arqueología y por el Museo Palestino de Jerusalén. A la vista de estos hallazgos, se llevó a cabo una expedición en toda regla, efectuándose la exploración de todo el acantilado en el que se hallaba la cueva, con toda la región circundante, en 8 Km. de extensión. Se descubrieron unas 170 cuevas, en 25 de las cuales se hallaron restos de cerámica, y en bastantes de ellas rollos y fragmentos de mss. En la cueva 2Q se halló un rollo de Levítico (2QLev).
Cueva 3 (3Q)
Se hallaron restos de diversos libros canónicos, así como de literatura no bíblica.
(1) Literatura extrabíblica:

Rollo de cobre (3Q15). Descubierto por el conde de Contenson en 1952 estaba dividido en dos porciones. Se hallaba sumamente oxidado, y no era posible desenrollarlo, por lo que tuvo que ser cuidadosamente cortado en tiras Se pudo leer bien. Da una relación de sesenta lugares de Palestina en los que se habían escondido oro, plata, perfumes, rollos de mss., etc. La cantidad total de metales preciosos relacionada es aproximadamente como sigue: unas sesenta y cinco toneladas de plata y veintiséis de oro. Ha habido autores que han considerado que estas cifras son fabulosas y que se trata de una obra de ficción (J. T. Milik). Otros creen que se trata de un tesoro real, ya desaparecido (K. G. Kuhn, C. Rabin y J. M. Allegro). La hipótesis más plausible es esta última. Con Qumrán en manos zelotas alrededor del año 68, d.C., no hubiera habido problemas para depositar tanto el rollo como el tesoro en los parajes del desierto. El estilo del rollo no es el que corresponde a una antigua leyenda sino que está dado en un lenguaje árido de catálogo. El mismo hecho de que este catálogo fuera inscrito en un rollo de material sumamente duradero y costoso le da carácter oficial (cfr. Vermes, pp. 250-252). En realidad, no hay nada implausible en estas cantidades de oro y plata (véase ORO).

Rollos de cobre de 3Q
(2) Literatura bíblica:

Entre varios fragmentos, destacan los que contienen el Salmo 2 (3QPs 2). Presenta un lenguaje «mishnaico», y fue publicado en 1960 por J. Allegro. Cross lo fecha en el año 75 d.C.

Cueva 4 (4Q)
Explorada entre el 22 y 29 de septiembre de 1952, resultó ser muy abundante en mss. Hay más de trescientos ochenta libros procedentes de esta cueva, de los que hay cien copias de los libros canónicos, viéndose representado todo el AT con excepción de Ester.
También está representada la LXX. Para mencionar una pequeña cantidad de los que han sido estudiados:
(1) Literatura bíblica:

Libro del Éxodo (4QExf). Este texto está fechado alrededor del año 250 a.C. Esta fecha ha quedado confirmada paleográficamente gracias a su comparación con unos fragmentos de Wadi Daliyeh de carácter jurídico-administrativo y que, por ello, están fechados (F. M. Cross, cfr. González Lamadrid: Los Descubrimientos del Mar Muerto, BAC, Madrid, 1973, pp. 77-78)

Libro de Samuel. Dos fragmentos (4QSama y 4QSamb). Este último presenta el más antiguo texto conocido en escritura cuadrada, y se le ha asignado la fecha de 225 a.C. (F. M. Cross, cfr. párrafo anterior). Contiene 1 S. 16:19-21:23, y afirman los especialistas que se trata de un texto superior al del TM y LXX. En cambio, el fragmento de «Sama» presenta un texto más cercano a la LXX que al TM, además de presentar fuertes analogías con el pasaje paralelo en Crónicas.

El fragmento de Eclesiastés (4Q Qoh [Qoh = Eclesiastés] presenta un interesante problema para los adherentes a la escuela racionalista. Fechado entre 175 y 150 a.C., y no siendo evidentemente el texto original, destruye la opinión extendida que situaba su fecha de redacción en el siglo II o I a.C.

El libro de Jeremías está representado por dos fragmentos (4QJera y 4QJerb). El primero, al que Cross ha asignado una fecha de 175 a.C. y de carácter protomasorético, y otro, también heb., pero del mismo tipo que la traducción gr. LXX.

Entre los diversos fragmentos del Libro de Daniel destaca 4Dna, fechado alrededor del año 120 a.C. Ahora bien, según la crítica racionalista, la fecha de redacción original era de alrededor del año 168 a.C. (Véase DANIEL [LIBRO DE] Este fragmento de Daniel de tanta antigüedad muestra que su aceptación se había generalizado en el seno de las diversas ramas del judaísmo, haciendo totalmente insostenible la idea de que hubiera sido escrito sólo alrededor de unos 50 años antes de la preparación de esta copia.

Otros escritos bíblicos de Qumrán lo son varios fragmentos gr. de la versión LXX, entre los que se hallan 4QLXX Lva, que es un fragmento de pergamino con parte de Lv. 26; 4QLXX Lvb, cuatro fragmentos de papiro con partes de Lv. 2-5; 4QLXX Nm, una membrana con partes de Nm. 3-4.

(2) Literatura extrabíblica:

Florilegio (4QFlor). Se trata de una combinación de pasajes de las Escrituras con comentario para identificar a la comunidad de Qumrán con el Templo. El texto en inglés se da en Vermes, pp. 245-247.

Comentario al Salmo 37 (4QpPs 37), de carácter escatológico (Vermes, pp. 243-245).

Testimonio (4QTest). Se trata de un texto de carácter mesiánico, con textos de Deuteronomio., Números., y un breve comentario sobre Jos. 6:26 (Vermes, pp. 247-249).

Comentario de Isaías. Hay cuatro fragmentos, 4QpIsa, b, c, d. Los fragmentos a y d son de particular interés. El primero trata del famoso pasaje mesiánico de Is. 11:1-3 (Vermes, pp. 226-229 para el texto de los cuatro fragmentos).

Otros interesantes comentarios son el de Oseas (4QpHos, Vermes, p. 231); de Nahum (4QpNah, Vermes, pp. 231-234). Hay también otros fragmentos, como las Bendiciones Patriarcales (4QPB, Vermes, p. 224); Leyes bíblicas (4QOrdenanzas, Vermes, p. 249); cuatro textos aram. y uno en heb. de Tobías, cuya redacción se asignaba antes a los siglos II o I a.C., y que ahora tiene que proyectarse hacia atrás, a los siglos V o IV a.C.; finalmente, se puede mencionar La Oración de Nabónido, fragmento en arameo (Vermes, p. 229), de gran interés, porque demuestra que este personaje, padre de Belsasar, era conocido de los judíos en la época intertestamentaria. (Cfr. DANIEL [LIBRO DE].)

Cuevas 5 y 6 (5Q y 6Q)
En ellas no se ha descubierto gran abundancia de material. Sí se deben mencionar un ms. de Isaías (5QIs) y un ejemplar del Documento de Damasco (6QDD), cuyo texto da Vermes, pp. 97-117.
Cueva 7 (7Q)
Fue descubierta y excavada del 16 al 19 de febrero de 1955, dentro de un plan sistemático de excavaciones, bajo la dirección de Hassan Awad. Se hallaron los restos de dos jarras grandes y fragmentos de otras, además de varios fragmentos de literatura en gr., que fueron provisionalmente atribuidos a la LXX. Se trataba de fragmentos de papiro escritos por una sola cara, lo que indicaba que habían pertenecido no a códices, sino a rollos. Esto constituyó ya una indicación inicial de antigüedad. No se halló ningún otro tipo de mss. que éstos.
En la edición princeps publicada para poner estos fragmentos al alcance de los especialistas (editores: M. Baillet, J. T. Milik y P. R. de Vaux: Discoveries in the Judaean Desert III, Oxford University Press, 1962) ya se había logrado la identificación de los fragmentos 7Q1 y 7Q2, con Éx. 28:4-7 y Jer. 5:43-44 respectivamente. Se insinuaba que 7Q3 a 7Q5 pudieran corresponderse asimismo con pasajes bíblicos, y los 13 restantes quedaban totalmente indeterminados.
Fragmentos 1 y 2 de la Cueva 7 de Qumrán
Después de penosos estudios, sin embargo, José O'Callaghan, S. I., conseguía identificar varios de los fragmentos con pasajes del Nuevo Testamento. La relación es la siguiente:

7Q4, 1 Ti. 3:16; 4:1, 3; 7Q5, Mr. 6:52-53; 7Q61, Mr. 4:28; 7Q62, Hch. 27:38; 7Q7, Mr. 12:7; 7Q8, Stg. 1:23, 24; 7Q9, Ro. 5:11, 12; 7Q10, 2 P. 1:15; 7Q15, Mr. 6:48.

Fragmentos 3, 4, 5, de la Cueva 7 de Qumrán
Datación de los fragmentos
Como podrá comprenderse, ésta es una cuestión de inmensa importancia, porque los resultados inciden directamente sobre toda la discusión de la transmisión de los textos del NT y de su formación. Los resultados quedan fuertemente condicionados por las siguientes observaciones: antes de la identificación de los fragmentos se había fechado arqueológicamente el cierre de la Cueva 7 en el año 70 d.C. Por otra parte, M. Baillet afirma en un artículo («Les manuscrits de la grotte 7 de Qumrân et le Nouveau Testament», en Biblica 53 [1972], p. 515): «7Q4-18: entre el 50 antes y el 50 después de Cristo», confirmando la anterior datación al mismo efecto dada por el prestigioso experto C. H. Roberts.
En base a los criterios paleográficos (la comparación de la escritura con escritos de edad fijada previamente), la situación es:

7Q4: fecha asignada de alrededor de fines del siglo I d.C. (O'Callaghan: «Los papiros griegos de la Cueva 7 de Qumrán», BAC, Madrid, 1974, en adelante O'Callaghan, pp. 35-36);

7Q5, fecha asignada de mediados del siglo I (ibid., p. 45);

7Q6-1 y 7Q6-2, fecha asignada de mediados del siglo I (ibid., pp. 62, 63);

7Q7, de primera mitad o mediados del siglo I (ibid., p. 68);

7Q8 igual a 7Q6, cfr. O'Calaghan, p. 72; 7Q9, mediados del siglo I, ibid, p. 73;

7Q10, mediados del siglo I, ibid., p. 75;

7Q15, primera mitad del siglo I, ibid, p. 76.

Estos mss. son evidentemente copias, como lo demuestra el uso del estilo ornado «zierstil» utilizado, con las líneas dispuestas de una manera profesional y con las columnas justificadas. Aunque O'Callaghan indica una fecha algo tardía para 7Q4, no debe tomarse como mínimo, sino más bien como máximo. La sutil diferencia en el trazo bien puede haberse debido a otra mano, y él mismo está dispuesto a aceptar una edad más cercana al tercer cuarto del siglo I. La fiabilidad de este hallazgo y sus implicaciones en las teorías acerca de la formación del canon del NT se tratarán en la sección IX de este artículo.

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Cuevas 8, 9 y 10 (8Q, 9Q y 10Q)
Estas cuevas, exploradas durante el año 1955, no rindieron demasiado material. Merece destacarse una filacteria (8QFil). Los textos de los pergaminos fueron publicados por Yigael Yadín en 1969 (cfr. Biblical Archaeology Review, sept./oct. 1984, p. 26), dando evidencia de cómo se doblaban los textos y cómo se ataban.
Cueva 11 (11Q)
Esta última cueva, la tercera en importancia por la cantidad de material recuperado, fue descubierta y explorada en enero/febrero de 1956. Se citan los siguientes hallazgos importantes:
(1) Literatura extrabíblica:

El Rollo del Templo (11QTs). Consta de 66 columnas, con una longitud total de 8,20 m. Su datación paleográfica lleva a asignarle una fecha de la época herodiana tardía, de mediados del siglo I d.C. Y. Yadín, su editor actual, observa que se trata de la fecha de la copia, no del original; en opinión de Yadín, la evidencia interna del ms. conduce a asignar una fecha de redacción de entre el 150 y 125 a.C. Ello queda confirmado por la existencia de fragmentos de copias adicionales, y más antiguas, de este documento, en 4Q, con una escritura hasmonea de alrededor del año 125/100 a.C., lo que, como mínimo, lo sitúa entre 150/125 a.C.

Toda la evidencia apunta a que este texto constituía la ley básica de los qumranitas, junto con la Ley de Moisés. El rollo contiene largos pasajes que proceden del Pentateuco, incluso capítulos enteros. Un aspecto muy característico, sin embargo, de 11QTs, es que en muchos pasajes es Dios quien habla directamente en lugar de Moisés. Yadín señala que, evidentemente, el autor quería presentar la ley como dada directamente por Dios, sin intermediario. El contenido de 11QTs es el siguiente:

(A) Planos del Templo a construir en el futuro mesiánico, (B) sacrificios del Templo (C) estatutos del rey: (1) acerca del matrimonio del rey (2) movilización durante la guerra (3) derechos limitados del rey al botín en la guerra (el diez por ciento), (4) constitución del consejo (compuesto por doce sacerdotes, doce levitas y doce israelitas del pueblo), (5) puestos de autoridad subalternos; (D) leyes de la comunidad para el presente y para el futuro escatológico, en el que los herederos del sacerdocio de Sadoc reinen en Jerusalén; (E) leyes de las fiestas, muchas de las cuales no son ordenadas en la Biblia, (F) leyes sobre la idolatría, votos y juramentos, animales limpios e inmundos, impurezas rituales, leyes de testimonio, etc.

A diferencia de la Ley de Moisés, que presenta una ordenación histórica, esta Ley del Templo esta ordenada temáticamente.

En esta Ley hay un gran rigor en las demandas. Por ejemplo, se prohíbe tener relaciones sexuales en la ciudad de Jerusalén, así como hacer en ella las necesidades. Todas las reglas de la purificación son de un fariseísmo llevado a extremos de exacerbación.

También se halló en 11Q un targum arameo del libro de Job, entre otra mucha cantidad de literatura, cuya publicación se ha ido acelerando durante la década de 1990 en adelante, gracias a las presiones del grupo editorial de Biblical Archaeology Review.

(2) Literatura bíblica:

Libro de los Salmos (11QPs). Fue desenrollado en noviembre de 1961. Se habían hallado también fragmentos aparentemente pertenecientes al mismo rollo, y otros materiales fragmentarios. De todo el conjunto de 150 salmos sólo se han conservado treinta y seis, dispuestos en un orden distinto al canónico. También aparecen ocho composiciones no canónicas en este rollo, de las que cinco eran ya conocidas. Este texto concuerda, a todos los efectos, con el TM.

Otras cuevas
A dieciocho kilómetros al sur de Qumrán, en las cercanías del Wadi Murabba'at, los beduinos hallaron unas cuevas con diversos mss. Este hallazgo tuvo lugar en el año 1951. Después de una búsqueda sistemática gracias a las pistas dadas por los beduinos, De Vaux descubrió una buena cantidad de restos: de estas cuevas salió el más antiguo ms. heb. conocido, un papiro fechado en el siglo VII a.C., anterior al exilio babilónico (cfr. González Lamadrid: Los Descubrimientos del Mar Muerto, BAC, Madrid, 1973, pp. 50-51). También se encontraron muchos mss. bíblicos fragmentarios, todos ellos con escritura protomasorética, una copia fragmentaria de la versión gr. de los Profetas Menores (de alrededor del año 150 d.C.); otro texto de los profetas menores, entregado por los beduinos, y que afirmaban proceder de Murabba'at, datado también por el siglo II d.C., pero en lengua heb. de tipo premasorético, y conteniendo desde la mitad de Joel hasta el comienzo de Zacarías; cartas escritas de puño y letra del caudillo de la segunda insurrección judía contra Roma (132-135 d.C.), a quien el Rabí Akiva había dado el nombre de «Bar Coqueba» (hijo de la Estrella), en una blasfema alusión a la profecía mesiánica de Nm. 24:17. También se descubrieron dos cartas dirigidas a él. En base a los mss. de Murabba'at, que están bien fechados, ya que algunos de ellos llevan inscrita su fecha de una manera expresa, y otros se pueden datar por su marco arqueológico y monedas asociadas, se puede establecer una base realmente fiable para los estudios paleográficos, y asignar con toda confianza a los escritos heb. de Qumrán la fecha del siglo I d.C. y anterior a él.
En Masada, y entre otros varios materiales pertenecientes a la época de la última resistencia de esta fortaleza contra los romanos (73 d.C.), se han hallado, en excavaciones paralelas a las de Qumrán, unos pocos fragmentos bíblicos del AT, veintiséis fragmentos (algunos grandes) del texto heb. del libro apócrifo de Eclesiástico, y una copia de La Liturgia de los Ángeles, o Cánticos del sacrificio del sábado, como otros llaman a esta obra. Además de esta copia en Masada, se habían hallado otras en Qumrán. Ello sugiere que quizás algunos de los qumranitas se unieran en la última resistencia a ultranza contra los romanos (Vermes, pp. 211-213).
Otros hallazgos dignos de mención son los de Nahal Hever, a seis kilómetros al sur de En-gadi, donde en 1960 arqueólogos israelitas hallaron quince cartas remitidas por o a Bar-Coqueba; nueve de ellas escritas en aram., cuatro en heb. y dos en gr. En 1961 se descubrieron sesenta y cinco papiros adicionales y algunos documentos en pergamino, entre ellos algunos contratos legales.
En Khirbet Mird se hallaron restos de mss. en ár., gr. y aram., de los siglos V a VII d.C., incluyendo el más antiguo fragmento gr. conocido de Eurípides, 1.000 años más antiguo que los conocidos hasta la fecha.
Pero fue en el Wadi Daliyeh, a catorce kilómetros al norte de Jericó y once al oeste del Jordán, que se hizo un espectacular hallazgo. En la exploración de 1963 dirigida por P. Lapp se descubrían, en la cueva «Mugharet Abu Shinjeb», cuarenta papiros arameos procedentes de los años 375-335 a.C. Los mss. estaban sepultados en una cueva junto a los cadáveres de quizá doscientos fugitivos samaritanos que, evidentemente, habían intentado escapar a la cruel acción de las tropas de Alejandro Magno en el año 331 a.C. Estos mss., de edad conocida, sirven a su vez como pauta paleográfica para datar los mss. más antiguos de Qumrán (cfr. González Lamadrid, op. cit., p. 86).
VI. Identificación de los qumranitas
En el párrafo final de la sección IV, «Arqueología de Khirbet Qumrán», se presentaban las distintas posibles identificaciones sugeridas al inicio de las excavaciones. Es evidente que las identificaciones con fariseos y saduceos deben descartarse de entrada, por cuanto éstos no se constituyeron en comunidad aparte ni se separaron del culto del Templo, así como tampoco rechazaron los sacrificios en él. Tampoco puede tratarse de ebionitas, ya que éstos surgieron mucho más tardíamente. Los documentos de Qumrán están fechados entre 150 a.C. y 68 d.C., mientras que en la tesis ebionita los escritos hubieran sido redactados mucho después del año 70 d.C., y guardados en las cuevas alrededor del año 303 d.C. Esta postura se enfrenta de una manera patente a los datos arqueológicos y paleográficos. La tesis de los caraítas es atractiva, por cuanto hay ciertas importantes semejanzas. Pero los caraítas fueron fundados en el siglo VIII d.C. por Anán. Es muy posible que recibieran su inspiración de los escritos de Qumrán. Eran poseedores de copias del llamado Documento de Damasco, del que se han descubierto copias qumranitas muy anteriores en 4Q y 6Q. Su identificación con los zelotas tampoco es satisfactoria. Para establecer una identificación sobre una base algo sólida, se deben estudiar los antecedentes de la comunidad.


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Bosquejo histórico del qumranismo
En base a las alusiones dadas en el Documento de Damasco, los fundadores fueron elegidos en la «era de la ira» (cfr. 1 Mac. 1:66; 2:49), 390 años después de la destrucción del Templo de Salomón por los babilonios. En el estudio de Vermes (p. 62), se hacen unas correcciones cronológicas en base a unos errores detectados en la literatura judía paralela acerca de la dominación del imperio persa. Ello llevaría entonces al año 175 a.C. Ésta es la época de Antíoco Epifanes, en la que surgieron los hasidim, o «piadosos», que se opusieron totalmente a la helenización que Jasón y Menelao querían introducir en Judea; siguiendo este proceso, Antíoco impuso la prohibición de practicar el judaísmo. Muchos de los hasidim huyeron al desierto (cfr. 1 Mac. 2:29-30), uniéndose sólo a desgana con los macabeos (1 Mac. 2:42). Sin embargo, cuando Demetrio, hijo de Seleuco, se apoderó del trono, nombró a Alcimo, de la casa de Aarón, como sumo sacerdote de Israel. Los hasidim abandonaron entonces la lucha, dispuestos a reconocerlo (1 Mac. 7:13-16), Sin embargo, sus esperanzas quedaron defraudadas ante los turbios manejos de Alcimo, que hizo ejecutar a sesenta de ellos. Huyeron entonces al desierto, desorientados. Fue entonces que surgió la figura del «Maestro de Justicia», alrededor del año 155 a.C. Impregnado de un intenso ideal sadoquita (la restauración de un orden teocrático en Israel bajo el linaje sumosacerdotal de Sadoc), asumió la dirección de los que rechazaban la helenización, por una parte, y la asunción del sumo sacerdocio por personas ajenas a su línea, por otra. En efecto, muerto Alcimo en el año 159 a.C., el pontificado había quedado vacante. Jonatán Macabeo estaba entonces acaudillando la nación, y eliminando la cultura helénica (1 Mac. 9:73). En el año 152 a.C. Alejandro Balas lo designó sumo sacerdote. Sin embargo, Jonatán no era de la descendencia de Aarón, ni de la casa de Sadoc. El «Maestro de Justicia» rechazó de plano tal asunción al sumo sacerdocio (cfr. 1QpHab col. VIII, Vermes, p. 240). Jonatán, junto con Simón, el otro «instrumento de violencia» (cfr. 4QTest, Vermes, p. 248), se dedicó a reforzar las defensas de Jerusalén y de las ciudades de Judea (cfr. 1 Mac. 12:35-38).
Perseguido, el «Maestro de Justicia» tuvo que retirarse al exilio (1QpHab col. XI, Vermes, p. 241). Como lo expone Vermes de una manera rigurosa, el Documento de Damasco (6QDD) así como los comentarios de Habacuc (1QpHab) y de Nahum (4QpNah) concuerdan con las condiciones históricas del establecimiento y decadencia de la dinastía hasmonea, aborrecida por los qumranitas por su asunción del sumo sacerdocio.
Qumrán y los esenios
Un examen de la vida de los qumranitas en base a los escritos descubiertos muestra su identidad, prácticamente cierta, con los esenios. Son múltiples los puntos de identidad entre lo que se afirma de los esenios en Josefo, Filón de Alejandría y Plinio, y la descripción de la comunidad de Qumrán por parte de los propios libros de ellos. Así, se pueden mencionar, entre otros, los siguientes puntos comunes:

(1) Vida y posesiones en común: cfr. Regla de la Comunidad (1QS, cols. i, v, vi, Vermes, pp. 72, 78, 82) con Guerras 2:8, 3. Había dos niveles de comunidad, la cerrada o «monástica», como la de Qumrán, y la de ciudad, o «abierta» en lo que respecta a la comunidad de bienes. Sin embargo, en esta última se ordenaba una solidaridad ilimitada (cfr. Vermes, p. 29, y Documento de Damasco, 6QD, col. XIII, Vermes, p. 115).

(2) Comida en común, que tenía carácter sacrificial, dándose al comedor el carácter de santuario, RC, 1QS vi, Vermes 81; cfr. Guerras 2:8, 5.

(3) Oraciones en común, RC, 1QS vi, Vermes 81; Guerras 2:8, 5.

(4) Baños rituales, RC, 1QS III y V, Vermes 75 y 79; cfr. Guerras 2:8, 5.

(5) Norma de silencio en el sentido de no decir nada por hablar, RC, 1QS v, Vermes 81; cfr. Guerras 2:8, 5.

(6) Orden estricto para hablar, debiéndose pedir permiso, RC, 1QS vi, Vermes 81; cfr. Guerras 2:8, 5.

(7) Obras de caridad, RC, 1QS iv, v, Vermes 76, 82; DD, 6QD vi, xiv, Vermes 103, 116; cfr. Guerras 2:8, 3-4.

(8) Reglas de admisión, con diversas pruebas escalonadas, al cabo de las cuales se era admitido tras terribles juramentos con bendiciones y maldiciones, RC, 1QS i, v, vi, Vermes 72, 73, 79, 82; cfr. Guerras 2:8, 7.

(9) El sábado: normas sumamente estrictas: °No se podía siquiera sacar un animal de un hoyo en el que hubiera caído! Si se trataba de hombres en peligro, sí se podía actuar, DD, 6QD xi, Vermes 133, cfr. párrafos 3 y 5; cfr. Guerras 2:8, 9.

(10) Estaba prohibido tener relaciones sexuales en la ciudad del santuario (DD xii, Vermes 113, cfr. 11QTs, El Rollo del Templo, del que informa Yigael Yadin que también tiene esta prohibición.

(11) Secreto total acerca de las doctrinas propias y de los libros exclusivos de la secta, RC 1QS ix, Vermes 88; DD, 6QD xi, Vermes 108; cfr. Guerras 2:8, 7.

(12) Medidas de disciplina: Eran draconianas, RC, 1QS vi, vii, viii y ix; cfr. Guerras 2:8, 8.

Efectivamente, los libros de la secta no imponían un celibato absoluto, pero sí que imponían normas de pureza ritual que hacía mucho más conveniente este estado. El mismo Josefo reconoce que había esenios casados (Guerras 2:8, 13). Para las normas acerca del matrimonio, de estricta monogamia, véanse DD, 6QD iv, vii, Vermes 101, 104; Regla de la Congregación, 1QSa, i, Vermes 119.
Con respecto al tema de la identificación de los qumranitas con los esenios, es de sumo interés un pasaje de Plinio el Viejo en su obra Historia Natural. En un pasaje afirma él que los esenios tenían un centro en la costa occidental del mar Muerto, al norte de En-gadi (Hist. Nat. 5:17), lo que coincide con la situación de Qumrán.
En relación con la identificación de los qumranitas con los esenios, llama la atención el estudio de Morton Smith (Biblical Archaeology Review, sept./ oct. 1984, vol. X, nº. 5: «The case of the gilded staircase»). En base a su estudio de la columna 30 del Rollo del Templo (11QTs xxx) afirma, con un vigoroso aporte de datos, que posiblemente una de las prácticas secretas de la secta de Qumrán fuera la adoración del sol, como representante visible de Dios. Para ello se apoya en el hecho de que en este pasaje se halla el proyecto de una escalera toda recubierta de oro, con un diseño muy especial, planeada para el futuro templo a construir después de la victoria final. Morton argumenta que la fantasiosa exégesis del AT de que dan evidencia los qumranitas hubiera posibilitado esta práctica. Los judíos eran, en efecto, maestros de la casuística. En el Talmud de Babilonia («Tratado Sanedrín», 17a, final), se preserva un dicho del Rabí Judá: «Nadie puede sentarse en el sanedrín a no ser que sepa cómo demostrar, en base a las Escrituras, que un reptil es un animal limpio» (°!). Esta práctica tendría mucho que ver con el nombre que tenían de «hijos de la luz». Posiblemente explicaran su adoración al sol «como representación de la divinidad», en forma parecida a como el catolicismo romano y otras confesiones ritualistas intentan justificar el culto a las imágenes, aduciendo que «se da culto a lo que la imagen representa, no a la misma imagen». Pero lo realmente interesante en relación con estas afirmaciones es que A. Edersheim, ya en 1883, apuntaba a esta misma posibilidad respecto a los esenios (cfr. A. Edersheim: The Life and Times of Jesus the Messiah, vol. I, p. 327). Del estudio de Edersheim, que dedica varias páginas a los esenios, se desprende además que el judaísmo oficial consideraba perniciosos los escritos secretos externos («Sepharim haChitsonim»), hasta el punto de negar la vida eterna a los que los estudiaran (Edersheim, op. cit., vol. I, p. 333).

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Recapitulación
Los qumranitas eran, por todo lo que antecede, un grupo muy riguroso que se convirtió en secta inicialmente debido a su rechazo al servicio del Templo, al creerlo contaminado por la accesión al sumo sacerdocio de aquellos que no tenían derecho para ello, manteniéndose fieles a la casa de Sadoc (cfr. Ez. 44:15). La forma final de su doctrina vino gradualmente de su fe en sus propias y extremas interpretaciones, del liderazgo carismático del Maestro de Justicia, de influencias persas de la época de la cautividad, que también se dejaron sentir en el rabinismo, y de la manipulación y ampliación de la Ley para hacerla concordar con sus propios prejuicios. Eran hiperlegalistas, especialmente en lo que se refiere a la práctica del sábado y a las leyes de la purificación. Hay evidencias de que muchos de los qumranitas procedían de familias sacerdotales. Eran los campeones de la imposición del dominio sacerdotal sobre el Templo y todo Israel. Como se aprecia en los diversos mss., no constituían un bloque monolítico, de la misma manera que de las descripciones de los autores antiguos se ve que los esenios no constituían un bloque, sino que, dispersos por toda Judea, incluyendo Jerusalén, había comunidades cerradas a las que se unían otras formadas de miembros con una vida más arraigada en lo cotidiano. Sin embargo, Josefo sitúa su número en cuatro mil miembros.
La concepción escatológica de los qumranitas era que los últimos sacerdotes infieles de Jerusalén verían su dominio roto por el invencible kittim (Roma; cfr. 1QpHAb, i). Una vez caído todo el mundo bajo el poder de los kittim (1QpHab, ii), se lanzaría la proclamación de guerra contra ellos por parte de los «hijos de la luz». Los detalles de esta guerra para el establecimiento final del Reino de Dios y de la supremacía del resto de Israel (con el que ellos se identificaban; cfr. RESTO [DE ISRAEL] se dan en el libro Reglas de la Guerra (1QM). (Véase sección V de este artículo, Cueva 1 [1Q].) En esta guerra tendrían el apoyo de los ejércitos celestiales contra los hijos de las tinieblas, que a su vez serían apoyados por Belial con su ejército de demonios. Destruidos éstos, sería establecido el Reino de Dios. Estaban también previstas en otros escritos las normas para gobernar la vida del mundo en los tiempos mesiánicos. En el tiempo de Su visitación Dios establecerá la verdad para siempre, poniendo fin a la falsedad, enseñando a cada hombre el conocimiento del Altísimo para que camine en su conocimiento perfecto.
Como se puede ver, una gran parte de la imaginería escatológica de Qumrán está tomada del AT.
Es evidente que todo lo anterior lleva a la identificación de Khirbet Qumrán con las ruinas de un núcleo esenio, y que varios de los libros hallados en las cuevas, como el Rollo del Templo (11QTs), la Regla de la Comunidad (1QS) con sus apéndices (la Regla de la Congregación, 1QSa, y El Libro de las Bendiciones, 1QSb), El Documento de Damasco (6QD), Las reglas de la Guerra (1QM), y varios más de los mss. extrabíblicos, constituyen los «libros secretos» que sólo los iniciados en el esenismo podían conocer.
VII. Jesucristo, el cristianismo, y los esenios
Varios autores se sorprenden de que en el NT no se haga mención de los esenios. Se debe recordar, sin embargo, que los esenios eran una comunidad totalmente encerrada en sí misma, viviendo al margen del judaísmo en su aspecto religioso y social. También se debe recordar que Josefo cuenta cuatro mil esenios en Judea. Por ello, no es de sorprender que no jueguen ningún papel patente en los Evangelios.
Hecha esta salvedad, se deben hacer unas observaciones. Hay unas alusiones en los Evangelios que se entienden bien como alusión expresa a las prácticas de los esenios. Un ejemplo lo constituye el mandato del Señor Jesús en el Sermón del Monte. Ordena Él amar a los enemigos, en contra de la orden dada de aborrecerlos (cfr. Mt. 5:43-44). Sin embargo, en los textos hebreos del AT no existe tal enseñanza, ni en los rabínicos, como observa Yigael Yadín. Esta enseñanza sí se daba entre los esenios, sin embargo. En la Regla de la Comunidad (1QS) se da la orden de aborrecer para toda la eternidad a los Hijos de las Tinieblas (1QS, I, IX). La mención de este mismo hecho acerca de los esenios por parte de Josefo (Guerras 2:8, 7) da evidencia de que este rasgo era de dominio público.
Yadín observa asimismo que el pasaje de Mr. 8:14-21 es una expresión a la vez antifarisaica y antiesenia de Jesús. Hace mención de las doce cestas recogidas con posterioridad a la multiplicación de cinco panes entre cinco mil, y a las siete que sobraron después de repartir siete panes entre cuatro mil. Los fariseos estaban asociados con los sacrificios del Templo, donde estaban los doce panes de la proposición. En cambio, en el Rollo del Templo de los qumranitas se disponen siete panes para la ceremonia anual de ordenación de sus sacerdotes. Así, Yadín razona que esta alusión sería doble, a fariseos y esenios. Evidentemente, Jesús menciona realmente a los herodianos, no a los esenios. Pero Yadín señala la afirmación de Josefo del gran favor en que los tenía Herodes, que los protegía (Ant. 15:10, 5). No es la primera vez que se propone la identificación de los herodianos con los esenios. A los herodianos, en realidad, no se les conoce en absoluto, más que por ésta y otras alusiones en el NT, y su perfil no está nada definido. Incluso un historiador de la vida del Señor de la talla de Alfred Edersheim tiene que decir, del partido de los herodianos, «pudiera haber sido ...», refiriéndose a la teoría que haría de ellos un partido gentilizante. Este apelativo pudiera haber sido popular, denotando a los objetos del favor especial de Herodes, como lo eran los esenios.
Por otra parte, hay autores que pretenden que el cristianismo surgió del esenismo, y que Juan el Bautista era esenio. Sin embargo, la familia de Juan estaba conectada con el Templo, y él nunca predicó en contra de esta institución. Es evidente que hay una gran cantidad de elementos comunes en la imaginería cristiana y la esenia. Después de todo, es patente que ambas corrientes tienen un gran fondo común de contenido veterotestamentario. Pero el contenido y desarrollo doctrinal del cristianismo son tan diferentes del esenismo, y el cristianismo estaba tan lejos de ser una sociedad hermética y legalista, que es inconcebible mantener que éste se derive del esenismo.
Yadín, por su parte, cree que Pablo fue el elemento clave en la liberación de los cristianos con respecto a la Ley °inspirado en el esenismo! Aunque es cierto que Pablo tuvo un importante papel en la proclamación del evangelio de la gracia a los gentiles, y en la exposición de la relación de la gracia con la Ley y de la abolición de ésta para aquel que ha muerto en Cristo (véanse LEY, PABLO, etc.), fue Pedro quien recibió la visión que lo llevó a predicar el Evangelio a casa de un gentil, y fue Jacobo, el presidente de la iglesia en Jerusalén, quien dio la palabra decisoria sobre la libertad de los cristianos procedentes de la gentilidad acerca de la Ley (véanse CONCILIO DE JERUSALÉN, e HISTORIA BÍBLICA d.C). Además, todo el planteamiento de la cuestión era diferente en ambos casos. El esenismo no liberaba a nadie del yugo de la Ley, sino que insistía aún más que el rabinismo en sus preceptos. Sólo se mantenían apartados del Templo de Jerusalén debido a la existencia de una línea de sacerdocio no sadoquita. El cristianismo, bien al contrario, basa la abolición del sistema sacrificial judaico en que las sombras, una vez cumplidas, dan paso a la realidad (cfr. HEBREOS [EPÍSTOLA A LOS] .
Vermes (op. cit.) sostiene en su libro (p. 46), una semejanza entre el concepto esenio de sacrificio de uno mismo y el que da Pablo en Ro. 12:1: «Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.» Pero Vermes pasa por alto que el concepto esenio no puede ser análogo al paulino porque, en sus propias palabras, «la comunidad atribuía un valor sacrificial al ejercicio de la virtud y al sufrimiento ... enseñaba (la comunidad) que una vida santa tenía un valor expiatorio y santificante ... era el verdadero remedio contra la enfermedad del pecado y de la culpa ... el vehículo de la sanidad y de la vida» (Vermes, p. 46). El sacrificio paulino (Ro. 12 es el de una vida agradecida, un sacrificio de acción de gracias, NO EXPIATORIO (cfr. asimismo 1 P. 2 . Para Pablo, el sacrificio expiatorio ya fue ofrecido: Cristo. El remedio contra el pecado y la culpa es la muerte de Cristo aplicada al que cree, purificándolo (He. 1 . El vehículo de la salvación, en el NT, es la fe (Ro. 5:1, etc.). En lugar de analogía o derivación, tenemos aquí el más total de los contrastes entre un legalismo encadenante y la gracia liberadora.
VIII. Literatura bíblica: AT
La tradición afirma que el Texto Masorético (TM) se originó como síntesis de los rabinos judíos en Tiberias; los rabinos eligieron un texto entre los varios de que disponían, y lo copiaron con sumo cuidado, añadiendo los signos de vocalización y entonación, para preservar y fijar el texto (véase MASORETAS). Esta tradición se ve apoyada por los hallazgos de Qumrán. En efecto, el TM se ve allí reflejado por textos más antiguos, de texto prácticamente correspondiente, y que reciben el nombre de protomasoréticos. La mayor parte de los textos de Qumrán son de este tipo. Pero también aparecen textos heb. paralelos a la LXX; este hallazgo, de gran importancia, indica que la LXX no fue traducida, como se pensaba, de un texto común al TM y LXX, dándose los rabinos ciertas libertades en la traducción de algunos de los libros. En lugar de ello, la evidencia indica que la LXX fue traducción fiel de escritos hebreos con una tradición de transmisión anterior a sus espaldas, que divergían en algunos respectos de los protomasoréticos.
Este hecho es de suma importancia por sus consecuencias respecto a teorías acerca de la formación de estos libros. El caso del libro de Isaías es un ejemplo. Las dieciocho copias existentes apoyan, en mayor o menor grado, el TM. Sin embargo, el rollo completo (1QIsa) presenta ciertas divergencias con respecto al TM que sólo pueden explicarse como debido a su proveniencia de otras copias anteriores de una tradición textual distinta. Las diferencias no son grandes, pero evidentemente se precisó de tiempo para su establecimiento. Aparecen matres lectionis (consonantes que sirven de vocales), algunas interpolaciones (poco numerosas), y una decena de variantes en los pasajes mesiánicos, que dejan entender que el escriba pertenecía a una escuela de pensamiento que daba poco énfasis a este aspecto. El segundo rollo, de considerable extensión, aunque incompleto (véase sección V), es prácticamente idéntico al masorético. Ello nos lleva a las siguientes consideraciones con respecto al libro de Isaías:

(a) La gran fidelidad de la transmisión del TM, elegido con unos criterios ciertamente rigurosos, y que ha confirmado la fiabilidad de todo el texto del AT.

(b) La necesaria considerable antigüedad anterior del texto entero de Isaías supuesta por:

(1) el hecho de que se trata de copias procedentes evidentemente de originales distintos, y por ello anteriores en el tiempo, y

(2) por el tiempo necesario para que se desarrollaran las diferencias entre las anteriores líneas de documentos divergentes. Se debe tener en cuenta que estos rollos están fechados a fines del siglo II a.C. o principios del I. Y es preciso tener presente que todas las teorías acerca de tres autores para Isaías (véase ISAÍAS) se basan en un prejuicio antisobrenaturalista, sin ninguna base factual real.

El libro de Daniel está representado por ocho mss., que dan evidencia de la existencia, ya entonces, del paso del hebreo al arameo, y viceversa, en Dn. 2:4 y 7:28, respectivamente. La antigüedad de estos mss. (4QDna está datado en el año 120 a.C.) evidencia asimismo la insostenibilidad de los argumentos modernistas que mantienen una fecha de redacción para Daniel de alrededor del año 168 a.C. Esta obra, aparte de las evidencias internas que apoyan su genuinidad, no hubiera podido ser aceptada por comunidades tan diversas y enfrentadas entre sí como los qumranitas y la escuela rabínica oficial, ni haber sido traducida y aceptada como genuina, en fecha tan temprana como antes del 120 a.C., si no hubiera habido una difundida consciencia de su autenticidad. La postura «liberal» se halla aquí ante una dificultad insuperable. (Véase DANIEL [LIBRO DE].)
Los cinco fragmentos de Levítico (procedentes de 1Q), de pergamino, escritos en caracteres muy arcaicos, y fechados en el siglo V a.C. (A. Parrot), dan también un golpe a los presupuestos «liberales» de la teoría de «las fuentes»; pertenecen al llamado Código de Santidad (Lv. 17-26); según la «Alta Crítica», el 300 a.C. sería la fecha límite. Es evidente que estas copias apuntan a una antigüedad mucho mayor del original del Pentateuco (véase PENTATEUCO).
IX. Literatura bíblica: NT
Aunque los hallazgos ya mencionados de la Cueva 7 de Qumrán no son precisamente espectaculares en cuanto a cantidad, sí son de una inmensa importancia. Si las identificaciones de O'Callaghan son ciertas, se puede afirmar que hay prueba de la existencia no sólo del Evangelio de Marcos, Hechos, Romanos, 1 Timoteo y 2 Pedro a mediados del siglo I de nuestra era, sino de colecciones de estos escritos (cfr. 2 P. 3:16). En realidad, la única razón para rechazar las identificaciones de O'Callaghan parece ser el deseo de sustentar algunas teorías previamente admitidas acerca del origen y transmisión de estos textos. Este hallazgo destruye las modernas teorías de la transmisión oral y acreción de los relatos evangélicos en el seno de una comunidad cristiana, que hubiera «evolucionado» los conceptos acerca de Cristo en su «reflexión teológica» (particularmente las especulaciones de Bultmann y otros). Quizás ésta sea la razón de que los hallazgos de O'Callaghan hayan sido tan combatidos. Es curioso que las identificaciones de 7Q1 y 7Q2 con pasajes de la LXX (Éx. 28:4-7; Ep. Jer. 43-44), y que tienen el mismo grado de práctica certeza, no han merecido otra cosa que la general aceptación ... ¿debido a que no afectaban a cómodas teorías que arrojan dudas sobre la Palabra de Dios?
¿A qué se debe la presencia de estos escritos del NT en una cueva de Qumrán? Evidentemente, se debe descartar toda relación con las otras cuevas. La Cueva 7 se halla más accesible que las otras desde la región de Jericó. Es más que plausible que un grupo de cristianos de la región pusieran allí sus mss. a buen recaudo ante la inminente acción romana contra Jericó, por el año 68 d.C.
Ante estos hallazgos, se puede hacer una reflexión. Las teorías de Wellhausen et al. sobre el AT y de Bultmann et al. sobre el Nuevo surgieron como especulaciones de biblioteca, sin datos de campo que las apoyaran. Basadas en conceptos sumamente subjetivos y endebles, lograron sin embargo arrastrar la imaginación de muchos por su aparente «academicidad». Detrás de todo ello, sin embargo, se hallaba un fundamento totalmente humanista y esencialmente ateo.
Se rechazó así el testimonio de la historia y de la tradición, aparte ya de la misma evidencia interna de los documentos. Sin embargo, los datos de campo, penosamente exhumados y estudiados, arrojan su peso confirmatorio acerca de la antigüedad y transmisión de las Escrituras tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. (Véase EVANGELIOS, etc.).
Santiago Escuain

Bibliografía
BAR: «Yigael Yadín», en Biblical Archaeology Review, vol. X, n. 5, sept./ oct. 1984, pp. 24-29. Broshi, M.: «Beware the Wiles of the Wanton Woman», Bib. Arch. Rev., vol. IX, n. 4, jul./ag. 1983. Estrada, D., y White, W.: The First New Testament (Thomas Nelson, New York, 1978). González Lamadrid, A.: Los descubrimientos del mar Muerto (BAC, Madrid, 1973). Milgrom, J.: «The Temple Scroll», en Biblical Archaeologist, sept. 1978, pp. 105-120. O'Callaghan, S.I. J.: Los papiros griegos de la Cueva 7 de Qumrán (BAC, Madrid, 1974). O'Cakkaghan, S.I., J.: Los primeros testimonios del Nuevo Testamento - Papirología neotestamentaria (Ediciones El Almendro, Córdoba 1995). Sen Montero, F.: «Qumrán», en Gran Enciclopedia Rialp (Madrid, 1974). Smith, M.: «The Case of the Gilded Staircase», en Bib. Arch. Rev., vol. X, nº 5, sept./oct. 1984. Vermes, G.: The Dead Sea Scrolls in English (Penguin Books, Londres, 1968). Vermes, G.: The Dead Sea Scrolls: Qumran in Perspective (Fortress Press). Whiston, W. (editor): Josephus - Complete Works (Kregel Pub., Grand Rapids, reimpr. 1980 edición 1737). Yadín, Y.: «The Temple Scroll», en Bib. Arch. Rev., vol. X, n. 5, sept./oct. 1984, pp. 33-49.
Artículo procedente del Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, de la Editorial CLIE,
Samuel Vila y Santiago Escuain, redactores
(CLIE, Terrassa 1985, 1185 pp.).

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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

JERICÓ

Importante ciudad del valle del Jordán (Dt. 34:1, 3), en la ribera occidental del río, a unos 8 Km. de la costa septentrional del mar Muerto, y aproximadamente a 27 Km. de Jerusalén. Jericó se halla en la parte inferior de la cuesta que conduce a la montañosa meseta de Judá. La ciudad era conocida como la ciudad de las palmeras (Dt. 34:3; Jue. 3:13); la primera mención en las Escrituras se da en relación al campamento de los israelitas en Sitim (Nm. 22:1; 26 .
La situación de Jericó, ciudad muy fortificada, le daba el dominio del bajo Jordán y de los pasos que llevaban a los montes occidentales; la única manera de que los israelitas pudieran avanzar al interior de Canaán era tomando la ciudad. Josué envió a dos espías para que reconocieran la ciudad (Jos. 2:1-24), el pueblo atravesó milagrosamente el Jordán en seco, y plantaron las tiendas delante de la ciudad. Por orden de Dios, los hombres de guerra fueron dando vueltas a la ciudad, una vez por día, durante seis días consecutivos. En medio de los soldados, los sacerdotes portaban el arca del pacto, precedida por siete sacerdotes tocando las bocinas. El séptimo día dieron siete veces la vuelta a la ciudad; al final de la séptima vuelta, mientras resonaba el toque prolongado de las bocinas, el ejército rompió en un fuerte clamor, las murallas se derrumbaron, y los israelitas penetraron en la ciudad. En cuanto a la fecha, sería alrededor del año 1403 a.C. (cf. ÉXODO Y PEREGRINACIÓN POR EL DESIERTO).
La ciudad había sido proclamada anatema. A excepción de Rahab, que había dado refugio a los espías, y su familia, todos los demás habitantes fueron muertos. El oro, la plata, los objetos preciosos, entraron al tesoro de Jehová. Josué lanzó una maldición contra quien reconstruyera la ciudad (Jos. 5:13-6:26).
Fue asignada a Benjamín; se hallaba en los límites de Benjamín y Efraín (Jos. 16:1, 7; 18:12, 21). Eglón, rey de Moab, hizo de ella su residencia en la época en que oprimió a los israelitas (Jue. 3:13). En el reinado de Acab, Hiel de Bet-el fortificó la ciudad; en el curso de esta fortificación perdió, o sacrificó, a sus dos hijos, en cumplimiento de la maldición de Josué (1 R. 16:34). Durante el ministerio de Eliseo había en Jericó una comunidad de profetas (2 R. 2 . Elías, al ir a ser arrebatado al cielo, atravesó Jericó con Eliseo (2 R. 2:4, 15, 18). En Jericó fueron puestos en libertad los hombres de Judá que habían sido hechos prisioneros por el ejército de Peka, rey de Israel (2 Cr. 28:15). Los caldeos se apoderaron de Sedequías cerca de Jericó (2 R. 25:5 Jer. 39:5 52 . Después del retorno del exilio, algunos de sus habitantes ayudaron a construir los muros de Jerusalén (Neh. 3 . Báquides, general sirio, levantó los muros de Jericó en la época de los Macabeos (1 Mac. 9:50). Al comienzo del reinado de Herodes los romanos saquearon Jericó (Ant. 14:15, 3). Después Herodes la embelleció construyendo un palacio y, sobre la colina detrás de la ciudad, levantó una ciudadela que llamó Cipro (Ant. 16:5, 2; 17:13, 1; Guerras 121, 4, 9). La parábola del Buen Samaritano se sitúa sobre el camino de Jerusalén a Jericó (Lc. 10:30). La curación del ciego Bartimeo y de su compañero tuvo lugar en el camino de Jericó (Mt. 20:29; Lc. 18:35); Zaqueo, a quien Jesús llamó para hospedarse en su casa y darle la salvación, moraba en Jericó (Lc. 19:1, 2). Jericó se halla a casi 240 m. por debajo del nivel del mar Mediterráneo, en un clima tropical, donde crecían las balsameras, la alheña, los sicómoros (Cnt. 1:14; Lc. 19:2, 4; Guerras 4:8, 3). Las rosas de Jericó eran consideradas extraordinariamente bellas (Eclo. 24:14). La antigua Jericó se elevaba muy cerca de las abundantes aguas llamadas en la actualidad 'Ain es-Sultãn; ésta es indudablemente la fuente que Eliseo sanó (2 R. 2:12-22; Guerras 4:8, 3). La Jericó moderna, en árabe «Er-Riha», se halla a 1,5 Km. al sureste de la fuente.
Se encontró abundante cantidad de grano quemado,
evidenciando las circunstancias que se narran en el
libro de Josué de que la conquista fue en la época de
la cosecha, y que la ciudad no fue rendida por hambre,
sino por la caída de las murallas tras un rápido asedio. Biblical Archaeology Review 1990, No. 3, p. 51

Arqueología:
Ernst Selin y la sociedad Deutsche Orientgesellschaft (1907-1909) iniciaron allí excavaciones sobre el montículo llamado Tell es-Sultan. Fueron continuadas muy extensamente por John Garstang (1930-1936); en 1952 fueron reanudadas por Kathleen Kenyon y por las escuelas de arqueología de Inglaterra y EE. UU. Fue Garstang quien descubrió la evidencia de los muros caídos, y esta evidencia fue fotografiada por él y por posteriores investigadores. Los muros habían caído de dentro hacia afuera. Sus fundamentos no habían sido minados, sino que debieron ser derrumbados por un potente temblor de tierra. También había evidencia de un violento incendio de la ciudad. La revisión de Miss Kathleen Kenyon de esta identificación en base a la cerámica asociada con la cronología de Egipto no tiene en cuenta la necesaria revisión de la estructura cronológica de la historia de Egipto (Véanse EGIPTO, ÉXODO, FARAÓN, HICSOS, HETEOS, etc.). En base a la revisión de Velikovsky y Courville, la destrucción de Jericó concuerda perfectamente con todos los detalles físicos de la destrucción y con los restos arqueológicos, y no se puede objetar a la identificación efectuada por Garstang en 1930-1936, ni a la fecha de 1400 a.C. Los restos correspondientes a la conquista correspondían a una doble muralla de ladrillos, con un muro exterior de 2 m. de espesor, un espacio vacío de alrededor de 4,5 m. y un muro interior de 4 m. Estos muros tenían en aquel entonces 9 m. de altura. La ciudad, muy pequeña, estaba entonces tan superpoblada que se habían construido casas en la parte alta de la muralla, por encima del espacio vacío entre las dos murallas (cf. la casa de Rahab, Jos. 2:15). El muro exterior se hundió hacia afuera, y el segundo muro, con sus edificaciones encima, se hundió sobre el espacio vacío. Así, la arqueología nos da, en realidad, una evidencia totalmente armónica con el relato de las Escrituras.
Ruinas de Jericó Biblical Archaeology Review 1990, No. 3, p. 48


Bibliografía:

Courville, D. A.: «Is a Fixed Chronology of Egypt back to ca. 2000 B.C. Mistaken?», en Creation Research Society Quarterly, vol. 11, nº 4, marzo 1975, págs. 202-210; mismo autor: The Exodus Problem and its Ramifications (Challenge Books, Loma Linda, California, 1971); Velikovsky, I.: Ages in Chaos (Doubleday, Garden City, N.Y. 1952).
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

MESA (Estela de)


Piedra con inscripciones. Fue descubierta en el territorio de Moab, y relata algunos hechos históricos. El 19 de agosto de 1868, el misionero alsaciano F. Kelin, al servicio de la Church Missionary Society, acampaba en Dhîbãn, en las ruinas de la antigua ciudad moabita de Dibon. Un jeque le informó que a diez minutos de camino se encontraba una piedra cubierta de inscripciones. Se trataba de una estela volcada, de basalto negro, con la parte superior redondeada; medía algo más de 1,13 m. de altura, 70 cm. de longitud y 35 cm. de grosor. La inscripción presentaba 34 líneas horizontales de unos caracteres desconocidos, dispuestos a unos 3 cm. de intervalo. M. Klein tomó algunas notas, e informó de su descubrimiento al consulado de Prusia en Jerusalén. Al año siguiente, M. Clermont-Ganneau, del consulado de Francia, hizo efectuar una estampación de la inscripción, y los dos consulados ofrecieron una elevada suma de dinero por la estela. El gobernador turco y los árabes se querellaron acerca de ella. Estos últimos se propusieron partir la piedra para conseguir más dinero por la venta de fragmentos a más ofertantes. Para ello encendieron un fuego en la base, y la quebraron arrojándole agua fría encima cuando estaba caliente. Se pudo recuperar una considerable cantidad de estos trozos (669 de los 1.100 caracteres de la inscripción) y la piedra pudo ser restaurada casi enteramente, gracias a la estampación, a pesar de que había sido hecha a toda prisa y en malas condiciones. La estela se halla en la actualidad en el museo del Louvre, en París, y un montaje de escayola suple lo que falta del original. A pesar de algunas lagunas, la inscripción es perfectamente inteligible. Proviene de Mesa, rey de Moab, mencionado en 2 R. 3:4-27.
Texto de la Estela de Moab:


1. Yo soy el hijo de Mesa, hijo de Quemós... rey de Moab, el Di-
2. bonita. Mi padre reinó 30 años sobre Moab, y yo he venido a ser rey
3. sucediendo a mi padre. Y yo he erigido este santuario para Quemós en Krkk... en señal de salvación,
4. porque él me ha salvado de todos los reyes y me ha hecho triunfar sobre todos aquellos que me odiaban. Omr-
5. i, rey de Israel, oprimió largo tiempo a Moab, porque Quemós estaba airado contra su pa-
6. ís. Y su hijo lo sucedió; y también él dijo: «Yo voy a afligir a Moab». En mi tiempo, él dijo esto...
7. Mas yo he triunfado sobre él y sobre su casa, e Israel ha perecido para siempre. Siendo que Omri poseía todo el pa-
8. ís de Mehêdeba, e (Israel) se quedó allí durante sus días y la mitad de los días de sus hijos, 40 años; mas
9. Quemós nos la ha devuelto en mis días. Y yo he construido Ba'alme'on y he hecho el depósito (¿?) y he construido
10. Kiriathãn (Kiryathaim). Y los hombres de Gad moraban en el país de Ataroth desde toda la antigüedad y el rey de Israel se había construido
11. Ataroth. Y yo ataqué la ciudad y la tomé, y di muerte a todos los habitantes
12. de la ciudad, espectáculo para Quemós y Moab. Y me apoderé del altar de su hogar de Daudoh (¿?) y lo arrastré
13. ante Quemós en Keriyyoth (Derioth). Y yo asenté a los hombres de Srn (Sarón) y a los hombres de
14. Mnrth (Makharath). Y Quemós me dijo: «Ve, arrebata Nebo a Israel» y yo
15. fui de noche, y le planté batalla desde el amanecer hasta el mediodía, y la tomé.
16. di muerte a todos, siete mil hombres y... las mujeres y...
17. y los siervos; porque los había entregado al interdicto para 'Ashtar-Quemós, y de allí me llevé los utensilios
18. de Yahve, y los arrastré ante Quemós. El rey de Israel había construido.
19. Yahas (Jahats), y estaba allí mientras luchaba contra mí. Pero Quemós lo echó de delante de mí. Y
20. yo tomé doscientos hombres de Moab, todos sus principales; los llevé contra Yahas y la tomé
21. para unirla a Dibon. Soy yo quien ha construido Krhh (Korkha), la muralla de los jardines y la muralla
22. de la contra-ciudad. Soy yo quien ha construido sus puertas y sus torres. Y
23. soy yo quien ha construido el palacio real y hecho las canalas (¿?) del depósito (¿?) para el agua en medio
24. de la ciudad. Y no había cisterna en medio de la ciudad, en Krhh. Y yo dije a todo el pueblo: «Que
25. cada uno se haga para sí una cisterna en su casa.». E hice cavar las fosas de Krhh por los prisioneros
26. de Israel. Soy yo quien ha construido 'Aro-er e hizo el camino del Arnón.
27. Soy yo quien ha construido Beth-Bamoth, porque estaba aniquilada. Soy yo el que ha construido Beser, que estaba en ruinas,
28. ... con los hombres de Dibon, cincuenta en número, porque todo Dibon me obedecía. Y yo he reinado
29. sobre cien en las ciudades que yo he añadido al país. Y yo he construido
30. Mehêdeba (Medeba) en Beth-diblathen y Beth-ba'alme'on, allí he llevado pastores
31. ... las ovejas del país. Yo he construido Hauronãn donde vivía el (hijo) ... Y
32. ... Quemós me dijo: «Desciende, ataca Hauronãn», y yo descendí y.
33. ... ... ... y Quemós nos la ha entregado en mis días. Y yo ... de allá diez (¿?)
34. ... ...

Así, esta inscripción confirma y complementa de una manera notable el relato de 2 R. 3. Constituyó una de las primeras pruebas de que la escritura alfabética ya era conocida en una época relativamente temprana en el país del Jordán. «El arte de la escritura y de la lectura no podía ser reciente. En el momento en que Mesa se sacude el yugo del extranjero, levanta un monumento conmemorando por escrito sus victorias... Esto es para él la primera cosa, y la más natural, a hacer, y cuenta conque su inscripción tendrá muchos lectores... Por otra parte, la forma de las letras de Moab dan prueba de que la escritura alfabética había estado mucho tiempo en uso en el reino de Mesa. Se advierten formas que presuponen un largo hábito en el arte de grabar inscripciones sobre la piedra, y que están muy alejadas de los caracteres más antiguos. Finalmente, es notable el lenguaje de la inscripción; entre ella y el hebreo las diferencias son infrecuentes y pequeñas. Ello demuestra que los moabitas estaban relacionados con los hebreos tanto ling¸Ìstica como racialmente, y que habían adoptado la vieja «lengua de Canaán». La semejanza en el lenguaje de los hebreos y de los moabitas va más allá de las expresiones gramaticales y de la sintaxis. Se trata de una similitud que existe incluso en la forma de pensar» (Sayce, «Higher Criticism and the Monuments», PP. 364 ss.).
Se sitúa la erección de la estela hacia el final del reinado de Mesa, después de la muerte de Acab y de la decadencia de su dinastía (alrededor del año 850 a.C.); esto tuvo lugar probablemente después que Jehú hubiera exterminado a la dinastía de Omri, cuando Israel entró de lleno en su período de grandes dificultades. Según 2 R. 1:1 y 3:5, la revuelta de Moab tuvo lugar después de la muerte de Acab (véanse OMRI, MESA nombre propio, d).
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15/Dic/2006 15:40 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

UGARIT


Este lugar, conocido en la actualidad como Ras Shamra, se halla en la costa mediterránea de Siria, a unos 16 Km. al norte de Lataquia y a 40 Km. al suroeste de Antioquía, y frente a la extremidad oriental de Chipre.
I. El descubrimiento
Como tantos otros descubrimientos, éste también fue accidental. En la primavera de 1928 un labrador alauita descubrió una losa mientras araba en Minet el-Beida (el «Puerto Blanco»), cerca de la actual Ras Shamra. Levantada, resultó ser una cámara sepulcral. Una investigación posterior y el examen de cerámica hallada en la tumba, así como de la misma estructura de la tumba, llevaron a los investigadores a establecer significativos paralelismos con la cerámica micénica y las tumbas cretenses.
Estos indicios arqueológicos llevaron allí a una expedición arqueológica francesa, dirigida por Claude Schaeffer.
Después de pocos días de excavaciones en la necrópolis de Minet el-Beida hallaron una imagen de una diosa de la fertilidad. La consciencia de que estaban excavando una necrópolis llevó a Schaeffer a plantear la cuestión de dónde había estado su ciudad correspondiente. No lejos de allí, a unos pocos cientos de metros al este, se hallaba un promontorio cubierto de hinojo, y que era conocido localmente como «la colina del hinojo», Ras Shamra. Schaeffer decidió que era el lugar más lógico para albergar las ruinas de una ciudad desaparecida. Pronto empezaron a aparecer restos. El 14 de mayo de 1929 se descubrió una gran cantidad de tabletas escritas en cuneiforme. Entre ellas resultó haber tabletas grandes con tratados gubernamentales, otras pequeñas, con correspondencia personal de reyes. De gran importancia, sin embargo, fue el descubrimiento de que la mayoría de aquellas tabletas estaban escritas con unos símbolos cuneiformes evidentemente no silábicos, sino alfabéticos, al aparecer sólo 27 caracteres distintos (más tarde se apreciaría que en realidad eran 30). Tras arduas investigaciones estadísticas y criptoanalíticas, Hans Bauer logró asignar su valor fonético a 20 de los símbolos cuneiformes; otros investigadores acabaron de ajustar este trabajo, que fue coronado por Édouard Dhorme y Charles Virolleaud. El lenguaje de estas tabletas resultó estar estrechamente emparentado con el hebreo bíblico, tanto en su gramática como en sus figuras literarias, estructura poética y otros aspectos que se tratarán más adelante. Los lenguajes de las otras tabletas eran el sumerio, el acádico y el khar, convencionalmente identificado con el «hurrita», pero que debe identificarse con el cario (véanse HURRITAS, HOREOS.)
La identificación de Ras Shamra con Ugarit fue ya propuesta en 1932 por E. Forrer, identificación que quedó confirmada por el descubrimiento, pocos años después, de unas tabletas que llevaban el nombre de la ciudad. Otros objetos que se descubrieron en el curso de las excavaciones fueron herramientas, joyas, restos de cerámica, objetos cúlticos, etc.
En 1956 se descubrió otra colección de tabletas; sin embargo, cuando se desencadenó la crisis de Suez en 1956, con la invasión de Egipto por parte de los franceses, británicos e israelíes, los investigadores franceses fueron invitados a abandonar Siria. Las tabletas pasaron al mercado negro, pudiendo ser localizadas muchos años después por Schaeffer en las cámaras de seguridad de un banco suizo. Finalmente fueron adquiridas por el Institute of Antiquity and Christianity en Claremont. Esta colección fue publicada por el Pontificio Instituto Bíblico.
En 1973 hubo un nuevo descubrimiento accidental de tabletas, esta vez como resultado de unas construcciones militares sirias en la zona. Muchas de ellas quedaron ilegibles debido a una errónea manipulación. Las que se pudieron preservar fueron publicadas por Schaeffer en «Ugarítica VII» en 1978 (la serie Ugarítica, grandes volúmenes de estudios, fue iniciada en 1939; su último volumen, el VIII, fue finalizado por Schaeffer poco antes de su muerte, y trata de los sellos cilíndricos).
II. Cronología
En base a la aplicación de la cronología convencional, las tabletas han sido asignadas a los siglos XIV / XIII a.C. El yacimiento está formado por cinco capas, desde la más superficial (capa I) hasta la más profunda (capa V). La capa II rindió unos pocos objetos de origen egipcio de la época del Imperio Medio. En aquellos tiempos la influencia egipcia llegaba hasta la costa norte de Siria. A mayores profundidades se hallan restos de anteriores civilizaciones. La capa de mayor interés es, sin embargo, la superior. Tanto en la necrópolis de Minet el-Beida como en la acrópolis de Ras Shamra, se descubrieron en ellas cerámica de origen chipriota y micénico, lo que llevó a asignar esta capa y las tabletas a los siglos XV, XIV y parte del XIII a.C.
El descubrimiento de algunos objetos egipcios hallados en esta capa, de las dinastías XVIII y XIX, fue considerado como confirmatorio de la determinación cronológica hecha en base a la cerámica; así, Schaeffer y otros investigadores situaron el período próspero de Ugarit en el siglo XV, en tanto que situaban en el XIV la rápida decadencia de la ciudad.
III. La cronología revisada
En base a la cronología revisada, Velikovsky e Isaacson sitúan los restos de Ugarit I, junto con las tabletas, en los siglos X, IX y VIII a.C. Para ello se apoyan en las siguientes evidencias:
(A) Las cámaras sepulcrales de Ugarit tienen una forma idéntica y siguen el mismo desarrollo a lo largo del tiempo que una numerosa serie de tumbas en Chipre, con una fecha asignada de a partir del año 950 a.C. en adelante. Otras tumbas del mismo estilo se hallan en Urartu, Jerusalén y Asia Menor, datadas también entre los siglos IX y VII a.C.
(B) El hallazgo de un cuenco y un plato de oro que pertenecen estratigráficamente al período de la destrucción de Ugarit durante el período de el-Amarna (y por ello fechados convencionalmente entre 1450-1365 a.C.; véase AMARNA). Tienen escenas sugerentes de finales de la dinastía XVIII de Egipto, pero también intensas afinidades con la artesanía fenicia de los siglos IX a VII a.C. Estas afinidades son tales que sólo se explican por la revisión de la cronología egipcia (véanse CRONOLOGÍA, EGIPTO, ÉXODO, etc.), y por la consiguiente asignación de la dinastía XVIII a los siglos X. IX y VIII.
(C) Elementos linguísticos griegos hallados en tabletas acádicas, incluyendo evidentes alusiones a los jonios, y a una divinidad griega, Apolos Didimeo, así como el nombre del rey Nikmed, evidentemente la transcripción acádica de Nicomedes, un nombre jónico; ello es también indicador de una fecha situada en el siglo VIII a.C.
(D) Señales de lectura en las tabletas, que indican el final de cada palabra, en exacto paralelo con la práctica chipriota del siglo VI a.C.
(E) El sincronismo histórico que se aprecia en base al poema de Keret, uno de los poemas épicos hallados en Ras Shamra, con el relato bíblico de 2 Cr. 14 de la invasión de Zera el etíope y la estela de Menfis que revela la derrota de Amenhotep (Amenofis) II. En el poema de Keret se mencionan a Terah el invasor (evidentemente Zerah), las tribus de Aser y Zabulón (vecinas de Sidón), Edom y algunas de sus ciudades. La traducción de Virolleaud fue posteriormente rechazada y modificada por otros eruditos, que transformaron la épica guerrera en un romance de amor de una manera muy ingeniosa, pero no convincente. Evidencia circunstancial que apoya también la contemporaneidad del poema de Keret con 2 Crónicas es la campaña posterior contra Edom, por el apoyo prestado a Zera, en tanto que la estela de Menfis revela que Amenhotep II se había instalado en Shamash Edom; la común descripción de las armas de Terah (Zera) en el poema de Keret con las propias armas de Amenhotep II en la estela de Menfis es también otro punto de gran valor en esta identificación.
(F) No se puede aducir que la cronología convencional esté apoyada en Ugarit por dos sincronismos independientes, el micénico y el egipcio; en efecto, toda la serie arqueológica micénica depende de su correlación con la egipcia, y es precisamente la cronología convencional de Egipto la que ha sido desafiada por la esmerada reconstrucción de Velikovsky y otros.
IV. El final de Ugarit
Ugarit era una gran ciudad. Las excavaciones han revelado dos grandes templos, uno dedicado a Baal y el otro a Dagón. Muchas casas han salido a la luz, desde las humildes a las lujosas, así como el plan general de la ciudad, con sus grandes edificios y sus casas particulares, callejuelas y avenidas, fortificaciones y puertas. En Minet el-Beida se han hallado santuarios, cercanos a la necrópolis, y que parece que eran usados en ritos de fertilidad.
La evidencia arqueológica señala que la destrucción de esta gran ciudad tuvo lugar en los últimos días de Amenhotep III o en los primeros de Akenatón, durante la era de el-Amarna (véase AMARNA), en la época del rey Nikmed. Velikovsky identifica al destructor de Ugarit como el temible Salmansar III.
V. Consecuencias de la revisión cronológica
Antes de los descubrimientos de Ras Shamra se sostenía que los israelitas no podían tener documentos escritos anteriores a la época de los Reyes, esto es, antes del año 1000 a.C., y que grandes porciones de las Escrituras habían sido redactadas mucho más tarde de lo que había sido aceptado en la tradición judeo-cristiana. La situación cambió drásticamente al exhumarse las tabletas de Ugarit y al aplicárseles la cronología convencional de Egipto. Entonces se popularizó la noción de que el hebreo ya se escribía en el siglo XV a.C. en forma alfabética, y que las formas literarias, los modismos, y mucho vocabulario, así como los nombres de los sacrificios, formas de adoración y poesía religiosa, existían ya en la civilización cananea. Ahora parecía que todo era al revés de lo supuesto anteriormente por los profesores de la llamada «alta crítica». Ahora se aceptaba la idea de que prácticamente todo el lenguaje de los hebreos, incluyendo términos técnicos, vocabulario religioso, formas poéticas, etc., había sido copiado de la civilización cananea. Al asignar una fecha tan temprana a la civilización de Ugarit, se llegó a tener una base para afirmar, entre otras cosas, que «el salmo 29 era un himno fenicio que había llegado a ser incluido en el Salterio», y que simplemente se había cambiado el nombre del dios Baal por el de Yahweh.»
Éste y muchos otros aspectos cambian radicalmente con la adopción de la cronología revisada. La verdadera situación viene a ser que Ugarit fue contemporánea de la Monarquía israelita; como es de esperar, en lugar de haber evidencia de copia por parte de los hebreos de la anterior civilización cananea, aparece una fuerte influencia mutua. No se puede negar la originalidad hebrea de la peculiar concepción sacrificial; los términos técnicos fueron registrados por Moisés en una época bien anterior a Ugarit I, y el fuerte influjo cultural de Salomón pudo llevar a muchos países vecinos a adoptar algunas formas del culto salomónico. Es bien posible asimismo que el camino que siguiera el salmo 29 fuera al revés del propuesto por los defensores del «pan-ugaritismo», y que más bien fuera sacado del Salterio para adaptarlo a la adoración de Baal. De hecho, hay un caso bien demostrado, posterior, de ello: la adaptación del salmo 20 para su uso en el seno del paganismo (Biblical Archeaelogical Review, ene./feb. 1985, pp. 20-23). Otro de los poemas hallados en Ugarit parece referirse a la gran hazaña de El de partir el mar de Jam-Suf. Los defensores de la cronología convencional ven en este poema una leyenda precursora del relato del cruce del mar Rojo por los israelitas; en la cronología revisada, sin embargo, queda como un eco del paso del mar Rojo; el relato de Moisés es anterior a éste. Todo ello evidentemente no quita valor al uso de los materiales de Ugarit, con toda su riqueza ling¸Ìstica, para arrojar una esclarecedora luz sobre pasajes oscuros de la Biblia hebrea. Pero precisamente por su contemporaneidad con la época de la Monarquía y de los reinos de Israel y Judá, no por haber supuestamente precedido a la redacción de los escritos de los Salmos o de los profetas en 500 / 600 años.
Esta reducción de 500-600 años de la cronología revisada a la convencional tampoco resta valor al testimonio de Ugarit con respecto a la antigüedad del uso del alfabeto cananeo / fenicio / hebreo en la lengua. En palabras de Schaeffer: «El alfabeto de Ras Shamra está ya tan avanzado que implica la existencia de un alfabeto aún anterior todavía por descubrir» («Cuneiform Texts», p. 36). Ello evidentemente nos retrotrae a la época de Moisés y bien posiblemente algo anterior a él.
La literatura de Ras Shamra también arroja una intensa luz sobre las costumbres cananeas. A este respecto, es evidente que muchos mandatos bíblicos fueron dirigidos contra sus abominables prácticas rituales, entre las que se contaban los sacrificios de recién nacidos e incluso de hijos crecidos (véase TOFET, etc.), el ayuntamiento carnal con toros y vacas, y otras prácticas similarmente degradantes que atrajeron sobre ellos la condena y la ira de Dios, y que dan muestra de la extraordinaria depravación en que habían caído las naciones cananeas, y por lo cual Dios las desposeyó de su tierra frente a los conquistadores israelitas (cp. Lv. 18, especialmente Lv. 18:24-30).
Santiago Escuain

Bibliografía
BAR: «Bible's Psalm 20 Adapted for Pagan Use», Biblical Archaeology Review, Ene./Feb. 1985; Craigie, P. C., Robinson, J. M. y Schaeffer, C. F. A.: «Remembering Ugarit», Biblical Archaeology Review, pp. 54-57; Isaacson, I. M.: «Applying the Revised Chronology - Mycenae, Tiryns, Troy, Ugarit, Alalakh», Pensée, vol. 4, nº. 4, otoño 1974, pp. 5-20, 33; Velikovsky, I.: «Astronomy and Chronology», Pensée, vol. 3, n 2, primavera/ verano 1973; —————.: «The Scandal of Enkomi», Pensée, vol. 4, n. 5, invierno 1974/ 75, pp. 21-23; —————.: «The Lion Gate at Mycenae», Pensée, vol. 3, n. 1, invierno 1973, p. 31; —————.: «Metallurgy and Chronology», Pensée, vol. 3, n. 3, otoño 1973, pp. 5-9; —————.: Ages in Chaos (Doubleday, Garden City, N.Y., 1950); —————.: Oedipus and Akhnaton (Abacus, Londres, 1982).
Artículo procedente del Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, de Editorial CLIE,

17/Dic/2006 16:34 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES







El «Codex Sinaiticus» estará en Internet en 2009








El 'Codex Sinaiticus', uno de los textos más antiguos de la Biblia que se conocen, es una Biblia manuscrita del siglo IV. Estará en Internet en edición facsímil en 2009, informaron hoy fuentes de la Biblioteca Universitaria de Leipzig (Alemania).

La edición online de esa Biblia, una de las más antiguas del mundo junto con el 'Codex Vaticanus', del mismo siglo, será de este modo 'accesible para todo el mundo', indicó el director de la biblioteca, Ulrich Johannes Schneider.

El facsímil en Internet contará con el Antiguo Testamento íntegro y la mitad del Nuevo, escritos en griego antiguo.

La edición digital del manuscrito es elaborada conjuntamente por la Biblioteca Británica, la Biblioteca Universitaria de Leipzig y la Biblioteca Nacional de Rusia, en San Petersburgo.

HISTORIA
El 'Codex Sinaiticus', de 33,5 centímetros de ancho por 37,5 centímetros de alto, fue encontrado en 1844 por el teólogo Konstantin von Tischendorf en el monasterio de Santa Catalina, en el monte Sinaí (Egipto).

Los monjes autorizaron entonces al teólogo a llevarse 43 páginas de pergamino a Leipzig.

En 1859, Von Tischendorf regresó al Sinaí, descubrió más partes del manuscrito y convenció, asimismo, a los monjes de que lo mejor era llevarlos también a Leipzig y donarlos al zar de Rusia, con cuyo apoyo había hecho ese segundo viaje.

Parte del manuscrito fue a parar luego a la Unión Soviética, que en 1933 vendió parte de esos pergaminos al Museo Británico de Londres, mientras que los restantes se quedaron en San Petersburgo.


Fuente: EFE.



Editado por peterx, Martes, 19 de Diciembre de 2006, 13:09
19/Dic/2006 13:08 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

SALMANSAR


(as. «Shulmanu-asharidu»: «el dios Shulman es principal»). Nombre de varios reyes de Asiria:
(a) Salmansar I, que construyó, o restauró, la ciudad de Cala. Reinó entre el año 1280-1260 a.C. (cronología convencional) o 1272-1243 (cronología revisada).
(b) Salmansar III, hijo de Assurbanipal. Reinó aproximadamente entre 860-825 a.C. (858-824 a.C. - Courville). Enérgico y perseverante, fue el primero de los soberanos asirios en entrar en conflicto con los israelitas. Desde el primer año de su reinado, se lanzó a la campaña, atravesando el Éufrates, devastando el país de los hititas hasta el Mediterráneo. Además de las expediciones que emprendió al norte, este y sur de Nínive, cruzó en varias ocasiones el Éufrates. Para cerrarle el camino hacia occidente, los sirios formaron una liga englobando a Damasco, Hamat y doce reyes de la costa. En algunas ocasiones hubo refuerzos de tropas de naciones vecinas para hacer más sólida la coalición. En Karkar, en el año 853 a.C., el ejército de Acab, rey de Israel, se unió a los soldados de Damasco para combatir contra los asirios (véase ACAB, a). Salmansar pretende haber ganado la batalla de Karkar. Si éste fue el caso, no sacó de esta victoria ningún provecho, porque de inmediato retiró su ejército a Nínive. El rey de Asiria volvió a aparecer en el oeste tres años más tarde, pero la coalición volvió a detenerlo. En el año siguiente, el undécimo de su reinado, cruzó el Éufrates, saqueó numerosas ciudades del reino de Hamat, pero fue detenido. En su decimocuarto año consiguió aplastar la coalición. En el año decimoctavo, 842 a.C., derrotó a Hazael de Damasco sobre el monte Hermón. Los reyes de Tiro, de Sidón y de Israel (Jehú) se apresuraron a someterse y a pagar tributo.
Se han descubierto numerosos monumentos del reinado de Salmansar III, muchos de ellos bien preservados. El más bello de ellos es el obelisco negro conservado en el Museo Británico. Se trata de un gran bloque de basalto de más de 1,80 m. de altura descubierto en Balawat, cerca de Nimrod, en 1845. Sus cuatro caras están cubiertas de inscripciones y de bajorrelieves que representan a los reyes tributarios que rinden homenaje al rey, seguidos de sus numerosos presentes. De manera particular se ve a Jehú, rey de Israel, prosternándose para besar el pie de Salmansar; la inscripción reza: «El tributo de Jehú, hijo de Omri: plata, oro, etc...» En realidad, Omri había sido el rey anterior a Jehú, y no fue padre de este último; pero durante mucho tiempo los asirios conocieron a Israel como «el país de Omri». Acerca de la batalla de Karkar, Salmansar dijo en su crónica que, entre otros, destruyó a «diez mil hombres de Acab, el israelita». Es notable cómo los descubrimientos arqueológicos concuerdan una y otra vez con los detalles del texto bíblico, en este caso el libro de Reyes.



Jehú, rey de Israel, prosternándose para besar el pie de Salmansar
(c) Salmansar V fue sucesor de Tiglat-pileser III, y reinó entre los años 727-722 a.C. Inició sus campañas en el año 725 a.C. Según los Anales sirios, citados por Josefo, invadió Fenicia. Al aproximarse los asirios, Sidón, Aco y la parte de Tiro situada sobre el litoral, sacudiéndose el yugo de la Tiro marítima (construida sobre una isla), reconocieron la soberanía del rey de Asiria; éste se retiró, y después volvió para atacar a los tirios en su isla. Éstos dispersaron las naves asirias, tripuladas por fenicios. Salmansar se retiró, pero dejó sobre el litoral un numeroso ejército que bloqueó la isla de Tiro durante cinco años (Ant. 9:14, 2); este bloqueo finalizó con el sometimiento de Tiro a Sargón. Oseas, rey de Israel y tributario de Salmansar como lo había sido de su predecesor, se apoyó sobre So, rey de Egipto, y rehusó pagar el tributo al rey de Asiria. Es posible que se hubiera sentido alentado por la resistencia de Tiro. Salmansar hizo llevar a Oseas a Arbela (en Galilea), poniendo sitio a Samaria después de ello; esta capital resistió durante tres años antes de rendirse a los asirios (2 R. 17:1-6; 18:9, 10). (Véase SARGÓN.)
Bibliografía
Aalders, G.: A Short introduction to the Pentateuch (Intervarsity, s/f); Allis, O. T.: God Spake by Moses (Presbyterian and Reformed, Philadelphia, 1958), Allis, O. T.: The Five Books of Moses (Reformed and Presbyterian, Philadelphia, 1969), Allis, O. T.: The Old Testament, Its Claims and his Critics (Presbyterian and Reformed, Nutley, N. J., 1972); Darby, J. N.: Escritos acerca del Pentateuco, su paternidad mosaica y antigüedad, véanse The Collected Writings of J. N. Darby, vol. 6, PP. 201-209, 267-269; vol. 9, PP. 360-370; vol. 23, PP. 82-114; vol. 29, PP. 65-66; 69-71 (Kingston Bible Trust, Lancing, Sussex, 1964); Hocking, W. J.: «The Lord's Testimony to the Mosaic Authorship of the Pentateuch» en The Bible Treasury, abril-junio 1892 (H. L. Heijkoop, Winschoten, Holanda, reimpr. 1969), Keil y Delitzsch: Commentary on the Old Testament: The Pentateuch (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, reimpr 1981) Kelly W.: «The Pentateuch and its Critics» en The Bible Treasury, dic. 1912-junio 1913, Lewis, C. S.: «Modern Theology and Biblical Criticism», en Christian Reflections (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, 1967), M'Caul, A., D. D.: «Positive Testimony to the Pentateuch», en The Bible Treasury, sept 1904 mayo 1905. McDowell J.: Evidencia que exige un veredicto. Vol. II (Clie, Terrassa, 1988); Whitfield, E. W.: «The Vatican and the Criticism of the Pentateuch», en The Bible Treasury, sept. 1906; Wiener, H. M. y Kyle, M. G.: artículo «Pentateuch», en ISBE, vol. IV, PP. 2298-2312 y 2312A-2312D (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, 1946); Wilson, R. D.: A Scientific Investigation of the Old Testament (Marshall Ltd., Londres, 1926); Young, E.: Una introducción al Antiguo Testamento (T.E.L.L. Grand Rapids, 1964).
Artículo procedente del Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, de Editorial CLIE,

20/Dic/2006 14:33 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

Los manuscritos del Mar Muerto son una vasta colección de obras religiosas y teológicas, con unos cuantos documentos seculares, la mayoría escritos durante los tres siglos anteriores a la destrucción de Jerusalén, en los años 68-70 d. C. Fueron escondidos en las cuevas pensando en su seguridad. Los de la cueva I estaban envueltos en varias capas de tejidos, tal vez impregnados de aceite y almacenados dentro de jarras, selladas con unas tapas herméticas.

De las once cuevas en que se han encontrado manuscritos la más ricas fue la IV, en donde se encontraron miles de fragmentos pertenecientes a más de trescientos manuscritos diferentes.

Los manuscritos incluyen fragmentos de todos los libros del canon hebreo, excepción hecha del libro de Ester. Hay dos rollos de Isaías, relativamente completos. Hay también fragmentos de obras familiares, deuterocanónicas, apócrifas y apocalípticas, en hebreo y arameo. Entre ellas se encuentran el libro de Tobías, la versión hebrea de los Jubileos y la versión aramea de Enoc, etc.

Las lenguas en las que estaban escritos son hebreo, arameo, nabateo, griego y latín.

CLICANDO EN CADA UNO DE LOS LINKS AZULES Y EN LAS CUEVAS DE MAS ABAJO, APARECEN LAS FOTOGRAFIAS DE LOS MANUSCRITOS ENCONTRADOS.












Editado por peterx, Sábado, 23 de Diciembre de 2006, 12:42
23/Dic/2006 12:41 GMT+1
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peterx
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

ÓSTRACA


Pl. de «ostrakón» (gr.; originalmente significa «concha de ostra»; más tarde pasó a designar «fragmento de tiesto»).
Fragmentos de vasos cerámicos rotos que se aprovechaban para varios fines, entre ellos el de escribir con tinta sobre ellos notas de diversos caracteres. Tienen la particularidad de que se conservan muy bien en condiciones que no pueden ser resistidas por los papiros. En Grecia se usaban en votaciones para decidir si una persona debía ser proscrita o no de la sociedad; de ahí surgió el término ostracismo. En Egipto se usaban para todo tipo de anotaciones de la vida diaria, negocios, recibos, cartas, etc. El término «ostrakón» aparece en Job 2:8 en la versión LXX: «Kai elaben ostrakon» («Y tomaba... un tiesto»).
Entre los diversos hallazgos de óstraca en las excavaciones arqueológicas del Oriente Medio se pueden mencionar:
(A) Egipto.
Se han hallado óstraca de todas las épocas, pero la mayoría pertenecen a la época del Nuevo Imperio y proceden de Tebas y del valle de los Reyes (Deir el-Medineh). Escritos en su mayor parte en hierático cursivo, se han hallado también unos pocos inscritos con jeroglíficos y también con dibujos artísticos. Los óstraca encontrados se pueden clasificar en dos categorías:
(1) literarios:
Óstraca en los que aparecen selecciones de historias, poemas, obras sapienciales, himnos, etc. Parecen proceder de ejercicios escolares o quizá también como ejercicios memorísticos o familiares.
(2) no literarios:
En la categoría de óstraca no literarios se hallan listados de trabajadores, con marcas de ausencias, informes laborales, distribución de raciones, facturas, pleitos, correspondencia, contratos matrimoniales, etc. Gracias a ello se ha podido conseguir una información mucho mayor del Egipto correspondiente a la época del Nuevo Imperio. Cronológicamente, este Imperio se sitúa convencionalmente entre 1570 y 1085 a.C. Sin embargo, Velikovsky y Courville, entre otros exponentes de la cronología revisada, documentan convincentemente la expulsión de los hicsos y el inicio del Nuevo Imperio durante el reinado del rey Saúl. Así, estos óstraca arrojan luz en realidad sobre las condiciones del Egipto contemporáneo y posterior a la época del rey David.
(B) Samaria.
En las excavaciones efectuadas en 1910 se hallaron setenta y cinco óstraca en lengua hebrea, escrita en caracteres fenicios, en las ruinas del palacio real. Se trata de textos privados y comerciales. Han sido asignados variamente al reinado de Acab y de Jeroboam II. Aunque no aportan nada de importancia al conocimiento de la historia, sí que tienen valor en el estudio de la escritura hebrea antigua y de su vocabulario y giros.
(C) Laquis.
En las excavaciones entre 1935 y 1938 en Tell ed-Duweir, donde se hallan las ruinas de la Laquis bíblica, se descubrieron veintiún óstraca, en su mayor parte cartas militares escritas en paleohebreo. Por el estudio de su evidencia interna se les ha asignado la fecha de 588 a.C. Iban dirigidos al gobernador de la ciudad durante los últimos años del reino de Judá, en la época en que los ejércitos de Babilonia iban reduciendo las ciudades amuralladas una tras otra. Hay una estrecha relación entre las condiciones reveladas por estos documentos y el libro de Jeremías. El Ostracón III, dirigido desde Jerusalén a Laquis, como los demás, dice: «Las palabras del profeta no son buenas... puede debilitar las manos de ...» (cfr. Jer. 38 . Estas palabras pueden referirse al mismo Jeremías. Otro dato de interés es que en estos óstraca se halla el repetido uso de YHWH, que más tarde el rabinismo restringirá grandemente en su utilización.


Óstraca de Laquis IV
Biblical Archaeology Review, 1984, N. 2, p. 75
(D) Jerusalén.
En unas excavaciones efectuadas entre 1923 y 1925 se halló el llamado ostracón «Ofel», que da una lista de nombres difícilmente legible, y que ha sido datado en el siglo VII a.C.
(E) Óstraca del Nuevo Testamento.
Entre la gran cantidad de óstraca hallados en Egipto se han descubierto veinte de ellos con cortos pasajes del NT, procedentes del siglo VII d.C., y escritos en griego. De los veinte, diez de ellos dan un pasaje largo ininterrumpido (Lc. 22:40-71). Los otros diez óstraca muestran pasajes de los cuatro evangelios oscilando entre dos y nueve versículos cada uno. Constituyen un testimonio del interés de las personas pobres por el Evangelio en el Egipto de la época de la invasión árabe.
Hay mucha mayor variedad de óstraca, como los coptos de la época de Bizancio, de interés para la historia de la Iglesia. Así como otros de mucha mayor antigüedad en Gezer, con escritura protoalfabética. Para éstos y mucha información adicional, se recomienda el estudio de las obras especializadas.
Bibliografía:
Bruce, F. F.: «The Books and the Parchements» (Pickering and Inglis, Londres, 1950); Deissmann, G. A.: «Light from the Ancient East», 1910; Hayes, W. C.: «The Scepter of Egypt», II, 1959; Kenyon, F. G.: «Our Bible and the Ancient Manuscripts», 1958; Lefevre, G.: «Fragments grecs des Évangiles sur ostraca», 1905; Robert, B. J.: «The Old Testament text and versions», 1951; Sauneron, S.: «Catalogue des Ostraca Hieratiques Non Littéraires de Deir el Medineh», 1959; Wilcken, U.: «Griechische ostraca», 2 vols. 1899.
Artículo procedente del Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia,CLIE



Editado por peterx, Lunes, 25 de Diciembre de 2006, 12:31
25/Dic/2006 12:30 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

EGIPTO


En hebreo «Mizraim» (realmente, «Mitsraim»), es una forma dual, que significa «los dos Matsors», en opinión de algunos, y que representan el Alto y el Bajo Egipto. También recibe el nombre de «Tierra de Cam» en el Sal. 105:23, 27; y «Rahab», que significa «el soberbio», en el Sal. 87:4; 89:10; Is. 51:9. (Este nombre no es en hebreo el mismo que el de la ramera Rahab, que es exactamente Rachab.). El Alto Egipto recibe el nombre de «Patros», o «tierra del sur» (Is. 11:11). El Bajo Egipto es Matsor en Is. 19:6; 37:25, traducido en la RVR como «fosos» en el primer pasaje, y «Egipto» en el segundo. Egipto es uno de los más antiguos y renombrados países. La fecha de su fundación es objeto de muchas y diversas hipótesis, que han ido siendo revisadas con el paso del tiempo.
I - Historia

Por lo general, la historia del antiguo Egipto se divide en tres partes.

1. Imperio Antiguo, desde su comienzo a la invasión de Egipto por los hicsos o Reyes Pastores. Esto, en base al modelo comúnmente aceptado, abarcaría las once primeras dinastías. En algunas de estas dinastías los reyes residían en Menfis, y los de otras en Tebas. Ello suscita la importante cuestión de si algunas de las dinastías fueron contemporáneas en su existencia. A las primeras cuatro dinastías les son atribuidas la construcción de la Gran Pirámide y las pirámides segunda y tercera, y también la construcción de la Esfinge de Gizeh.

2. El Imperio Medio empezó, en el modelo comúnmente aceptado, con la duodécima dinastía. Algunos hicsos se habían establecido en el Bajo Egipto ya bajo la sexta dinastía; extendieron su poder en la decimocuarta dinastía, y reinaron supremos durante la decimoquinta, decimosexta y decimoséptima dinastías. Eran semitas de Asia. Se establecieron en el norte de Egipto en Zoam, o Tanis y Avaris, mientras que en el sur reinaban reyes egipcios. Se supone que mantuvieron el poder en el norte durante unos 500 años, pero otros creen que su dominio fue mucho más corto.

3. El Imperio Nuevo fue inaugurado por la expulsión de los hicsos en la decimoctava dinastía, cuando Egipto recuperó su anterior poder, tal como lo vemos por el AT.

La primera mención de Egipto en las Escrituras es cuando Abraham fue a morar allí debido a un periodo de hambre. Se dirigió al mundo en busca de ayuda, y ello condujo al patriarca a una conducta por la que fue reprendido por Faraón, el príncipe del mundo (Gn. 12:10-20). Toda la temática cronológica de este período es muy debatida, entrando en juego distintas variables y diferentes métodos de cálculo. Se puede calcular, sin embargo, que alrededor del año 1700 a.C. José fue llevado a Egipto, y vendido a Potifar. Siguió su exaltación, con motivo del sueño de Faraón con respecto al período de hambre que iba a venir sobre la tierra. Courville (ver Bibliografía) sitúa el inicio de los siete años de hambre alrededor del año 1665 a.C. Luego Jacob y toda su familia descendieron a Egipto. Al final se levantó un rey que no conocía a José, y los hijos de Israel quedaron reducidos a la esclavitud . A la muerte de los primogénitos de los egipcios, Israel abandonó Egipto

De gran interés son las siguientes cuestiones:

¿Cuál de los reyes de Egipto fue el que exaltó a José?

¿Cuál fue el rey que no conoció a José?

¿Cuál fue el faraón reinante en la época de las plagas y del Éxodo?

Aquí hay opiniones encontradas, sugiriendo unos que el faraón que exaltó a José fue uno de los hicsos y que el faraón de la opresión fue Ramsés II; el faraón del Éxodo hubiera sido Menefta, hijo suyo. Este último tuvo un hijo, Seti II, que hubiera debido morir en la última plaga de Egipto, si su padre fue el faraón del Éxodo. Los monumentos registran la muerte de su hijo, y no se ha hallado la momia del padre, pero sí hay inscripciones acerca de que siguió viviendo y reinando después de la muerte de su hijo. Esto no concuerda con el hecho de que el faraón del Éxodo murió en el mar Rojo (cp. Sal. 136:15; Éx. 9:15). Además, Menefta ha sido descrito como «débil, irresuelto, y carente de valor físico», y se cree que jamás se hubiera aventurado a lanzarse al mar Rojo. Al no darnos las Escrituras los nombres de los faraones en el Pentateuco, no hay realmente ningún enlace directo entre los allí mencionados y los reyes hallados en los monumentos. Hay egiptólogos que consideran unos reyes más probables que los anteriores, situando el tiempo de José antes del período de los Hicsos, y otros que lo sitúan después de la salida de ellos.

Sin embargo, el esquema más probable es el dado por Velikovsky y Courville. Ambos autores documentan la identificación de los hicsos con los Amu y Amalecitas. Entonces, el establecimiento de los hicsos en Egipto coincide con la salida de los israelitas en el Éxodo. Las hordas amalecitas que se enfrentaron con los hebreos que salían de Egipto (cp. Éx. 17:8-16) pudieron penetrar después fácilmente en un Egipto devastado, saqueado, con el ejército sepultado en el mar Rojo, sin faraón reinante, y con el heredero asimismo muerto. Esto está apoyado por el papiro de Ipuwer, que documenta estos acontecimientos, y que está ampliamente tratado por los mencionados Velikovsky, Courville, y también por Greenberg .

La era de Saúl vio la derrota de los amalecitas. Las cuidadosas investigaciones de Velikovsky y Courville permiten establecer que esto marcó el final del imperio hicso (amalecita) en Egipto, y el inicio de la decimoctava dinastía. De esta manera, tenemos a Ahmose, el fundador de esta dinastía, junto con Amenhotep I, como contemporáneos de Saúl y de David, y a Salomón como contemporáneo de Tutmose y de Hatsepsut. Son muchas y poderosas las evidencias que llevan a esta conclusión, examinadas detalladamente por los citados autores en su profunda revisión de los esquemas clásicos de la historia de Egipto, apoyados, por otra parte, en muy endebles bases.

El primer faraón que hallamos mencionado por su nombre en las Escrituras es Sisac (1 R. 11:40; 14:25, 26: 2 Cr. 12:2-9). Dio refugio a Jeroboam cuando huyó de Salomón, y después de la muerte de Salomón invadió Judea con 1.200 carros, 60.000 jinetes y tropa innumerable. Tomó las ciudades fortificadas y saqueó Jerusalén y el templo. Comúnmente se le identifica con Sesonk I, primer faraón de la vigesimosegunda dinastía. Sin embargo, el peso de la evidencia monumental y de las inscripciones identifica a Sisac con Tutmose III. La identificación hecha con Sesonk por la semejanza de nombre y por su cercanía en el esquema cronológico comúnmente aceptado no tienen fuerza alguna. Se pasa por alto el hecho de que los reyes egipcios tenían muchos nombres. A menudo eran conocidos en países vecinos por apelaciones que no tenían nada que ver con sus nombres regios. Asimismo su sucesor, Amenhotep II, también puede ser identificado históricamente con el etíope Zera, que fue contra Asa con 1.000.000 de hombres y 300 carros. Asa rogó la ayuda del Señor, declarando que su confianza estaba en Él. Dios respondió a su fe, y las huestes egipcias fueron vencidas, tomando Judá gran cantidad de despojos (2 Cr. 14:9-13).

Posteriormente, la alianza de Oseas, rey de Israel, con So, provocó el ataque de Asiria contra el reino de Israel y su aniquilación. La identidad de So, en base a la cronología revisada, resulta ser Ramsés II. El nombre de trono de Ramsés II, de entre los 75 nombres aceptados para este rey, era Ra-user-Maat-So-tep-en Ra. Con un nombre así, no es de sorprender que se usara una abreviación.

Otro rey de Egipto mencionado en las Escrituras es Tirhaca o Taharka (el Tehrak de los monumentos), que se lanzó contra Asiria en el año 14 de Ezequías. Senaquerib estaba atacando Libna cuando oyó que el rey de Etiopía (clasificado en la vigesimoquinta dinastía) había salido a luchar contra él. Senaquerib envió una segunda carta amenazadora a Ezequías; sin embargo, Dios destruyó su ejército por la noche, de una manera milagrosa. Pero Tirhaca fue después derrotado por Senaquerib, y una vez más en la conquista de Egipto por Essar-hadón (681-669). Essar-hadón murió en una segunda campaña contra Egipto para aplastar una revuelta contra los dominadores asirios (668 a.C.). Fue Assurbanipal quien logró la sumisión de Egipto, instalando como rey de Egipto a Sheshonk (Sesonk I). Éste era hijo de Namaret, el general de Assurbanipal en la campaña de Egipto. El abuelo de Sesonk I se llamaba Pallashnes, y tenía también el nombre de Sheshonk, como lo indica Bugsch, documentando irrefutablemente el hecho de que la vigesimosegunda dinastía tuvo un origen asirio.

Egipto intentó recuperarse de esta postración bajo Psamético I de Sais (vigesimosexta dinastía), y en los días de Josías, el faraón Necao, ansioso de rivalizar las glorias de las dinastías decimoctava y decimonovena, se dispuso a atacar al rey de Asiria y a recobrar la influencia tanto tiempo perdida de Egipto sobre Siria. Josías se opuso a Necao, pero murió en la batalla de Meguido. Necao prosiguió hasta Carquemis, y volviendo a Jerusalén depuso a Joacaz y lo llevó a Egipto (donde murió), poniendo en su lugar a su hermano Eliaquim, y dándole el nombre de Joacim. Impuso un tributo de cien talentos de plata y un talento de oro (2 R. 23:29-34; 2 Cr. 35:20-24; Jer. 26:20-23). Que Necao fuera capaz de atacar al rey de Asiria en un lugar tan lejano como Carquemis muestra el poder de Egipto en aquel entonces, pero el poder de Babilonia estaba creciendo, y después de tres años Nabucodonosor derrotaba al ejército de Necao en Carquemis, recuperando todo el terreno entre el río de Egipto y el Éufrates. «Y nunca más el rey de Egipto salió de su tierra» (2 R. 24:7; Jer. 46:2-12). El Necao de las Escrituras es el Nekau de los monumentos, un rey de la vigésimo sexta dinastía.

Los escritores griegos y los monumentos egipcios mencionan a Psamético II como sucesor de Necao, y después a Apries (Uahabra en los monumentos), el Hofra de las Escrituras (Jer. 44:30). Sedequías había sido hecho gobernador de Jerusalén por Nabucodonosor, pero se rebeló e hizo alianza con Hofra (Ez. 17:15-17). Cuando los caldeos asediaron Jerusalén, Hofra, fiel a su palabra, entró en Palestina. Nabucodonosor levantó el sitio, atacó y derrotó a Hofra, y después volvió a poner sitio a Jerusalén. Tomó la ciudad y la devastó con fuego (Jer. 37:5-11).

Hofra estaba lleno de soberbia, y se registra que dijo que ni su dios podía vencerle. Ezequiel se hallaba en Babilonia, y en su profecía (Ez. 29:1-16) predecía la humillación de Egipto y de su rey «el gran dragón que yace en medio de sus ríos». Egipto iba a quedar asolado desde Migdol hasta Sevene, hasta el mismo límite de Etiopía, «por cuarenta años». Abdallatif, un escritor árabe, dice que Nabucodonosor devastó Egipto y lo arruinó por haber dado asilo a los judíos que huyeron de él y que quedó asolado durante cuarenta años Otras profecías fueron proclamadas contra Egipto (Ez. 30; 31; 32). Dios entregó a Hofra «en manos de los que buscan su vida» (Jer. 44:30), de entre los de su propio pueblo.

Cuando Nabucodonosor hubo destruido Jerusalén, dejó a algunos judíos en la tierra de Palestina bajo Gedalías el gobernador; pero al ser asesinado Gedalías, huyeron a Egipto, llevando consigo a Jeremías a Tafnes (Jer. 43:5-7). El profeta pronunció desde allí profecías contra Egipto (Jer. 43-44). La serie de profecías da una fecha aproximada para la devastación de Egipto por parte de Nabucodonosor. Al tomar Tiro «no tuvieron paga» (salvaron sus tesoros huyendo por mar), y por ello iba a tener Egipto como recompensa. Tiro fue tomada en el año 572 a.C., y Nabucodonosor murió el 562 a.C., lo que deja un margen de diez años (Ez. 29:17-20).

Después de Nabucodonosor, Egipto quedó tributario a Ciro. Cambises fue su primer rey persa de la dinastía vigesimoséptima. Al caer el imperio persa, Alejandro Magno se apoderó de Egipto y fundó Alejandría. A la muerte de Alejandro los Ptolomeos reinaron sobre Egipto durante 300 años. Algunos de los actos de los Ptolomeos fueron profetizados por Daniel (Dn. 11). (ver ANTÍOCO). En 30 a.C., Octavio César entró en Egipto, y vino a ser una provincia romana. En el año 639 d.C., los sarracenos arrebataron Egipto al imperio bizantino, y los turcos dominaron Egipto hasta finales del siglo XVIII. A principios del siglo XIX, Egipto fue escenario de las luchas entre franceses, ingleses, turcos, viniendo a ser colonia británica en 1882, hasta 1922, en que el mariscal Allenby otorgó una declaración de independencia. En 1936 el ejército británico abandonó Egipto, excepto la franja del Canal de Suez, que no fue abandonado hasta 1954. Desde entonces, Egipto ha mantenido una postura continua de hostilidad contra el Estado judío de Israel, renacido políticamente el año 1948. Esta enemistad se ha visto paliada en años recientes, desde la visita de Anwar al-Sadat a Jerusalén, y la firma de acuerdos de paz con Israel en 1978.

Hemos visto que Egipto fue en el pasado histórico capaz de llevar un millón de soldados a Palestina; también de hacer frente a Asiria. También registra la historia su influencia sobre Fenicia y sus encarnizadas guerras contra los hititas, con los que al final hizo un tratado, que se da entero en los monumentos.

Algunas de las profecías dadas, aunque se aplican a eventos ya sucedidos hace tiempo, pueden tener todavía una aplicación futura. Por ejemplo: «Y Jehová será conocido de Egipto, y los de Egipto conocerán a Jehová en aquel día, y harán sacrificio y oblación... En aquel tiempo Israel será tercero con Egipto y con Asiria para bendición en medio de la tierra; porque Jehová de los ejércitos los bendecirá diciendo: Bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel mi heredad» (Is. 19:21-25; cp. Sof. 3:9, 10). Ciertamente, estas afirmaciones se aplican a una época en que Dios dará bendición a Egipto. Esto es una cosa que pudiera chocar, siendo que Egipto es un tipo del mundo, el lugar en el que la naturaleza satisface sus concupiscencias, fuera de lo cual es llamado el cristiano; pero en el milenio la tierra recibirá bendición, y entonces ninguna nación recibirá bendición en tanto que no reconozca a Jehová y su Rey, que reinará, así, sobre toda la tierra. Entonces, «vendrán príncipes de Egipto; Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios» (Sal. 68:31).

Se debe recordar también que Egipto fue el lugar donde moró el pueblo de Dios, Israel. Fue un rey de Egipto quien ordenó la traducción del Antiguo Testamento al griego, la LXX, citada por el mismo Señor aquí en la tierra; y fue a Egipto que huyó José con el niño Jesús y su madre frente a la amenaza de Herodes. Egipto fue una caña quebrada en la que se apoyaron los israelitas; les oprimió e incluso atacó o saqueó Jerusalén. Pero ha recibido castigo y permanece postrado hasta el día de hoy; como reino del sur todavía jugará un papel en la historia futura (cp. Dn. 11:42 43). Después Dios lo sanará y le dará bendición; en gracia dirá: «Bendito el pueblo mío Egipto».

II - La tierra

La conformación de Egipto es peculiar. El Nilo forma, en su desembocadura en el Mediterráneo, un delta; este había llegado a tener siete brazos (Is. 11:15), pero ahora tiene sólo dos ramas. Es el río más largo del mundo con 6.671 Km de longitud. A cada lado del valle por el que corre el río se halla una cadena de montes, a partir de los cuales reina el desierto. El valle del Nilo tiene una anchura pocas veces superior a los veinte Km. El delta y el valle son muy fértiles, aunque han surgido problemas desde la construcción de la presa de Asuán, que retiene gran parte de los sedimentos que el Nilo arrastra en sus crecidas anuales. En efecto, históricamente, las inmediaciones del Nilo quedaban inundadas anualmente, quedando depositados en las márgenes del río grandes cantidades de sedimentos muy ricos para la agricultura. Hay un sistema de canales de irrigación que llevan el agua por todo el valle.

El delta, y hasta Noph (Menfis, 29° 51' N), constituyen el Bajo Egipto; desde Noph hasta la primera catarata (24° N) es el Alto Egipto, aunque el límite político del Egipto actual se extienda más hacia el sur. Las coronas emblemáticas que representaban a ambos distritos no eran iguales, pero las dos quedaron unidas en una sola cuando un rey reinó sobre todo Egipto.

En los múltiples cambios en las diferentes dinastías hubo también cambios en los límites. Cus o Etiopía, se extendía mucho más al sur, pero en las Escrituras se menciona frecuentemente junto con Egipto (Sal. 68:31; Is. 11:11; 20:4; 43:3; 44:14; Nah. 3 . Reyes etíopes reinaron sobre Egipto, y se hallan incluidos en sus listas de reyes.

III - Población

Los antiguos egipcios eran descendientes de Cam, pero sus descendientes eran numerosos y diversos. Por lo que su nombre implica, Egipto se asocia naturalmente con Mizraim; pero se cree que los egipcios de la época de los monumentos más antiguos eran del tipo circasiano, y que aparentemente descendían de Cus y no de Mizraim. El examen de las momias del Imperio Antiguo muestra que su estructura no concuerda con la raza negra, descendiente también de Cam. Los antiguos egipcios están clasificados entre las razas blancas; los etíopes eran más oscuros, y los que se hallaban más al sur eran considerablemente más oscuros. Los coptos del moderno Egipto son considerados los descendientes de la raza antigua.

Los monumentos muestran que los antiguos egipcios eran un pueblo sumamente civilizado y educado desde sus mismos orígenes; no hay indicio alguno de ningún origen procedente de la barbarie; sus primeras magnas obras están entre las mejores. Si el hombre ha sido hallado en condiciones de brutalidad y de degradación es porque ha «caído» en su condición original en la que fueron creados Adán y Eva. En la Biblia leemos que ya antes del Diluvio se había descubierto el uso del bronce, el cobre y del hierro, y éstas y otras artes se hallan en el país de Egipto, fundado poco después del Diluvio. También se cultivaron en Egipto las ciencias, incluyendo la Astronomía. El templo de Karnak es un ejemplo del tamaño de sus edificaciones.

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26/Dic/2006 00:28 GMT+1
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IV - Religión

Los egipcios eran un pueblo sumamente religioso, y aunque su religión era idolatría, era sin embargo una idolatría mucho más moderada y moral que la practicada por los cultivados griegos y romanos. Era una religión más antigua que la de estos últimos, y por ello estaba más cerca de la primordial revelación de Dios (Ro. 1:21). En teoría hablaban de un solo dios: «el único viviente en sustancia», y «la única sustancia eterna», y aunque hablan de dos, «padre e hijo», como algunos interpretan, con todo ello no destruían la unidad de su dios, «el uno en uno». A partir de ello trataban sus atributos como dioses separados; también tenían otros dioses adicionales, desde el gato al cocodrilo, que eran considerados como símbolos de sus dioses. El toro Apis representaba al dios Osiris; el toro era seleccionado con gran cuidado, y era guardado rigurosamente. Se supone que fue el recuerdo de este Apis lo que hizo que los israelitas eligieran la forma de un becerro para su ídolo de oro; en Ez. 20:6-8 vemos que Israel había caído en la idolatría en Egipto.

Los egipcios creían en un estado futuro. En una ilustración vemos como el corazón de un difunto está siendo pesado frente a una figura de la diosa de la verdad. Dos dioses estaban a cargo de la operación de pesado. A la derecha tenemos al difunto con las manos levantadas, introducido por dos diosas. El dios con cabeza de ibis tiene una tableta en la mano, y está registrando el resultado. A su lado está el dios Tifon, como acusador, exigiendo el castigo del muerto. Osiris es el juez presidente, con el cayado y el látigo. Si el juicio era favorable el alma pasaba a otras escenas; si no, pasaba a algún animal inferior. La concepción que tenían del más allá estaba muy desarrollada, y hacían grandes esfuerzos para asegurar a los difuntos las ventajas de la vida futura.

Osiris, dios del Nilo, era considerado como el dios de la fecundidad; era también el dios de las profundidades infernales, en virtud de lo cual era el juez de las almas. Ra, el dios solar, era adorado en Heliópolis (On).

Amón, dios de Tebas, participó en la exaltación de esta ciudad, de la que vino a ser su divinidad principal; finalmente quedó identificado con Ra, viniendo a ser Amón-Ra.

En Hermópolis era adorada la luna, la divinidad medidora del tiempo, protectora de los matemáticos, de los escribas, de los sabios.

Ptah, dios de Memfis, era el «gran patrón de los artesanos».

Había dioses con cuerpos humanos y cabezas de animales, como los que vemos en la ilustración. Anubis, el guía de los muertos, tenía una cabeza de chacal; Tot, el dios escriba, una cabeza de ibis.

El desarrollo del imperio suscitó a la larga la idea de un dios nacional, que halló su expresión bajo Akenatón. Durante un breve período, se trató de mantener la diferencia entre Atón y el disco solar y a imponer una especie de monoteísmo solar, pero esta moda fue de corta duración. A pesar de todas las deformaciones animistas, junto a su culto a las fuerzas de la naturaleza, tenían ideas muy limpias acerca de la conducta de la vida, el pecado, la justificación, la inmortalidad, e incluso, como ya se ha indicado, un cierto conocimiento de Dios.

V - Lenguaje

El lenguaje egipcio tiene una historia filológica extraordinariamente prolongada. Los documentos más antiguos proceden de la primera dinastía. Esta lengua se perpetuó sin interrupciones, bajo diferentes formas escritas, hasta el copto, que proviene directamente del egipcio antiguo, y que dejó de ser una lengua viva en el siglo XVI d.C. El egipcio se clasifica dentro del grupo de las lenguas camitas pero, al estar próximo a las lenguas semitas (más que el cusita o etiópico), se le puede denominar semitocamita. En efecto, en la actualidad se admite generalmente que las lenguas camitas y semíticas son de un mismo origen. Aquí se puede distinguir esquemáticamente entre las siguientes etapas lingüísticas:

(A) De la primera dinastía a la octava, el egipcio antiguo, que comprende la lengua de los textos descubiertos en las pirámides.

(B) El egipcio medio, lengua literaria de las dinastías novena a decimoctava, y que vino a ser el egipcio clásico.

(C) El egipcio tardío de las dinastías decimoctava a vigesimocuarta; se halla sobre todo en los documentos comerciales y en cartas privadas, así como también en algunas obras literarias.

(D) El demótico, escrito en caracteres populares de la dinastía vigesimoquinta hasta la época romana posterior (del 700 a.C. al 470 d.C.).

(E) El copto, hablado desde el siglo III de nuestra era por los descendientes cristianos de los antiguos egipcios. La Biblia ha sido traducida a diversos dialectos coptos; uno de ellos, el bohairico, sigue siendo empleado en la liturgia.

Al principio, los egipcios se servían de jeroglíficos: Estos eran principalmente representaciones de objetos, de aves, animales, plantas, útiles y diversos símbolos con formas geométricas.

Se distinguen dos tipos de jeroglíficos:

(A) Los ideogramas, signos que representan los objetos o que expresan ideas que van estrechamente relacionadas con ellos.

(B) Símbolos fonéticos; originalmente se trataba asimismo de ideogramas, y siguieron siendo usados como tales, incluso después que vinieron a ser utilizados como símbolos de sonidos. La combinación de estos signos da un nuevo término, susceptible de carecer de relación alguna con el sentido de los jeroglíficos originales.

Ya alrededor del año 2.000 a.C. los egipcios habían elaborado 24 letras que se correspondían con las consonantes y que formaban la base de un alfabeto que solamente se empleaba como complemento de los jeroglíficos; no se usaban vocales. Sin embargo, los jeroglíficos fueron conservados como base de la escritura; se les sigue hallando incluso en el inicio de la era cristiana.

Los escribas habían comenzado ya, bajo el Imperio Antiguo, a simplificar los dibujos a fin de poder escribir con mayor rapidez: así es como nació la escritura hierática, empleada siempre que no era necesaria la ornamentación. Desde alrededor del siglo VIII a.C. se usó la escritura popular o demótico, que facilitaba las relaciones sociales y comerciales; era una forma cursiva de la escritura hierática. Después de la expansión del cristianismo se perdió la capacidad de leer los antiguos caracteres egipcios, que permanecieron largo tiempo como enigmas. En 1799, los soldados de Napoleón hallaron en Rosetta una piedra de basalto negro escrita con caracteres jeroglíficos, demóticos, y griegos. Se trataba de un edicto del año 196 a.C. en honor a Ptolomeo Epifanio. Esta piedra de Rosetta, que se ha hecho célebre como clave que permitió descifrar los escritos egipcios, se halla en el Museo Británico. Otra inscripción en caracteres jeroglíficos, relativa a Ptolomeo Fisicon y a dos Cleopatras, fue descubierta en 1815 en Filae. Su minucioso estudio hizo avanzar el desciframiento de los jeroglíficos, y el francés M. Champollion lo consiguió totalmente en 1822.

VI- La estancia de los israelitas en Egipto.

1. La ida a Egipto se puede fechar indistintamente, en base a la cronología, según se tome un tiempo de estancia de 215 años en Egipto, o de 430 años (ver a continuación, en el apartado (c), Duración de la estancia). Así, podría tomarse la fecha como alrededor del año 1.875 a.C., por una parte, o de 1.660 a.C. Ya Abraham, en una época de hambre, había buscado refugio en este país (Gn. 12:10-20). Jacob y sus hijos hicieron lo mismo en circunstancias análogas. El total de personas que fueron a Egipto fue de 70 (Gn. 46:27; Éx. 1:5; Dt. 10:22) o 75 según la versión griega (LXX). Esta cantidad se obtiene al añadir a la cifra de Gn. 46:27 los 3 nietos y 2 biznietos de José nombrados en Nm. 26:29, 35 ss. José, elevado por Faraón al segundo lugar del reino, apremió a su padre y familia a que fueran a instalarse provisionalmente con él (Gn. 45:9-11; 47:4, 29, 30: 48:21; 50:24). Israel y su clan se establecieron con sus rebaños y manadas en la fértil región de Gosén, y allí permanecieron hasta el éxodo (Gn. 47:6, 11; Éx. 8:22; 9:26; 12:37).

2. La estancia en Egipto: impronta en la conciencia nacional. La ida de Jacob y de su familia a Egipto, su multiplicación allí, su esclavización, sus sufrimientos y su éxodo colectivo han quedado consignados en sus documentos históricos (Gn. 46:4, 28-34; 47:27; Éx. 1:9, 11, 15-22; 2:11; 12:31-37; 13:21). La fiesta de la Pascua y, en menor grado, la de los tabernáculos, dan testimonio de estos sucesos, y mantienen vivo su recuerdo en el seno del pueblo. Los salmistas y los profetas consideraron como hechos históricos experimentados por la nación tanto su estancia en Egipto como el éxodo. En cuanto a nosotros, la esclavitud de Israel en Egipto y su liberación de aquel horno de aflicción son una permanente ilustración de la opresión de la Iglesia en el mundo así como el poder redentor del amor de Dios. Esta tradición no concierne solamente a una sola tribu de entre los hebreos que, a solas, hubiera sufrido esta esclavitud en Egipto. La aflicción de la esclavitud no tocó solamente a Judá, sino también a Efraín. Los profetas de los dos reinos dan testimonio de ello: en Judá, Isaías, Miqueas y Jeremías (Is. 11:16; Mi. 6:4; 7:15; Jer. 2:6; 7:22); en el reino de Samaria, Oseas y Amós (Os. 2:16; 8:13; 9:3; 11:1; 12:10, 14; Am. 2:10; 3:1; 9 . Todo Israel poseía un origen y una tradición común: todo el pueblo había sufrido la opresión en la tierra de Egipto.

3. Duración de la estancia en Egipto. Dios había anunciado a Abraham: «Tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años... y en la cuarta generación volverán ac·» (Gn. 15:13-16). Esta profecía es citada por Esteban en Hch. 7:6. Por su parte, Moisés afirma que «el tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue cuatrocientos treinta años» (Éx. 12:40). En cambio Pablo escribe a los gálatas que la ley fue dada a Israel 430 años después de la promesa dada a Abraham (Gá. 3:16, 17) ¿Cómo se pueden comprender estas declaraciones? En primer lugar, es evidente que la profecía de Génesis usa números redondos cuando habla de cuatro siglos. Es evidente que se refiere a los 430 años. Por otra parte, las cuatro generaciones se refieren a la época de servidumbre en Egipto. La evidencia dada por Pablo (Gá. 3:16-17) llevaría a la conclusión de que Josefo está en lo cierto cuando dice (Ant. 2:9, 1) que el tiempo que estuvieron los hijos de Israel en Egipto fue de 215 años, correspondiendo los otros 215 años a la estancia en el país de Canaán. La LXX, en su versión de Éx. 12:40, traduce: «el tiempo de peregrinación de los hijos y sus padres, que peregrinaron en la tierra de Canaán y en la tierra de Egipto, fue cuatrocientos treinta años». Pudiera ser aquí que el texto masorético dé una lectura mal transmitida, y la LXX la genuina. El testimonio de Josefo, así como el gran peso de la afirmación de Pablo, hacen llegar a la conclusión de que ésta es la única posible interpretación de los cuatrocientos años. De la aflicción en Egipto, los descendientes iban a ser rescatados en la cuarta generación. Esta liberación en la cuarta generación no sería coherente con 430 años, pero sí con 215. La promesa es también coherente con que la liberación implicara la presencia de una buena representación de esta cuarta generación, con la quinta ya bien representada. También la tradición rabínica mantenía esta postura acerca de la duración de la estancia de los hijos de Israel en Egipto.

4. La multiplicación de los israelitas durante su estancia en Egipto. Según Éxodo, 70 personas llegaron a Egipto, y unos 215 años más tarde el pueblo contaba con 603.550 hombres en edad de llevar armas (Nm. 1:1-2, 46). Hay quien ha puesto en tela de juicio una multiplicación tan rápida. ¿Qué podemos decir a esto? Al contar estrictamente entre las 70 personas las de los nietos de Jacob que fundaron familias (además de los levitas), se llega a una cifra de 41. Si se admiten seis generaciones durante 215 años (la primera, las cuatro generaciones oprimidas, y la quinta, salida de Egipto junto con la cuarta), de los 41 cabezas de familia tendríamos una descendencia de 640.625 varones en la sexta generación (quinta de la opresión), aparte de todos los supervivientes de la quinta generación (cuarta de la opresión), contando que hubiera habido una descendencia de cinco hijos varones por cada familia y generación. No debemos juzgar esto con anteojos occidentales, sino observarlo a la luz de las costumbres orientales. Ésta es una cifra totalmente factible, e incluso superable. Con todo esto, además, no se cuenta el hecho de los numerosos servidores del patriarca y de su familia (Gn. 30:43; 32:5; 45:10); estando todos ellos circuncidados, gozarían de todos los privilegios religiosos (Éx. 12:44, 48-49, etc.). Además, el casamiento con servidores no era considerado como algo que rebajara a nadie (Gn. 16:1-2; 30:4-9; Nm. 12:1; 1 Cr. 2:34-35).

5. Cambio de actividad durante la estancia en Egipto. Cuando los israelitas se establecieron en el país de Gosén, formaron una pequeña tribu de hombres libres, dedicados al pastoreo. Después de la muerte de José y de los de su generación, transcurrió un tiempo en que los hijos de Israel se multiplicaron, «se llenó de ellos la tierra» (Éx. 1 . Entonces se levantó un faraón «que no conocía a JosÈ» (Éx. 1:6-8). Dándose cuenta de que la cantidad de los israelitas aumentaba incesantemente, vino a temer que se aliaran con los enemigos de los egipcios, tomando por ello medidas destinadas a someterlos y a impedir su multiplicación. Puso sobre ellos a capataces que les impusieron duros trabajos: labores agrícolas, fabricación de ladrillos, construcción (Éx. 1:11, 14; 5:6-8). Los israelitas debían además conseguir su propio sustento, al menos en cierta medida, con la cría de ganado (Éx. 9:4, 6; 10:9, 24:12:38).

6. Los milagros de Moisés al final de la estancia en Egipto. La opresión duró mucho tiempo, y los últimos 80 años, como mínimo, de esta opresión, incluyeron la orden de la eliminación de los hijos varones recién nacidos (Éx. 7:7; cp. Éx. 2 . El clamor de ellos llegó a Dios, que les envió a Moisés con la misión de liberarles (Éx. 2:23). Le encomendó la misión de llevar a cabo unos milagros de un poder hasta entonces no oído (Sal. 78:12, 43). Señales destinadas a atraer la atención. Estas señales acreditaban a Moisés como embajador de Dios ante los israelitas (Éx. 4:8, 9, 30, 31; 6 y ante Faraón (Éx. 3:20; 4:21; 7:3-5; 8:22, 23). Se trató de manifestaciones de autoridad, no de meros fenómenos naturales. Cada uno de estos milagros tenía un fin preciso, demostrando que no se trataba de fuerzas desencadenadas de la naturaleza. Por mucho que las 9 primeras plagas pudieran asimilarse a fenómenos naturales, Dios las controló y las usó para sus designios. Las plagas aparecieron en un cortejo consecutivo; existe una relación lógica, pero no de causa y efecto, entre cada plaga y la siguiente. Son graduales y demuestran a Faraón, desde el comienzo, que la autoridad de Moisés es de origen divino. Por otra parte, no infligen a los egipcios sufrimientos inútiles. Después que Faraón rehúsa dejar salir a los hebreos, las plagas se hacen más y más gravosas, obligándole al fin a capitular a pesar de su corazón endurecido.

(a) Además, una diferencia sobrenatural quedó marcada entre el pueblo de Dios y los egipcios (Éx. 8:22, 23; 9:4, 25, 26; 10:22, 23; 11:5-7; y cp. Éx. 9:11; 10 .

(b) Una epidemia hubiera podido dejar sin vida, en una sola noche, a una gran cantidad de egipcios, pero la décima plaga actuó metódicamente y no puede en manera alguna explicarse como un mero fenómeno natural. Se trató de una acción directa de Dios, no de muertes fortuitas, ya que sólo murió el primogénito de cada familia egipcia. Estas señales prodigiosas constituyen el primer grupo de milagros registrados en las Escrituras.

7. Relaciones entre Israel y Egipto después del éxodo. Después de un período de silencio, en el que Egipto no aparece en las páginas de las Escrituras (véase HICSOS), Salomón se casa con una princesa egipcia (1 R. 3 . Durante el reinado de Roboam, el reino de Judá y el de Israel fueron vencidos y despojados por Sisac (1 R. 14:24-26), hecho confirmado por la arqueología. Las cartas de Tell el-Amarna, aunque generalmente han sido situadas en una época muy temprana, parecen pertenecer, en base a estudios rigurosos, dentro de la época de Josafat y reyes posteriores (ver AMARNA). En estas cartas se solicita el apoyo de Faraón contra las bandas de Siria y otras naciones, que devastaban el país. Al ceñirse sobre Judá el peligro de las invasiones, los profetas exhortaron repetidamente a Israel que se abstuviera de alianzas con Egipto (Is. 30:1-3, 7; 31:1-3; Jer. 2:18; Ez. 17:17; 29:2-3, 6-7). Después de la caída de Jerusalén y el asesinato de Gedalías, Jeremías fue llevado muy a su pesar a Egipto por los que temían la cólera de Nabucodonosor (Jer. 42-43). Más tarde, después de las conquistas y muerte de Alejandro Magno, numerosos judíos se establecieron en Egipto, siendo tratados favorablemente por los Ptolomeos.

Bibliografía:

Courville, D. A.: «The Exodus Problem and its Ramifications» (Challenge Books, Loma Linda, California, 1971);
Velikovsky, I.: «Ages in Chaos» (Doubleday, Garden City, New York, 1952).

Artículo procedente del Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, de Editorial CLIE,

26/Dic/2006 00:33 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

¿Han sido encontradas las tumbas de alguna de las personas de la Biblia?







A través de las tierras de la Biblia, hay numerosas tumbas "tradicionales" de varios personajes bíblicos, ¡algunas veces cientos de sitios para un solo individuo! En muchos casos, no existe evidencia histórica o arqueológica para respaldar la identificación. Existen, sin embargo, por lo menos siete casos en que hay una evidencia fuerte, aunque no concluyente, para localizar la tumba de alguna persona, o personas nombradas en la Biblia.
Jesucristo

Actualmente en Jerusalén, existen dos sitios que reclaman ser el lugar de la tumba de Jesús: la iglesia del Santo Sepulcro y la Tumba del Jardín. La Tumba del Jardín fue identificada como la tumba de Jesús solamente a finales de los años de

Holy Sepulchre Church, Jerusalem
1800 y carece de credibilidad histórica. Sin embargo, una tradición muy antigua que data del primer siglo, mantiene que la tumba de Jesús está en la iglesia del Santo Sepulcro en la parte antigua de la ciudad de Jerusalén. En el siglo cuarto, Constantino, supuestamente localizó el sitio de la tumba debajo de un templo romano del siglo segundo, y allí construyó una iglesia. Desde entonces, esta iglesia ha sido restaurada y mantenida a través de los siglos. Actualmente es compartida por seis religiones: Católicos Latinos, Ortodoxos Griegos, Armenios, Sirios, Coptos y Etíopes.




El Sumo Sacerdote Caifás


Osario del Sumo Sacerdote Caifás

Caifás fue sumo sacerdote por dieciocho años, del año 18 al 36 d.C. Posiblemente consiguió esa posición al casarse con la hija de Anás, quien fue cabeza de un poderoso clan de sumos sacerdotes (JUAN 18:13) Caifás es el infame líder de la conspiración para crucificar a Jesús.

En una reunión de líderes religiosos, Caifás dijo: "Es mejor que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca" (JUAN 11:50) El se estaba refiriendo a la posible intervención de las autoridades romanas si las enseñanzas de Jesús causaban inquietud. Sus palabras fueron proféticas en cuanto a que Jesús murió por la gente, por toda la gente de la tierra, como un sacrificio por el pecado.

Después que Jesús fue arrestado, fue llevado a la casa de Caifás y detenido allí esa noche. Los guardias se burlaron de El y lo golpearon (LUC 22:63-65) En la mañana siguiente El fue interrogado y golpeado de nuevo. Caifás le preguntó: "¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?" "Yo soy" respondió Jesús (MAR 14:61-62) Luego Caifás envió a Jesús a Pilato para ser juzgado.

Después de la crucifixión de Jesús, Caifás continuó persiguiendo a la iglesia primitiva. Llevó a los apóstoles delante de los líderes religiosos y les dijo: "Les dimos órdenes estrictas de no enseñar en ese Nombre, sin embargo, ustedes han llenado Jerusalén con sus enseñanzas y están determinados a hacernos culpables de la sangre de ese hombre (Jesús). Pedro y los otros apóstoles respondieron: Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres (HEC 5:28-29).

La tumba de la familia de Caifás fue descubierta accidentalmente por trabajadores que construían un camino en un parque, justo al sur de la parte antigua de la ciudad de Jerusalén. Inmediatamente fueron llamados arqueólogos al lugar del hallazgo. Cuando ellos examinaron la tumba encontraron 12 osarios (cajas de piedra caliza para guardar huesos) conteniendo los restos de 63 individuos. El osario más bellamente decorado estaba inscrito con el nombre de José, hijo de (o de la familia de) Caifás. Ese fue el nombre completo del sumo sacerdote que arrestó a Jesús, como está documentado por Josefo, en su libro «Antigüedades 18: 2, 2; 4, 3». En su interior estaban los restos de un varón de 60 años, casi con certeza los de Caifás del Nuevo Testamento. Este extraordinario descubrimiento, por primera vez, nos ha provisto con los restos físicos de un individuo nombrado en la Biblia.

Sigue.............



Editado por peterx, Sábado, 30 de Diciembre de 2006, 12:05
30/Dic/2006 12:04 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

Sigue...

En el Antiguo Testamento en el capítulo 6 de Josué, nosotros tenemos una historia de los Israelitas tomando la ciudad de Jericó cuando ellos entraron a la Tierra Prometida después de andar deambulando por el desierto durante 40 años. Según cuenta la Bíblia, después de que los Israelitas marcharon alrededor de la ciudad una vez al día durante seis días, en el cual el séptimo día ellos marcharon alrededor de la ciudad siete veces. En la séptima vuelta, los sacerdotes soplaron las trompetas, las personas gritaron y las paredes se cayeron totalmente.

La primera gran excavación del sitio de Jericó, localizada en el valle del sur de Jordania, en Israel, fue llevado a cabo por un equipo alemán entre 1907 y 1909. Ellos encontraron ladrillos de barro amontonados en la base del montículo de tierra en la cual la ciudad se construyó. No fué hasta que una arqueóloga británica llamada a Kathleen Kenyon excavó nuevamente el sitio con métodos modernos en los años cincuenta en lo que se entendió lo que éstos montones de ladrillos eran. ¡Ella determinó que ellos eran parte de la pared de la ciudad que se había derrumbado cuando la ciudad fué destruida!

La historia en la Biblia sigue para decir que cuando las paredes se derrumbaron, los Israelitas atacaron la ciudad y le prendieron fuego. Los arqueólogos encontraron evidencia de una gran destrucción por fuego exactamente como la Biblia menciona. Kenyon escribió en su informe de la excavación, "La destrucción fué completa. Las paredes y pisos estaban teñidos de negro o se enrojecieron por el fuego y cada cuarto estaba lleno de ladrillos caídos, maderas, y utensilios de casa; en la mayoría de los cuartos las ruinas caídas estaban completamente quemadas."

¿Qué ocasionó que las sólidas paredes de Jericó se derrumbasen? La explicación más lógica es un terremoto. Pero la naturaleza de aquel terremoto fué inusual. Golpeó de semejante manera que permitió que una porción de la pared de la ciudad en el lado norte del sitio permaneciera en pié, mientras que en todas las otras partes la pared se cayó. La casa de Rahab se localizó evidentemente en el lado norte de la ciudad. Ella era la ramera de Canaán que escondió a los Israelitas espías que habían venido a investigar la ciudad. La Biblia dice que su casa estaba construida contra la pared de la ciudad. Antes de retornar al campamento Israelita, los espías le dijeron a Rahab que trajera a su familia a su casa y que ellos se salvarían. Según la Biblia, la casa de Rahab fué salvada milagrosamente mientras que el resto de la pared de la ciudad se cayó. Esto es exactamente lo que los arqueólogos encontraron. La pared del lado norte de la ciudad se mantiene conservada con casas contruidas contra la pared misma.

El tiempo del terremoto y la manera en las que tumbó selectivamente la pared de la ciudad hace pensar en alguna otra cosa que una desastre natural. Una Fuerza Divina fué puesta en marcha. En el Nuevo Testamento nosotros leemos "Por la fé cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. Por la fé Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz" (Hebreos 11:30-31).

LECTURA RECOMENDADA PARA MAYOR INFORMACION:

"Uncovering the Truth at Jericho", by Bryant G. Wood, Archaeology and Biblical Research, Autumn 1987, pp. 6-16 (disponible de Asociados para la Investigación bíblica).
"Did the Israelites Conquer Jericho? A New Look at the Archaeological Evidence", by Bryant G. Wood, Biblical Archaeology Review, March/April 1990, pages 44-58.




Editado por peterx, Viernes, 5 de Enero de 2007, 17:53
03/Ene/2007 13:28 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

La impresión del sello de Baruc

En 1975 aparecieron 250 impresiones de sellos en el negocio de un vendedor de antigüedades árabe en Jerusalén. La mayoría de ellas fueron compradas por varios coleccionistas y casi 50 de ellas están ahora en el Museo de Israel, mientras que otras se hallan disponibles para el estudio de los eruditos. Todas estas impresiones de sellos están fechadas a fines del siglo VII o comienzos del siglo VI a.C, justo antes de la destrucción de Jerusalén.

De estas impresiones, tres pertenecen a individuos mencionados en el libro de Jeremías (Baruc, el escriba; Jerameel, el hijo del rey y Elisama, siervo del rey). Los tres individuos parecen haber sido contemporáneos, viviendo en Judá poco antes del exilio. Durante ese tiempo turbulento Judá fue gobernada por el rey Joacim (Jeremías 36).

La Biblia nos dice que Dios indicó a Jeremías que escribiera un rollo profetizando contra el rey. El escriba de Jeremías, Baruc, escribió todo lo que Jeremías le dictó. Luego de leer el rollo en el templo, Baruc recibió la orden de leerlo nuevamente ante altos oficiales de la corte del rey. Estos oficiales (Elisama era uno de ellos) simpatizaron en cierta medida con el mensaje, pero temieron por Baruc. Le aconsejaron que se escondiera (Jeremías 36:19). Cuando se leyó el rollo ante el rey, éste ordenó su destrucción y encomendó a Jerameel que, con otros dos oficiales, arrestara a Baruc y al profeta Jeremías.

La impresión que lleva el nombre de Elisama está compuesta por dos renglones de escritura separados por dos líneas rectas paralelas. El primero dice: “Perteneciente a Elisama” y el segundo da su título: “siervo del rey”. La impresión de Jerameel también está compuesta por dos renglones y da el nombre y el título del dueño: “Perteneciente a Jerameel, hijo del rey”. La impresión del sello de Baruc consta de tres partes divididas por dos líneas rectas paralelas, y dice: “Perteneciente a Berekhyahu, hijo de Neriyahu, el escriba”.

En 1995 apareció también otra impresión de sello con el nombre de Baruc. Es igual a la descripta anteriormente pero con una diferencia significativa: tiene una huella digital que podría ser de Baruc.3

Hay una tercera impresión de sello que se relaciona con Baruc, que fue hallada entre las muchas que fueron descubiertas en la excavación realizada en 1978 por Yigal Shiloh en Jerusalén. Fechada a fines del siglo VII y comienzos del siglo VI a.C., dice: “Perteneciente a Gemarías, hijo de Safán”. La Biblia dice que cuando Baruc fue al templo a leer el rollo, lo leyó en el aposento de Gemarías, hijo de Safán (Jeremías 36:10).

03/Ene/2007 20:35 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES






¿Dónde estaba el Gólgota?

¿Donde sucedió el evento central de todos los siglos?
La arqueología moderna da nueva luz a una antigua controversia.

La muerte y resurrección de Jesucristo fue el evento más significativo de toda la historia. La ubicación exacta de donde fue crucificado, sepultado y resucitado Jesucristo ha intrigado a los cristianos durante muchos siglos. Naturalmente, el hecho es que este gran evento no depende de un sitio auténtico. Pero es natural que los cristianos tengan interés en conocer donde murió y donde resucitó su Salvador.

¿Qué nos dice la Biblia acerca de la ubicación? Los escritores del evangelio llaman al lugar donde Jesús fue crucificado "Gólgota" una palabra Aramea que significa "Calavera". Calvario es la forma latina de esa palabra. Las Escrituras no revelan la ubicación precisa del Gólgota. Solamente dicen que la crucifixión de Jesús ocurrió en un lugar fuera de la ciudad de Jerusalén, aunque cercano (Juan 19: 20; hebreos 13: 12). La ley judía no permitía ejecuciones y sepulturas dentro de la ciudad.

Además, Jesús fue sin lugar a dudas crucificado cerca de un camino bien transitado, puesto que los que pasaban se burlaron de él (Mateo 27: 39; Marcos 15:21, 29-30). Los romanos seleccionaban los lugares más transitados para sus ejecuciones públicas. La crucifixión probablemente ocurrió en una colina, porque tenía la elevación suficiente para hacerla visible desde la distancia (versículo 40). De la tumba o sepulcro, sólo se nos dice que estaba en un jardín cerca del lugar de la crucifixión (Juan 19: 41).

Sitios de la crucifixión y sepultura de Jesús

Varios lugares alrededor de Jerusalén han sido sugeridos como el sitio de la crucifixión y sepultura de Jesús. Pero en épocas recientes, solamente dos han merecido una consideración seria. El sitio tradicional está en un área que ahora está ocupada por la Iglesia del Santo Sepulcro, en la parte cristiana de la ciudad antigua (ver mapa). Esta gran iglesia encierra dentro de sus paredes una colina llamada Calvario, y está cerca de la tradicional tumba de Cristo.

La otra ubicación es una colina rocosa comúnmente llamada el Calvario de Gordon, al norte de la antigua ciudad de Jerusalén. Fue nombrada en honor a un líder militar británico, el General Charles Gordon, quien promovió el sitio en el siglo 19. Cerca del Calvario de Gordon está un jardín tranquilo, con una tumba popularmente llamada la Tumba del Jardín, que algunos dicen que fue la sepultura de Jesús.

El gólgota fuera de los muros de la ciudad

En décadas recientes, las excavaciones arqueológicas han revelado más hechos sobre la Jerusalén de los días de Jesús, incluyendo la ubicación de los muros de la ciudad en ése entonces. Como hemos visto, la Biblia requiere que el gólgota esté fuera de esos muros.

La Iglesia del Santo Sepulcro está dentro de los muros de la Jerusalén de hoy. ¿La descalifica esto como un sitio auténtico? No. Los muros que ahora rodean la antigua ciudad no son los muros de los días de Jesús. Fueron construidos en el siglo 16 por el sultán turco Suleiman el magnífico.

Las excavaciones y la evidencia literaria muestran compulsivamente que cuando Jesús fue crucificado, la línea de la ciudad estaba al sur del sitio en el cual la Iglesia del Santo Sepulcro ahora está.

La tradición antigua es otra consideración importante al evaluar la ubicación de estos sitios. La Iglesia del Santo Sepulcro tiene una larga tradición a su favor que puede trazarse hasta el tiempo de Constantino, el primer emperador romano que profesó el cristianismo. Según la tradición, la reina Helena, la madre de Constantino, hizo una peregrinación a Jerusalén en el año 326 d.d.C.. Los cristianos que vivían en Jerusalén en ese tiempo le mostraron la ubicación del Calvario y la tumba de Jesús a Helena y a su compañero de viaje, el historiador Eusebio.





Este era un lugar que estaba sepultado bajo el Templo de Venus (o Afrodita), que había sido construido por el emperador romano Adriano un siglo después de la crucifixión de Jesús, cuando los templos paganos se construyeron en la ciudad después de la revuelta judía del año 135 d.d.C..

Helena ordenó la demolición del templo pagano para descubrir la tumba de Jesús y el calvario. Las excavaciones revelaron varias tumbas antiguas. La evidencia apuntó a una tumba en particular como la tumba de Cristo. Los trabajadores también descubrieron la colina del Calvario. Se construyó una iglesia adyacente al sitio en el año 335 d.d.C. la predecesora de la actual Iglesia del Santo Sepulcro.

¿Podemos confiar en una tradición del siglo cuarto? Aunque Adriano sacó a todos los judíos de Jerusalén en el año 135 d.d.C., los cristianos no judíos podían y vivían en Jerusalén desde el tiempo de Adriano. Eusebio reservó una lista de los obispos gentiles de Jerusalén. Una tradición pudo entonces ser pasada fácilmente de generación en generación de cristianos hasta el tiempo de Constantino.

Consideremos también que los cristianos de Jerusalén estaban tan seguros de que la tumba estaba bajo el templo de Venus que persuadieron a Helena a pagar por la demolición del templo. Si ellos no hubieran estado seguros de que había una tumba y una colina abajo, no habrían sugerido una obra tan costosa. Su convicción debe haber estado atada a una larga y consistente tradición.

El lugar de la calavera

¿Qué podemos decir de la noción de que el Gólgota recibía ése nombre por parecerse a una calavera? La forma de una calavera humana con los agujeros de los ojos, nariz y boca puede verse en el calvario de Gordon (ver foto). Las escrituras, sin embargo, no requieren tales características.

La noción de que el Gólgota, "el lugar de la calavera" (Mateo 27: 33), tenía ése nombre por su apariencia de calavera es una idea moderna que data del siglo 19. Desde los primeros tiempos cristianos, virtualmente todos los comentaristas sostenían que el Gólgota fue nombrado así simplemente porque era un lugar de ejecución, donde las calaveras y los huesos de los criminales estaban esparcidos.

Además, el Calvario de Gordon era probablemente parte de algo más grande y no una colina separada en el tiempo de Jesús.

Las características de la colina que la hacen parecer una calavera no estaban presentes en el primer siglo. Los arqueólogos creen que esto se debe a una erosión o mina desarrollada solamente en los últimos dos o tres siglos. En otras palabras, su apariencia de calavera es el resultado de operaciones modernas.

El hecho de que el Calvario de Gordon fue sugerido recientemente es en sí mismo un testimonio claro de que la colina no parecía una calavera sino hasta tiempos relativamente recientes. De otra manera, habría sido un candidato alternativo para el gólgota en los primeros siglos. Pero ninguna tradición antigua, o medieval conecta la crucifixión con ése lugar.

La tumba del jardín es demasiado antigua

La tumba de Jesús era una "tumba nueva" (Mateo 27: 60). Cualquier tumba no identificable como una tumba del primer siglo está obviamente fuera de la lista. El trabajo arqueológico ha mostrado compulsivamente que las antiguas tumbas labradas en roca dentro de la iglesia del santo sepulcro son tumbas del primer siglo, como lo requiere la Escritura.

La tumba del jardín, en contraste, fue elaborada originalmente muchos siglos antes en la Edad de Hierro, en el siglo séptimo u octavo a.C., durante el tiempo de los últimos reyes de Judá. Esta determinación está basada en los planos y características de sus cuartos, el tipo de instrumentos usados para laborar la tumba, los artefactos excavados en su interior y otros factores. Así que, no califica como una "tumba nueva" del primer siglo.

¿Es importante saberlo?

El veredicto arqueológico parece claro: el Calvario de Gordon y la tumba del jardín tienen poca evidencia a su favor. ¿Qué podemos decir del sitio que ahora ocupa la Iglesia del Santo Sepulcro? Este parece tener más evidencia como la ubicación real de la crucifixión y sepultura de Jesús. Naturalmente, no podemos saberlo con 100% de certeza, ni tampoco es importante que lo sepamos. La salvación no depende de una ubicación en particular, sino de la realidad de la muerte y resurrección de Jesucristo.

Keith W. Stump

04/Ene/2007 09:46 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES


¿Se ha encontrado El Jardin de Eden?

La Biblia dice con respectoa la ubicacion de Eden:

"Y del Eden salia un rio para regar el huerto, y de alli se dividia y se convertia en otros cuatro rios."
-Genesis 2:10

Dos de estos se llaman rios Hiddekel y Perath. (Vea: Genesis 2:10-14)

Por ello muchos Cristianos han asumido que el jardin original se localizo en alguna parte de la region de Mesopotamia (en los alrededores del Irak actual) donde fluyen los rios Tigris y el Eufrates.




Sin embargo, la Biblia registra un devastador Diluvio mundial, muchos siglos despues que Adan y Eva fueron echados del Jardin. Los estratos sedimentarios, algunos de kilometros de espesor, llevan el testimonio mudo de esta convulsion acuosa masiva, que desgarro y enterro el mundo prediluviano para siempre.

Despues del Diluvio, los sobrevivientes (la familia de Noe) se movilizaron a la llanura de Sinar (Sumeria/Babilonia) que es donde encontramos los rios hoy llamados Tigris y Eufrates. Estos por consiguiente no son los mismos rios. Ellos corren encima de las capas depositadas por el Diluvio; sedimentos de piedra que contienen billones de cosas muertas (muertas por el Diluvio). El nombre estos rios probablemente se tomaron de los rios pre-diluvianos originales, de la misma manera como los colonos de las Islas Britanicas aplicaron nombres familiares a muchos lugares en su "nuevo mundo" en America y sud Asia.

Notese tambien que la Biblia habla de un rio que irrumpe en cuatro. Esto no es lo que se encuentra en el Medio Oriente hoy.

El Jardin fue destruido por el Diluvio. Su ubicacion real en el globo terraqueo nunca podra establecerse. Nota del editor: Si la idea de un diluvio catastrofico mundial es nueva para usted, nosotros sugerimos que lea el siguiente material que presenta algunas evidencias biblicas y cientificas sobre el mismo.



Editado por peterx, Viernes, 5 de Enero de 2007, 17:56
05/Ene/2007 17:48 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

El profeta Isaías en Qumrán




Recientemente se ha expuesto, mediante una presentación electrónica, el rollo (libro) de Isaías, hallado en la cueva nº 1 de los famosos descubrimientos de Qumrán. El museo de Israel muestra de forma interactiva la lectura de sus 54 columnas, que forman las 17 tiras de cuero cosidas del pergamino escrito en hebreo.

Los manuscritos del Mar Muerto, como así también se les denominan, forman parte, en opinión de la mayoría de especialistas, de una extensa biblioteca que tenía un grupo separado del movimiento esenio, como indica Florentino García Martínez de la Universidad de Groningen y miembro del Comité Internacional de Edición de los Manuscritos de Qumrán. Aunque actualmente sigue en estudio:

-La identidad de las ruinas de Qumrán.
-La relación de la Comunidad con los textos de las cuevas.
-La interpretación del material hallado.

La comunidad esenia tenía su asentamiento en Kirbet Qumrán (Ruinas de la Luna) a unos 13 Km al sur de Jericó, en el desierto de Judá junto al mar muerto.






Tras la revuelta judía en el año 68 DC, los manuscritos fueron guardados en diferentes cuevas de la zona preservándolos del ejército romano, hasta el hallazgo casual de la cueva nº 1 en 1947 por el joven pastor beduino Muhammad al-Dib. Estaban envueltos en varias capas de tejidos, posiblemente impregnados en aceite y almacenados dentro de una de las ocho tinajas alineadas e intactas, las otras estaban vacías. Después de pasar por varios compradores los primeros siete rollos encontrados fueron adquiridos por la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Las excavaciones se iniciaron a partir de 1949 hasta 1956, por el Departamento Jordano de Antigüedades, junto con la Escuela Bíblica de Jerusalén dirigidos por G.L. Harding, y Roland de Vaux respectivamente. En total se descubrieron 11 cuevas que contenían fragmentos de unos 850 manuscritos, en diferentes estados de conservación. Entre ellos hay documentos bíblicos, apócrifos y los propios de la secta. Escritos en hebreo, arameo, griego y nabateo. En su mayoría, el material utilizado es el pergamino, algunos en papiros, además de las dos partes del rollo de cobre con las localizaciones de tesoros escondidos.

La datación del carbono 14, la paleografía e incluso datos internos, fechan estos documentos en su mayor parte entre el siglo III y el I AC. Por lo que estamos ante el descubrimiento más importante en el estudio de la Biblia, y el mundo que la rodea. Los libros de la Biblia hebrea están todos presentes menos el de Ester. Uno de los resultados obtenidos es comprobar la fiabilidad del texto bíblico, que se nos ha transmitido. Actualmente se conservan la mayoría de los manuscritos en El Santuario del Libro, perteneciente al Museo de Israel en Jerusalén.






Volviendo al libro del profeta Isaías, en la cueva nº 1 además del rollo que se localizó prácticamente completo y cuyo texto es similar, con pequeñas variaciones, respecto al texto masorético de nuestras Biblias actuales, también se encontró parte de otro rollo que contiene los capitulo 41 y del 43 al 66. Aunque incompleto, presenta una caligrafía mucho más bella, y un texto casi idéntico al masorético.

Estas pequeñas diferencias representan escuelas diferentes de escribas, que aportan información de una mayor antigüedad en la redacción del texto origen, ya que estos documentos hallados son copias de anteriores, debiendo transcurrir el tiempo necesario para que se desarrolle la divergencia, contra lo que algunos autores intentan adjudicándoles fechas más recientes y cambiando el autor del libro.

En este punto invito al lector a situarse en la columna XLIV del rollo de Isaías. A partir de su séptima línea comienza el capitulo 53. Lea este texto en cualquier Biblia, sabiendo que el manuscrito hallado tiene una antigüedad por lo menos 100 años AC, y que Isaías vivió en el siglo VIII AC.

¿De quién habla? Puede que la respuesta le comprometa. Pero le invitamos a leer el capítulo 53 del libro del profeta Isaías.

APOYO MULTIMEDIA
Presentación electrónica del rollo de Isaías
Francisco Bernal es Ingeniero, miembro de una iglesia evangélica de Málaga y aficionado a la Arqueología.

07/Ene/2007 11:38 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

Cuando Babilonia apoya la Biblia




Nunca podrían imaginar algunos escépticos, que unas crónicas anuales realizadas sobre tablillas de arcilla con escritura cuneiforme, coincidirían con hechos narrados en la Biblia. Así desde que en 1899 Robert Koldwey, al frente de la Sociedad Alemana de Oriente, realizara el hallazgo de la ciudad de Babilonia, se han ido encontrando numerosos monumentos como, el templo de Marduk, el zigurat (torre de Babel), el palacio real, y la famosa puerta de Istar entre otros.

También se localizaron diferentes inscripciones, siendo las más importantes las referidas a las crónicas babilónicas, que registran la historiografía desde aproximadamente el año 747 hasta el 280 AC. Fue en 1956 cuando el D. J. Wiseman, anunció el descubrimiento de 4 tablillas de éstas crónicas correspondientes a parte del reinado de Nabucodonosor.

En la imagen de arriba observamos una de las tablillas catalogada como ABC 5 (1), que se encuentra en el Museo Británico, y en ella se menciona tres acontecimientos importantes de éste monarca:

1. En las primeras 8 líneas, se registra la derrota de los egipcios en Carquemis, al norte de Siria junto al río Eufrates. Pues el faraón Necao, quería apoderarse de Siria y Palestina al derrumbarse el imperio Asirio, ocupando con su ejercito toda la región hasta el norte de Siria. Pero la respuesta de Babilonia no se hizo esperar, y el rey Nabopolasar, estando enfermo, mandó a su hijo Nabucodonosor al frente de sus tropas, venciendo a los egipcios en Carquemis y finalmente en Hamat donde se habían reorganizado. Esta descripción de la tablilla coincide con el texto bíblico de Jeremías 46:1-2.
“Palabra del Señor que vino al profeta Jeremías, contra las naciones.
Con respecto a Egipto: contra el ejército de Faraón Necao rey de Egipto, que estaba cerca del rió Eufrates en Carquemis, a quien destruyó Nabucodonosor rey de Babilonia, en el año cuarto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá.”

2. Otros de los eventos mencionados en la tablilla, es el ascenso al trono de Nabucodonosor. Tras 21 años de reinado, su padre Nabopalasar murío el 8 de Abu (15 de agosto del 605), obligando a Nabucodonosor a regresar a Babilonia, dejando la campaña militar emprendida de Siria y Palestina, para tomar posesión del trono el 1 de Ululu (7 de septiembre). Posteriormente, toda Palestina y Siria cayó bajo el poder babilónico, tributando los diferentes reinos que la habitan incluido el de Joacim de Judá, como comprobamos en 2 Reyes 24:1. “En su tiempo subió en campaña Nabucodonosor rey de Babilonia. Joacim vino a ser su siervo por tres años, pero luego volvió y se rebeló contra él”.

3. Conquista de Jerusalén. En el año 601 AC Nabucodonosor realizó una campaña militar contra Egipto, enfrentándose de nuevo con el faraón Necao. En los combates ambos sufrieron graves perdidas, y el ejército de Nabucodonosor tuvo que regresar a Babilonia para recomponerse. Es en éste periodo probablemente cuando el rey Joacim de Judá, esperanzado en la alianza con Egipto dejó de pagar tributo a Babilonia, provocando que tras varios años volviera Nabucodonosor y sometiera nuevamente a Judá. Antes de apoderarse de Jerusalén muere el rey Joacim, sucediéndole su hijo Joaquín. En el reverso de la tablilla entre las líneas 11 y 13 las crónicas narran:
“El año séptimo (598-7), en el mes de Kislev (noviembre / diciembre) el rey de Acad pasó revista a sus tropas y marchó contra Hattu (Siria). Acampó frente a la ciudad de Judá y el día 2 del mes de Adar (16 de marzo de 597) tomó la ciudad (y) capturó a su rey. A un rey de su elección (Sedequías) puso en la ciudad (y) tras cobrar un ingente tributo se lo llevó a Babilonia”. (A. K. Grayson, nº5)

Este texto en lengua acadia, coincide con la narración bíblica del libro de Reyes 24:10-17, que lo expresa de la forma siguiente:
“... Vino también Nabucodonosor rey de Babilonia contra la ciudad... Entonces salió Joaquín rey de Judá al rey de Babilonia... y lo prendió el rey de Babilonia... Y sacó de allí todos los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real... llevó cautivo a Babilonia a Joaquín... Y el rey de Babilonia puso por rey en lugar de Joaquín a Matanías su tío, y le cambió el nombre por el de Sedequías.”

4. Trato especial al rey Joaquín. Por ultimo mencionar, el registro que se ha podido recuperar en la documentación babilónica de la familia real en el destierro. Así en 1933 el asiriólogo E. F. Weidner, examinando unas trescientas tablillas cuneiformes que se habían localizado hacía años, cerca de la puerta de Istar en Babilonia, se percató que en cuatro de ellas aparecía el nombre bíblico de Yauquín (Joaquín), citándolo como rey (de la tierra) de Judá, junto con 5 hijos. Las tablillas eran documentos de la gestión de provisiones, en los almacenes reales. Contienen la fecha del año 13 del reinado de Nabucodonosor, es decir el 592 AC, cinco años después de la caída de Jerusalén y de la deportación del rey Joaquín. En una de ellas (imagen 2) podemos leer:
“ ... 10 medidas a Yauquín rey de la tierra de Judá,
2 ½ medidas a los 5 hijos del rey de Judá,
4 medidas para 8 hombres de Judá... ”.






Estas tablillas se encuentran en el Museo de Berlín, y su información coincide con la suministrada por la Biblia sobre los acontecimientos de los últimos años de la monarquía judaita, ver 2 Reyes 24:10-17 y 25:27-30 “... Y diariamente le fue dada su comida de parte del rey, de continuo, todos los días de su vida”. Se comprueba el trato especial que recibió el rey Joaquín, que aunque deportado en Babilonia era reconocido como rey de Judá, y es muy probable según lo indica el arqueólogo G. E. Wright, que su tío Sedequías nombrado sucesor en Jerusalén, no fuera más que un administrador real, también lo atestiguan diversos hallazgos arqueológicos, entre estos sellos en tinajas localizadas en la Sefela y en el que se lee “ Perteneciente a Elyaquín mayordomo de Yauquín”. Indicativo de que se administraba propiedades del rey estando cautivo.

Podemos concluir, que éste periodo del reino de Judá informado por la Biblia, está ampliamente corroborado e incluso enriquecido por otros materiales que nos han llegado, tanto por la crónica babilónica, como por hallazgos en Laquís, Debir, datos arqueológicos sobre la destrucción de muchas ciudades de Judá entre ellas Azeca, Guezer, Timna, autores como Herodoto, Josefo, etc., manifestándose una vez más la fiabilidad de la narración bíblica.


(1) A.K. Grayson, Crónicas asirías y babilónicas (1975)
Francisco Bernal

08/Ene/2007 11:06 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

El túnel de Siloé




Uno de los grandes reyes de Judá fue Ezequias, a finales del Siglo VIII AC. Llevó a su pueblo a un gran desarrollo, económico, cultural y espiritual. Aprovechó los desordenes en la sucesión del trono asirio, a la muerte del rey Sargón II, para dejar de pagar tributo. Realizando una gran obra defensiva, fortificó las principales ciudades de su reino.

En la antigua Jerusalén situada sobre un cerro rocoso, protegida en sus tres lados por profundos valles, el rey Ezequias hizo una importante obra hidráulica de gran complejidad, abriendo un túnel de 530 mts de longitud a 50 mts de profundidad, desde la fuente de Gihón, situada en la ladera oriental, hasta el interior de la ciudad.




Al encontrarse la fuente de Gihón fuera de las murallas, era un punto vulnerable ante un ataque enemigo. Por lo que al preparar las defensas de Jerusalén por la amenaza del nuevo rey asirio Senaquerib, construyó el túnel a través del subsuelo de la ciudad, como vemos en su trazado (en la imagen de la izquierda).

Con tal precisión se hizo, que su desnivel es de tan solo 30 cms. corriendo el agua lentamente desde la fuente al estanque, dentro de las murallas, cegándose ésta por el exterior; tal como lo narra la Biblia en 2Reyes 20:20 y 2 Crónicas 32:30.

Posteriormente se le llamó Siloé, a esta piscina donde se recogía el agua para las libaciones y purificaciones, especialmente en la fiesta de los Tabernáculos. Aunque es más conocida por la curación que hizo Jesús al ciego de nacimiento narrado en el evangelio de Juan 9:1-41. En general los arqueólogos indican que la visitada piscina de Siloé, no es del tiempo de Jesús. Aunque la recientemente descubierta en el verano del 2004 es posible que sea.

En el interior del túnel, se ha localizado una inscripción conmemorativa del encuentro de los dos equipos de mineros, que perforando en sentidos opuestos terminaban de dar cauce al agua.




Consta de 6 líneas y tomando la traducción de Finkestein y Silberman dice:
..... cuando se abrió el túnel. Y así es como se perforó: mientras[.....] seguían [.....] piqueta[s], cada hombre en dirección a su compañero, y cuando todavía quedaban tres codos por abrir, [se oyó] la voz de un hombre que llamaba a su compañero, pues había resonancia en la roca a la derecha [y a la izquierda]. Y cuando se perforó el túnel, los canteros tallaron [la roca] trabajando al encuentro unos de otros, piqueta contra piqueta; y el agua fluyó de la fuente hacia el estanque a lo largo de 1200 codos, y la altura de la roca sobre las cabeza[s] de los canteros era de 100 codos.

En septiembre de 2003 un equipo dirigido por el geólogo Amos Frumkin, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, confirmó la fecha de su datación en el 700 AC según se informó en la revista científica Nature (1).



(1) Coincidiendo con la que relata la Biblia.
Francisco Bernal

09/Ene/2007 13:57 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

¿Existe alguna confirmación de los eventos narrados en la Biblia en otras fuentes que no sean la misma Biblia?





Los eventos más documentados a nivel mundial se describen en Génesis los capítulos 6 al 9. Un considerable numero de manuscritos babilonios descubiertos recientemente describen similitud de eventos.


Mas informacion acerca de la lista de reyes Sumerios -- Ir
La lista de reyes de Sumeria (cuya imagen se muestra aquí), por ejemplo, lista a los reyes que gobernaron por largos periodos de tiempo y como una enorme inundación azotó a la tierra. Siguiendo con el diluvio, los reyes de Sumeria dominaron por periodos más cortos. Este mismo patrón se observa en la Biblia cuando leemos que el hombre poseía un nivel más alto de longevidad antes del diluvio y uno más corto después. La tablilla número 11 de la historia épica de Gilgamesh habla de una arca y como muchos animales fueron puestos ahí; habla acerca de los pájaros que fueron enviados durante el diluvio, de cómo el arca quedó varada en una montaña y del sacrificio que se realizó cuando la arca tocó tierra.

La historia de Adapa narra una prueba de inmortalidad que involucra al diluvio muy similar a la historia de Adán y Eva en el jardín del Edén.

Las tablillas sumerias registran la confusión de lenguas registrada en la Biblia (Génesis 11:1-9) El relato sumerio narra que hubo una época cuando todos los seres humanos hablaban una sola lengua. El lenguaje fue confundido por el dios Enki, señor de la sabiduría. Incluso los babilonios poseen un relato similar en el que los dioses destruyen una torre y confundieron en lenguaje de los hombres.

Otros ejemplos de confirmación de eventos bíblicos se muestran a continuación:

Campaña militar en Israel del Faraón Sisac (1 Reyes 14:25-26) registrada en los muros del Templo de Amun en Thebes, Egipto.

Revuelta de Moab contra Israel (2 Reyes 1:1; 3:4-27) registrada en una inscripción de la Meca.

La caída de Samaria (2 Reyes 17:3-6,24; 18:9-11) por Sargon II, rey de Asiria, registrado en los muros de los restos de su palacio.

Ataque de Asdod por ordenes de Sargon II (Isaías 20 registrado en los muros de su palacio.

La campaña del rey asirio Senaquireb contra Judá (2 Reyes 18:13-16) registrado en el Prisma de Taylor.

La siega de Senaquireb (2 Reyes 18:14, 17) registrada en los relieves de Lachish.

El asesinato de Senaquireb por sus propios hijos (2 Reyes 19:37) registrado en los anales de su hijo Esarhaddon.

La caída de Nínive como fue profetizada por los profetas Nahúm y Sofonías (Sofonías 2:13-15) registrada en la tablilla de Nabopolasar.

La caída de Jerusalén por Nacubodonosor, rey de Babilonia (2 Reyes 24:10-14) registrado en las crónicas de Babilonia.

Cautividad del rey de Judá en Babilonia (2 Reyes 24:15-16) registrado en las crónicas de Babilonia.

La caída de Babilonia por los Medos y los Persas (Daniel 5:30-31) registrado en la Esfera de Ciro.

Liberación de los cautivos en Babilonia por Ciro el Grande (Esdras 1:1-4; 6:3-4) registrado en la Esfera de Ciro.

La existencia de Jesucristo registrada por Flavio Josefo, Suetonio, Talo, Pliny el joven, el Talmud y Luciano.

El desalojo de los judíos de Roma durante el reinado del emperador Claudio (Hechos 18 registrado por Suetonio.


MAS INFORMACION ACERCA DE LA LISTA DE REYES SUMERIOS (véase la ilustración) -- Hay más de 16 fragmentos y una copia temprana de la lista de Reyes Sumerios encontrada en diferentes partes y tiempos. El primer fragmento fue descubierto en la librería del templo en Nippur, Iraq al inicio del siglo y fue publicado en 1906. La copia más completa, el prisma de Weld-Blundell fue comprada en un mercado de antigüedades luego de la Primera Guerra Mundial y actualmente se encuentra en el Museo Ashmolean en Oxford, Inglaterra. Para una explicación detallada de la lista de Reyes Sumerios y la Biblia lea "La lista de Patriarcas Antediluvianos y los Reyes Sumerios" por Raúl López, en la revista técnica CEN 12(3) 1998, pp. 347-57.


11/Ene/2007 16:41 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES


Manuscritos bíblicos en griego


El manuscrito más antiguo que se conserva de los poemas de Homero procede del siglo XIII. El texto de las tragedias de Sófocles se basa en un único manuscrito del siglo VIII o IX. Para el Nuevo Testamento la distancia es mucho más corta, los manuscritos conservados mucho más numerosos, su concordancia mucho mayor que en cualquier otro libro de la Antiguedad. Manuscritos muy cuidados de los evangelios datan ya de los siglos III y IV. Y recientemente se han descubierto, sobre todo en el desierto de Egipto, papiros mucho más antiguos: el fragmento más antiguo del Evangelio de Juan, el último de los cuatro evangelistas, cuyo original se conserva en la biblioteca John Ryland de Manchester, data de principios del siglo II y no difiere en absoluto de nuestro texto griego impreso. Lo cual quiere decir que los evangelios existían ya hacia el año 100; las ampliaciones y reinterpretaciones míticas (en los evangelios apócrifos, etc.) solo se encuentran a partir del siglo II. Evidentemente, pues, el camino condujo de la historia al mito y no del mito a la historia.

Jesús de Nazaret no es un mito: su historia se puede localizar. No es una leyenda errática... La historia de Jesús se desarrolló, es verdad, en un país políticamente insignificante, en una provincia extrema del Imperio romano. Pero este país, Palestina, representaba también a todo un antiquísimo imperio cultural, en el centro del "creciente fertil"... La ciudad de Jericó, mencionada en la parábola del buen samaritano y excavada recientemente, puede considerarse como el asentamiento urbano más antiguo del mundo (entre 7.000 y 5.000 años antes de Cristo).

Jesús de Nazaret no es un mito: su historia se puede datar. No es un mito intemporal como los que han creado las primeras culturas superiores de la humanidad. No es un mito de la vida eterna, como el de Egipto. No es un mito del orden cósmico, como el de Mesopotamia. No es un mito del mundo cambiante, como el de la India. No es el mito del hombre perfecto, como en Grecia. Se trata de la historia de un hombre que nació en Palestina a comienzos de nuestra era bajo el reinado de César Augusto, actuó públicamente bajo el reinado de su sucesor Tiberio, y fue ajusticiado por el procurador imperial Poncio Pilato.

Es sorprendente que este hombre haya modificado el curso de la historia hasta el punto de comenzarse a computar desde él los años de la historia del mundo.

-Hans Küng, en 'El Cristo real', Ser cristiano, págs. 152,153. Trotta 1996



Este es un pequeño fragmento del papiro Rylands p52. Corresponde a Juan 18:31-33 y 37 y 38. Es el fragmento de manuscrito del Nuevo Testamento más antiguo que existe. Se encontró en Egipto y data de alrededor del 125 A.D. y por lo tanto escrito aproximadamente solo un cuarto de siglo después de la muerte del apóstol Juan. Actualmente se encuentra en la biblioteca de John Rylands, Manchester, Gran Bretaña.




Papiro Bodmer (P66, P72-75). Colección compuesta por unos cincuenta manuscritos en griego descubierta en Egipto por M. Martin Bodmer entre 1955 y 1956. La mayor parte se conserva en la Bibliotheca Bodmerianasi, Colonia, cerca de Ginebra y el resto en la Biblioteca Vaticana. Contiene partes de los evangelios de Juan y de Lucas así como las cartas de Pedro. Es la aportación más importante a la colección de papiros bíblicos desde el descubrimiento de los papiros de Chester Beatty. El papiro p75, que contiene los evangelios de Lucas y Juan, es textualmente idéntico al manuscrito Vaticano 1209 del siglo IV y que contiene tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento.




Fragmento del papiro Chester Beatty p45 hallado en 1930 en Egipto por el estadounidense A. Chester Beatty. El hallazgo completo data de los siglos II al IV. Consta de porciones de ocho libros del Antiguo Testamento en griego, y porciones de quince libros del Nuevo Testamento. Hoy día se conserva parte en Dublín, Irlanda, y otra en la universidad de Michigan, Estados Unidos.







11/Ene/2007 17:43 GMT+1
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CÉSAR AUGUSTO, 27 a.C.-14 AD

DENARIO DE PLATA

Anverso: cabeza de Octavio, más conocido como Augusto desde 27 a.C-14 d.C.
Reverso: La casa del senado romano rodeada por un porche con cuatro columnas. Tiene impresas en la parte superior las palabras "IMP CAESAR". Acuñada en el año 27 a.C. Conmemora la dedicación de la Curia Julia.

Después de recibir el título de Emperador en el año 27 a.C., Augusto hizo acuñar un gran número de monedas pertenecientes al período Imperial y a la parte final de la República Romana. Según el evangelio de Lucas, fue él quien ordenó un censo en todo el Imperio Romano. El registro dice: "Por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria, Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito." Lucas 2:1-7.




TIBERIO CÉSAR, 14/37 AD.
DENARIO DE PLATA.

Anverso: busto laureado de Tiberio con la inscripción: TIBERIVS CAESAR DIVI AVGVSTI FEXIX AVGVSTVS
Reverso: Livia (representando "Pax" sentada portando un ramo de olivo y cetro, con la inscripción: PONTIFEX MAXIMVS
En evangelio de Lucas menciona a Tiberio César así: "En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea; Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto." Al poco tiempo, Jesús se bautizó (Lucas 3:1,2,21). Sorprende aquí el que Lucas cite tan gran cantidad de datos históricos relacionados con los distintos gobernantes de ese momento, tanto en Roma como en Israel.

Es muy posible que este mismo tipo de denario fuera el que Jesucristo pidió que le trajeran cuando le preguntaron si se debía pagar el impuesto al César. "Jesús les dijo: '¿De quién es esta imagen y la inscripción?' Ellos le dijeron: 'Del César'. Jesús les dijo: 'Lo del César, devolvedlo al César, y lo de Dios, a Dios.'" -Marcos 12:13-17.




VESPASIANO, AD 69-79 DENARIO DE PLATA, acuñada en Roma en el año 70 AD

Anverso: Busto de Vespasiano con la inscripción "IMP CAESAR VESPASIANVS AVG"
Reverso: Una mujer judía sentada con actitud de dolor ante un trofeo militar. Debajo se puede leer "IVDAEA" (Judea).

El historiador romano Tácito escribió en su Historias V: "La cólera de los romanos se enconó porque los judíos eran los únicos que no habían cedido." Y fue Vespasiano quien siendo todavía proconsul, inició la campaña contra la rebelión judía en Judea. Tras ser nombrado emperador en el año 69, dejó el ejército de Judea a su hijo Tito y regresó a Roma. Pocos judíos se daban cuenta en ese tiempo de que aquello era el principio del fin de Jerusalén y de su Templo. Como había predicho años antes Jesucristo, llorando ante Jerusalén: "Porque vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, te estrellarán contra el suelo a tí y a tus hijos que estén dentro de tí y no dejarán piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita." Lucas 19:41-44.




TITO , AD 79-81

DENARIO DE PLATA


Anverso: Busto de Tito como César. Alrededor se lee "T CAESAR VESPASIANVS"
Reverso: Annona (la cosecha del año) entronizada, y la leyenda "ANNONA AVG" alrededor.

Hijo mayor de Vespasiano, intervino en Judea para sofocar la gran revuelta hebrea a la que dio fin con la toma y saqueo de Jerusalén en el año 70 AD. Según el historiador judío Flavio Josefo, más de un millón de judíos perecieron y miles de ellos fueron llevados cautivos. Jesucristo había predicho unos años antes esa calamidad cuando dijo: "Habrá en efecto una gran calamidad sobre la tierra y cólera contra este pueblo. Caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles hasta que el tiempo de los gentiles llegue a su cumplimiento." Lucas 21:23,24.
Como recuerdo de la gran victoria militar de Tito contra los judíos, su hermano Domiciano levantó en el año 81 AD en Roma un Arco de triunfo en su honor. Vea El Arco de Tito











12/Ene/2007 10:21 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

La arqueología y el Antiguo Testamento

Pat Zukeran

Una comprensión de la arqueología

El cristianismo es una fe histórica basada en sucesos reales registrados en la Biblia. Por lo tanto, la arqueología ha jugado un papel clave en los estudios bíblicos y la apologética cristiana de diferentes formas.

Primero, la arqueología ha confirmado la exactitud histórica de la Biblia. Ha verificado muchos sitios y civilizaciones antiguos y personajes bíblicos cuya existencia era cuestionada por el mundo académico y descartada a menudo como mito. La arqueología bíblica ha silenciado a muchos críticos a medida que nuevos descubrimientos han apoyado los hechos de la Biblia.

Segundo, la arqueología nos ayuda a mejorar nuestra comprensión de la Biblia. Si bien no tenemos los escritos originales de los autores, hay miles de manuscritos antiguos que confirman que tenemos una transmisión precisa de los textos originales.{1} La arqueología puede ayudarnos también a entender con mayor precisión los matices y usos de palabras bíblicas, como fueron usadas en su tiempo.

Tercero, la arqueología nos ayuda a ilustrar y explicar pasajes bíblicos. Los sucesos de la Biblia ocurrieron en cierto tiempo, en una cultura específica, influenciados por una estructura social y política específica. La arqueología nos da perspectivas de estas áreas. La arqueología suplementa, también, temas no cubiertos en la Biblia. Gran parte de lo que sabemos de las religiones paganas y el período intertestamentario proviene de la investigación arqueológica.

Al encarar este estudio, debemos tener en mente los límites de la arqueología. Primero, no prueba la inspiración de la Biblia. Sólo puede confirmar la exactitud de los sucesos. Segundo, a diferencia de otros campos científicos, la arqueología no puede recrear el proceso bajo estudio. Los arqueólogos deben estudiar e interpretar la evidencia que quedó. Todas las conclusiones deben permitir la revisión y la reinterpretación basadas en nuevos descubrimientos. Tercero, la forma de entender la evidencia arqueológica depende de los presupuestos y la cosmovisión del intérprete. Es importante comprender que muchos investigadores son escépticos en cuanto a la Biblia y hostiles a su cosmovisión.

Cuarto, se han descubierto miles de archivos, pero se ha perdido una enorme cantidad de material. Por ejemplo, la biblioteca de Alejandría tenía más de un millón de volúmenes, pero todos se perdieron en un incendio en el siglo VII.

Quinto, sólo una fracción de los sitios arqueológicos disponibles han sido relevados, y sólo una fracción de los sitios relevados ha sido excavada. De hecho, se estima que menos del dos por ciento de los sitios relevados han sido trabajados. Una vez que comienza el trabajo, sólo una fracción del sitio se examina realmente, y sólo una pequeña parte de lo que se examina se publica. Por ejemplo, las fotografías de los Rollos del Mar Muerto fueron retenidas del público durante cuarenta años, luego de ser descubiertos.

Es importante entender que las Escrituras siguen siendo la principal fuente de autoridad. No debemos elevar a la arqueología al punto en que se vuelve el juez de la validez de las Escrituras. Randall Price dice: "Hay, ciertamente, casos en que la información que se necesita para resolver una cuestión histórica o cronológica falta, tanto de la arqueología como de la Biblia, pero es injustificado suponer que la evidencia material tomada del contenido más limitado de las excavaciones arqueológicas pueda ser usada para disputar la evidencia literaria del contenido más completo de las escrituras canónicas".{2} La Biblia ha demostrado ser una fuente de historia precisa y confiable.

El destacado arqueólogo Nelson Glueck escribe: "De hecho, sin embargo, podría decirse categóricamente que ningún descubrimiento arqueológico ha rebatido una sola referencia bíblica. Se han hecho muchísimos hallazgos arqueológicos que confirman en un claro bosquejo o con detalles exactos afirmaciones históricas hechas en la Biblia".{3}


El descubrimiento de los hititas

Los hititas jugaron un papel destacado en la historia del Antiguo Testamento. Interactuaron con personajes bíblicos tan antiguos como Abraham y tan tardíos como Salomón. Se los menciona en Génesis 15:20 como un pueblo que habitó la tierra de Canaán. 1 Reyes 10:29 dice que compraron carrozas y caballos al rey Salomón. El hitita más destacado es Urías, el esposo de Betsabé. Los hititas fueron una fuerza poderosa en el Oriente Medio desde 1750 a.C. hasta 1200 a.C. Antes de fines del siglo XIX, no se sabía nada acerca de los hititas fuera de la Biblia, y muchos críticos alegaban que eran un invento de los escritores bíblicos.

En 1876, un descubrimiento dramático cambió esta percepción. A. H. SAYCE, un estudioso británico, encontró inscripciones talladas en rocas en Turquía. Sospechó que podrían ser evidencia de la nación hitita. Diez años más tarde, se encontraron más tablas de arcilla en Turquía, en un lugar llamado Boghaz-koy. El experto en escritura cuneiforme alemán Hugo Winckler investigó las tablas y comenzó su propia expedición al sitio en 1906.

Las excavaciones de Winckler descubrieron cinco templos, una ciudadela fortificada y varias esculturas enormes. En un cuarto de almacenaje encontró diez mil tablas de arcilla. Uno de los documentos resultó ser un registro del tratado entre Ramsés II y el rey hitita. Otras tablas mostraron que Boghaz-koy era la capital del reino hitita. Su nombre original era Hattusha, y la ciudad cubría un área de 300 acres. ¡Se había descubierto la nación hitita!

Menos de una década después del hallazgo de Winckler, el estudioso checo Bedrich Hronzny demostró que la lengua hitita es un familiar primitivo de las lenguas indoeuropeas: griego, latín, francés, alemán e inglés. La lengua hitita ahora ocupa un lugar central en el estudio de la historia de las lenguas indoeuropeas.

El descubrimiento confirmó también otros hechos bíblicos. Se encontraron cinco templos que contenían varias tablas con detalles de los ritos y ceremonias que realizaban los sacerdotes. Estas ceremonias describían ritos para la purificación del pecado y la purificación de un nuevo templo. Las instrucciones resultaron ser muy elaboradas y largas. Los detractores alguna vez criticaron las leyes e instrucciones que se encuentran en los libros de Levítico y Deuteronomio como demasiado complicadas para el tiempo en que fueron escritos (1400 a.C.). Los textos de Boghaz-koy, junto con otros de sitios egipcios descritos en el Pentateuco judío, son coherentes con las ceremonias de las culturas de este período de tiempo.

El Imperio Hitita hacía tratados con las civilizaciones que conquistó. Se han traducido dos docenas de estos, y brindan una mejor comprensión de los tratados del Antiguo Testamento. El descubrimiento del Imperio Hitita en Boghaz-koy ha hecho progresar significativamente nuestra comprensión del período patriarcal. El Dr. Fred Wright resume la importancia de este hallazgo con relación a la historicidad bíblica:

"Ahora el cuadro de la Biblia de este pueblo encaja perfectamente con lo que sabemos acerca de la nación hitita a partir de los monumentos. Como imperio, nunca llegó a conquistar la tierra de Canaán misma, si bien las tribus hititas se asentaron allí a una edad temprana. Nada que han descubierto los excavadores ha desacreditado de ninguna forma el relato bíblico. La precisión de las Escrituras, una vez más, ha quedado demostrada por los arqueólogos".{4}

El descubrimiento de los hititas ha demostrado ser uno de los grandes hallazgos arqueológicos de todos los tiempos. Ha ayudado a confirmar el relato bíblico y tuvo un gran impacto en el estudio arqueológico del Oriente Medio. Gracias a él, hemos obtenido una mayor comprensión de la historia de nuestro idioma, así como de las prácticas religiosas, sociales y políticas del antiguo Oriente Medio.


Sodoma y Gomorra

La historia de Sodoma y Gomorra fue considerada por mucho tiempo como una leyenda. Los críticos suponían que fue creada para comunicar principios morales. Sin embargo, a lo largo de la Biblia esta historia es tratada como un suceso histórico. Los profetas del Antiguo Testamento se refieren a la destrucción de Sodoma en varias ocasiones (Deuteronomio 29:23; Isaías 13:19; Jeremías 49:18), y estas ciudades juegan un papel clave en las enseñanzas de Jesús y los apóstoles (Mateo 10:15; 2 Pedro 2:6 y Judas 1 . ¿Qué ha encontrado la arqueología para establecer la existencia de estas ciudades? Los arqueólogos han buscado en la zona del Mar Muerto durante muchos años tratando de encontrar las ciudades de Sodoma y Gomorra. Génesis 14:3 da su ubicación, en el valle de Sidim, conocido como el Mar Salado, otro nombre para el Mar Muerto. Del lado este, seis lechos de ríos secos fluyen hacia el Mar Muerto. A lo largo de cinco de estos lechos secos se descubrieron ciudades. La que está más al norte se llama Bab edh-Drha. En 1924, el renombrado arqueólogo, el Dr. William Albright, excavó en este sitio en busca de Sodoma y Gomorra. Descubrió que era una ciudad fuertemente fortificada. Si bien relacionó esta ciudad con una de las "ciudades de la llanura" bíblicas, no pudo encontrar evidencia concluyente que justificara esta suposición.

Se hicieron más excavaciones en 1965, 1967 y 1973. Los arqueólogos descubrieron un muro de 60 cm. de ancho alrededor de la ciudad, junto con numerosas casas y un gran templo. Fuera de la ciudad había grandes sitios de sepultura donde se desenterraron miles de esqueletos. Esto reveló que la ciudad había estado bien poblada durante la baja Edad de Bronce, alrededor del tiempo en que habría vivido Abraham.

Lo más intrigante fue evidencia de un gigantesco incendio que había destruido la ciudad. Yacía sepultada bajo un manto de cenizas de más de un metro de altura. Un cementerio a un kilómetro de distancia de la ciudad contenía restos carbonizados de techos, postes y ladrillos enrojecidos por el calor.

El Dr. Bryant Wood, al describir estas sepulturas, dijo que un fuego comenzó en los techos de estos edificios. Luego los techos se derrumbaron y cayeron hacia el interior y se difundió el fuego dentro del edificio. Esto ocurrió en el caso de cada casa excavada. Una destrucción tan enorme por fuego coincidiría con el relato bíblico de que la ciudad fue destruida por fuego que cayó del cielo. Wood dice: "La evidencia sugeriría que este sitio de Bab edh-Drha es la ciudad bíblica de Sodoma".{5}

Se mencionan cinco ciudades de la llanura en Génesis 14: Sodoma, Gomorra, Adma, Zoar y Zeboim. Los restos de estas otras cuatro ciudades también se encuentran a lo largo del Mar Muerto. Siguiendo un camino sur desde Bab edh-Drha hay una ciudad llamada Numeria. Siguiendo hacia el sur está la ciudad llamada es-Safi. Más al sur están las antiguas ciudades de Feifa y Khanazir. Los estudios en estas ciudades revelaron que fueron abandonadas al mismo tiempo, alrededor de 2450-2350 a.C. Muchos arqueólogos creen que, si Bab ed-Drha es Sodoma, Numeria es Gomorra, y es-Safi es Zoar.

Lo que fascinó a los arqueólogos es que estas ciudades estuvieron cubiertas por las mismas cenizas que Bab ed-Drha. Numeria, que se considera que es Gomorra, tenía más de dos metros de ceniza en algunos lugares. En casa una de las ciudades destruidas los depósitos de ceniza convirtieron al suelo en un carbón esponjoso, lo que hizo que fuera imposible la reconstrucción. Según la Biblia, cuatro de las cinco ciudades fueron destruidas, permitiendo que Lot huyera hacia Zoar. Zoar no fue destruida por el fuego, pero fue abandonada durante este período.

Si bien los arqueólogos aun cuestionan estos hallazgos, este es un descubrimiento acerca del cual oiremos más en los próximos años.

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14/Ene/2007 22:16 GMT+1
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Los muros de Jericó

Según la Biblia, la conquista de Jericó ocurrió alrededor de 1440 d.C. La naturaleza milagrosa de la conquista ha hecho que algunos estudiosos descarten la historia como algo folclórico. ¿Apoya la arqueología el relato bíblico? Durante el último siglo, cuatro arqueólogos destacados han excavado en el sitio: Carl Watzinger (1907-1909), John Garstang (fines de la década de 1930), Kathleen Kenyon (1952-1958) y, actualmente, Bryant Wood. El resultado de estos trabajos ha sido notable.

Primero, descubrieron que Jericó tenía un sistema de fortificaciones impresionante. Un muro de retención de cinco metros de altura rodeaba la ciudad. Encima del muro, había un muro de ladrillos de unos dos metros y medio, fortalecido por detrás por un murallón de tierra. Se encontraron estructuras domésticas detrás de este primer muro. Otro muro de ladrillos circundaba el resto de la ciudad. Las estructuras domésticas que se encontraron entre ambos muros son consistentes con la descripción del alojamiento de Rahab en Josué 2:15. Los arqueólogos también encontraron que, en una parte de la ciudad, había grandes pilas de ladrillos en la base tanto del muro interno como del interno, lo que indicaba un desmoronamiento repentino de las fortificaciones. Los eruditos piensan que un terremoto, que podría explicar también la detención del flujo del Jordán en el relato bíblico, causó este colapso. Los ladrillos del desmoronamiento formaban una rampa mediante la cual un invasor podría entrar fácilmente en la ciudad (Josué 6:20).

Con relación a este sorprendente descubrimiento, Garstang dice: "En cuanto al hecho principal, entonces, no queda ninguna duda: los muros cayeron hacia fuera tan completamente que los atacantes podrían haberse trepado sobre las ruinas de la ciudad".{6} Esto es notable, porque cuando son atacadas las ciudades, los muros caen hacia adentro, y no hacia fuera.

Una espesa capa de hollín indica que la ciudad fue destruida por fuego, según se describe en Josué 6:24. Kenyon lo describe de esta forma: "La destrucción fue completa. Los muros y pisos quedaron ennegrecidos o enrojecidos por el fuego, y cada habitación estaba llena de ladrillos caídos".{7} Los arqueólogos también descubrieron grandes cantidades de trigo en el sitio. Esto, nuevamente, es consistente con el relato bíblico de que la ciudad fue capturada rápidamente. Si hubiera caído como resultado de un sitio, el trigo hubiera sido usado. Según Josué 6:17, a los israelitas se les prohibió saquear la ciudad; tenían que destruirla por completo.

Si bien los arqueólogos estaban de acuerdo en que Jericó fue destruida violentamente, no concordaban con la fecha de la conquista. Garstang sostenía la fecha bíblica de 1400 a.C., mientras Watzinger y Kenyon creían que la destrucción ocurrió en 1550 a.C. En otras palabras, si la última fecha es correcta, Josué llegó a una Jericó que había sido destruida previamente. Esta fecha más temprana plantearía un serio desafío a la historicidad del Antiguo Testamento.

El Dr. Bryant Wood, que está excavando en el sitio actualmente, encontró que la fecha más temprana de Kenyon estaba basada en suposiciones erróneas sobre la alfarería que se encontró en el sitio. Su fecha más tardía también está basada en el descubrimiento de amuletos egipcios en las tumbas al noroeste de Jerció. En estos amuletos estaban inscritos los nombres de faraones egipcios entre 1500 y 1386 d.C., mostrando que el cementerio estaba en uso hasta fines de la Era de Bronce (1550-1400 a.C.). Finalmente, una pieza de carbón fue encontrado en los restos que fue fechada en 1410 a.C. La evidencia lleva a Watson a esta conclusión: "La alfarería, las consideraciones estratigráficas, los datos de escarabajos y carbono 14 apuntan todos a la destrucción de la ciudad cerca del final de la Edad de Bronce, alrededor de 1400 a.C."{8}

Por lo tanto, la evidencia arqueológica actual apoya el relato bíblico sobre cuándo y cómo cayó Jericó.


La casa de David

Uno de los personajes más queridos de la Biblia es el rey David. Las Escrituras dicen que fue un hombre conforme al corazón de Dios. Es venerado como el mayor de todos los reyes de Israel, y el pacto mesiánico se establece a través de su linaje. A pesar de su papel clave en la historia de Israel, hasta hace poco no había ninguna evidencia, fuera de la Biblia, que atestiguara de su existencia. Por esta razón, los críticos cuestionaban la existencia del rey David.

En el verano de 1993, un arqueólogo hizo lo que se considera es un descubrimiento fenomenal e impactante. El Dr. Avraham Biran y su equipo estaban excavando en un sitio llamado Tell Dan, ubicado en el norte de Galilea, al pie del monte Hermón. La evidencia indica que este es el sitio de la tierra de Dan del Antiguo Testamento.

El equipo había descubierto una impresionante plaza real. Al quitar los escombros, descubrieron entre las ruina una estela o un pedazo de piedra de basalto negro que contenía inscripciones en arameo. La estela contenía trece líneas de escritura, pero ninguna de las frases estaba completa. Algunas de las líneas tenían solo tres letras, mientras que la más ancha contenía catorce. Las letras que quedaban estaban grabadas claramente y eran fáciles de leer. Dos de las líneas contenían las frases "el rey de Israel" y "casa de David".

Esta es la primera referencia del rey David que se encuentra fuera de la Biblia. Este descubrimiento ha hecho que muchos críticos reconsideraran su punto de vista sobre la historicidad del reino davídico. La alfarería que se encontró en las cercanías, junto con la construcción y el estilo de escritura, llevan al Dr. Biran a argumentar que la estela fue erigida en el primer cuarto del noveno siglo a.C., alrededor de un siglo después de la muerte del rey David.

El equipo de traducción descubrió que la inscripción hablaba de guerras entre los israelitas y los arameos, que menciona la Biblia durante este período. En este hallazgo, un líder de los arameos, probablemente Hazael, es victorioso sobre Israel y Judá. La estela fue erigida para celebrar la derrota de ambos reyes. En 1994, se encontraron dos piezas más con inscripciones que hacen referencia a Joram, el hijo de Acab, el rey de Israel, y Ocozías, que fue rey sobre la "casa de David", o Judá. Estos nombres y hechos se corresponden con el relato que aparece en 2 Reyes, capítulos 8 y 9. El Dr. Hershel Shanks, de Biblical Archaeological Review,dice: "La estela da vida al texto bíblico de una forma muy dramática. Nos da también más confianza en la realidad histórica del texto bíblico".{9}

El hallazgo ha confirmado varios hechos. Primero, el uso de la expresión "casa de David" implica que hubo una dinastía davídica que gobernó Israel. Podemos concluir, entonces, que existió un rey David histórico. Segundo, los reinos de Judá e Israel fueron entidades políticas destacadas, según describe la Biblia. Durante mucho tiempo, los críticos consideraron que las dos naciones eran simplemente estados insignificantes.

El Dr. Bryant Wood resume la importancia de este hallazgo de la siguiente forma: "En nuestro tiempo, la mayoría de los estudiosos, arqueólogos y eruditos bíblicos tomaban una visión muy crítica de la precisión histórica de muchos de los relatos de la Biblia . . . Muchos estudiosos han dicho que jamás existió David ni Salomón, y ahora tenemos una estela que menciona a David".{10}

Si bien muchos arqueólogos permanecen escépticos en cuanto al registro bíblico, la evidencia a favor de la precisión bíblica de la Biblia sigue creciendo.

Notas

Ver "Are the Biblical Documents Reliable?" disponible en www.probe.org/docs/bib-docu.html
Randall Price, The Stones Cry Out (Eugene, OR.: Harvest House Publishers, 1997), 46.
Nelson Glueck, Rivers in the Desert, (New York: Farrar, Strous and Cudahy, 1959), 136.
Fred Wright, Highlights of Archaeology in the Bible Lands, (Chicago: Moody Press, 1955), 94-95.
Price, 118.
John Garstang, The Foundations of Bible History; Joshua, Judges (London: Constable, 1931), 146.
Kathleen Kenyon and Thomas Holland, Excavations at Jericho Vol. 3: The Architecture and Stratigraphy of the Tell, (London: BSA), 370.
Bryant Wood, "Did the Israelites Conquer Jericho?" Biblical Archaeological Review, March/April, 1990, 57.
John Wilford, "Archaeologists say Evidence of House of David Found." Dallas Morning News, 6 August 1993, 1A
Price, 173.
Bibliografia


Biblical Archaeological Review, March/April 1994, "David Found at Dan," 26-39.
Bryce, Trevor. The Kingdom of the Hittites. Oxford: Clarendon Press, 1998.
Freedman, Noel and Geoghegan, Jeffrey. "House of David Is There!" Biblical Archaeological Review. March/April,1995, 78-79.
Garstang, John. The Foundations of Bible History; Joshua, Judges. London: Constable, 1931.
_______. The Land of the Hittites. London: Constable and Company, 1910.
Geisler, Norman. When Skeptics Ask. Wheaton, IL: Victor Books, 1989.
Glueck, Nelson. Rivers in the Desert. New York: Farrar, Strous and Cudahy, 1959.
Hoerth, Alfred. Archaeology and the Old Testament. Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1998.
Kenyon, Kathleen and Holland, Thomas. Excavations at Jericho Vol. 3: The Architecture and Stratigraphy of the Tell. London: BSA 370.
_______. Digging Up Jericho. New York: Fredrick Praeger Publisher, 1957.
Lemonick, Michael. "Score One for the Bible." Time Magazine, 5 March 1990, 59.
_______. "Are the Bible Stories True?" Time Magazine, December 18, 1995, 62-70.
McDowell, Josh. Evidence That Demands a Verdict. San Bernadino: Here's Life Publishers, 1979.
_______. More Evidence That Demands a Verdict. San Bernadino: Here's Life Publishers, 1975.
Merril, Eugene. "The Very Stones Cry Out: A New Witness to an Ancient Record." Gospel Herald at the Sunday School Times. Fall 1995, 54-55, 59.
Millard, Alan. Nelson's Illustrated Wonders and Discoveries of the Bible. Nashville: Thomas Nelson Publishers, 1997.
Price, Randall. The Stones Cry Out. Eugene, OR.: Harvest House Publishers, 1997.
Wilford, John. "Archaeologists say Evidence of House of David Found." Dallas Morning News, 6 August 1993, 1A and 11A.
Wood, Bryant. "Did the Israelites Conquer Jericho?" Biblical Archaeological Review, Vol. 16:2, 1990.
Wright, Fred. Highlights of Archaeology in the Bible Lands. Chicago: Moody Press, 1955.
Yamauchi, Edwin, The Stones and the Scriptures. Philadelphia: J.B. Lippincott Company, 1972.
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14/Ene/2007 22:17 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

La estela de Dan y el rey David






Corría el verano de 1993, cuando se produjo un descubrimiento de excepcional importancia en Dan, al norte de Galilea. Éste iba a cambiar el debate sobre el origen de la dinastía Davídica, la “casa de David”, denominación y texto que pueden verse en su original arameo -a la izquierda de esta introducción- en la llamada “estela de Dan”.

Con frecuencia se recibe información de autores, encuadrando la creación de la narración bíblica, en un periodo post-exílico (segundo templo) indican que se partió de materiales formados de leyendas que contenian algunos hechos históricos. Así en el caso del rey David, afirman que es una figura mitológica.

La arqueología en cambio, sacó a la luz un testimonio epigráfico fuera de duda. Datado en el siglo IX AC, en el yacimiento de la ciudad bíblica de Dan al norte de Israel.

La ciudad de Dan con una superficie de 20 hectáreas, está asentada sobre un tell (pequeña colina originada por sucesivas reedificaciones de diferentes épocas) a los pies del monte Hermón, junto a las aguas del río Dan afluente del Jordán. Rodeada de un paisaje fértil, la antigua ciudad cananea de Lais (Jueces18:27-29), fue escogida por la tribu de Dan como asentamiento alternativo al que tenían en la zona occidental de Palestina, con motivo de la presión Filistea. Por encima del nivel estratigráfico cananeo, se aprecia las diferentes construcciones propias de los israelitas que la ocuparon a partir del siglo XII AC.

Desde 1966 el arqueólogo Avraham Biran del Hebrew Union College en Jerusalem y el paleógrafo Joseph Naveh de la Universidad Hebrea de Jerusalén trabajan en el yacimiento de Tell Dan, donde durante estos años han sacado a la luz diferentes materiales. Pero fue el 21 de julio de 1993, cuando terminando la jornada de trabajo como lo explica Gila Cook, en aquel tiempo supervisora de la excavación, se percató de la existencia de una piedra tallada, formando parte de los restos de un muro en la que se apreciaba una escritura aramea.

Exaltada llamó a Biran quien comprobó que la piedra era parte de una estela conmemorativa, en la que en su octava línea se leía casa de David.






El fragmento de basalto (se puede ver a la izquierda de estas líneas) mide 32x22 centímetros y ha sido datado por la estratigrafía y paleografía perteneciente al siglo IX AC.

Posteriormente el 20 de junio de 1994 localizan otros dos fragmentos más pequeños, que ayudan a la recuperación del texto de la inscripción. Los trozos de la estela se hallaron en un estrato posterior a la de su realización, y fueron utilizados como material de construcción, en cuyo nivel, las edificaciones fueron destruidas por el rey asirio Tiglatpileser III en el año 732 AC. Actualmente la estela se conserva en el Museo de Israel en Jerusalén.

El material recuperado de los tres fragmentos contiene 13 lineas, cuya traducción por Mario Liverani de la 3 a la 10 dice: “(cuando) mi padre enfermó y se fue con los suyos [sus antepasados], el rey de Israel vino ante la tierra de mi padre. Pero Hadad me hizo rey y Hadad vino ante mí y yo partí de los siete... de mi reino, y yo maté a set[enta re]yes que habían uncido mi[les de ca]rros y miles de caballos.[Y yo maté a Jeho]ram, hijo de [Acab], rey de Israel, y yo maté a [Ahaz]yahu(*), hijo [de Jehoram, r]ey de la casa de David. Y yo dejé [sus ciudades en la ruina y] su tierra inmersa en la [desolación...]”

Aunque no se menciona el autor en los trozos de estela hallada, sí se hace referencia a la invasión de Israel por un rey arameo. La inscripción parece estar relacionada con la narración bíblica de 2Reyes 8:28-29, donde con un mínimo de error se puede identificar a Hazael rey de Damasco sobre el 850 AC, ufanándose de vencer y dar muerte a los reyes Joram de Israel y Ocozías de Judá. Aunque sabemos por la narración bíblica que fue Jehú quien dio muerte a ambos reyes. Podemos pensar que para Hazael, la sublevación de Jehú es interpretada como parte de su estrategia e instrumento suyo. En este periodo el rey sirio conquistó las ciudades del norte de Israel, entre ellas Dan donde erigió la estela conmemorativa de su victoria.

Posteriormente Joas, nieto de Jehú (2Reyes 13:25) recuperó para Israel las ciudades conquistadas de mano de Ben-adad hijo de Hazael. Posiblemente Joas destruiría la estela, reutilizándola en la construcción de un muro exterior.

La inscripción es un testimonio epigráfico fuera de duda, en la que en su octava línea se menciona “rey de Israel” y en la novena “casa de David”.

Aunque algunos intentan quitarle valor al descubrimiento argumentando que entre la palabra, casa “byt” y David “dwd” no existe el punto de separación característico entre dos palabras arameas. Pero como bien saben los paleógrafos, cuando se trata de un topónimo o expresión que define una identidad propia, estas se unen sin punto. También intentan cambiar el significado de las palabras forzando el contexto de éstas, al no existir vocales en la lengua aramea. Estamos como lo admiten la inmensa mayoría de los especialistas, ante una clara referencia histórica al rey David fuera de la Bíblia. En la que se menciona una dinastía consolidada a menos de 150 años desde su fundador, como es el reino de Judá, identificado en el texto bíblico reiteradas veces como casa de David (1Reyes12:19).

Igualmente es interesante resaltar en la estela, la diferenciación con el rey de Israel, evidenciando la división ya existente de los dos reinos en el siglo IX AC.

Además del texto de Tell Dan, hay otra referencia al rey David en la estela del rey Mesa de Moab, también del siglo IX AC.Descubierta en 1868 en Jordania y actualmente conservada en el museo del Louvre. Tras un largo trabajo en ella, el paleógrafo André Lemaire de la Universidad de La Sorbona, ha recuperado en el texto de la inscripción en su linea 31, la expresión “casa de David”.


(*) Ocozías

F.Bernal

15/Ene/2007 12:55 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

Petra, la descendencia de Esaú



Las dos grandes cunas de la civilización, Egipto y Mesopotamia, estaban separadas por las cadenas montañosas que corren de norte a sur, desde el nacimiento del río Eufrates hasta el mar Rojo. Desde hacía miles de años a.C., se buscó una ruta que hiciera posible salvar esos obstáculos y ofreciese vías seguras y abastecimiento de agua. Ese lugar existía. Era el Wadi (río estacional) Musa, en el que atravesaba una barrera rocosa. La Biblia identifica ese lugar como Sela, "roca", y ha llegado hasta nosotros en su versión griega: Petra. Estaba situada en una gran confluencia de caminos en el desierto: era donde la península arábica encontraba su salida al exterior, donde se podía llegar desde Egipto a través de Gaza, o desde la que se podía tomar Damasco en dirección norte.

La tradición bíblica sitúa en el Wadi Musa el episodio en el que Moisés hace brotar agua de una piedra para dar de beber a los Israelitas durante su camino a la Tierra Prometida (Ex. 17:1-7). La aparición de Musa ("Moisés" en muchos topónimos de la región responde a este recuerdo.

Desde el año 1.500 a.C., vivía allí de modo asentado, un pueblo, los oritas. Éstos fueron expulsados por un pueblo de origen semita, los edomitas, descendientes de Esaú y hermano de Jacob. El propio nombre de Edóm significa en hebreo "rojo", con lo que se puede aludir, por una parte, al color rojizo de las famosas lentejas (Gén 25:29-34), y por otra, al color de la piedra de la región de Edóm, en especial Wadi Musa y Petra. En el capítulo 36 de Génesis aparece la genealogía de Esáu como el patriarca de los edomitas. El libro de Números, capítulo 20, narra la petición de Moisés de paso al rey de Edóm, y cómo éste se la negó. Las relaciones entre Israel y Edón nunca fueron buenas. Los edomitas eran famosos por emprender constantes expediciones de saqueo contra el sur del reino de Judá y contra cualquier caravana que atravesase su territorio. Al ascender al trono, el rey David de Israel luchó y venció a los edomitas. 2º de Samuel 8:14, dice: "David... puso gobernadores en Edóm... todos los edomitas quedaron sometidos a David."

Debido a que la ocupación principal de los edomitas era el pillaje, con el tiempo, sufrieron varias derrotas que casi les lleva a la extinción. En el año 580 a.C., aparece asentado en la zona, un nuevo pueblo de origen nómada: los nabateos, quienes adoptaron la mayor parte de la civilización edomita bajo su propio nombre. Ambos pueblos pretendían descender de un mismo patriarca, Ismael, hijo de Abrahán y la esclava egipcia Agar, a través de dos hijas distintas. Los edomitas se consideraban hijos de Bashemat, casada con Esaú, mientras que los nabateos decían ser descendientes de su hermana Nabaioth.

El momento de mayor esplendor del reino nabateo corresponde a los años 8 a.C.-40 d.C., precisamente en los días de Jesús. La primera noticia de un rey nabateo procede del libro de Macabeos. Los restos conservados en Petra pertenecen, casi en su totalidad a los períodos de independencia nabatea y posterior ocupación romana.

Se puede apreciar en el arte nabateo una fusión de estilos, producto de la influencia de los distintos pueblos que tuvieron contacto con ellos. Admiraban y quedaban fascinados por la cultura de otros pueblos, como los egipcios, persas y griegos, pero sin poder llegar a superarlos. Uno de los monumentos típicamente nabateo es la espectacular tumba conocida con el nombre de "El Tesoro", contruída para el rey Aretas III, durante el período de mayor esplendor de Petra, quien extendió sus dominios hasta Damasco. Es un edificio de casi 40 metros de alto que constaba de tres salas mortuorias.

Es interesante el hecho de que un funcionario del rey Aretas trató de apoderarse de Pablo al poco tiempo de su conversión al cristianismo. El propio apóstol escribió sobre ese episodio como sigue:

"En Damasco, el gobernador del rey Aretas guardaba la ciudad con intención de apoderarse de mí; pero por una ventana que daba sobre el muro me descolgaron en una espuerta (canasta) y así pude escapar de sus manos." 2ª Cor 11:32.


El hijo de Herodes el Grande, Herodes Antipas, que reinó en Galilea y en Perea entre los años 4 a.C. a 39 d.C., y al que Jesús llamó "esa zorra" (Lc 13:32), se casó con la hija de Aretas, pero con el tiempo conoció en Roma a su cuñada Herodías y se desposó con ella. Por denunciar ese matrimonio inicuo, Juan el Bautista fue encarcelado y después decapitado (Mc 6:17-29). La primera esposa de Herodes, la hija de Aretas, huyó al lado de su padre, que organizó un ejército contra su yerno, al que derrotó en el 36 d.C.

En el año 105 d.C., el emperador romano Trajano puso fin a la independencia del país y lo convirtió en provincia romana, llamada Arabia Pétrea.

La lectura del libro de Abdías, en la Biblia, puede retrotraer a uno la vívida sensación de que Edóm fue testigo de acontecimientos fascinantes en la historia humana. Petra, su descendiente, sigue ahí como testimonio silencioso.



16/Ene/2007 12:49 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

La Iglesia más antigua

Por Dennis Swick



Los arqueólogos creen que la iglesia más antigua de Israel es una iglesia en Meggido (Apoc. 16:16) en el valle de Tel Meggido. Otros nombres que llevan este lugar son Montaña de Megiddo, Har – Meggido, Har- Meggidon y Armageddon.

Creen que la iglesia fue construida en el siglo tercero y creen que la iglesia es la más Antigua por las siguientes razones:



Los símbolos de pescados que contiene fueron usados antes de Constantino. El símbolo del pescado, IXOYE, era un acróstico que significaba “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador”. El pez servía como un símbolo para los cristianos durante el tiempo de la persecución antes de Constantino.
Esta iglesia tiene un mosaico que contiene un patrón geométrico que fue usado antes del símbolo del pez.

El mosaico contiene un medallón, dos peces y tres descripciones. La primera descripción tiene nombres de las cuatro mujeres e implica que hace falta “recordéis de ellas”. La segunda descripción fue hecha por Akeptous, una mujer, que ofreció la mesa en memoria de Jesucristo. Y la tercera descripción fue hecha por un soldado romano llamado Porfirios, quien donó su dinero para hacer el mosaico en el suelo. El mosaico se llama “Broutios”. Fue muy peligroso ser un soldado romano e identificarse con los cristianos. La inscripción de mosaico lee:


“Akeptus, la devota, dedica la mesa a Dios, Jesucristo, como memorial”.



No hay símbolos de la cruz. Se ve que estos símbolos fueron usados en las iglesias después de Constantino.
El uso de la mesa. En las iglesias más tarde usaron el altar en vez de una mesa.


Las iglesias antiguas de momento son La Iglesia de Sepulcro Santo en Jerusalén (330-370 d. C.), La Iglesia de la Natividad en Belén, Alones Mamre en Hebrón, La Iglesia Dura-Europus en Siria, y La Iglesia en Rambe. Entonces esta Iglesia de Meggido es la más antigua de momento.

La iglesia fue descubierta por unos prisioneros en la cárcel como Raúl Razilo. De los 120 prisioneros que hay unos 50 o 60 están asignados para excavar. De momento sólo el 10% de la iglesia ha sido descubierta. Según lo que se ha descubierto parece que esta iglesia fuera enorme en cuanto a sus participantes. Las mujeres jugaban un papel muy importante en esta iglesia. Akeptous fundó el edificio y donó su dinero para pagar por la mesa de comunión. Y cuatro mujeres están honradas en otra sección del edificio. Se ve que este edificio está situado en medio de la comunidad y parece que esta comunidad comieran juntos alrededor de la mesa por la cantidad de sillas que hay.

Los arqueólogos siguen buscando monedas para poner una fecha a este edificio.



Editado por peterx, Miércoles, 17 de Enero de 2007, 13:40
17/Ene/2007 13:32 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

Masada, último bastión zelote



En esta fortaleza que domina el Mar Muerto, en el desierto de Judea, Herodes el Grande construyó algunos de sus más audaces edificios. Pero también fue el escenario de uno de los episodios más dramáticos de la historia de la Humanidad.

En el año 73 de nuestra Era, tres años después de la destrucción de Jerusalén a manos del general romano Tito en el año 70, novecientos sesenta judíos zelotes prefirieron matarse antes que rendirse a los romanos. Los zelotes eran un grupo de guerrilleros nacionalistas que pretendían ser los paladines de la ortodoxia judía y del integrismo, e intentaban levantar al pueblo contra el ocupante romano. Flavio Josefo, historiador judío y uno de los jefes de la rebelión contra Roma, es el único testigo presencial de aquellos hechos que escribió sobre ello.

Allí, a cuatrocientos metros sobre el nivel del suelo, aquellos judíos zelotes desafiaron durante cuatro largos años el asedio de las mejores legiones romanas. El Imperio latino no había podido barrer el último escollo israelita y además, estos decidieron inmortalizarse privando a Roma de una victoria. Como jamás podrían salir airosos, aquellos judíos se suicidaron, y cuando la Décima Legión entró en Masada, tan solo encontró los cadáveres de hombres, mujeres y niños. Las excavaciones arqueológicas efectuadas en los años sesenta del siglo XX, dirigidas por Yigael Yadin, arqueólogo y catedrático de la Universidad hebrea de Jerusalén, no solo desenterraron numerosos vestigios del modo de vida judío de la época sino que demostró la veracidad de la descripción de Josefo. Hoy día, el estado moderno de Israel, todavía recuerda con una festividad anual aquella resistencia.



18/Ene/2007 12:12 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

Corinto en la Historia y la Arqueología

Zach Smith

Los relatos de los viajes de Pablo a menudo incluyen información social que llega a ser más interesante por medio de un examen histórico y arqueológico de las ubicaciones de las iglesias encontradas en Hechos. Una de estas iglesias estaba en Corinto en Acaya, donde Pablo se quedó por un año y medio durante su segundo viaje misionero (Hechos 18:11). De Hechos 18:1-18 se puede determinar que: había un número grande de judíos en la ciudad de Corinto (evidenciado por la presencia de una sinagoga—18 ; que probablemente esta ciudad era el centro gubernamental de la provincia romana de Acaya (evidenciada por la mención de Galión como procónsul—18:12); y que era una ciudad portuaria (18:18).

Esto provee algo de evidencia con la cual podemos reconstruir solamente una imagen vaga de la ciudad y la gente de Corinto. Sin embargo, la Corinto del tiempo de Pablo revive para los lectores de Hechos y los libros de Primera y Segunda a los Corintios cuando se considera la evidencia histórica y arqueológica. Además, una vez que se entiende el trasfondo de la ciudad y su gente, el texto llega a ser más significativo. La Biblia habla solo brevemente acerca de Corinto, pero es obvio por lo que se dice, que ésta era una ciudad muy importante. La geografía de Acaya, e incluso la geografía de la parte del Mediterráneo, tuvieron un rol importante en la Corinto antigua. Grecia estaba dividida entre la tierra principal y la península peloponesia, con un istmo estrecho que las conectaba. Corinto estaba ubicada exactamente al suroeste del istmo (en la península) y miraba hacia el istmo. Con esta ubicación, Corinto podía controlar todo el tránsito terrestre (comercial o distinto) que venía de la tierra principal a la península (DeVries, 1997, p. 379). Corinto estaba favorecida por dos puertos: Lejaión en el Golfo de Corinto, que estaba a un poco más de una milla al norte de Corinto y que conducía a Italia; y Cencrea en el Golfo Sarónico, que estaba a un poco más de seis millas al este y que conducía al Asia Menor (Harrison, 1985, pp. 83-84).

El extremo más meridional de la península peloponesia, conocido como el Cabo Malea, era la ruta alrededor de Grecia, y era conocida por ser un camino peligroso (Blaiklock, 1965, p. 56; Harrison, p. 83). Incluso se llegó a crear un dicho basado en la naturaleza peligrosa de las aguas del Cabo Malea: “Cuando doble a Malea, olvídese de su hogar” (Harrison, p. 83). A causa de esto, las embarcaciones que llevaban mercancías destinadas para Italia a menudo descargaban en el puerto de Cencrea. Sus mercancías eran llevadas a través del istmo de cinco millas de ancho y luego eran nuevamente cargadas en el puerto de Lejaión en embarcaciones destinadas a Italia. Las embarcaciones más pequeñas eran colocadas en “remolques” y trasportadas por el diolkos, un camino pavimentado que unían los golfos de Cencrea y Lejaión (Blaiklock, p. 56; Harrison, pp. 83-84; DeVries, p. 360). Por ende, Corinto estaba en una posición geográfica buena para controlar todo el tránsito entre el Asia Menor al este e Italia al oeste, y entre la tierra principal de Grecia al norte y la península peloponesia al sur.

La leyenda relata que en Corinto se construyó el Argo mitológico, piloteado por Jasón y su tripulación de argonautas (Blaiklock, p. 57). Históricamente, el área donde estaba Corinto fue habitado esporádicamente antes de la fundación de la ciudad, lo cual sucedió cuando los griegos dóricos se establecieron en el área y fundaron la ciudad de Corinto alrededor del año 1000 a.C. Corinto pronto estableció colonias en las islas de Cilicia y Corfú en el siglo octavo a.C., y alcanzó una nueva posición de dominio durante el siglo séptimo y sexto a.C. Fue durante ese tiempo que Periandro, hijo de Cipselo, construyó el diolkos entre el Golfo Sarónico y el Golfo de Corinto (DeVries, pp. 360-361). Durante el siglo quinto a.C., Atenas desafió el control corintio de comercio al intentar tomar el control de ciertos intereses comerciales y colonias. Esparta, la ciudad rival de Atenas, se unió a Corinto, y los estados de la ciudad de Grecia fueron involucrados en la Guerra Peloponesia en el año 430 a.C. Esparta y Corinto prevalecieron, pero Atenas y Esparta continuaron peleando hasta que los macedonios conquistaron Grecia en el año 338 a.C. (Blaiklock, p. 57). Cuando el Imperio Romano comenzó su conquista del mundo mediterráneo, los corintios trataron de defenderse, pero fueron destruidos en el año 146 a.C. por el general romano Lucio Mumio, quien mató a los hombres y vendió a las mujeres y niños como esclavos. No existió una ciudad Corintia real por casi cien años hasta que Julio César la reestableció como una colonia romana en el año 44 a.C. y César Augusto la hizo capital de Acaya en el año 27 a.C. Corinto llegó a ser otra vez el centro comercial en Grecia entre el Asia Menor y Roma (DeVries, p. 362; Harrison, pp. 84-85). Por ende no es sorprendente, al considerar la gran cantidad de tráfico comercial a través de Corinto, que Pablo, Aquila y Priscila ejercieran allí su oficio de hacer tiendas (Hechos 18:2,3).

Como ciudad, Corinto disfrutaba de una buena tierra, siendo su característica prominente una montaña rocosa de 1,887 pies de alto llamada Acrocorinto. La tierra cercana a Acrocorinto no era fértil, pero al oeste se consideraba que la tierra era una propiedad agrícola buena (Harrison, p. 86). El Acrocorinto funcionaba como la ciudadela de Corinto, teniendo el templo de Afrodita encima, el cual supuestamente albergaba a mil prostitutas religiosas (Harrison, p. 86; Duffield, 1985, p. 22). En cuanto a la economía de Corinto, LaMoine DeVries escribió:

Corinto tenía una economía basada en el comercio, la industria y la agricultura. Aunque la pluviosidad anual de la región era muy limitada, la ciudad se beneficiaba de la producción de productos agrícolas en la llanura costera fértil cercana, especialmente del cultivo de huertos y viñas. Además de la agricultura, Corinto tenía al menos dos industrias prosperas que producían alfarería y trabajos en bronce que eran enviados a través del Mediterráneo (p. 360).

Desde 1896, los arqueólogos bajo la dirección de la Escuela Americana de Estudios Clásicos en Atenas han estado excavando la Corinto antigua. Ellos descubrieron que durante el tiempo de Pablo, se estaban reconstruyendo muchas edificaciones que fueron destruidas por Lucio Mumio, y que también se estaban construyendo nuevas edificaciones. Esto posiblemente explica por qué Pablo usó metáforas de construcción en 1 Corintios 3:10-15 (vea Furnish, 1988, pp. 16-17). Se ha encontrado restos de un templo dórico del siglo sexto a.C. que fue restaurado en el primer siglo a.C., del cual siete columnas todavía permanecen en pie. Algunos dicen que este fue el templo de Apolo, pero nadie lo sabe con seguridad. Exactamente al norte de este templo estaba el mercado del norte, que almacenaba tiendas de alimentos. El teatro estaba al oeste del mercado del norte y fue reconstruido y renovado muchas veces con el paso de los años (Furnish, pp. 22-23).

Entre el mercado del norte y el teatro se ha encontrado un interesante hallazgo arqueológico que tiene la forma de una inscripción. Este hallazgo que los arqueólogos han descubierto probablemente hace referencia a un funcionario público de Corinto, a quien Pablo parece haber identificado por nombre en su epístola a los Romanos. En Romanos 16:23, Pablo expresó los saludos de varias personas para la iglesia de Roma, de las cuales una fue “Erasto, tesorero de la ciudad”. Ya que el apóstol con mucha seguridad escribió la carta a los Romanos desde Corinto, Erasto probablemente fue el tesorero de la ciudad. Erasto es asociado especialmente con Corinto en 2 Timoteo 4:20. La inscripción de Erasto, la cual se encontró en Corinto en 1929, ha sido datada en la segunda mitad del primer siglo d.C. Originalmente, consistía de cartas talladas en bloques de pavimento de piedra y luego damasquinadas con metal. Solamente permanecen dos signos de puntuación de metal, aunque la mayor parte de la inscripción todavía se puede ver en una pequeña plaza al este del teatro (Furnish, p. 20). La inscripción del pavimento dice, “Erasto a cambio de su magistratura, lo construyó [el pavimento—ZS] a costa suya” (Furnish, p. 20). Es muy posible que este sea el mismo Erasto que se menciona en Romanos 16:23, 2 Timoteo 4:20 y Hechos 19:22.

Al sur del teatro y el supuesto templo de Apolo había otros templos, santuarios religiosos y edificaciones públicas al estilo romano. También había una basílica que se usaba probablemente como la sede judicial para la ciudad de Corinto. Si esto fuera cierto, entonces Pablo probablemente hubiera comparecido ante Galión (Hechos 18:12-17) en la basílica en vez de la plataforma ceremonial en el centro del foro (Frunish, p. 23). DeVries dio un muy buen resumen acerca del arreglo de Corinto basado en la evidencia arqueológica que se descubrió:

La entrada principal a la ciudad era la del norte; el camino de Lejaión se extendía desde el Golfo de Corinto y su puerto hacia el sur hasta llegar a la ciudad. Cuando el camino llegaba a la ciudad su anchura aumentaba a algo de veinticinco pies. Estaba pavimentada con losas de piedra y estaba bordeada con aceras elevadas con canales para el desagüe, columnatas y tiendas. Más allá de las tiendas hacia el oeste había una basílica rectangular, el gran templo de Apolo, el mercado del norte y un teatro. La basílica grande, que es llamada a menudo la basílica del norte, con cámaras en cada extremo, funcionaba aparentemente como una sala de recepción grande. Estaba dividida por dos filas de columnas y tal vez se usaba para una variedad de reuniones públicas. El templo de Apolo, construido originalmente en el siglo sexto AEC, estaba diseñado con treinta y ocho columnas, siete de las cuales todavía permanecen en pie hasta hoy. Al este de la vía pública se ubicaba el peribolos de Apolo y la fuente de Peirene. El peribolos era un gran patio rodeado por columnas y dedicado a Apolo cuya estatua permanecía en el centro. La fuente de Peirene, un reservorio grande con una capacidad de más de ochenta y un mil galones, era abastecida por manantiales naturales y proveía la fuente principal de agua para la ciudad (p. 364).

DeVries continuó y describió el agora, o mercado, el cual estaba dividido por una fila de tiendas y la plataforma [el asiento o escalón de juicio—ZS] hasta las plazas inferiores y superiores; el bouleuterion, donde se reunía el concilio; una serie de tiendas, posiblemente restaurantes o bares donde los pozos que se abastecían con agua de manantial mantenían el vino frío; los templos pequeños para Apolo, Ticio, Venus y Hera ubicados al oeste del agora; el santuario de Démeter y Kore; un gran área industrial de alfarería; y el complejo Lerna-Asclepio, que contenía áreas para bañarse, ejercitarse y comer, y que eran dedicadas a la sanidad del débil y consagrado a Asclepio, el dios de la sanidad (pp. 365-366).

Aunque se los dató posteriormente al tiempo de Pablo, dos hallazgos arqueológicos probaron que había un número significante de judíos en Corinto. El primero fue una inscripción que decía, “Sinagoga de los hebreos”, probando que había suficientes judíos en Corinto (al menos alrededor del siglo cuarto) para justificar la construcción de una sinagoga. Otro hallazgo, que pertenecía aparentemente a una sinagoga, mostraba decoraciones judías típicas de candelabro, palmas y cidro (Frunish, p. 26). Otros hallazgos arqueológicos en la ciudad de Corinto incluyen un espejo de bronce que fue hecho en Corinto, estatuas, una fuente con delfines tallados, y modelos terracota de partes del cuerpo que se usaban en rituales de curación en el complejo Lerna-Asclepio (Furnish, pp. 17-26).

Ya que tenía una influencia grande en el Imperio Romano, Corinto pudo controlar todo el comercio este a oeste, y todo el comercio griego norte a sur. Se han encontrado muchas edificaciones que confirman el registro bíblico de Corinto y que prueban que los relatos encontrados en Hechos y Primera y Segunda a los Corintios son verdaderos y exactos. Cuando los arqueólogos cavan la tierra oscura más profundamente, ésta confirma más la veracidad de la Biblia.
REFERENCIAS

Blaiklock, E.M. (1965), Cities of the New Testament (London, England: Revell).

DeVries, LaMoine F. (1997), Cities of the Biblical World (Peabody, MA: Hendrickson).

Duffield, Guy P. (1985), Handbook of Bible Lands (Grand Rapids, MI: Baker).

Furnish, Victor Paul (1988), “Corinth in Paul’s Time—What Can Archaeology Tell Us?” Biblical Archaeology Review, 14[3]:15-27, May/June.

Harrison, R.K. (1985), Major Cities of the Biblical World (Nashville, TN: Nelson).


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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

Camellos y la Redacción de Génesis

Zach Smith y Eric Lyons, M.Min.

Posiblemente, el supuesto anacronismo más usado para sostener la idea que Moisés no pudo haber escrito los primeros cinco libros de la Biblia (una teoría conocida como La Hipótesis Documentaria) son los relatos que indican que los antiguos patriarcas poseían camellos. La palabra “camello(s)” aparece 23 veces en 21 versículos en el libro de Génesis. El primer libro de la Biblia declara que existían camellos en Egipto durante el tiempo de Abraham (12:14-17), en Palestina en el tiempo de Isaac (24:63), en Padan-aram cuando Jacob estuvo trabajando para Labán (30:43) y que los madianitas los poseían durante el tiempo que José fue vendido a esclavitud egipcia (37:25,36). Que quede bien claro, el libro de los orígenes claramente enseña que se domesticaba camellos desde a lo menos el tiempo de Abraham.

Sin embargo, según los escépticos (y un número creciente de eruditos liberales), la idea de que se domesticaba camellos en el tiempo de Abraham contradice directamente la evidencia arqueológica. Hace más de cien años atrás, T.K. Cheyne escribió: “La aseveración de que los egipcios de la antigüedad sabían del camello no tiene fundamento” (1899, 1:634). En su libro a-menudo-citado sobre los varios animales de la Biblia, George Cansdale declaró:

La Biblia menciona a los camellos por primera vez en Gen. 12:16, donde los lista como un presente que el faraón dio a Abraham. Se cree generalmente que esta es una adición posterior de un escriba, ya que parece improbable que existieran camellos en Egipto para ese tiempo (1970, p. 66, énfasis añadido).

Más recientemente, Finkelstein y Silberman declararon confiadamente:

Nosotros ahora sabemos, a través de la investigación arqueológica, que los camellos no eran domesticados como animales de carga antes del pasado segundo milenio y no fueron muy usados en esa capacidad en el antiguo Cercano Oriente hasta aproximadamente 1000 A.E.C (2001, p. 37, énfasis añadido).

En resumen, lo que se le dice al creyente en la Biblia es: “[...]los camellos domesticados fueron simplemente desconocidos durante el tiempo de Abraham” (Tobin, 2000).

Aunque se han hecho estas reclamaciones repetidamente durante el siglo pasado, la verdad es que los escépticos y teólogos liberales no pueden citar un simple fragmento de evidencia arqueológica sólida para apoyar sus afirmaciones. Como Randall Younker de la Universidad de Andrews declaró en marzo de 2000 mientras daba una conferencia en República Dominicana: “Claramente, los eruditos que han negado la presencia de camellos domesticados en el segundo milenio a.C. han cometido la falacia de argumentar del silencio. No se debe permitir que este enfoque anule la veracidad de algún documento histórico, y mucho menos de la Escritura” (2000). Realmente los escépticos son aquellos que deben demostrar que los camellos no fueron domesticados hasta después del tiempo de los patriarcas. En cambio, ellos aseguran a sus oyentes acerca de la ausencia de los camellos en el tiempo de Abraham—sin ninguna pizca de evidencia arqueológica. [Recuerde, por muchos años ellos también argumentaban que no se conocía la escritura durante el tiempo de Moisés—una conclusión basada completamente en el “silencio”. Sin embargo, ahora ellos se han retractado de esta idea ya que se ha encontrado evidencia contraria. Uno pensaría que tales “eruditos” aprenderían a no hablar con tanta seguridad cuando argumentan del silencio].

Lo que hace a sus reclamaciones aun más perturbadoras es que existe evidencia (y ha existido por algún tiempo) que prueba que los camellos fueron domesticados durante, e incluso antes, del tiempo de Abraham (aproximadamente 2000 a.C.). En un artículo que apareció en la Journal of Near Eastern Studies (Revista de Estudios del Cercano Oriente) hace medio siglo atrás, el profesor Joseph Free listó varios ejemplos de hallazgos arqueológicos egipcios que sostenían la domesticación de camellos [NOTA: Las fechas dadas para las dinastías egipcias son de Clayton, 2001, pp. 14-68]. La evidencia más temprana viene de una cabeza de camello de cerámica y una tablilla terracota con hombres montando y guiando a camellos. Según Free, ambos hallazgos son del Egipto pre-dinástico (1944, pp. 189-190), lo cual según Clayton es aproximadamente antes de 3150 a.C. Free también listó tres cabezas de camello de arcilla y una vasija de piedra caliza en la forma de un camello descansando—todos databan de la Primera Dinastía de Egipto (3050-2890 a.C.). Él también mencionó varios modelos de camellos de la Cuarta Dinastía (2613-2498 a.C.) y un petroglifo que representaba a un camello y a un hombre datado en la Sexta Dinastía (2345-2184 a.C.). Tales hallazgos han guiado a un respetado egiptólogo a concluir que “la evidencia existente claramente indica que se conocían a los camellos domesticados [en Egipto—ZS/EL] para 3000 a.C.”—mucho antes del tiempo de Abraham (Kitchen, 1980, 1:228).

Tal vez el hallazgo más convincente que apoya la domesticación temprana de los camellos en Egipto es una cuerda hecha de pelo de camello encontrado en Fayum (un área de oasis al suroeste del Cairo moderno). La cuerda de pelo de dos ramales, la cual mide un poco más de tres pies de largo, fue encontrada a finales de la década de 1920 y fue enviada al Museo de Historia Natural donde fue analizada y comparada con el pelo de varios animales diferentes. Después de exámenes considerables, se determinó que era pelo de camello, datado (al analizar la capa donde fue encontrada la cuerda) en la Tercera y Cuarta Dinastía Egipcia (2686-2498 a.C.). En su artículo, Free también listó otros descubrimientos encontrados alrededor de 2000 a.C., y posteriormente, los cuales muestran a los camellos como animales domesticados (pp. 189-190).

Aunque fueron múltiples en Egipto, los hallazgos relacionados a la domesticación de camellos también son conocidos en el continente africano. En su libro, Ancient Orient and the Old Testament (El Oriente Antiguo y el Antiguo Testamento), el profesor Kenneth Kitchen (jubilado) de la Universidad de Liverpool reportó varios descubrimientos hechos fuera de Egipto que prueban la domesticación del camello para aproximadamente 2000 a.C. Se han descubierto listas léxicas de Mesopotamia que muestran un conocimiento concerniente a la domesticación de camellos tan temprano como en ese tiempo. Se han encontrado huesos de camellos en ruinas de casas familiares en Mari (Siria moderna) que los expertos en fósiles creen que tienen a lo menos 4,000 años de edad. Adicionalmente, se ha descubierto un texto sumerio del tiempo de Abraham en la ciudad antigua de Nippur (localizada en lo que conocemos como el sudeste de Irak) que claramente implica la domesticación de camellos por sus alusiones a la leche de camello (Kitchen, 1966, p. 79).

Todos estos hallazgos documentados sostienen la domesticación de camellos en Egipto muchos años antes del tiempo de Abraham. Aunque, como Younker correctamente observó, los escépticos rechazan reconocer esta evidencia.

Es interesante notar cómo, una vez que una idea entra en la literatura, esta puede llegar a enraizarse firmemente en el pensamiento erudito convencional. Yo recuerdo que en una ocasión hacía una investigación en el sitio antiguo de Hama en Siria. Mientras leía los reportes de la excavación (publicados en Francia), tropecé con una referencia a una estatuilla del segundo milenio que el escavador pensaba que era un caballo, pero la extraña joroba en el medio de su espalda me hizo recordar a la joroba de un camello. ¡Yo miré la fotografía y la estatuilla era obviamente la de un camello! El erudito estaba tan influenciado por la idea de que no se usaban camellos sino hasta el primer milenio, ¡que cuando encontró una estatuilla de un camello en el segundo milenio, se sintió forzado a llamarle caballo! Este es un ejemplo clásico de razonamiento circular (2000, paréntesis en original).

Los hallazgos relacionados a la domesticación de camellos no son tan frecuentes en el segundo milenio a.C. como lo son en el primer milenio. Sin embargo, esto no quiere decir que el caso de los escépticos sea más fuerte. El hecho que los camellos no fueron usados extensamente durante el tiempo de Abraham como lo fueron después, no significa que estos fueron completamente salvajes. Como Free comentó:

Muchos que han rechazado esta referencia a los camellos de Abraham parece que han supuesto algo que el texto no declara. Debe notarse cuidadosamente que la referencia bíblica no indica necesariamente que el camello era común en Egipto para este tiempo, ni tampoco demuestra que los egipcios habían logrado grandes progresos en la cría y domesticación de camellos. La referencia dice simplemente que Abraham tenía camellos (1944, p. 191, énfasis añadido).

Similarmente, Younker anotó:

Esto no quiere decir que los camellos domesticados eran abundantes y que se usaban extensamente en el Oriente Cercano antiguo a comienzos del segundo milenio. Sin embargo, los relatos patriarcales no requieren necesariamente cifras grandes de camellos... La pequeña cantidad de evidencia para los camellos domesticados a finales del tercer milenio y a comienzos del segundo milenio a.C., especialmente en Palestina, está de acuerdo con este uso más limitado (1997, 42:52).

Incluso sin los hallazgos mencionados anteriormente (con los cuales el examinador imparcial prueba que se domesticaban camellos en el tiempo de Abraham), es lógico concluir que ya que los camellos salvajes han sido conocidos desde la creación, “no existe razón creíble por la cual este animal indispensable en el desierto y tierras semiáridas no pudiera haber sido domesticado esporádicamente en el tiempo de los patriarcas e incluso antes” (“Animal Kingdom”, 1988). Lo cierto es que toda la evidencia disponible apunta a una conclusión—sí ocurrió el uso limitado de camellos domesticados durante y antes del tiempo de Abraham. El supuesto “anacronismo” concerniente a los camellos domesticados durante el tiempo de los patriarcas es, realmente, una referencia histórica real del uso de estos animales en ese tiempo. Aquellos que rechazan esta conclusión no pueden dar ni una fracción de evidencia arqueológica sólida a su favor. Ellos simplemente argumentan del “silencio” de la arqueología...¡la cual ya no es silenciosa!
REFERENCIAS

“Animal Kingdom” (1988), The New Unger’s Bible Dictionary (Electronic Database: Biblesoft).

Cansdale, George (1970), All the Animals of the Bible Lands (Grand Rapids, MI: Zondervan).

Cheyne, T.K. (1899), Encyclopedia Biblica (London: A. & C. Black).

Clayton, Peter A. (2001), Chronicle of the Pharaohs (London: Thames & Hudson).

Finkelstein, Israel y Neil Asher Silberman (2001), The Bible Unearthed (New York: Free Press).

Free, Joseph P. (1944), “Abraham’s Camels,” Journal of Near Eastern Studies, 3:187-193, July.

Kitchen, K.A. (1966), Ancient Orient and Old Testament (Chicago, IL: InterVarsity Press).

Kitchen, K.A. (1980), The Illustrated Bible Dictionary, ed. J.D. Douglas (Wheaton, IL: Tyndale).

Tobin, Paul N. (2000), “Mythological Element in the Story of Abraham and the Patriarchal Narratives,” The Refection of Pascal’s Wager [En-línea], URL: http://www.geocities.com/paulntobin/abraham.html.

Younker, Randall W. (1997), “Late Bronze Age Camel Petroglyphs in the Wadi Nasib, Sinai,” Near East Archaeological Society Bulletin, 42:47-54.

Younker, Randall W. (2000), “The Bible and Archaeology,” The Symposium on the Bible and Adventist Scholarship [En-línea], URL: http://www.aiias.edu/ict/vol_26B/26Bcc_457-477.htm.


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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

Balaam, el profeta enigmático




El nombre de Balaam, enigmático personaje de la narración bíblica, apareció reflejado en un hallazgo arqueológico en la ciudad de Deir Alla, actual Zerqa en Jordania. En Números, cuarto libro de la Biblia en sus capítulos 22 al 24, Balaam es considerado un profeta, al que el rey moabita Balac contrató para maldecir al pueblo de Israel, ya que este rey temía que invadieran sus tierras.

El 17 de marzo de 1967, cerca del río Jabok al este del Jordán, cuando realizaban trabajos de limpieza en el yacimiento de Tel Deir Alla, la expedición holandesa dirigida por el profesor Henk J. Franken de la universidad de Leiden, localizó 119 fragmentos de yeso con inscripciones. Tras recogerse minuciosamente y hacer fotografías de infrarrojo se enviaron al Laboratorio de Investigación Central para los objetos de arte y ciencia de Ámsterdam, a fin de restaurar para su posterior traducción e interpretación en el Instituto Arqueológico Palestino de Rijksuniversiteit, en Leiden.

De los diferentes fragmentos de yeso, los especialistas formaron dos grupos o combinaciones que fueron montados y enmarcados. Siendo expuesta actualmente en el museo arqueológico de Amman en Jordania.






Aunque el texto solo se ha podido reconstruir en parte, el titulo de la combinación I, realizado en color rojo, dice: “Inscripción de Balaam el hijo de Beor, el hombre que es adivino de los dioses”.

A continuación la inscripción parece indicar que Balaam tiene en sueños una visión divina, en la que advierte al pueblo de una catástrofe que enviará la diosa Shagar:
“Y los dioses vinieron hasta él por la noche, [y le hablaro]n según la palabra de Él, y hablaron a Balaam, hijo de Beor, de la siguiente manera: <<Él hará ... >> Entonces Balaam se levantó a la mañana siguiente ... mientras lloraba, sí lloraba.
Entonces vino hasta él Eliqa ... <<¿Por qué lloras?>> Entonces él les dijo: <¡sentaos! Os diré lo que la diosa Shag[ar hará]: Puedes romper los rayos del cielo, en tu nube (puede haber) tinieblas ...” (Comienzo del texto traducido por Hoftijzer y Van der Kooij).

La escritura, según análisis paleográfico del profesor Naveh, se trata de un antiguo arameo cursivo, siendo su letra muy regular y cuidada, realizada por un escriba profesional. Usó, como se ha indicado, tinta roja para él titulo y las frases más importantes, y la tinta negra para el resto del texto.

Por los informes de la excavación, podría tratarse de un santuario datado en el siglo 8 AC según la estratigrafía y análisis del carbono. Sobre sus paredes enyesadas, se escribieron las advertencias proféticas. Es interesante comentar, que por la distribución del material encontrado, éste santuario habría sido destruido por un terremoto, que podría haber coincidido con el que se produjo sobre el 750 AC, reinando en Judá Uzías, y en Israel Jeroboam II, mencionado en la Biblia por los profetas Amos 1:1 y Zacarías 14:5.

La persona de Balaam recordada en la ciudad de Deir Alla, está como se dijo al principio ligado al último periodo del Éxodo bíblico, cuando Israel se disponía a cruzar el Jordán para instalarse en Palestina, según Números 22 al 24. En este relato Balaam aunque no era israelita, sí se manifiesta dependiente de Dios, reconociendo que su profetismo procede de Él. Posteriormente accedió, por riquezas, intentar maldecir a Israel.

Es interesante resaltar la conexión del texto encontrado en Deir Alla y las expresiones de los oráculos de Balaam en la narración bíblica: en la inscripción hallada se lee “Balaam hijo de Beor” coincidente con Num 22:5. “El hombre que es adivino de los dioses” relacionado con Num 24:3-4, 24:15-16. Así mismo, el contexto general de la inscripción está dentro de la visión religiosa de la zona. Estamos ante la evidente relación de los pueblos vecinos de Israel con sus expresiones y vivencias. Hay que considerar que si una clara referencia histórica, fuera de la Biblia en el siglo 8 AC reconoce y recuerda a Balaam, igualmente los personajes bíblicos relacionados con él en su tiempo, como Balac, Moisés, Josué, y tantos otros, indirectamente son también reconocidos.
Francisco Bernal

21/Ene/2007 11:52 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

FRAGMENTO QUE CONFIRMA LA HISTORIA DE DAVID Y GOLIAT


RAMAT GAN, Israel, noviembre 13.- Un científico israelí halló la primera evidencia arqueológica que sugiere que la historia bíblica de David matando al gigante filisteo Goliat sucedió en realidad. Un fragmento de alfarería desenterrado en una excavación, donde llevan trabajando diez años, en el sur de Israel llevaba una inscripción en arcaico semítico que decía "Alwat" y "Wlt," probablemente la interpretación filistea del nombre de Goliat, dijo Aren Maeir, que dirige la excavación. "Es un hallazgo revolucionario", dijo de la cerámica. "Aquí tenemos una prueba preciosa de que el nombre de Goliat que aparece en la Biblia en el contexto de la historia de David y Goliat (...) no es un especie recreación literaria posterior", añadió.

22/Ene/2007 10:49 GMT+1
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#43 · ▲
RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

TELL MARDIKH (EBLA)


Yacimiento arqueológico al norte de Siria; se halla alrededor de mitad de camino entre Hama, al sur, y Aleppo, al norte, aunque algo más cerca de la última que de la primera, y alrededor de un kilómetro al este de la carretera principal entre estas dos ciudades. Se trata de un descubrimiento de gran importancia, que ha suscitado numerosas discusiones, incluso políticas, y que ha aportado una gran masa de datos sobre el desarrollo de la civilización en aquella zona del mundo. Sin embargo, en este artículo sólo se tratarán aquellas cuestiones que tienen una relevancia más directa con la Biblia. Tell Mardikh (véase TELL) es el montón de ruinas estratificadas de la antigua Ebla, conocida anteriormente sólo en inscripciones acádicas. Las excavaciones de este tell, de grandes dimensiones, fueron iniciadas en 1964 por un equipo italiano de la Universidad de Roma, dirigido por Paolo Matthiae. La confirmación de las sospechas de que se podía tratar de Ebla llegó en 1968 con el hallazgo de unas inscripciones votivas, y en las que el rey Ibbit-Lim se identifica como rey de Ebla. Pero en la campaña de 1974/75 vino el gran hallazgo: se descubrieron los archivos públicos y reales de la ciudad, recogiéndose alrededor de 15.000 tabletas de arcilla escritas en cuneiforme. Este y otros varios descubrimientos en la ciudad de Ebla dieron evidencia de que había sido una metrópolis imperial, que ejercía su control político sobre una extensa área, y que tenía tratos comerciales con lugares muy apartados, incluyendo Ur cerca del golfo Pérsico, Asdod y Laquis en el sur de Palestina, Ákaba sobre el mar Rojo, Kanish en Asia Menor, y Nínive y Assur. El poderío político que llegó a alcanzar se evidencia del texto de un tratado en el que se establecen las condiciones de intercambio comercial y protección de los súbditos en las zonas controladas por Ebla sobre Assur, en el que el rey de Ebla es el poder dominante (TM.75.G.2420, cfr. G. Pettinato: The Archives of Ebla, pp. 103-105).




A. Lenguaje
El lenguaje de estos textos cuneiformes ha sido descrito como «paleocananeo», mostrando fuertes afinidades lingüísticas con el fenicio, ugarítico y hebreo. Así, el eblaíta pertenece a la familia de lenguajes de la que surgiría el hebreo hablado por los israelitas.
B. Marco histórico
Los niveles arqueológicos de Tell Mardikh van desde el protohistórico (Mardikh I fechas asignadas de 3500 2900 a.C.) hasta el romano tardío y bizantino (Mardikh VII siglos III a VII d.C.). Los niveles de mayor interés en lo que respecta a la relevancia bíblica de Ebla son Mardikh II B 2, que cubre, según Paolo Matthiae el periodo de 2250-2000 a.C. y Mardikh II A, donde se han hallado los textos de «la época archival» (alrededor del 2500 a.C.), con itinerarios, vocabularios, transacciones comerciales, etc., y con menciones de la tierra de Canaán y de ciudades cananeas.

Tableta de Ebla
C. Ebla y Canaán
Con anterioridad a los descubrimientos de Tell Mardikh, la primera mención extrabíblica de Canaán que se conocía era la de Alalakh, muy posterior, en muchos siglos, a la era de los patriarcas. Por ello, se pretendía que los capítulos bíblicos referentes a los patriarcas eran tardíos, precisamente por su referencia a Canaán. Sin embargo, en una tableta de Ebla se relata el envío de una estatua al «señor de Canaán» ('be kà-na-na-im). Esta mención, hallada en el nivel Mardikh II A, no deja duda de que este nombre era conocido y usado en la época de los patriarcas y antes de ellos. Otras menciones interesantes son las de las ciudades de Biblos, Asdod, Jafa, Akko (Acre), Sidón, Beirut, Alalakh, Meguido, Laquis, Damasco, Homs y Hama.
D. Las ciudades de la llanura
Durante mucho tiempo se ha mantenido en círculos «críticos» la pretensión de que Génesis 14 y 18-19 son pasajes ahistóricos debido al silencio extrabíblico acerca de las cinco ciudades de la llanura mencionadas allí: Sodoma, Gomorra, Adma, Zeboim y Bela. Fue, pues, de sumo interés la comunicación dada por Giovanni Pettinato, epigrafista jefe de la expedición de Tell Mardikh, acerca de la relación de Ebla con las cinco ciudades de la llanura. Hablando ante la reunión anual conjunta de la «Society of Biblical Literature», de la «American Academy of Religion» y de la «American Schools of Oriental Research», celebrada en St. Louis el 29 de octubre de 1976, informó del hallazgo de una tableta con un gran texto económico en el que, entre muchos nombres de ciudades que mantenían transacciones comerciales con Ebla, había identificado los nombres de las cinco ciudades de la llanura. Y las ciudades de la tableta aparecían relacionadas en el mismo orden que las de Génesis 14:2: «si-da-mu» (heb. «Sêdõm», Sodoma), «Ë-ma-ra» (heb. «'Ãmõrãh», Gomorra), «adma» (heb. «'Admãh», Adma), «si-ba-i-um» (heb. «Zeboiim», Zeboim), «be-la» (heb. «Bela'», Bela). David Noel Freedman, editor de Biblical Archaeologist, afirma en su artículo «The real story of the Ebla Tablets» (BA, vol. 41, dic. 1978, pp. 150, 151), que el nombre alternativo de Bela, Zoar (cfr. Gn. 14 aparece también en otra tableta de Ebla. En esta tableta se explica que Zoar es una población en el distrito de Bela, que constituía un complejo urbano de mayor tamaño. Aún más, Freedman afirma que en una conversación privada con Pettinato éste le informó que en otra tableta descubierta en los archivos se daban los nombres de los reyes de la pentápolis de la llanura (cfr. Gn. 14 . Pettinato recordaba el nombre del rey de Adma, que en la tableta era «bi-ir-sa». Este nombre se correspondía morfológicamente con el Birsa de Gn. 14:2 (heb.: «birsa'»). En Gn. 14:2 quien tiene este nombre es el rey de Gomorra. Esto lleva a dos reflexiones:

(a) Se debe recordar que los textos de Ebla y el pasaje de Gn. 14:2 no reflejan personajes contemporáneos, sino separados por un espacio de varias generaciones.

(b) Sin embargo, la mención de este nombre, que sólo aparece en este texto bíblico, lo sitúa en su apropiado marco histórico. Se debe recordar el hecho evidente de que los mismos nombres se puedan dar y se dan a personas diferentes, por lo que no es de sorprender que hubiera reyes diferentes de distintas ciudades con el mismo nombre. Este es un hecho común en la historia (cfr. Joram, rey de Israel, 2 R. 1:17; Joram rey de Judá, 1 R. 22:50, y Joram, hijo de Toi rey de Hamat, 2 S. 8:10, etc.). Es posible que los dos Birsa pertenecieran a la misma dinastía, o que hubiera entre ellos lazos más o menos cercanos de descendencia.

Toda esta cuestión sufrió un giro inesperado, cuando Pettinato se echó atrás de sus anteriores afirmaciones. El gobierno sirio, alarmado ante las evidentes relaciones entre Ebla y el marco bíblico de Génesis, y temeroso de que ello pudiera constituir un adicional apoyo para las tesis sionistas sobre las que se basa el estado de Israel, presionó a los investigadores para que desmintieran las anteriores comunicaciones, e impuso una censura sobre las tabletas de Ebla (cfr. Biblical Archaeology Review, marzo-abril 1979; julio-agosto, pp. 9-11). Como resultado, la postura actual es la de una extrema precaución en las declaraciones de los integrantes de estas excavaciones, que se desarrollan en suelo sirio y con patrocinio del gobierno de Damasco. Ello, unido a la censura siria, ha hecho que todo este tema desemboque en una situación tensa y lamentable.
Sin embargo, se sigue concediendo que «puede» haber mención de «si-da-mu» (Sodoma) y de «sa-bi-im» (Zeboim) en las tabletas de Ebla (M. Dahood, S. J., en un apéndice a la obra de Giovanni Pettinato: The Archives of Ebla, p. 278). Por otra parte, Freedman publica la afirmación de Dahood de que «Giovanni [Pettinato] me dice que considera la lectura de los dos primeros nombres, Sodoma y Gomorra, bien ciertos» (Freedman, artículo citado, p. 143). Además, M. Dahood, en «Eblaite and Biblical Hebrew», Catholic Biblical Quarterly, vol. 44 (1982), pp. 17, 18, da evidencia acerca de Sodoma, mostrando que aparecen «sa-dam'» (texto TM75.6.2231 obv. X4) y «ak-kà-bù'» (Ákaba) en la misma columna (obv. X12). Dahood documenta que la variación «si-da-mu'» anteriormente mencionada es una variación ortográfica del cuneiforme (cp. Dahood, op. cit., p. 287).
E. Nombres divinos
Otro factor de extremado interés es la aparición en las tabletas de nombres con elementos componentes en «-il» y «-ya» (correspondientes a «EL» y «YAH»). Algunos de estos nombres son: «en-an-il» y «en-an-ya», «is-ra-il» e «is-ra-ya», «is-ma-il» e «is-ma-ya», «mi-kà-il» y «mi-ká-ya». Hay muchos otros. Pettinato ofrece evidencia concluyente de que «-il» y «-ya» son nombres divinos genéricos, y que no tienen ningún otro papel, como algunos han alegado. Por ejemplo, se ha argumentado en «-ya» podía tener el papel de formar el diminutivo del nombre. Con ello se intenta negar el conocimiento temprano del nombre Yah aplicado a la divinidad. Pettinato observa («the Archives of Ebla», p. 249), que la partícula «-ya» sustituyó a la partícula «-il» en los nombres durante el reinado de Ebrium. Además de este hecho, que señala a una reforma religiosa durante el reinado de Ebrium, Pettinato indica nombres en los que no es posible que «-ya» tenga una función de diminutivo, como p. ej., «'ìa-ra-mu», «Ya es exaltado», donde está al comienzo del nombre y va acompañado del determinante «dingir» (dios). Además, numerosos otros nombres muestran distintos sufijos en los que se trata de nombres de otras divinidades. Así, se puede señalar: «a-dam-ma-lik», «el hombre de Malik» (Moloc); «ib-na-ma-lik», «Malik ha creado»; «i-ad-da-mu», «mano de Damu»; «is-má-da-mu», «Damu ha oído»; «i-ti-il/ya», «Il/Ya ha dado»; «en-na-il/ya», «Il/Ya ha mostrado favor»; «mi-kà-il/ya», «¿quién es como Il/Ya?».
Estos nombres constituyen evidencia de que en aquella época persistía una memoria de la revelación primordial de Dios, que había sido conocida por Noé y sus descendientes, y cuyo conocimiento era preservado en líneas cada vez más y más reducidas (cfr. Melquisedec; Ro. 1:18-23, etc.). A decir de Pettinato, «esta cultura, ciertamente politeísta, estaba en camino hacia un «henoteismo» [creencia en un Dios supremo sobre otros dioses) virtualmente declarado» («Archives of Ebla», p. 260). Esta interpretación surge de la previa aceptación de un concepto evolucionista del pensamiento religioso. Toda la evidencia señala más bien en un abandono constante del monoteísmo y la caída gradual hacia un politeísmo. No hay prueba alguna de la concepción evolucionista (véase MONOTEÍSMO). Sin embargo, quedan rastros de un monoteísmo original, en el himno al Dios creador preservado en una de las tabletas (TM.75.G. 1982):

Señor del cielo y de la tierra: la tierra no era, tú la creaste, la luz del día no era, tú la creaste, la luz de la mañana tú no habías [aún] hecho existir. Señor: palabra eficaz Señor: prosperidad Señor: heroísmo Señor:... Señor: infatigable Señor: divinidad Señor: quien salva Señor: vida dichosa

Son claras las implicaciones de este texto. A pesar de los quinientos dioses registrados del panteón eblaítico y del crudo politeísmo manifestado en la religión del pueblo, se halla un antecedente, en creciente olvido, del primitivo monoteísmo: Dios es el Señor de los cielos y de la tierra, de la luz, y está también ocupado en la vida diaria de los hombres. Aquí se ve un evidente resto de la antigua fe monoteísta. El epigrafista de Ebla, Pettinato, que mantiene la posición de que se estaba dando una evolución hacia el monoteísmo, afirma sin embargo el valor intrínseco de este himno: «¿Quién, de hecho, es el Señor del cielo y de la tierra? Ciertamente no es Dagán, ni Rasap, ni Sipis, sino DIOS en mayúsculas» (The Archives of Ebla, pp. 259-260).
F. Ebla y Génesis
Ebla, a 240 Km. al sudoeste de Harán, hubiera sido una de las ciudades visitadas por Abraham en su migración desde Ur de los Caldeos hasta la tierra de Canaán, La extensión del imperio de Ebla, sus intensas relaciones comerciales con Ur y Canaán, la existencia de numerosos núcleos urbanos en aquella época, todo ello constituye un marco coherente con el indicado en Génesis como trasfondo de los patriarcas.
A pesar de todos los problemas aparecidos en las excavaciones de Ebla, de las presiones políticas y de las diferencias resultantes entre los investigadores, de las declaraciones y retractaciones, es evidente que los hallazgos de Ebla son de gran importancia por su relación con la Biblia. Freedman (véase Bibliografía) considera que estos descubrimientos son de tal magnitud que deben ser tomados como base para la reevaluación de las posturas que se han mantenido hasta el presente acerca de la transmisión de la tradición bíblica. Asume él la postura de que la precisión bíblica en el registro de nombres y lugares exige la existencia de material escrito que cubra el periodo entre la época de los patriarcas y la de la redacción última del texto («The Tell Mardikh Excavations, the Ebla Tablets, and Their Significance for Biblical Studies», Near Eastern Archaeologist Society Bulletin (13[1979], p. 35). (Véanse también ABRAHAM, MARI, NUZU, UGARIT.)
Santiago Escuain
Bibliografía
Dahood M.: «Ebla, Ugarit and the Bible» en The Archives of Ebla (Doubleday Garden City, N. Y., 1981) Freedman D. N.: «The Real Story of the Ebla Tablets», Biblical Archaeologist, vol. 41, dic 1978, PP 143-164. Matthiae, P.: Ebla: an Empire Rediscovered (Doubleday, Garden City, N Y, 1980) Merrill, E. H.: «Ebla and Biblical Historical Inerrancy», Bibliotheca Sacra (vol. 140, nº 560, oct.-dic. 1983, pp. 302-321); Pettinato, G.: The Archives of Ebla (Doubleday, Garden City, N.Y. 1981); Wilson, C.: Ebla Tablets-Secrets of a Forgotten City (Master Books, San Diego, 1977).
Artículo procedente del Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, de Editorial CLIE,

23/Ene/2007 11:20 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

Exactitud Bíblica Grabada en Piedra


El escribir acerca de una roca que fue descubierta casi 150 años atrás ciertamente no calzaría en la sección “noticiera”. De hecho, desde 1868, mucho ha sido escrito acerca de esta piedra tanto que muy pocos artículos nuevos relacionados a ésta salen a la luz. Pero lo cierto es que aunque ésta fue descubierta más de un siglo atrás, muchos cristianos incluso no saben que existe, y necesitan ser recordados de su importancia.

La piedra es conocida como la Piedra Moabita (o la Inscripción Mesa). Un misionero llamado Klein descubrió primero la piedra en agosto de 1868 (Edersheim, s.d., p. 109). Cuando él inicialmente vio el basalto negro, éste medía alrededor de 3.5 pies de alto y dos pies de ancho. Al oír acerca de la aventura de Klein, un especialista francés Clermont-Ganneau localizó el pedazo de roca antigua e hizo una imitación del escrito de su superficie. Desde entonces, los detalles acerca de la piedra no son muy conocidos. Aparentemente, los árabes que tenían la piedra pensaron que ésta era un talismán religioso de alguna clase, y la rompieron en varios pedazos al calentarla en el fuego y luego derramar agua fría sobre ésta. Los pedazos fueron esparcidos, pero alrededor de dos-tercios de la piedra original fue reubicada, y actualmente reside en el Museo de Louvre, París (Jacobs y McCurdy, 2002).

La inscripción escrita en la piedra provee una porción de evidencia de “roca-sólida” que verifica la exactitud de la Biblia. Mesa, el rey de Moab, hizo cortar la piedra aproximadamente el 850 a.C. para contar de sus muchas conquistas y su readquisición de ciertos territorios que eran controlados por Israel. En el texto de más de 30 líneas y compuesto de aproximadamente 260 palabras, Mesa menciona que Omri fue el rey de Israel quien había oprimido a Moab, pero luego Mesa dice que él “vio su deseo cumplido sobre” el hijo de Omri y sobre “su casa”. La estela Mesa cita a Omri como rey de Israel, justo como 1 Reyes 16:21-28 indica. Además, ésta menciona al hijo de Omri (Acab) en conexión cercana a los moabitas, justo como 2 Reyes 3:4-6 lo hace. Finalmente, tanto la estela y 2 Reyes 3:4-6 listan a Mesa como rey de Moab. La estela adicionalmente menciona a la tribu israelita de Gad, y al Dios israelita, Yahweh. Tomando esto como un todo, la piedra moabita permanece como una de las porciones de evidencia más impresionantes que verifica la exactitud histórica del Antiguo Testamento. Y, aunque este hallazgo ha estado aquí por casi 150 años, éste “todavía nos habla” hoy (Hebreos 11 .
REFERENCIAS

Edersheim, Albert (sine data), The Bible History—Old Testament, book VI (Grand Rapids, MI: Eerdmans).

Jacobs, Joseph and J. Frederick McCurdy (2002), “Moabite Stone,” JewishEncyclopedia.com, [En-línea], URL: http://www.jewishencyclopedia.com/view.jsp?artid=680&letter=M.

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Editado por peterx, Miércoles, 24 de Enero de 2007, 13:08
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES


Anatomía de una crucifixión

Gerardo Jofre

La crucifixión era un sistema de ejecución romano para esclavos, rebeldes y delincuentes. Este método era en tiempos de Jesús practicado únicamente por los romanos y no podían dictarlo los judíos ( Juan 18;28-31 ). El profesor Shaye J.D. Cohen de la Universidad de Harvard dice que en tiempos de Jesús “ninguna institución judía, ni el Sanedrín podía imponer la pena de crucifixión”. Si bien los romanos la utilizaban, la crucifixión no es de origen romano, sino posiblemente persa ( s.VI a.C.) y otros pueblos como los griegos (quien la denominaban stauros), los fenicios o los cartagineses ya la habían practicado desde antaño. Alejandro Magno la introdujo en Egipto y Cartagena. En época helenística Alejandro Janeo (103-76 a.C.) crucificó a ochocientos fariseos; pero no fue hasta los tiempos del Imperio Romano, cuando se hizo un uso asiduo y continuado de la crucifixión.

En el año 71 a.C. Marco Licinio Craso, derrotó en Apulia la rebelión de esclavos encabezada por un esclavo llamado Espartaco, dejando sobre el campo de batalla miles de muertos, y otros 6.000 que sufrieron la pena de crucifixión entre Capua y Roma como escarmiento. No se sabe si Espartaco murió en el campo de batalla o en la crucifixión posterior.

En Jerusalén, el general Varo crucificó en el año 4 a.C. a unos dos mil judíos que se habían rebelado y entre el 48 y 52 d.C. Ventidio Cumano, gobernador de Judea, hizo lo mismo. En tiempos de Jesús, Pilatos ejerció su autoridad con crueldad. En el año 26 d.C. sofocó una rebelión judía y en el año 36 d.C. mandó degollar a una multitud de judíos. Flavio Josefo lo describe con una personalidad despiadada, siendo destituido en el 36 d.C. Después fue llamado a Roma para responder de acusaciones tales como tributos insoportables y arbitrarios, masacres colectivas, torturas y encarcelamientos de inocentes y despojos ilegales.

Tras la caída de Jerusalén en el año 70 d.C., Tito crucificaba 500 judíos al día, como menciona el historiador Flavio Josefo en el libro sexto capítulo XII de su obra la Guerra de los Judíos: “de esta manera, pues, azotados cruelmente después de haber peleado, y atormentados de muchas maneras antes de morir, eran finalmente colgados en una cruz delante del muro; no dejaba de parecer esta destrucción muy miserable al mismo emperador Tito, prendiendo cada día sus quinientos y aún muchas veces más; pero no tenía por cosa segura dejar libres a los que prendía; y por otra parte, tanta muchedumbre de judíos parecíale requerir más gente para hacer esto. No quiso con todo prohibirlo, por pensar que viendo esto los de la ciudad aflojarían y doblarían en terneza sus ánimos, haciéndoles ver que habían de padecer aún peormente si no se rendían”.

Roma reservaba la crucifixión principalmente para delitos contra el Estado. Era una forma de escarmiento publicitario contra agitadores, rebeldes al Imperio. Existe una relación histórica entre rebelión y crucifixión. Para la profesora Paula Fredriksen de la Universidad de Boston, la crucifixión es en toda regla un sistema romano de aviso público que dice:“Tranquilizaos, ni siquiera os atreváis a pensarlo”y desde luego “funcionaba”.

Existen vestigios arqueológicos sobre la crucifixión en Palestina. En 1968, durante las excavaciones realizadas en Jerusalén en Giv’at ha-Mitvar a unos dos kilómetros de la Puerta de Damasco, se hallaron los restos de 35 personas del siglo I d.C., entre los cadáveres había el de un hombre que había muerto crucificado. Sus restos se hallaban en un osario donde aparecía su nombre Yehohanán (en hebreo Yahveh es -o ha dado- gracia), hijo de HGQWL(Hagakol, es decir, Ezequiel) . Se trataba de un varón de entre 24 y 28 años y de 1,67 metros de altura.

El profesor Haas del Departamento de Anatomía de la Universidad Hebrea de Jerusalén, examinó los restos llegando a la conclusión de que este hombre crucificado fue colocado con ambos pies clavados a un madero de madera de olivo, mediante un único clavo de hierro de dieciocho centímetros de longitud que atravesó de forma lateral un soporte de madera, ideado para dificultar la movilidad de las piernas del crucificado y seguidamente el clavo penetró en el calcaneum o hueso del talón de Yehohanán. Los brazos estaban sujetos a un poste de madera mediante clavos que atravesaban el hueso de las muñecas. En esa posición el cuerpo cae progresivamente sobre su propio peso, impidiendo la respiración, y produciendo de forma agónica la asfixia del condenado.


Si bien el informe del profesor Haas de 1970 mencionaba un único clavo de unos 18 centímetros de longitud, en 1985, J. Zias y E. Sekeles reexaminaron los restos óseos y el fragmento de clavo hallado, llegando a la conclusión de que el clavo no tenía dieciocho centímetros de longitud, sino once y medio, por lo que no hubo un único clavo que atravesó ambos pies, sino que fueron dos por separado.

Las tibias de Yehohanán estaban rotas debido a un golpe infringido con una especie de maza, algo que les sucedió a los dos delincuentes crucificados junto a Jesús (Juan 19, 32). La fractura de las piernas, denominada crurifragium o skelokopia, impediría la reincorporación del crucificado, produciéndole una asfixia en pocos minutos.

En el caso de Jesús, todavía es más complejo que el de Yehohanán, pues únicamente podemos atenernos a los Evangelios. Se han realizado numerosos estudios médicos sobre la causa de la muerte de Jesús y las heridas que se le produjeron durante la tortura y crucifixión a la que fue sometido.

La flagelación, como ha manifestado Tito Livio y Flavio Josefo formaba parte de la crucifixión romana, es decir, la flagelación a la que fue sometida Jesús no era una pena distinta, accesoria o complementaria, sino que formaba parte del propio proceso de crucifixión con la finalidad de debilitar al condenado y acelerar la muerte en la cruz. El látigo o flagrum taxillatum fue un instrumento de mango corto formado por cuatro o cinco correas de piel de becerro de unos 50 cm de longitud en cuyos extremos llevaban atajadas huesos de oveja con aristas y bolas de plomo. La función de este látigo era destrozar literalmente la piel y producir hemorragias. La distancia a la que Jesús fue flagelado, pudo ser tan sólo un metro y realizado simultáneamente por dos romanos, produciéndole heridas en la piel comparables a quemaduras de tercer grado. La flagelación continuada también le produjo contusiones, irritaciones cutáneas, excoriaciones, erosiones y llagas. Además, los golpes fuertes y repetidos sobre la espalda y el tórax, le pudieron haber provocado, lesiones en la pleura e incluso pericarditis, con consecuencias graves para la respiración, y una insuficiencia renal. En algunos puntos del tronco las heridas contusas habrían sido tan profundas, produciendo un desgarramiento muscular y hemorragias profusas. El número de latigazos, según la ley hebrea, era de 40, pero Jesús pudo haber recibido más, al aplicarse la ley romana. Este tipo de flagelo se ha hallado en catacumbas romanas.


Lo que no formaba parte de la crucifixión, era la vejación a la que fue sometida Jesús, poniéndole una corona de espinas en la cabeza, vistiéndole con un manto de púrpura y dándole una caña, para después burlarse de él ( mateo 27,27, Marcos 15,16). El profesor de Medicina Sebastiano Rodante de la Universidad de Siracusa ha realizado importantes estudios sobre la coronación de espinas y el doctor José Javier Domínguez, de la Universidad de Navarra realizó un experimento de simulación para observar las heridas que podría producir una corona de espinas como la de Jesús. Lo que hizo fue coger una calavera y la revistió con un grosor de 5 milímetros de plastilina. Una vez simuladas las partes blandas de la cabeza, encasquetó una corona de espinas procedente de espinos mediterráneos, y le propinó varios golpes a la corona, quedando la plastilina desgarrada en la parte frontal y en la parte occipital. Para el doctor José Antonio Lorente especialista en Medicina Legal y Forense y profesor titular de Medicina Legal de la Universidad de Granada la corona de espinas no está relacionada con la causa de la muerte, al no afectar a órganos vitales.

El texto bíblico no narra que Jesús cayera varias veces camino del Calvario, cargando el peso del madero. La verdad es que en las crucifixiones no siempre sucedía así. A veces se le conducía directamente al reo al lugar de crucifixión, donde ya estaban las cruces dispuestas, pero el caso de Jesús fue singular. La cruz estaba compuesta por un PATIBULUM o palo horizontal cuyo peso serían entre 34 y 60 kilogramos y el STIPES o estípite, el palo vertical de la cruz que solía estar plantado en el lugar del suplicio. Por eso Jesús en el camino hacia el Gólgota, pudo haber llevado atado sobre sus espaldas el Patíbulo. Los evangelios no hablan de las caídas de Jesús, es la tradición cristiana quién ha incorporado tres caídas de Jesús durante su traslado. Para el traslado del Patibulum los romanos tuvieron que echar mano de un hombre llamado Simón de Cirene (27:32 mateo, marcos 15:21, Lucas 23:26).

Dentro de esta tradición de las tres caídas, el cirujano turinés Nicolo Cinquemani , dio a conocer el 29 de marzo de 1998 una nueva hipótesis. A lo largo de estas caídas, uno de los clavos que llevaba incrustados en el Patibulum le perforó la parte derecha de la espalda, penetró 12 centímetros y le llegó hasta el pulmón ocasionándole un hemotórax. La sangre producida por la herida habría inundado sus pulmones y Jesús habría caído en una fase de insuficiencia respiratoria de la que ya no pudo recuperarse. Fue llevado en tal estado a la cruz que la muerte fue en pocos minutos.

Esta hipótesis choca frontalmente con la elaborada por David A. Ball en 1989, quién simuló una crucifixión utilizando cuerdas y ganchos en vez de clavos. De esta manera, pudo comprobar que con las muñecas clavadas a la cruz y el cuerpo suspendido, los pulmones estirados quedan hiperinflados y la única forma de respirar es elevar el cuerpo, y si no se eleva el cuerpo, la muerte se produciría después de cierto tiempo, por asfixia. El doctor José Antonio Lorente concluyó que la causa inmediata de la muerte de Jesús fue debido a hipoxia-anoxia (hipoxia es disminución de la concentración de oxígeno en la sangre, y anoxia es la ausencia total de oxígeno en la misma) cerebral consecuencia de hipovolemia (disminución del volumen de sangre) post-hemorrágica, de insuficiencia respiratoria mecánica (incapacidad para respirar adecuadamente por falta de movilidad) por graves lesiones en músculos intercostales, y de insuficiencia cardiaca. La causa fundamental de la muerte de Jesús fueron las múltiples heridas inciso-contusas, equimosis, erosiones, excoriaciones y hematomas en la parte anterior y posterior del tronco.

Destacar del examen del profesor Lorente que Jesús en su agonía pudo haber padecido el "Síndrome de aplastamiento" debido a la cantidad de golpes recibidos en los mismos lugares y también una "irritación de las pleuras o membranas que rodean los pulmones"; esto último origina una pleuritis con una acumulación de líquido entre las pleuras, lo que se identifica con Juan 19:34. "Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. El líquido que se acumula entre las pleuras se denomina «exudado» que en este caso sería de apariencia transparente similar al agua y acompañado de sangre debido a las lesiones propias en las arterias y venas de la zona.

En cuanto a los clavos en la zona carpiana de las extremidades, no pueden estar relacionadas directamente con la muerte, al no afectar a órganos vitales y no cabe una infección grave a tan corto plazo. Esta completamente descartado que los clavos fueran introducidos en las palmas de las manos, pues estas se hubieran desgarrado, ocasionando el desplome del cuerpo. El clavo introducido en la muñeca lesionó el nervio mediano, lo que provoca un dolor tan atroz que puede llegarse a perder el conocimiento. Además los clavos pueden desgarrar arterias o venas, redundando en un posible shock hipovolémico. En cuanto a un único clavo sobre los pies de Jesús, los experimentos realizados han demostrado que no hay dificultad en poner los pies uno sobre otro y clavarlos con un único clavo. La posición del clavo en el segundo espacio metatarsiano permitiría que los pies se apoyaran firmemente. Ninguno de los evangelistas da detalle sobre cuantos clavos se utilizaron para la crucifixión de Jesús y sabemos por las interpretaciones de Zias y Sekeles, que podrían haberse utilizado hasta dos clavos, uno para cada pié.

Todavía hay muchos interrogantes sobre la crucifixión de Jesús. Por ejemplo se ha discrepado sobre la altura de la cruz y la forma de esta. Algunos estudiosos entienden que la cruz no tenía una elevación tan alta como la que tradicionalmente nos han representado, sino que los pies se hallaban a pocos centímetros de tierra. En cuanto a la forma, a lo largo de la historia del método de crucifixión, este se fue perfeccionando. Aparte del Stipes o crux simples, en el que se empalaba o ataba a la víctima, existían tres clases de cruces: La crux commisa o cruz de San Antonio tenía la forma de una “T” mayúscula, la crux decussata o cruz de San Andrés tenía la forma de una “X”; y la última sería la crux immissa conocida como cruz latina, que es una variante de la griega, formada por dos barras. Esta última podría ser la utilizada para la crucifixión de Jesús, un hecho reforzado para algunos por la colocación del titulus crucis. Tampoco el posicionamiento del título IESUS NAZARENUS REX IUDAEORUM ( I.N.R.I.), es en mi opinión, una prueba definitiva de que la cruz de Jesús fuese la immissa y debe tenerse en consideración que las evidencias arqueológicas e históricas indican que la cruz commisa o Tau era la más usada por los romanos en la Palestina del siglo I d.C.

Es posible que Jesús se apoyara en una tabla horizontal fijada a mitad del estípie como asiento para alargar la agonía. A esta base de madera se la denominaba sedile o sedulum. En un dibujo de la reconstrucción de la crucifixión de Yehohanán a partir del hallazgo de sus huesos en Givat ha-Mitvar, el profesor N. Haas muestra este asiento de madera.

Hay por tanto múltiples cuestiones todavía referentes a la crucifixión de Jesús que difícilmente llegaremos a saber. Para Bonifacio Fernández, profesor de Teología y experto en Cristología «no se puede saber con exactitud que ocurrió antes y durante la crucifixión. Conocemos por el Derecho romano que era una práctica muy extendida y poco más, pero de ahí a precisar, por ejemplo, la trayectoria que siguieron los clavos en el cuerpo o que este medía 1,80 metros de alto, es algo que de momento, me parece imposible de demostrar».

La crucifixión estuvo legalmente operativa hasta el siglo IV d.C., cuando el emperador Constantino prohibió la crucifixión como pena. Sin embargo, se continuó usando en otras partes del mundo y en épocas posteriores. Incluso Luis VI de Francia ordenó crucificar en el año 1127 al asesino del conde de Flandes,Carlos el Bueno y en Japón se practicó hasta el siglo XIX, una especie de crucifixión en la que ataba a la víctima a una cruz, y el verdugo disparaba flechas a partes no vitales de la anatomía, para ocasionarle una muerte lenta y dolorosa.


25/Ene/2007 09:38 GMT+1
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RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES



La Arqueobotánica y la Bíblia: El Huerto de Getsemaní

Gerardo Jofre
En la Biblia se citan más de 100 plantas que tenían diferentes usos. Quienes vivieron en la época bíblica tuvieron un conocimiento de las plantas y sus propiedades mucho más amplio que la media de las personas de hoy en día. Los restos vegetales en un contexto arqueológico pueden aportarnos más datos sobre la agricultura, costumbres y actividad económica del lugar, pero en determinados casos, como en un contexto bíblico singular, incluso pueden aportar una descripción del terreno y acercarnos más a la historicidad de un pasaje mencionado en la Biblia.
Desde mediados del siglo pasado, se ha hecho imprescindible para la arqueología la ayuda de otras ciencias, encargadas de aportar la información que contienen diversos materiales que no son propiamente artefactos, pero que están en los contextos de las excavaciones. La arqueobotánica (Arqueología de la Plantas) tiene como propósito la recuperación, la identificación taxonómica, así como la conservación de los restos vegetales encontrados en contexto arqueológico. No hay que confundir la arqueobotánica con la paleobotánica que se ocupa de la determinación y reconstitución de restos vegetales encontrados en contextos naturales, no humanos.
En la arqueobotánica se diferencian los microrestos compuestos de fitolitos, diatomeas y polen o esporas (estos dos últimos cuyo estudio se realiza mediante la palinología). También hay macrorestos compuestos por semillas, frutos, hojas, ramas, espigas ( se estudian mediante la carpología), las partes leñosas no carbonizadas(se estudian mediante la xilología), cuando los restos estas carbonizados, es la antracología, y cuando se estudia la datación mediante el crecimiento de los anillos de los árboles, su ciencia es la dendrocronología.
El olivo de Palestina fue una de las especies autóctonas más abundantes en tiempos bíblicos, hoy en día, tras siglos de deforestación el olivar palestino es una especie en extinción. El padre Bernardo Lamy, en su obra “Introducción a la sagrada escritura. Cap. III” da testimonio de la abundancia de Olivas que había en Judea y de su constante referencia en el Antiguo Testamento( Salmo 103, versículo 15:“Mas Yo, como oliva fructífera de Dios, esperé en su misericordia “ y Oseas dice: “ Y su gloria será como el olivo”, etc.
En Siria-Palestina destaca la agricultura en Jericó, Beida (cerca de Petra), Mallaha, Ras Shamra, Abu Hureyra y Mureyba y el año pasado en una excavación de Gesher Benot ,sobre las orillas de un lago antiguo al norte del Mar Muerto se encontraron hasta seis clases de vegetación carbonizada, incluyendo tres especies comestibles - la cebada olivácea, salvaje y la uva salvaje. En Ekron, la ciudad filistea, los arqueólogos han encontrado el centro industrial mas grande del antiguo Oriente medio: Se han descubierto mas de 100 plantas productoras de aceite de oliva, calculándose que esta ciudad podía llegar a producir anualmente mas de 1000 toneladas de aceite que después era exportado a Egipto.
En el Nuevo Testamento, el huerto de Getsemaní en Jerusalén, ocupa un lugar preeminente en la narración evangélica, pues es aquí, donde los evangelistas cuentan como Jesús pasó la noche antes de ser prendido: “Llegaron a una finca que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: ‘- Sentaos aquí mientras yo voy a orar’”. (Marcos 14, 32).
La palabra Getsemaní, viene del hebreo "Gat-shemanin" (molino de aceite), era el nombre de una alquería al pie del Huerto de los Olivos. San Jerónimo lo llamó “Vallis pinguissima” (valle fertilísimo) y los cuatro evangelistas lo llamaron huerto, jardín, villa, granja, dominio o heredad. Mateo lo llama “granja” (Mateo 26,36), Marcos, “heredad”(Marcos 14,32), Lucas, lo denomina “monte de las olivas”(Lucas 22,39) y Juan lo llama simplemente “huerto”(Juan 18,1).
El huerto de Getsemaní fue adquirido por los monjes franciscanos en 1666, quienes lo cercaron en 1850 con un muro de dos metros y medio de altura.
¿Es este huerto lo que queda del monte de los olivos de tiempos de Jesús?
Tradicionalmente los peregrinos así lo han creído, pero ¿ Quedan olivos?
Mirad el siguiente plano del huerto de Getsemaní:
Durante el siglo XIX los peregrinos mencionaban ocho olivos milenarios. En su viaje a Tierra Santa, el botánico Schubert dijo: «Se encuentran en este huerto algunos olivos que suben a una antigüedad remota, árboles que hasta los mismos turcos miran con piadoso respeto y no toleran que sean profanados. Su aspecto, junto con la idea de la grande antigüedad que puede alcanzar este árbol, motiva el sentimiento que refiere su origen a muy lejanos siglos. En el interior están huecos; su vacío se llenó de piedra para que el viento no los derribe y alrededor de sus troncos se han levantado algunos montones de cantos, para protegerlos y consolidarlos».
Chateaubriand en su obra “Itinerario de París a Jerusalén IV Parte” añade: «Los olivos del huerto de este nombre en Jerusalén, pertenecen cuando menos, a los tiempos del bajo Imperio. He aquí una prueba; en Turquía todos los olivos que encontraron los musulmanes en su invasión al Asia, solo pagan una corta cantidad al fisco, siendo así que los olivos que se plantaron después de la conquista pagan al gran señor la mitad de sus frutos. Pues bien, los ocho olivos de que hemos hecho mención sólo pagan la corta cantidad señalada a los que se encontraron en la época de la conquista».
No obstante, hay un pasaje de Flavio Josefo en el libro IV Cap. IV de su obra “Historia de las Guerras de los judíos y de la destrucción del Templo y ciudad de Jerusalén” que dice: «Habiendo resuelto Tito abandonar el monte Escopo, para aproximar a la ciudad su campamento dispuso las tropas que creyó suficiente tanto de la infantería como de la caballería con el objeto de rechazar a los sitiados, si se aventuraban a alguna salida y dio orden al resto de su ejército para que nivelase el terreno hasta las murallas. Destruyeronse pues, todas las paredes y cercas que los habitantes del país habían construido alrededor de sus jardines y verjeles y todo el bosque intermedio de árboles frutales terraplenáronse los hoyos y profundidades, fueron derrumbadas todas las alturas por las pequeñas y se allanó todo el espacio comprendido desde Escopo hasta el sepulcro de Herodes, cerca de la piscina llamada de las serpientes».
¿Fueron talados los árboles del monte de los olivos en tiempos del emperador Tito?
Al parecer no, porque el huerto de Getsemaní está en el valle de Josafat, muchos cientos de metros más al sur de la zona descrita por Josefo, es decir, de la línea comprendida entre el monte Escopo y el sepulcro de Herodes de Agripa.
En la obra de 1881 “Diario de una peregrinación” de José Mª Fernández Sánchez y Francisco Freire Barreiro, ambos describen un olivo de seis metros de diámetro y añaden: “No siempre dan fruto los venerables olivos, a causa de su extremada decrepitud. El año que le producen se recoge cuidadosamente y de los huesos se hacen coronas, que con el nombre de santuarios se distribuyen entre los religiosos”.
Con los huesos también se hacen rosarios porque al parecer estos son estériles. Actualmente sólo quedan seis olivos, uno de los cuales data de hace 2.500 años, según las pruebas efectuadas con el isótopo carbono 14.
Otros dos lugares santos de Getsemaní son la Gruta del molino de aceite y la cercana roca de la Agonía. Adyacente al Huerto de los Olivos tenemos la basílica del Huerto de Getsemaní que tiene doce cúpulas pequeñas. Frente al altar mayor se encuentra la roca de la Agonía de Jesús, protegida por un recinto de hierro batido en forma de coronas de espinas. La iglesia es conocida también como Basílica de las Naciones porque su construcción fue posible gracias a los donativos de los fieles de muchos países.
A parte de la tradición y las Escrituras, la pruebas de radiocarbono, la historiografía y en definitiva la arquebotánica sobre los restos del huerto de Getsemaní nos acercan más al lugar donde pudieron haberse desarrollado las últimas horas antes del arresto, juicio y crucifixión de Jesús.



Editado por peterx, Viernes, 26 de Enero de 2007, 12:03
26/Ene/2007 12:02 GMT+1
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#47 · ▲
RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

SAMARIA LA CAPITAL DEL NORTE

Enclavada en un lugar privilegiado, desde donde se divisa la llanura costera de Sarón y las vías de comunicación al valle de Jezrael. La antigua heredad de Semer del que queda vestigios de lo que pudiera ser una aldea ó una granja tal como indica 1Reyes16:24, fue el lugar donde Omri construyó la acrópolis de Israel sobre el año 880 aC, trasladando la capital del reino desde su anterior emplazamiento en Tirsa (a la izquierda se pueden ver los restos de la Acrópolis de Samaria).

Samaria se levanta sobre un monte, al que se le rodeo la cima con un muro de contención para conseguir una plataforma de unas dos hectáreas, tras un basto movimiento de tierra, llegando a rellenar en algunos lugares mas de 5 metros de espesor. En el interior de sus murallas se construyó un gran palacio y edificios públicos. El palacio del tipo bit hilani, cuyo origen está en el norte de Siria se caracteriza entre otras cosas por su pórtico con dos columnas. En las excavaciones se han hallado capiteles protoeólicos, junto a una construcción realizada de sillares tallados y perfectamente ensamblados, que muestran el nivel sofisticado de la edificación.

Con el monarca fundador de Samaria, se inició la dinastía Omrita, de la que se conocen tres referencias externas al texto bíblico desde reinos diferentes:

La estela del rey mesa de Moab menciona a Omri como dominador de su país. En segundo lugar la estela del rey asirio Salmanasar III habla de la gran fuerza de carros de guerra de Acab en la batalla de Karkar. Y como tercera la estela de Tell Dan del rey Hazael de Siria menciona su enfrentamiento con Joram. Igualmente en los registros asirios es nombrada “La casa de Omri” en diferentes referencias a Israel de monarcas muy posteriores en el tiempo a éste.




Es interesante indicar que del reinado de Jehú, tenemos la primera imagen que conocemos de los israelitas sobre el año 841 AC. En el obelisco negro del rey asirio Salmanasar III, se muestra al rey Jehú de Israel rindiéndole homenaje y pagándole tributo junto con su sequito(junto a estas líneas, pueden obervar la escena del rey Jehú entregando tributo). Sobre la figura aparece una inscripción que dice “Tributo de Jehú, hijo de Omri: recibí de él plata, oro, un cofre de oro, un vaso de oro con el fondo en punta, cubiletes de oro, copas de oro, estaño, un cetro real y venablos”. (Traducción J.B. Pritchard). El obelisco fue descubierto por Layard en 1846 en Nimrud (antigua Kalkhu), y se conserva en el Museo Británico.

El periodo de mayor esplendor en Israel corresponde al de los reyes Joás y Jeroboan II. En Samaria, mediante hallazgos arqueológicos, se aprecia una gran cantidad de marfil en piezas de busto redondo y en relieve, talladas en estilo fenicio y decorado con temas egipcios. Decorarían las paredes del palacio y el mobiliario de la familia real, junto a una fina cerámica de mesa encontrada en el yacimiento.

En 1910 durante la expedición de la universidad de Harvard, se localizaron en el palacio real un grupo de unos 100 ostraca, en cuyas inscripciones se habla del suministro a la corte, de vino y aceite, proveniente de diferentes lugares alrededor de Samaria. En ellas no se menciona el nombre del rey, pero al indicar en algunas, a los 17 años del reinado, podría ser Acab, Joacaz ó Jeroboan II, siendo éste el más probable.

LA DENUNCIA DE AMÓS"
Lo indicado y la gran actividad constructora en diferentes ciudades, muestran las riquezas existentes en este periodo de la que no gozó el pueblo, sino que sufrió la opresión de sus dirigentes. Así el profeta Amos 8:4-6 denunciaba la corrupción, fraude comercial, opresión fiscal y demás injusticias que sufría la clase más desfavorecida, mientras la clase rica disfrutaba de un lujo exagerado con casas de marfil y continuos banquetes opulentos, Amós 3:15 y 6:4-6.

EL FIN DE LA SAMARIA RICA"
En el último periodo del reino de Israel, la ciudad de Samaria se vio sitiada por los ejércitos del rey asirio Salmanasar V, cuando su ultimo rey Oseas dejo de pagar tributo, confiando en el apoyo del faraón So de Egipto, llamado en los anales asirios Sibe. El rey Oseas fue hecho prisionero y la ciudad tras 3 años de asedio capituló en el 721 aC. Siendo contada la victoria por Sargón II, quien sucedió a Salmanasar tras su muerte poco antes de caer Samaria. En el estrato VII de la ciudad se ha encontrado una estela de Sargón y dos tablillas administrativas asirías de este periodo.

El rey Sargón en su crónica (traducción de A. Fuchs) indica “...combatí contra ellos ... 27290 de sus habitantes me llevé, 50 carros tomé para mis tropas reales ... Samaria modifiqué y la hice más grande que antes. Gentes de las tierras por mí conquistadas hice residir en ella ... “. Dicha crónica coincide con el relato bíblico de 2Reyes 17:4-6, donde se menciona incluso los lugares donde fueron deportados como Halah, en la región de Habor, río de Gozan, y en las ciudades de los medos.


Francisco Bernal

27/Ene/2007 12:00 GMT+1
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#48 · ▲
RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

LOS TRES AMIGOS DE DANIEL

Según el Catedrático William Shea, existe un
asombroso descubrimiento en Babilonia que
posiblemente haya dejado constancia de los nombres
mismos de los tres amigos de Daniel, Ananías, Misael
y Azarías.
LA BIBLIA afirma en Daniel capítulo 1:6-7:
“Entre ellos estaban Daniel, Ananías, Misael y
Azarías, de la tribu de Judá. A estos, el jefe de los
funcionarios les puso nombres: A Daniel llamó
Beltesasar, a Ananías Sadrac; a Misael Mesac y a
Azarías Abed-nego”.
En Babilonia se halló un prisma de arcilla de
cinco lados (o polígono), que actualmente se
encuentra en el museo de Istanbul y en él aparece
una lista de los hombres juntamente con sus títulos.
Tres de los hombres de la lista, que aparece en el
prisma, tienen pronunciaciones que son muy
parecidas a las de los tres amigos de Daniel, aunque
si son o no son los hombres que de hecho se
mencionan en la Biblia no es seguro.
En dicha lista se ha encontrado el nombre
Ardi-Nabu, Secretario del príncipe heredero.
Este nombre es equivalente al nombre Abednego en
arameo y puede, hecho, ser la primera mención de
uno de los amigos de Daniel, aparte de la que se
hace en la Biblia.
Otro nombre que se ha encontrado en la lista
es Hanunu-Jefe de los mercaderes reales. El
nombre Hanunu puede ser el equivalente babilonio
del nombre hebreo Ananías.
Otro nombre que se ha hallado en la lista es el
de Musalim-Marduk, que era un oficial de
Nabucodonosor. Marduk era el nombre del dios
babilonio. Si se elimina la parte de Marduk del
nombre, nos quedamos con Musalim que bien puede
referirse a Misael.
Fíjese el lector que cada uno de estos hombres
ocupaba un puesto administrativo en Babilonia.
En Daniel 2:49 la Biblia afirma: Daniel solicitó
del rey, y él designó a Sadrac, a Mesac y Abed-nego
sobre la administración de la provincia de Babilonia.
Y Daniel permaneció en la corte del rey.”
La asombrosa historia de por qué los tres
amigos de Daniel fueron promovidos a ocupar
puestos tal elevados en Babilonia se encuentra en
Daniel, capítulo 3.
El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro
cuya altura era de 60 codos y su anchura de 6 codos.
Los eruditos bíblicos liberales han atacado esto
en el pasado diciendo que la tecnología para construir
una estatua de semejante tamaño no podría haber
existido en esa época, pero ahora sabemos que, aún
en aquella época antigua de la historia, se construyó
el coloso de Rhodas, que era una enorme estatua de
bronce de Apolo, que se encontraba a la entrada del
puerto de Rhodes, una isla en el Mar Mediterráneo.
La estatua era incluso mas grande que la que
construyó Nabucodonosor, tan grande, de hecho, que
había barcos, con todas sus velas desplegadas,
podían pasar entre sus piernas.
La Biblia dice que Nabucodonosor emitió en el
imperio un amplio decreto diciendo que todo el
mundo debía de acudir, inclinarse y adorar ante la
imagen de oro que había construido y los que no lo
hiciesen, sería echados en el horno de fuego
ardiente.
Los tres amigos de Daniel no quisieron hacerlo
y le dijeron al rey: ”Oh Nabucodonosor, no
necesitamos nosotros responderte sobre esto. Si es
así, nuestro Dios, a quien rendimos culto, puede
librarnos del horno de fuego ardiendo y de tu mano,
oh rey, nos librará. Y si no, que sea de tu
conocimiento, oh rey, que no hemos de rendir culto
a tu dios ni tampoco hemos de dar homenaje a la
estatua que has levantado”.
“Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se
alteró la expresión de su rostro contra Sadrac, Mesac
y Abed-nego. Ordenó que el horno fuese calentado
siete veces mas de lo acostumbrado, y mandó a
hombres muy fornidos que tenía en su ejército que
atasen a Sadrac, a Mesac y a Abed-nego para
echarlos en el horno de fuego ardiendo. Entonces
estos hombres fueron atados, con sus mantos, sus
túnicas, sus turbantes y sus otras ropas y fueron
echados dentro del horno de fuego ardiendo. Porque
la orden del rey era apremiante y el horno había sido
calentado excesivamente, una llamarada de fuego
mató a aquellos que habían levantado a Sadrac, a
Mesac y a Abed-Nego, cayeron atados dentro del
horno de fuego ardiendo.
Entonces el rey Nabucodonosor se alarmó y se
levantó apresuradamente. Y habló a sus altos
oficiales y dijo: ¿No echamos a tres hombres atados
dentro del fuego?
Ellos respondieron al rey: “Es cierto, oh rey.”
El respondió: “He aquí, yo veo a cuatro
hombres sueltos que se pasean en medio del fuego,
y no sufren ningún daño. Y el aspecto del cuarto es
semejante al Hijo de Dios.”
Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta
del horno de fuego ardiendo y llamó diciendo:
‘¡Sadrac, Mesac y Abed.nego, siervos del Dios
Altísimo, salid y venid!
Entonces Sadrac, Mesa y Abed-nego salieron
de en medio del fuego. Y se reunieron los sátrapas,
los intendentes, los gobernadores y los altos oficiales
del rey para mirar a estos hombres; cómo el fuego no
se había enseñoreado de sus cuerpos, ni se había
quemado el cabello de sus cabezas, ni sus mantos se
habían alterado, ni el olor del fuego había quedado
en ellos.
Nabucodonosor exclamó diciendo: ‘¡Bendito
sea el Dios de Sadrac, de Mesac y de Abed-Nego, que
envió a su ángel y libró a sus siervos que confiaron
en él y desobedecieron el mandato del rey; pues
prefirieron entregar sus cuerpos antes que rendir
culto o dar homenaje a cualquier dios, aparte de su
Dios. Luego, de mi parte es dada la orden de que en
todo pueblo, nación o lengua, el que hable mal contra
el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea
descuartizado, y su casa sea convertida en ruinas.
Porque no hay otro dios que pueda librar así como él.
Entonces el rey hizo prosperar a Sadrac, a
Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia.
Daniel 3:16-30



Editado por peterx, Lunes, 29 de Enero de 2007, 14:41
29/Ene/2007 14:40 GMT+1
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#49 · ▲
RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

La Exactitud de Hechos

Eric Lyons.

La arqueología es una de las disciplinas que puede ser usada para probar la exactitud histórica de la Escritura. Una y otra vez, ésta ha ayudado a confirmar las referencias de la Biblia de personas, lugares, y fechas. En los cien años pasados, los arqueólogos repetidamente han confirmado e iluminado la historicidad de la Biblia. Aunque nosotros no podemos depender en la arqueología para establecer y sostener nuestra fe, el tener evidencia física que confirme el contexto histórico de los actos salvadores de Dios causa que una persona sincera acepte la Biblia como la Palabra de Dios.

Cuando el renombrado arqueólogo Don William Ramsay comenzó sus exploraciones en Asia Menor, él dudaba de la historicidad del libro de Hechos. Pero después de cientos de horas de investigación, él comenzó a cambiar su forma de pensar. Un estudio cuidadoso de Hechos 14:5-12 le guió a creer que Lucas estaba muy familiarizado con los lugares, personas, y eventos de los cuales escribió. En este pasaje, Lucas escribió que Pablo y Bernabé huyeron de Iconio a “Listra y Derbe, ciudades de Licaonia” (14:6). Anteriormente en la geografía antigua se creía que Iconio era una ciudad de Licaonia (e.g., como Montgomery es una ciudad de Alabama). Este pasaje fue considerado por algunos críticos de la Biblia como un ejemplo típico de la falta de exactitud regional del autor de Hechos, y por ende evidencia en contra de la inspiración divina. Sin embargo, como Ramsay terminó demostrando definitivamente, éste no era el caso. Iconio no era una parte de Licaonia. En cambio, pertenecía a Frigia, una región del Asia Menor completamente diferente. Este cambio puede sonar como un punto menor, pero éste fue uno muy importante en la mente de Ramsay. Su actitud hacia el libro de Hechos comenzó a cambiar radicalmente. Cuanto más estudiaba, se convertía más en un defensor ardiente de la veracidad de la erudición de Lucas.

La arqueología puede ser un elemento grandioso para la gente que está buscando el conocimiento. Ésta ilustra nuestra lectura de la Escritura mientras que continúa confirmando la exactitud histórica de la Biblia. Aquellos que han estudiado el libro de Hechos a la luz de la arqueología han descubierto que donde las evidencias son posibles de chequear, Lucas siempre estuvo en lo correcto, sin tener en cuenta la nación, ciudad, isla, o persona que mencionara. Como Wayne Jackson ha observado: “Esto es verdaderamente remarcable, en vista del hecho que la situación política/territorial de su tiempo estaba en un estado de casi constante cambio. Solamente la inspiración puede dar cuenta por la precisión de Lucas” (“The Holy Bible—Inspired of God,” Christian Courier, 27[1]:1-3, May 1991). ¡Cuán verdadero!


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30/Ene/2007 12:44 GMT+1
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#50 · ▲
RE: ARQUEOLOGIA - GEOGRAFIA - GEOLOGIA - CODICES

¿Nació Jesús en un Establo?











"No había lugar en la posada... y ella (María) lo puso en un pesebre".
Podemos decir "pesebre" pero ¿un "establo"? La mayoría de nosotros conoce la historia del nacimiento de Jesús muy bien. María y José viajaron de Nazareth a Belém y fueron algo así como "desalojados" por el administrador(mesonero) de la posada. Ellos tomaron luego refugio en un establo donde se dice que Jesús nació y fue puesto en un pesebre. Una tradición oral entre algunos miembros de la iglesia del primer siglo afirmaba que Jesús había nacido en una cueva cercana al poblado de Belém.

La historia del nacimiento de Jesús se relata detalladamente en San Lucas capítulo 2. El apóstol Lucas nunca hace referencia alguna a ningún mesonero, una cueva, ó establo, sino más bien a ¡una casa!

El texto de San Lucas 2 declara que no había cuarto para María y José dentro de la posada. Desafortunadamente la palabra griega kataluma (kataluma) empleada para "posada" posee varios significados relacionados que suelen confundirse. Usada solo una vez más en el Nuevo Testamento (en el paralelo San Marcos 14:14), esta palabra denota el lugar donde Jesús llevó a cabo la Ultima Cena junto con sus discípulos. Aquí, el apóstol Lucas proporciona mayor información acerca de la kataluma. Menciona que era una habitación espaciosa y amueblada junto a una casa privada en Jerusalém. El sitio donde Jesús posó junto con sus discípulos prontamente fue conocido como el "aposento alto".

Yo me permito sugerir que el lugar donde Jesús partió el pan fue semejante al sitio donde nació en Belém. María y José llegaron al pueblo en las proximeras del parto. Al llegar a la casa de los parientes de José el lugar ya estaba lleno seguramente por otros familiares que habían llegado mucho antes que ellos. La razón por la cual ni por tratarse de una mujer embarazada les dieron cierta consideración no es mencionada directamente en la Bíblia pero indica que la gente del sitio dio mayor prioridad a otros miembros ya hospedados.

Y es aquí donde José y María fueron a un lejano establo ¿no es así?. No exactamente. El relato Bíblico nunca hace mención a un establo o una cueva. Suele asumirse eso debido al pesebre mencionado. Pero en el mundo antiguo, al igual que en muchas de las culturas primitivas modernas, los pesebres formaban parte conjunta de la casa. Los animales son incluso resguardados dentro de la misma casa por las noches.

Un reducido número de animales de manada fueron alojados no en compartimientos externos de la casa, sino dentro de la casa en alguno de los sotanos. Allí era donde solían guardarse animales, herramientas y semillas. Igualmente, la comida era preparada y consumida en ese lugar. Los dormitorios estaban en los segundos pisos (un sitio "alto"). Los animales dentro de la casa eran protegidos no solo del clima sino de ser robados. Su presencia producía calor y la provisión directa de leche y abono para la siembra.

Excavaciones en Isarel han puesto a luz numerosas instalaciones hogareñas con vestigios de pesebres. Algunos están muy dañados por el paso del tiempo pero otros fueron echos sobre piedra y han logrado sobrevivir en los registros arqueológicos.

Fue aquí donde fueron vistados por los pastores y los sabios de quienes también se hace mención posteriormente en San Mateo capítulo 2 haciendo alusión a que "llegaron a la casa" donde María, José y Jesús estaban.

Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en Él crea no se pierda sino que tenga vida eterna (San Juan 3:16).

Nota del Traductor: Finalmente, el punto acerca de dónde nació Jesús termina siendo una valiosa referencia histórica pero bien se ha dicho anteriormente, y ese es el punto principal en esta Navidad: Aunque Jesús naciera mil veces en Belém, si no ha nacido en tu corazón...DE NADA SIRVE. ¿Dejarás que Jesús nazca en tu corazón hoy?

Traducción: Juan José Morales González
Autor: Este material fue provisto por Associates for Biblical Research,

31/Ene/2007 11:35 GMT+1
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