2.Con la noche las sombras nos cercan, y regresa la alondra a su hogar; nuestro hogar son tus manos, Oh Padre, y tu amor nuestro nido será.
2. Oración todos juntos: Señor Jesús, queremos velar contigo, queremos estar junto a tí. Quizá no se nos ocurran muchas cosas, pero queremos estar, queremos sentir tu amor, como cuando nos acercamos a una hoguera, queremos amarte, queremos aprender a amar. Lo importante es estar abiertos a tu presencia. Y agradecer, alabar, suplicar. Y callar, escuchar, no decir nada, simplemente estar. Acógenos como discípulos que quieren escuchar tus palabras, aprender de ti, seguirte siempre. Acógenos como amigos. Y haz de nosotros también tus testigos, testigos del amor. Señor Jesús, toca esta noche nuestro corazón, danos tu gracia, sálvanos, llénanos de la vida que sólo tú puedes dar.
3. El mandamiento del amor AMAR COMO JESÚS NOS AMA «Éste es mi mandamiento: amaos unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando. Ya no os llamo siervos, pues el siervo no sabe qué hace su señor; yo os he llamado amigos porque os he dado a conocer todas las cosas que he oído a mi Padre. No me elegisteis vosotros a mí, sino yo a vosotros; y os designé para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto permanezca, a fin de que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Esto os mando: amaos unos a otros». Juan 15, 10-16
“Estando de nuevo a la mesa les dijo: «¿Entendéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis el maestro y el señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el señor y el maestro, os he lavado los pies, también vosotros os los debéis lavar unos a otros. Yo os he dado ejemplo, para que hagáis vosotros lo mismo que he hecho yo. Juan 13,13-17
4. Oración en silencio
5. Canto Un mandamiento nuevo nos dio el Señor, que nos amáramos todos como El nos amó. (bis) Lo que hagamos al hermano, a Dios mismo se lo hacemos. Quien no ama a sus hermanos miente si a Dios dice que ama. La señal de los cristianos es amarse como hermanos.
Luego tomó pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por vosotros; haced esto en memoria mía». Y de la misma manera el cáliz, después de la cena, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre, que es derramada por vosotros. Lucas 22,14-20 (Música de fondo: La estación de primavera de Vivaldi)
Sacramento de una muerte única que recapitula todo don de sí liberador; memorial de un sacrificio único en el que muere la muerte de un mundo pecador. Sacramento del triunfo definitivo del amor, en el que el hombre se salva entregándose; memorial del triunfo definitivo de la vida, en el que el hombre se hace inmortal amando.
8. Canto 1.Cristo te necesita para amar, para amar. Cristo te necesita para amar. (bis) No te importen las razas ni el color de la piel, ama a todos como hermanos y haz el bien. (bis) 2. Al que sufre y al triste, dale amor, dale amor; al humilde y al pobre, dale amor. Al que vive a tu lado, dale amor, dale amor, al que viene de lejos dale amor.
9. Oracion y meditación:
12. TESTIMONIOS En la hora santa se pueden intercalar algunos testimonios o parábolas que nos hagan vivir este momento de oración.
a)Un número por otro
b)El rey que quiso imitar la misericordia de Jesús
Algunos hombres impíos y ambiciosos habían conspirado para asesinarlo y así apoderarse del gobierno. Mas la confabulación fue descubierta y los culpables fueron traídos ante el tribunal que los condenó a muerte. El rey les envió a un sacerdote a la cárcel. Los malhechores se arrepintieron y, después de una sincera confesión, recibieron la Sagrada Comunión.
Era la mañana del día de su ejecución. Las esposas y madres de los sentenciados fueron al rey a pedirles perdón, pero sus consejeros no querían de ninguna manera indultarlos.
Un joven sentía que no podía más con sus problemas. Cayó entonces de rodillas rezando: "Señor, no puedo seguir. Mi cruz es demasiado pesada" El Señor le contestó: "Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esa habitación. Después escoge la cruz que tu quieras". El joven suspiró aliviado: "Gracias Señor". Luego dio muchas vueltas por la habitación observando las cruces, había de todos los tamaños. Finalmente fijó sus ojos en una pequeña cruz apoyada junto a la puerta y susurró: "Señor, quisiera esa cruz". El Señor le contestó: "Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar"
Vengo de una familia cristiana. En 1984 era soldado del ejercito iraquí. Combatí en la guerra contra Irán militando durante casi cuatro años en el ejército. He combatido también contra los kurdos y entre otras adversidades fui hecho prisionero: un grupo de guerrilleros kurdos me capturó y permanecí tres meses en la montaña sufriendo crueles torturas. Me liberaron porque mi familia pagó como rescate 10.000 dinares. La vida militar en el ejército de Saddam me agotó y huí, por lo que me convertí en un desertor. La policía me capturó y un tribunal militar me condenó a prisión por deserción.
En aquel período descubrí la oración como verdadero alimento espiritual. Viví esta crisis con mucho dolor y sufrimiento en cuerpo y alma. Pero el Señor estaba siempre conmigo y no me dejó jamás, porque quien tiene fe en el Señor nunca debe tener miedo y encuentra la paz y la alegría a pesar de las situaciones de angustia.
Javier Leoz Parroquia de San Juan Evangelista Peralta (Navarra)
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A SOLAS CON EL SEÑOR - HORA SANTA
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