ORACIÓN ANTE JESÚS SACRAMENTADO
Introducción:
Nos dice el Evangelio según San Marcos:
“Los discípulos se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
El les dijo: <
porque no tenían tiempo ni para comer.”
“Vengan ustedes solos a un lugar desierto para descansar un poco”
Canto:
(Se abre el Santísimo)
Alabanzas al Santísimo Sacramento:
Bendito sea Dios
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendito sea María Santísima la excelsa Madre de Dios.
Bendito sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendito sea su Gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María virgen y Madre.
Bendito sea María Santísima Madre de la Iglesia.
Bendito sea su castísimo esposo San José.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.
Reflexión:
* En el silencio de la noche, el Señor nos invita a encontrarnos con Él, como a los apóstoles. Él conoce nuestro corazón: conoce sus alegrías y tristezas, sus esperanzas y desalientos, sus fatigas y cansancios por eso nos llama a la oración, al encuentro íntimo con Él.
*Él está en medio nuestro, presente en el maravilloso don de la Eucaristía. Él quiere entrar en el meollo de nuestra vida y animarnos a dejar que nuestra mirada se encuentre con su Mirada, con la certeza de que ¡Él nos mira!... ¡Él me mira y me ama tal cual soy!
Canto:
A veces me pregunto por qué yo,
y sólo me respondes porque quiero.
Es un misterio grande que nos llames,
así tal como somos a tu encuentro.
Entonces redescubro una verdad,
Mi vida, nuestra vida es tu tesoro.
Se trata entonces solo de ofrecerte,
con todo nuestro amor ¡esto que somos!
¿Qué te daré, que te daremos?, si todo, todo es tu regalo.
Te ofreceré, te ofreceremos, ¡esto que somos, esto que soy, eso te doy!
Esto que soy, eso es lo que te doy.
Esto que somos es lo que te damos.
Tu no desprecias nuestra vida humilde,
se trata de poner todo en tus manos:
Aquí van mis trabajos y mi fe,
Mis mates, mis bajones y mis sueños,
Y todas las personas que me diste,
Desde mi corazón te las ofrezco.
Reflexión:
Nadie conoce más que Jesús nuestro corazón y todo lo que en él habita: personas, actividades, acontecimientos que forman parte de nuestra vida. Por eso, con toda confianza recemos el Salmo de la Donación abriendo nuestro corazón a su presencia, y poniendo en SU CORAZÓN toda nuestra vida.
Te entrego, Señor, mi vida; hazla fecunda.
Te entrego mi voluntad; hazla idéntica a la tuya.
Toma mis manos; hazlas acogedoras.
Toma mi corazón; hazlo ardiente.
Toma mis pies; hazlos incansables.
Toma mis ojos; hazlos transparentes.
Toma mis horas grises; hazlas novedad.
Toma mis cansancios; hazlos tuyos.
Toma mis mentiras; hazlas verdad.
Toma mis muertes; hazlas vida.
Toma mi pobreza; hazla tu riqueza.
Toma mi nada; haz lo que quieras.
Toma mi familia; hazla como la tuya.
Toma mis amigos; hazlos tuyos.
Toma mis pecados, mis eternas omisiones,
Mis permanentes desilusiones, mis horas de amargura;
Transfórmalo todo, como la abeja en dulce miel.
Toma mis cruces, y déjame volar.
Concédeme la alegría en la entrega cotidiana,
para que en ella te descubra como mi luz y guía.
Amén
(Hacer resonancia de aquel verso que refleja aquello que más deseo hoy confiar al Señor)
Frente a las innumerables propuestas que el mundo de hoy nos presenta, Jesús es el único que nos enseña a amar de verdad e incondicionalmente porque Él es el Maestro que ama primero hasta dar la vida por amor a los hombres. Pidámosle con nuestra oración que Él cree en cada uno de nosotros un corazón nuevo semejante al suyo que sabe amar hasta el extremo.
A cada intención respondemos: “Señor, crea en mí un corazón nuevo”
Para ser conciente de tu amor, que desde el Bautismo me llama a una nueva vida como hijo de Dios y miembro de la Iglesia. OREMOS
Para no caer en la testación de dejarme seducir por las comodidades y superficialidades que me alejan del amor verdadero. OREMOS
Para aprender a reconocer mi pequeñez ante tu grandeza y enfrentar el combate diario de la vida, no confiando en mis propias fuerzas y capacidades, sino en tu amor y en tu gracia que todo lo pueden. OREMOS
Para librar mi corazón de todo aquello que me impide salir al encuentro del otro con paciencia, disponibilidad y alegría en mi familia, en mi trabajo, en las distintas oportunidades que me regalas cada día. OREMOS.
Para abrir mi corazón a las necesidades de los hermanos que más sufren y poder ser instrumento dócil en tus manos para ayudar a quienes pones en mi camino. OREMOS
ORACION:
Dame Señor, un corazón nuevo.
“Corazón de Jesús: dame hoy un corazón nuevo. Un corazón sin amarguras.
Un corazón sin resentimientos. Un corazón sin susceptibilidades.
Un corazón capaz de olvidar los agravios verdaderos y falsos.
Dame hoy un corazón que sepa tener esperanza cuando todos los demás la pierden.
Un corazón amable que sepa sonreír aún con lágrimas.
Dame un corazón que no pierda nunca la confianza en los hombres, aunque le fallen.
Un corazón que sepa siempre ser puro, generoso,
desinteresado aunque se sienta tentado por el egoísmo.
Dame Señor, un corazón amable y optimista como el tuyo.
Un corazón lleno de paz, de dulzura y de bondad.
Un corazón que ame realmente y que no se canse nunca de dar y pedir perdón.
Amén
Santa Magdalena, nuestra Fundadora nos dice:
“…Se trata de animar nuestras acciones y obras con el espíritu de Jesucristo, espíritu de Caridad, de dulzura, de mansedumbre, de humildad, espíritu de celo y fortaleza, espíritu amabilísimo, generosísimo y pacientísimo.”
Que este estar a solas con ÉL, nos impulse a poner siempre nuestra mirada en lo alto y a hacer de la oración y de la contemplación de Jesús, hecho pan, fuente de nuestra vida interior que aumente en nosotros el deseo de buscar espacios de silencio interior para encontrarnos con Jesús y en El recobrar la fuerza para vivir en su presencia la Vida que El nos ha regalado.
ORACIÓN ANTE JESÚS SACRAMENTADO
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