Dios Padre se Manifiesta

Dios Padre se Manifiestahttp://mividadesantidad.blogspot.com/2010/12/solicita-tu-cupon-de-regalo-google.htmlEVANGELIZACIÓN EN EL AMOR DE DIOS PADRE
Mensajes de Dios Padre a J.V.

miércoles, 01 de diciembre de 2010 Establéceme como tu página de inicio.

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Sept 09_10 Vosotros detenéis Mi Gracia, detenéis Mi Amor hacia vosotros. Imprimir E-Mail

Rosario vespertino

Temas:

* Me ponéis a Mí, dentro de vuestros actos, no os imagináis la forma en que vosotros ayudáis a tantos hermanos vuestros en lo espiritual y aún en lo material.
* Cómo quisiera que escucharais éste, como un grito desesperado de Mi Corazón, para que todos vosotros cambiarais y vinierais ante Mí, que Soy vuestro Dios, vuestro Padre.
* Estáis rodeados del alma de muchos de vuestros hermanos, de miles, de millones a vuestro alrededor.
* Os he dado la Gracia de que vosotros fuerais ésta generación del cambio.
* Muchos fueron los llamados, pocos los escogidos, pocos los que quisieron perseverar a Mi llamado, a las Enseñanzas de Mi Hijo, al estado de Gracia del Espíritu Santo.



Mensaje de Dios Padre a J. V.

Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Si Me ponéis a Mí, dentro de vuestros actos, no os imagináis la forma en que vosotros ayudáis a tantos hermanos vuestros en lo espiritual y aún en lo material.
Sí, Mis pequeños, ciertamente que tenéis que ver por vuestras necesidades humanas, aunque os he dicho que busquéis primero lo Mío y lo demás se os dará por añadidura y, así, muchos de vosotros preferís lo que tenéis que hacer por vuestras obligaciones de estado, porque les dais más importancia, porque vivís en el mundo, porque es lo tangible en vuestra vida. Lo Mío lo veis en lo espiritual, en lo intangible, en lo que pasa desapercibido, si realmente no vivís Conmigo, como para que Yo os pueda hacer ver Mí Paso, Mí Presencia ante vosotros, en los acontecimientos diarios de vuestra vida.

Yo os digo nuevamente, que sí, ciertamente tenéis que cumplir y, de la mejor forma, con lo que debéis hacer en lo humano para hacer bien vuestro trabajo, para poder llevar el fruto de vuestro trabajo a vuestro hogar y de ahí podáis tener todo lo necesario para alimentar vuestro cuerpo y cubrirlo y pagar todas las obligaciones que tenéis que pagar con el fruto de vuestro trabajo.

Ciertamente esto es importante, pero la diferencia de vivir Conmigo y fuera de Mí, es que, lo que hacéis, si lo hacéis nada más vosotros solos, para vosotros y para los vuestros, vuestros méritos se pierden, no ayudan a nadie, no sirven para el Reino Divino, aunque hagáis todo lo mejor posible y ayudéis a vuestros hermanos, no pasará de un altruismo humano. Ciertamente seréis recompensados con los agradecimientos y las sonrisas de vuestros hermanos, pero para el bien del Cielo, no sirven.

En cambio, cuando Yo entro a vuestra vida, cuando vosotros Me tomáis en cuenta, os comunicáis Conmigo, Me ofrecéis todos vuestros asuntos, vuestras metas y pensamientos, vuestros éxitos y aún vuestros logros de parte de vuestro trabajo y del uso del fruto de vuestro trabajo para vuestra familia, si todo Me lo ofrecéis, todo cambia, Mis pequeños, porque en ése momento, lo que hacéis entra a formar parte de los méritos del Cielo, porque inmediatamente vuestros méritos quedan unidos a los de Mi Hijo, Jesucristo y es así como vuestros méritos, que si de una forma no sirven para el Reino porque no son ofrecidos, porque no Me llamáis, porque no Me ofrecéis vuestro trabajo, en cambio, de la segunda forma, en donde vosotros Me tomáis en cuenta, venís, Me preguntáis, Me pedís permiso, o sea, que Yo Soy parte de vuestra existencia, es cuando todo tiene un valor Divino. Todo es bello, os sale mejor y lo gozáis más, porque Me tomasteis en cuenta y vuestros actos se Divinizan.

Yo Divinizo todo ello y así vuestros actos en la Comunión de los Santos, porque Mi Hijo vivía también en la Comunión de los Santos. Vuestros hermanos, por su ofrecimiento, por su trabajo, por su dedicación, por tantas cosas bellas que puede hacer el hombre para Mí, por todo eso que hacéis, muchos de ellos pueden salvarse, porque estáis llevando un vida en Cristo, o sea, que estáis uniéndoMe totalmente a vuestra vida humana. Ya no sois como ésos animalitos y, por decirlo así, que estáis haciendo vuestras obras solo para vosotros, para vuestro alimento, para vuestras cosas personales, etc., al no ponerMe a Mí en vuestra vida, ciertamente estáis cumpliendo con vuestras obligaciones del mundo, pero todo se queda en lo Terreno, si Me ponéis a Mí, dentro de vuestros actos, no os imagináis la forma en que vosotros ayudáis a tantos hermanos vuestros en lo espiritual y aún en lo material, por vuestros ofrecimientos, porque estáis unidos, os repito nuevamente, estáis unidos a la Vida de Mi Hijo sobre la Tierra y es como vuestra vida se vuelve la de otro Cristo. Así es como vuestra vida os va llevando a vuestra santificación, que es lo más bello que puede tener un alma.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Cómo quisiera que escucharais éste, como un grito desesperado de Mi Corazón, para que todos vosotros cambiarais y vinierais ante Mí, que Soy vuestro Dios, vuestro Padre.
Hijitos Míos, cómo quisiera que escucharais éste, como un grito desesperado de Mi Corazón, para que todos vosotros cambiarais y vinierais ante Mí, que Soy vuestro Dios, vuestro Padre, es el Amor Divino, que se quiere derramar sobre todos los hombres.

Habéis oído esto tantas veces, que quizá ya hasta se os haga normal escucharlo y no mueva vuestro corazón en nada. Muchas años habéis recibido Mensajes, que a través de hermanos vuestros he querido que vosotros recibierais, para que vuestro corazón se fuera ambientando a lo que se ha de venir en algún momento.

Mi Corazón desesperado está, no os imagináis, Mis pequeños, cómo quisiera que vosotros ya estuvierais gozando lo que di a vuestros Primeros Padres desde el Principio del Tiempo. ¿Acaso vosotros, los que sois padres de familia, os gustaría ver que vuestros hijos estuvieran en algún lugar sufriendo y que no solamente sufrieran, sino que además fueran atacados por gente mala o por un “amo” malvado, en ése lugar donde vivieran? Estoy seguro que no, Mis pequeños, porque si os queda amor en vuestro corazón, vosotros quisierais darles a vuestros hijos lo mejor, quisierais decirles que regresaran a vuestro hogar para que, en vuestro hogar, fueran consentidos, fueran amados y que se les diera todo lo que necesitaran porque en el lugar, a donde fueron a dar, se les trata mal, no se les ama, se les ataca, y quizá hasta se les quiera destruir. Os digo esto porque sois vosotros los que estáis pasando éstos momentos, estáis en un lugar desconocido, en un lugar muy diferente en el Reino de los Cielos, estáis siendo atacados por satanás y por sus secuaces, estáis rodeados, a veces, de mucha gente mala, que os tratan injustamente, con grosería, con maldad.

Ciertamente también tenéis almas buenas a vuestro alrededor, que son los que os ayudan a perseverar, a seguir adelante con sus consejos, con sus cuidados. Éstos son los oasis de amor que os doy a cada uno, ésas pequeñas almas buenas que os rodean, que os ayudan a soportar el peso grande del lugar al que fuisteis a caer.

Realmente vinisteis a la Tierra a servirMe, y ayudarMe a reparar el daño de vuestros Primeros Padres. Vinisteis a levantar a éste mundo de maldad, como os tiene satanás, a un mundo en donde se viva la paz, la alegría y el amor con que Yo os quiero consentir, pero el ataque es fuerte y vosotros no ponéis mucho de vuestra parte.

Ya es el tiempo, Mis pequeños, en que os quiero levantar de éste lugar tremendo al que vinisteis, pero dadMe la oportunidad de ayudaros. Os he dicho que Yo respeto vuestro libre albedrío, pero simplemente con que volteéis hacia Mí, con mirada de “ayúdame Padre”, con una mirada de dolor, pero arrepentida, por todo el mal que habéis hecho y que os han hecho, y pedís Mi ayuda, Yo Me podré derramar sobre vosotros, pero vosotros tenéis que poner de vuestra parte, tenéis que daros cuenta de que no estáis en el lugar indicado donde se os puede consentir, donde debéis vivir como Yo quiero que viváis.

Reparad por vuestros pecados, por vuestras faltas porque, ciertamente, aunque estéis afectados por la herencia de vuestros Primeros Padres, con el Pecado Original, vosotros también debéis poner de vuestra parte, también os debéis dar cuenta de que aprovechasteis ésa maldad, ése pecado que os rodea, para cubriros con él y gozar del pecado y no de la vida de la Gracia que tanto os pido busquéis para que empecéis a vivir como en el Reino de los Cielos.

Debéis hacer a un lado de vuestra vida la maldad, el pecado, todo aquello que os denigra como hijos Míos. Debéis empezar a vivir como os he pedido, como ejemplo de ser hermanos de Mi Hijo Jesucristo, viviendo en virtud, en amor, en cariño con vuestros hermanos, ayudándoles en lo que necesiten, pero haciéndolo todo de corazón y ofreciéndoMelo a Mí, vuestro Padre.

DadMe pues, Mis pequeños, ya ésa oportunidad de que os pueda consentir para veros reír, veros gozar nuevamente, como vuestros Primeros Padres gozaban en el Paraíso Terrenal. Gozaban tremendamente el poder estar Conmigo, el poder gozar de todos los bienes que les regalé, vivir en una felicidad inmensa, una paz inimaginable y sobre todo, con dones, Bendiciones, Virtudes, regalos materiales y espirituales infinitos.

Vosotros decidís, éste es Mi grito de un Padre ansioso, de regresaros todo lo que debéis tener porque sois Mis hijos, porque Soy un Dios amoroso y dadivoso, pero vosotros detenéis Mi Gracia, detenéis Mi Amor hacia vosotros y os quiero dar tanto, pero no Me dejáis entregaros todo Mi Amor.

DejadMe pues, Mis pequeños, que ya Mi Corazón, ardiente de Amor por vosotros, se derrame sobre cada uno de vosotros y empecéis a gozar lo que Yo quiero que gocéis, ¡pero ya!
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Estáis rodeados del alma de muchos de vuestros hermanos, de miles, de millones a vuestro alrededor.
Hijitos Míos, estáis muy acostumbrados a ver lo que solamente vuestros ojos pueden ver. Pero estáis rodeados del alma de muchos de vuestros hermanos, de miles, de millones a vuestro alrededor. Os miran, os cuidan, interceden por vosotros, pero también, muchos de ellos necesitan que vosotros intercedáis por ellos, para que puedan alcanzar su salvación eterna.

Hay muchos hermanos vuestros, almas que necesitan de la oración de vosotros. Están junto a vosotros y por eso os pido, Mis pequeños, que les toméis en cuenta cuando oréis, cuando vayáis a la Santa Misa, cuando hagáis obras de Caridad, que los toméis en cuenta para que ellos reciban también Mis Bendiciones, pero sobre todo, Mi Amor y puedan ya entrar al Reino de los Cielos.

Están con vosotros, os rodean y os aman, pero os necesitan, necesitan de vuestras oraciones, de vuestra donación, de vuestros sacrificios, penitencias, ayunos, lo que podáis darles, para que ellos puedan llegar a Mí. Nunca os apartéis de éstas almas tan necesitadas. Se podría decir que son como aquellos pobres que se acercan a vosotros por una moneda o para que les deis algo de comer o algo para vestir.

Estáis actuando en Misericordia, son las obras de Misericordia que Yo os he pedido a través de Mi Hijo que vosotros realicéis para vuestros hermanos en la Tierra, para los que estáis viendo, para aquellos que veis cómo sufren, cuáles son sus necesidades particulares y los ayudéis, porque los veis, porque se acercan a vosotros y os piden lo que ellos necesitan. Pero en el ámbito de lo espiritual, si verdaderamente estáis viviendo ya una espiritualidad cercana a Mí, que ya vuestra alma vuela y se une a la Mía, entonces entráis ya a otro ámbito de vuestra vida, al ámbito espiritual, en el que se mueven las almas necesitadas.

Realmente las personas que se acercan a vosotros por lo material y quizá también hasta por algún consejo espiritual, se los dais, pero estas otras almas, son almas incorpóreas, no las veis, pero existen y están a vuestro alrededor y están mendigando que les deis a ellas lo que necesitan para que puedan llegar a Mí y puedan entrar al Reino de los Cielos. Ésta es una realidad que se os pasa muy fácilmente, porque entra dentro del ámbito de lo espiritual y debéis vivir en oración para realmente entender esto.

Ayudad pues, Mis pequeños, en esta obra de Misericordia por las almas de vuestros hermanos, que muy necesitadas están, porque falta mucha oración de intercesión por ellas de parte vuestra, de la Tierra. Continuamente orad por ellas, para que les deis alegría, para que les deis paz, para que ya puedan recibir en pleno Mi Amor en el Reino de los Cielos y así como las tratéis a ellas, así como las recordéis, así como intercedáis por ellas para su salvación eterna, tan pronto lleguen al Reino de los Cielos, ellas nunca se van a olvidar de vosotros, por lo que les ayudasteis a lograr, pero además ellas se volverán intercesoras ante Mí, vuestro Dios, para que vosotros llevéis una vida lo más protegida posible sobre la Tierra y el menos tiempo que tengáis que pasar en el Purgatorio antes de llegar a Mí.

Eso es el Amor, Mis pequeños, el Amor fraterno que debéis ir ejercitando entre vosotros, primeramente con los que veis y enseguida con aquellos que no veis, pero que están a vuestro alrededor.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Os he dado la Gracia de que vosotros fuerais ésta generación del cambio.
Hijitos Míos, estáis viviendo ya el cambio a una nueva vida, para la vida humana. Habéis vivido, los que ya tenéis cierta edad, un tiempo final en la Tierra, en donde el pecado llegó a su culmen y los que estáis Conmigo, veis cómo se abren las puertas (Lenguas...), estáis viendo, Mis pequeños, cómo se empiezan a abrir ésas puertas llenas de Luz. Empezáis a vivir ya ése Amor Mío, que antes era una Promesa y que ahora se está volviendo realidad. Estáis ya empezando a vivir en vuestra Fe el regalo de Mi Amor, habéis perseverado en la Fe, en la Esperanza y Mi Amor os premiará.

Os he dado la Gracia de que vosotros fuerais ésta generación del cambio, ésta generación que vosotros gozaréis inmensamente. Aunque tengáis que padecer todavía el sufrimiento del culmen de la maldad sobre la Tierra, ésa Esperanza del Amor que se derramará sobre vosotros, en éstas Nuevas Tierras que os daré, os dará una alegría inmensa, como la mujer que pare, en donde hay dolor, pero luego la alegría de ver al bebé nacido y entre sus brazos, así estaréis vosotros, Mis pequeños, los que habéis perseverado, los que fuisteis ésas doncellas que mantuvisteis la llama prendida a pesar de que la obscuridad se daba a vuestro alrededor y que se burlaban de vosotros por mantener ésa luz prendida, que era Mi Presencia en vuestro corazón.

Vuestra luz, pequeñita, se unirá a la Luz Poderosísima, Omnipotente que sale de Mi Corazón para premiaros, por haber perseverado, por haber soportado los ataques de satanás, por haber ayudado a tantas almas en su salvación a través de vuestra oración y de vuestra donación. Es una gratificación Divina para las almas buenas, las almas que luchan, las almas que creen, las almas que aman.

Ved, Mis pequeños, cómo se abren éstos Portones, cómo ésta Luz os invade, os llena de Mí, os llena de paz, os llena de alegría, ved pues, ya con vuestros propios ojos lo que tanto os prometí, sentid Mi Presencia real entre vosotros, es el Cielo mismo que baja para agradecer vuestro amor. Todo esto que os doy ahora os hará olvidar todo el dolor pasado, estáis entrando a un Nuevo Mundo, al Mundo de Mi Promesa, al Mundo del Amor sobre la Tierra, lo que vuestros Primeros Padres vivían y gozaban.

Es tanto lo que os quiero dar, quiero que Mi Amor os invada, que gocéis la Paz Divina en vuestro corazón y a vuestro alrededor.

Falta poco, Mis pequeños, dad los últimos pasos, entregadMe todo vuestro ser, dejadMe que tome vuestra mano y os ayude a dar el último paso para que podáis entrar a todo esto que os tengo prometido.

Os amo, Mis pequeños, venid ya Conmigo, vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Muchos fueron los llamados, pocos los escogidos, pocos los que quisieron perseverar a Mi llamado, a las Enseñanzas de Mi Hijo, al estado de Gracia del Espíritu Santo.
Hijitos Míos, la Jerusalén que bajará, Mi Iglesia purificada, santificada, se os explica en las Escrituras, que viene soportada por doce columnas, que son Mis apóstoles. Vosotros, los que estáis Conmigo, que sois los apóstoles de estos tiempos, debéis soportar también la Iglesia cambiante, la debéis proteger con vuestra oración, vuestra donación, para que se mantenga en todo lo que Mi Hijo os dio.

Ciertamente la maldad se ha introducido dentro de Mi Iglesia, pero ella saldrá por vuestra oración y de vuestra donación, por la sangre de los mártires de estos tiempos.

Mis hijos, Mis pequeños, sois tan necesarios para Mí en éste tiempo, como Mi Hijo en el tiempo de vuestra redención.

Ciertamente que no estáis trabajando a nivel humano, ya es Mi Hijo dentro de vosotros y por eso es tan valiosa vuestra presencia y vuestro trabajo en estos momentos de la humanidad. Es la Vida de Mi Hijo en vosotros la que ayudará a toda la humanidad a éste cambio tan grande y bello que se dará y vosotros seréis los pilares de ésta Iglesia cambiante. Como os dije, con vuestra oración y vuestra donación, la preservaréis, porque vosotros sois la Iglesia, la Iglesia triunfante, que a pesar de los ataques de satanás, queriéndola destruir, vosotros la mantenéis en vuestro corazón. Está viva y ésa es la Promesa de Mi Hijo, que se iba a mantener hasta el fin del mundo, aunque éste todavía no es el fin del mundo.

Vosotros estáis preservando la vida de la Iglesia de Mi Hijo en vosotros, y la haréis fructificar y engrandecer en los Nuevos Tiempos.

¿Ahora os dais cuenta de la belleza de vuestra misión?, ¿os dais cuenta la grandiosidad que Yo puse en cada uno de vosotros, los escogidos, los que entréis a ésta nueva vida sobre la Tierra? Estaréis llevando la vida de Mi Hijo y la vida de la Iglesia con vosotros, sois el inicio de una nueva vida, bellísima y santísima sobre la Tierra y fuisteis los escogidos.

Muchos fueron los llamados, pocos los escogidos, pocos los que quisieron perseverar a Mi llamado, a las Enseñanzas de Mi Hijo, al estado de Gracia del Espíritu Santo. Le tomasteis la mano a Mi Hija, la Siempre Virgen María, os dejasteis guiar por Ella, acudisteis al Señor San José para que os cuidara y os ayudara a vuestro crecimiento espiritual. Tuvisteis la ayuda Celestial y la aprovechasteis, agradecisteis de corazón todo lo que se os estaba dando y ahora éste es vuestro premio, Mis pequeños, éste Nuevo Mundo, el Mundo del Amor, de Mi Amor sobre la Tierra.

Benditos y alabados seáis, Mis pequeños, porque fuisteis ésos corderitos obedientes que escucharon la Voz del Pastor y Le seguisteis. Venid pues, Mis pequeños y gozad Conmigo, con vuestro Dios, éstos pastos verdes, ésta nueva vida de Amor para todos vosotros.

Os amo inmensamente, Mis pequeños y conoceréis Mis regalos de Amor de los que tanto os hablé y que ahora ya son patentes en vuestra vida. Gracias, Mis pequeños.

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