lunes, 15 de agosto de 2011

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Maestro, la música

Muchos os preguntaréis dónde escucho tanta música. Pues bien, la música de bandas sonoras la escucho desde hace años en este link que es completamente gratuito. Tenéis varios canales dedicados sólo a las bandas sonoras.

http://www.live365.com/index.live

Un pequeño gusano



Uno de los grandes escándalos que ha habido hace pocos meses en Estados Unidos, ha sido el del Padre Corapi. Un sacerdote que se dedicaba a la evangelización a través de los medios. De pronto ha dejado el sacerdocio.

El sacerdocio, en estos casos, se deja de pronto, pero la destrucción interna de la vida espiritual es un proceso que lleva su tiempo. La casa se cae de golpe, pero los cimientos se han socavado poco a poco, o las vigas se han carcomido lentamente durante años.

Este tipo de casos me dan miedo, porque nos enseñan que todos somos humanos. Que nadie por alto que esté, no por eso no puede un día dejarlo todo.

En mi caso, mi única seguridad es la obediencia. A ella me aferro con todas mis fuerzas, como si de un niño se tratara. Siempre me digo a mí mismo, una y otra vez, que obedeceré siempre a mi obispo y sus sucesores, sea lo que sea que me manden. Aunque me ordenen ir al puesto pastoral que menos desee, al que más me incomode. Sin eso yo me podría convertir en otro Padre Corapi, en otro padre Cutie, en otro Lefevre, en otro Lutero.

Frente a la gran cantidad de decisiones que he tomado en mi vida, frente a los libros que he publicado, frente la fama que ello me ha podido reportar, frente a todo, la única cosa que me deja tranquilo, es la obediencia. Obediencia total, perfecta, sin peros.


Hoy he puesto la imagen de un gusano, como símbolo de lo pequeño, de lo indefenso, de lo que se arrastra, de lo débil.

Verbum Domini III



Estos versículos me impactaron porque son aplicables a los pecados de los sacerdotes:

Y así, por mi vida –oráculo de Adonay Yahveh-, que pues has profanado mi Santuario con todos tus horrores y todas tus abominaciones, también Yo te raeré, sin que mi ojo se apiade, ni tampoco Yo te perdone.
Ez 5, 11. Terrible, realmente. Que Dios nos ayude a los sacerdotes a ser santos.

He aquí que la faja estaba podrida, no servía para nada. Jer 13, 7. Así había Yo adherido a mí, a toda la casa de Israel. Jer 13, 11.
Son unos versículos muy útiles para recordarlos cuando vemos la faja de un obispo. La faja puede significar la unión con Dios. El obispo tiene que estar unido a Dios como lo está la faja a su cuerpo. De todas maneras, la faja también tiene el simbolismo del cíngulo, de atar las pasiones.

Y este último versículo es muy bello para recordarlo cuando entramos en la Iglesia.
¡Entremos en el lugar donde Él habita, postrémonos ante el estrado de sus pies!
Sal 132, 7

La virtud de la pureza

Fijaos en esta flor. Es una viva representación de la pureza. Con sus hojas blancas, impolutas, perfectas, representa al alma que por amor a Dios deja aparte las insinuaciones del instinto. Esta flor simboliza a esas personas que sólo extienden sus hojas al sol para saciarse de su luz, Luz Infinita en el caso del Ser Infinito.

En el caso de este tipo de lirio, sus estambres rojos me recuerdan las llagas de Cristo. Por las llagas de Cristo, el alma blanquea sus hojas. El ser humano que se entrega totalmente a Dios, lo hace en la meditación de la vida y pasión de Cristo. Pues la vida en completa castidad no deja de ser una especie de pasión.

En el Cielo, estas almas rodearán el Trono del Cordero. Su belleza será sobrehumana. Ese día dirán: valió la pena.

Cualquiera de vosotros puede cultivar esta flor en su propio espíritu. Incluso los casados pueden esforzarse en vivir del modo más perfecto esta virtud.

Las imágenes que llevan a Dios y las que alejan

Hoy, siguiendo una vieja tradición, lo que os tengo que decir, os lo digo con imágenes.

http://elcanonigorampante.blogspot.com/

Paralelismo y optimismo



Respecto al paralelismo del que hablaba ayer entre dos versículos, una lectora de Estados Unidos me hizo la profunda observación de que cuando se dice dichosas las estériles y los vientres que nunca concibieron, y los senos que no amamantaron, se puede referir a las mujeres que consagraron su virginidad a Dios.

Con lo cual en un versículo se ensalza a la Virgen y en otro a las vírgenes. María lleva en su seno a Jesucristo, las vírgenes consagradas también. El paralelismo lo que indica es que son semejantes la vida de la Virgen con Jesús en Nazaret, y la vida de las monjas con Jesús en sus conventos.

Cambiando de tema, qué pena me producen todos los tumultos de Londres. Que en el año 2011 pongamos la tele y veamos unas escenas que me retrotraen más bien a la barbarie del altomedievo. ¿No hemos aprendido nada? En Occidente hemos querido lograr una sociedad basada en los valores de la razón, y vemos como el fuego y la anarquía reinan cerca del mismo corazón de nuestras urbes.

La economía se sigue hundiendo semana tras semana. El gran imperio antidemocrático, China, sigue creciendo en poder. Nuevas corrientes populistas y también antidemocráticas se han consolidado en varios países de Latinoamérica. Los gigantes defensores de los valores occidentales (sobre todo Europa y Estados Unidos, aunque no sólo ellos) dan evidentes muestras de cansancio, de agotamiento. Las mismas consecuciones sociales (jubilación, seguridad social) retroceden.

Sí, no estoy muy optimista que digamos respecto a lo que vaya a pasar en el corto plazo, en los próximos años. Hay épocas en las que la prosperidad, la libertad, los derechos avanzan. Hay épocas en las uno tiene la sensación de que se aproxima el invierno. Comienza a hacer más frío.

Verbum Domini II



La foto es de hoy diciendo misa. Continúo un poco más con el post de ayer.


Verdaderamente el que escucha la Palabra de Dios y la guarda. No recuerdo el capítulo ni el evangelista de este conocido versículo, del que he puesto sólo la mitad. Pero lo interesante al mirar el original griego, fue descubrir que palabra en griego es masculino. De forma que el versículo dice: y lo guarda. Es decir, guardar la Palabra de Dios es guardar a Cristo en el corazón. Hay una identificación en ese versículo entre la Palabra de Dios y el Logos. Me pareció un bellísimo matiz.

Dichosas las estériles y los vientres que nunca concibieron, y los senos que no amamantaron. Lc 23, 29. Nunca hasta hace unas semanas me percaté del paralelismo entre este versículo y el paso en que se dice: dichoso el vientre que te llevó y los senos que te amamantaron. Veo claro que existe un paralelismo. Pero todavía no he descubierto qué mensaje se contiene en la combinación de ambos pasajes. Cada versículo por sí mismo tiene sentido. Pero no veo el mensaje que nace de combinar ambos dos.

Tu oración ha sido oída, y se han recordado tus limosnas ante Dios. He 10, 31. Este versículo me recuerda que la limosna siempre es recordada por Dios. Qué gran valor tiene la limosna. Si los hombres lo supieran, cuánto más darían.

Verbum Domini

Cuando leo la Biblia, siempre tengo unos trocitos de papel al lado. Cada día apunto un versículo nuevo que tengo a la vista en mi mesa de trabajo durante toda la jornada. Un versículo que medito, rumio y repito en mi corazón. De forma que aunque leo la Biblia en un momento del día, después esa lectura es como si se prolongara a lo largo de todas las horas del día. Es un modo de tener la Palabra de Dios presente en mi alma todo el tiempo.

Os comparto tres de estos versículos.

He aquí el que me entrega se aproxima. Mc 42, 42. De este versículo me llamó la atención de que el sacerdote es el que entrega a Cristo a los otros. El sacerdote o le entrega a las ovejas o le traiciona. O se santifica o se convierte en un Judas. También me llamó la atención la palabra he aquí, como si Dios quisiera que miráramos los dos misterios. El misterio del apóstol fiel y el del traidor. Es como si Jesús dijera: ecce Iudas. Es curioso, el Agnus Dei exclamando: ecce Iudas.

Y así Dios hizo recaer sobre Abimelec el mal que él había hecho contra su padre. Jue 10, 56. De este versículo lo que aprendo es que tanto el bien como el mal recae sobre nosotros. En mayor o en menor medida. A través de la misericordia de Dios o de su justicia. Pero, ya en este mundo, el bien y el mal que hacemos recaen sobre nosotros.

El Espíritu de Yahveh revistió a Gedeón. Jue 6, 34. Al leer este versículo pensé que a través de la oración nos podemos revestir del Espíritu de Yahve.

Querido Ramón Jauregui, gracias por la lección.

Hace un par de días leí que el Ministro de la Presidencia había hecho unas declaraciones acerca de que no era aconsejable que el Papa dijera algo sobre España.



Al leer aquel mormorfio (que es una palabra que me acabo de inventar para designar unas declaraciones para las que no hallo palabra) pensé que al pobre Jauregui los periodistas (que son malos) le habían tergiversado, no le habían comprendido bien, o no le habían escuchado bien, pues a veces hay ruido.


Que pensé que la culpa la tenían los becarios periodistas, se debía también a que yo pensaba: ¿quién será tan zote cómo para decirle a un Papa que viene de visita que no conviene que hable del país? Esto no se le ocurre, evidentemente ni a Tutankafidel Castro, que aunque en estado momificado vive. El cual cuando Juan Pablo II visitó la isla, le dijo con entusiasmo que era plenamente libre para hablar de lo que quisiera.

Pero el caso es que hoy, por casualidad, he visionado el video en cuestión, el de la dichosa entrevista. Sí, lo he escuchado con estas orejitas mías. Y sí, es cierto, Ramón Jauregui había dicho no sólo ese mormorfio, sino varios más.

Ya te preparas para lo peor cuando este ministro, porque es ministro, comienza declarando: No sabes lo que el Papa puede decir.


Y lo dice con un aire de nerviosismo y preocupación, que yo pensé: madre mía a quiénes tenemos con las manos sobre el volante de la nación.


Después con aire de reprensión, profesor que echa un rapapolvo a un alumno, continúa agregando que: Es muy libre de decir lo que quiera.


Sería gracioso que el Papa bajase del avión y preguntase al llegar: ¿Puedo decir lo que quiera?

Pues no, parece que no. Porque Jauregui considera que en el marco de relaciones que se ha establecido entre la Iglesia Española y la Conferencia Episcopal no es nada aconsejable que el Papa tuviera que decir algo sobre España.


No me extrañaría que este genio de la teoría política de libertades le pase una lista oficiosa de temas que no se deben tocar en su estancia de agosto.


Santidad es muy libre pero no es aconsejable, ni prudente, ni recomendable que hable, toque o haga referencia a los siguientes temas:


La situación de evidente prosperidad económica que nos embarga.


El contexto de indudable calma social que reina en nuestras calles.


La labor esforzada de nuestro presidente en funciones por unir a todos los españoles.


El aborto es que ni nos entra en la cabeza que lo mencione. Hasta allí podríamos llegar.


Eso sí, Santidad, puede decir lo que quiera sobre el Levítico, la controversia de la fecha de la Pascua con los griegos, el Triángulo de las Bermudas, las jerarquías de los ángeles, la especulación mística y platónica de San Buenaventura en diálogo con Hugo de San Víctor, la dura vida de los pingüinos que nadan en la Corriente Cronwell.

Vida onírica



Hoy he soñado que me levanto antes de la hora, me dispongo a hacer cosas por la habitación. Pronto suena el reloj, el cual el día anterior lo había dejado dentro de un cajón de la mesa, lo apago. Acaba la secuencia. Un rato después suena el despertador y pienso: pero si el despertador ya ha sonado y lo he apagado hace un rato.

No necesité más allá de unos tres segundos para hacerme consciente de que la primera vez que había sonado el despertador, lo había hecho en mis sueños. Pero quedé sorprendido del realismo del primer sueño. De hecho estaba seguro de que era un sueño porque pensé: si el despertador real ha sonado antes, qué hago en mi cama dormido. Además, había una secuencia incompleta entre el apagar el despertador onírico y lo que sucedía después. En el sueño no sucedía nada tras levantarme.

Hace pocos días, soñé que decidía eliminar libros inútiles de los armarios de mi salón de estar. Lo hacía tan rigurosamente, con tanto empeño, que nada más levantarme no tenía ganas más que de poner en obra lo que había soñado. Otra noche soñaba que recibía a un obispo conocido mío en un palacio romano grandioso donde yo vivía. El obispo estaba muy ocupado trabajando con algunos de sus colaboradores con los que había venido. En la última escena, yo me retiraba a otra sala dejando al grupo con su trabajo.

Ésta es mi cara en el año 2052




No sé cómo ha podido ocurrir. Pero hoy he caído. Después de un año entero de abstinencia, hoy me he comido un plato de dos huevos fritos con chorizo y unos ajitos. Los análisis de sangre los había recibido hace dos días. Mi viejo amigo el colesterol sigue haciendo excursiones por senderos ligeramente por encima del límite máximo recomendable. Tasa: 247. Sigo sin tener que tomar pastillas, pero sólo porque me abstengo de cosas como aquellas de las que hoy no me he privado.



Doctora: ¿Le dice algo este número?
Yo: Pues no sé. ¿No es un número primo?
Doctora: No.
Yo: ¿Es un número bíblico?

El cisne negro

Como decía ayer creo que nos enfrentamos a tres crisis. La crisis del 2008 o crisis natural, la crisis del 2011 o crisis de confianza, y la crisis que fácilmente va a suceder en el plazo de unos pocos años y que llamo crisis del cisne negro.


Si sucede un hecho inesperado y de grandes dimensiones que suponga una espantosa pérdida de capitales, el sistema financiero está tan debilitado que sencillamente va a ser una catástrofe. Es decir, no hay un margen al que podamos echar mano para capear el temporal. No hay unas reservas que nos sirvan de colchón. Ante un hecho

Hechos inesperados que pueden provocar un empezar a rodar por la ladera del pánico de la retirada de inversiones, son por ejemplo un gran terremoto en una importante ciudad japonesa, o uno en Los Ángeles que produzca grandes pérdidas materiales, un gran atentado que esparciera material radiactivo de pequeñas dimensiones por todo Manhattan, un misil lanzado por Corea contra Wahsington, un ataque masivo de Irán contra Israel, etc, etc, etc.


Este tipo de cosas tan improbables pero posibles, en una situación normal supondría un verdadero varapalo para la economía. Pero en un escenario como el actual daría lugar a un pánico bursátil que provocaría un efecto dominó de quiebras, de retirada de capitales, de ventas, que supondría un verdadero cataclismo.


El sistema financiero internacional no quebraría. Pero sólo se mantendría en pie a base de grandes emisiones de capital. Todo occidente tendría que hacer frente a la pobreza a gran escala. Europa, Estados Unidos y otros países semejantes no están acostumbrados a las filas delante de los comedores públicos, pero tendrían que acostumbrarse.


Querido lector, si el cisne negro apareciera mañana, esas filas de gente esperando ante el comedor aparecerían medio año después. En Chernobil, el día antes que explotara el reactor la gente comía, bebía, descansaba y se divertía como si las cosas fueran a seguir así indefinidamente. Estaban muy lejos de saber que en un día todas sus vidas iban a cambiar radicalmente.
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