viernes, 19 de agosto de 2011

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De:tiberiades@groups.live.com en nombre de Rosaelia Montemayor Lazcano (rmlazcano@hotmail.com)
Enviado:viernes, 19 de agosto de 2011 15:55:45
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El Señor libera a los oprimidos.- La magnitud de las angustias humanas (los hambrientos, los encarcelados,los oprimidos) ha alcanzado un grado tal que los poderosos de la tierra son incapaces pos sí mismos de remediarlas. Sólo Dios puede dar al mundo, con toda verdad, la justicia, la paz y la esperanza.
Este himno a Dios, creador del universo y defensor del pobre, contrapone la fe en el hombre (3) con la fe en Dios (5-10). Comienza con una introducción (1) y a lo largo de la segunda estrofa desfilan "doce" bellísimos títulos divinos. Es una fe operante, que da paso a la esperanza. Nada podemos esperar del ser humano por muy poderoso que sea, es incapaz de salvar (3): es de corta duración como nosotros. Dios, por el contrario, tiene recursos para todo. Tenerlo como protector es una auténtica dicha (5). Es el Dios fiel y justo, eterno y duradero, sus proyectos no son caducos, porque su amor es eterno. Muestra la fidelidad de su amor con todos los que son débiles y pudieran buscar su salvación en los poderosos. Quienes están en situación de inferioridad por causa de otros (oprimidos, hambrientos y cautivos) o por enfermedad (ciegos, y desfallecidos) o por circunstancias de la vida (emigrantes, huérfanos y viudas) se benefician de la fidelidad amorosa de Dios. También a los justos llega el amor de Dios. La realidad divina, suscita una reacción llena de alegría: "Alabad al Señor" (¡Aleluya!). El discurso programático de Jesús en la sinagoga de Nazaret (cfr. Lc 4:17-22) actualiza la temática de este salmo. Los proyectos humanos pueden ser ambiciosos y desafiantes; no por ello anularán el proyecto divino. Si confiamos totalmente en Dios, si de verdad creemos en El, podemos orar con este salmo.
Reflexión del salmo 146 (145)
Leer este salmo.

La Palabra en tu vida

El primero de todos los mandamientos supera todo tipo de exclusiones:

es decir, que allí no cabe el pensamiento de que debemos practicarlo

sólo con algunos, nuestra familia, nuestros paisanos, los que piensan

como nosotros, la gente que nos cae bien... sino que nos compromete

a practicarlo con todos.








From: administracion@evangelizacion.org.mx
To: evangelio@mail.evangelizacionactiva.org.mx
Subject: El Evangelio de Hoy Viernes 19 de Agosto 2011
Date: Thu, 18 Aug 2011 19:49:58 -0500

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Primera Lectura (Lectio Divina)
Rut 1, 1. 3-8. 14-16. 22
En tiempo de los jueces, hubo hambre en el país de Judá y un hombre de Belén, llamado Elimélek, se fue a residir con Noemí, su esposa, y sus dos hijos a la región de Moab.

Murió Elimélek, y Noemí se quedó sola con sus dos hijos. Éstos se casaron con dos mujeres moabitas: una se llamaba Orpá y la otra, Rut. Vivieron ahí unos diez años y murieron también los hijos de Noemí, Malón y Kilión, y ella se quedó sin hijos y sin esposo.

Entonces decidió abandonar los campos de Moab y regresar al país de Judá con sus dos nueras, porque oyó decir que el Señor había favorecido al pueblo y le daba buenas cosechas. Se pusieron, pues, en camino, para volver a la tierra de Judá. Entonces Noemí dijo a sus dos nueras: "Vuélvase cada una a casa de su madre. Que el Señor tenga piedad de ustedes, como ustedes la han tenido con mis hijos y conmigo".

Ellas rompieron a llorar y Orpá besó a su suegra, Noemí, y se volvió a su pueblo; pero Rut se quedó con su suegra. Entonces Noemí le dijo a Rut: "Tu concuña se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú también con ella". Pero Rut respondió: "No insistas en que te abandone y me vaya, porque a donde tú vayas, iré yo; donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios".

Así fue como Noemí, con su nuera Rut, la moabita, regresó de los campos de Moab y llegó con ella a Belén, al comienzo de la cosecha de la cebada.

+ Meditatio
En esta lectura, usada por la liturgia en la celebración del sacramento del matrimonio, ilumina con mucha claridad lo que significa el verdadero amor, el amor que sabe ser fiel "en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad". Las dos muchachas podrían haber regresado a la casa paterna y volverse a casar con gente de su mismo pueblo. Una de ellas lo hace, pero Rut, que sabe que su suegra está sola, decide acompañarla y permanecer con ella en toda circunstancia. En nuestros días, qué importante es que volvamos a valorar la verdadera fidelidad y la amistad. Acostumbrados en nuestro mundo consumista, a cambiar frecuentemente de todo, en una cultura del "úsese y tírese", no es fácil tener amistades estables, verdaderos amigos que lo acompañen a uno, sobre todo en los momentos difíciles de la vida. Ciertamente no es fácil establecer lazos duraderos y raíces profundas con nuestros vecinos, compañeros, etc. Sin embrago, esta es la enseñanza de la Escritura, es lo que nos mostró Jesús al hacerse uno como nosotros y recorrer nuestro mismo camino, incluso hasta la muerte. Aprendamos de Rut que el verdadero amor se muestra ante todo en la fidelidad y en el saber acompañarnos unos a otros, en comprometer toda nuestra existencia con alguien más. Inténtalo, verás que no te arrepentirás.

+ Oratio
Gracias, Señor, por mis amigos, gracias por aquellos que has puesto a mi lado, a quienes quiero y quienes me quieren. Enséñame a ser fiel y a demostrar libremente lo que siento, a decirles gracias, a corregirlos cuando haga falta y a escuchar tu voz también en ellos.

Ante todo, te pido que los bendigas en abundancia.

+ Operatio
Hoy llamaré a mis amigos más cercanos y les agradeceré su amistad.



El Evangelio de hoy
Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?"

Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas".

+ Reflexión
Siempre me ha parecido interesante que siendo el primero y el más importante de los mandamientos el "amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente" sean muy pocas las personas que acuden al sacramento de la reconciliación a reconocer que han fallado a este mandamiento. Ciertamente, como dice Jesús, al fallar a cualquiera de los otros mandamientos estamos fallando a estos dos, sin embargo, esto puede ser un indicativo de qué lugar ocupa Dios en nuestro corazón y la relación que llevamos con él. Si haces un recuento de las últimas veces en que has acudido al sacramento, te darás cuenta de que la mayoría de las veces éste está ocupado con alguna "falta recurrente", que es el pecado que está distrayendo tu atención de la santidad, además habrás expuesto una serie de imperfecciones relacionadas con tu carácter y con el trato con los demás, pero sería bueno que tu próxima reconciliación sacramental la iniciaras diciendo: "Padre, me arrepiento de no amar a Dios con todo mi corazón, por ello no he orado lo suficiente y esto ha hecho que mi vida no se transforme, esto me ha llevado a pecar contra..." Cuando reconocemos que nuestra principal falta es no amar lo suficiente a Dios, inmediatamente nos daremos cuenta de cual o cuales son las causas de esto. Si nos ponemos a trabajar en ellas veremos que nuestras demás faltas irán desapareciendo de nuestra vida.


Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro





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Viernes 19 de Agosto del 2011
XX Semana del Tiempo Ordinario
Ciclo "A" Año Impar
Memoria: San Juan Eudes
Lit. de las Horas: T. IV
IV Semana del Salterio
Salmo: Salmo 145
Evangelio: Mateo 22, 34-40
Preguntar para Saber
¿Cómo será nuestro cuerpo en la Resurrección?


Conocer para amar
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