miércoles, 31 de agosto de 2011

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El Papa invitó a los seminaristas a ser humildes y servidores de los más pobres en la sociedad

Publicado 2011/08/22
Autor : Gaudium Press

En la Basílica Santa María La Real de la Almudena de Madrid el Santo Padre presidió la misa con los jóvenes seminaristas de todo el mundo

Ciudad del Vaticano (Lunes, 22-08-2011, Gaudium Press) El tercer día de la Jornada Mundial de la Juventud, sábado 20, fue dedicado por el Santo Padre a los encuentros pastorales. De mañana temprano fue a escuchar la confesión de cuatro jóvenes en los Jardines del Buen Retiro de Madrid, que en estos días se tornaron un gran lugar de reconciliación y penitencia gracias a los 200 confesionarios móviles armados para dar la posibilidad a los jóvenes de confesarse. El propio Papa continuó esta lección de sacerdocio con la misa con los seminaristas en una espléndida catedral madrileña dedicada a Santa María La Real de la Almudena, Patrona de la ciudad. En la misa solemne de Jesucristo Sumo y eterno Sacerdote, el Papa invitó a los seminaristas a vivir los años de formación "con profunda alegría, en actitud de docilidad, lucidez y radical fidelidad evangélica, así como en una amorosa relación con el tiempo y las personas en medio de quien vivís".

Después de la clase académica del viernes a los jóvenes docentes universitarios en la Basílica de San Lorenzo de El Escorial, el sábado Benedicto XVI ofreció una lección de sacerdocio a los seminaristas. Los años de preparación, observó el Papa "en primer lugar, deben ser años de silencio interior, oración permanente, estudio constante y progresiva inserción en las actividades y estructuras pastorales de la Iglesia", principalmente aquellas de caridad. El segundo aspecto resaltado por el Papa fue la santidad, una vocación de todos los fieles. "La santidad de la Iglesia -explicó el Papa- es, antes que nada, la santidad objetiva de la propia persona de Cristo, de su evangelio y sus sacramentos, la santidad de aquella fuerza de lo alto que la anima e impulsa. Nosotros debemos ser santos para no generar una contradicción entre la señal que somos y la realidad que queremos significar".

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El Papa alentó a los seminaristas a abrirse al contexto en el cual se vive y trabaja y a ser sensibles, principalmente a los más pobres y más necesitados.

"Es que nadie -observó el Pontífice- escoge el contexto ni los destinatarios de su misión. Cada época tiene sus problemas, pero Dios da en cada tiempo la gracia oportuna para asumirlos y superarlos con amor y realismo. Por eso, en toda y cualquier circunstancia en que se encuentre y por más dura que ésta sea, el sacerdote tiene que fructificar en toda especie de buenas obras, conservando siempre vivas en su interior aquellas palabras del día de su ordenación con que se le exhortaba a configurar su vida con el misterio de la cruz del Señor".

Los años de preparación en el seminario deben ser también tiempo de maduración del corazón en la disponibilidad a Dios y también a los fieles. Benedicto XVI pidió a los seminaristas "acercarse a los enfermos y los pobres, con simplicidad y generosidad". "Afrontad este desafío sin complejos ni mediocridad, sino antes que nada como una forma estupenda de realizar la vida humana en la gratuidad y el servicio, siendo testigos de Dios hecho hombre, mensajeros de la dignidad altísima de la persona humana y, consecuentemente, sus defensores incondicionales. Apoyados en su amor, no os dejéis asustar por un ambiente donde se pretende excluir a Dios y en el cual los principales criterios por los que se rige la existencia son, frecuentemente, el poder, el tener o el placer".

Como ejemplo a seguir el Papa dio a los jóvenes seminaristas la figura de San Juan de Ávila, que fue proclamado por el Papa al final de la misa como Doctor de la Iglesia Universal.

Santa María La Real de La Almudena

Santa María La Real de La Almudena, catedral de la arquidiócesis de Madrid, que fue consagrada por el beato Juan Pablo II el 15 de junio de 1993, se encuentra en la plaza de la Armería, en el centro de Madrid, frente al Palacio Real y, como recuerda, su nombre es dedicado a la Patrona de la ciudad, la "Virgen de La Almudena".

El proyecto de una iglesia-catedral para Madrid, nueva capital del Reino después de Toledo, existía ya en los tiempos de Felipe II, en el siglo XVI, pero su realización fue siempre postergada por diversos motivos, no siendo la última, la oposición de los arzobispos de Toledo que no querían la separación de Madrid de los territorios de su arquidiócesis. Todo cambió en 1885 cuando León XIII decretó la creación de la diócesis de Madrid.

Según antiguas tradiciones la Madre de Dios es recordada con el nombre de "Almudena" porque por muchos años su estatua permaneció escondida en una "almudín" (en árabe: "al-mudy"), palabra usada para indicar un "almacén de trigo".

La historia que es contada por la tradición popular recuerda que un herrero, en la víspera de la invasión árabe, escondió la imagen de Nuestra Señora (que se decía, habría sido traída a España por el Apóstol Santiago). Después de la reconquista de Madrid por parte de los soldados de Alfonso VI, los ciudadanos, que sabían que la estatua estaba escondida hace muchos siglos, comenzaron a buscarla.

Después de nueve días de oración, el 9 de noviembre de 1085, los fieles en procesión comenzaron a visitar los posibles lugares del escondite. Entre los fieles de la procesión estaban Alfonso VI de León y Castilla, Sancho Ramírez I de Aragón y V de Pamplona, el infante Mons. Fernando y Rodrigo Díaz de Vivar (el Cid Campeador).

De Nuestra Señora de "La Almudena" existen diversas representaciones: la más antigua (1707) es en piedra y se encuentra en una pared externa de la catedral. Aquella más próxima a nosotros es de 1941 y fue coronada el 10 de noviembre de 1948. El 1° de julio de 1977 Pablo VI proclamó la "Virgen de La Almudena" Patrona de la diócesis de Madrid. La estatua fue conservada en la Iglesia de San Isidro hasta 1993 (donde había sido colocada en 1954, traída de la Iglesia de Sacramento).

Desde junio de 1993 la estatua se encuentra en la catedral, a la derecha del altar mayor.

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