domingo, 24 de octubre de 2010

Facebook | Mensajes - (sin asunto)

Facebook | Mensajes - (sin asunto): "ijos míos, deben de elegir mi ley de amor o sus necesidades egoístas.

El Padre Eterno
Mi bienamada Hija del Sí a Jesús, te amo. Tú eres mi hija, tú te abandonas al Amor. Mis queridos hijos, es el Amor que grita en ustedes de venir a él. Yo soy su Dios de amor que ha concebido este mundo para que vivan en armonía conmigo, el Creador.

Hijos míos de amor, yo no puedo dejarles que se desunan como seres infames, bajo la tutela del ángel de las tinieblas que baja hacia la muerte, yo soy la Luz. La Luz de la Luz ha brillado y, cuando el ángel caído vio al Hijo de Dios hecho hombre, dijo: “No, yo no adoro a este humano”, es entonces que conoció la decadencia de su superioridad, porque su orgullo lo dominó. Quien no adore a mi Hijo conocerá él también su perdición.

Yo he creado todo, el todo es mi creación. Tengo en mis manos al mundo, yo soy el Creador de todo lo que existe. Todas mis criaturas están en el Todo, yo soy el Todo. Yo soy su Padre del Cielo que les ha dado la vida, para que ustedes sean seres concebidos para amar y ser amados. Hijos míos de amor, yo soy un Dios que los ama. Yo soy su Papá, un Padre que se enternece ante la belleza de sus criaturas.

¡Ah, qué triste me siento de constatar todos sus descuidos! Yo soy su Padre, y no puedo permitir que uno de mis hijos pueda dar un mal ejemplo a uno de sus hermanos y hermanas. Hijos míos, cuando uno de ustedes es lo que yo no quiero que él sea, no puedo dejar a este hijo entre mis otros hijos por miedo a que éstos puedan seguir su ejemplo, esto es contrario al amor.

Si un hijo de amor ama, él es íntegro, él no puede estar en desacuerdo con él mismo, esto lo destruiría, sufriría demasiado. Si hay en él una parte infinitamente pequeña de una falta de amor hacia el Amor, esto es un átomo destructor para él que es amor. Lo que no va con ustedes, hijos míos, es porque no se conocen ustedes; ustedes ignoran que son amor.

Si continúan a ser lo que ustedes son actualmente, el mundo de amor en el que viven no será más, él se destruirá. Es él mismo que se autodestruirá quedando imperfecto humanamente. Hijos míos, ustedes están a punto de detruirse completamente.

Desde el inicio del mundo, he hecho al hombre a mi imagen. Toda criatura de este mundo ha sido creada por el Amor. El Amor está en ustedes, él vive en ustedes. Ustedes son el amor, ustedes son mi creación. Yo soy el Creador que les ha dado la vida. Yo, yo soy la Vida. Yo soy el Soplo de amor que les ha dado la vida. Por mi omnipotencia, he creado la tierra en la que el hombre debía habitar.

El hombre ha sido hecho de mi tierra. Yo modelé una forma semejante a mi imagen. Yo insuflé en su nariz un viento de amor que salió de mi Ser. Él tomó vida, él se volvió un hijo de mi Divina Voluntad, un ser de amor. Él proviene de mi, Dios. Él vivió por mí, mi Soplo estaba en él. Yo hice a este hijo, yo soy su amor.

Yo saqué del hombre una parte de él que formó su complemento: la mujer. Dos seres de amor salieron del Amor para estar unidos, para que puedan hacer otros seres de amor para crear un mundo de amor en el que debían vivir en mi Divina Voluntad. Todo giraba alrededor de mi Presencia. ¡Todo era de tanta belleza! Todo estaba en mí. Eran seres resplandecientes, viviendo de mi propia Vida. Sus primeros padres debían serme fieles permaneciendo libres. Ellos debían vivir de amor, en la confianza, en el abandono y en libertad. Por medio de Dios, conocieron la facultad de darse en el amor siendo hijos libres. ¡Estaba tan amoroso con ellos!

He aquí que uso el presente, porque soy omnipresente: “Mis dos amores, yo los quiero aquí, en este Paraíso. Ámense, vean la belleza. ¿Les agrada? Es para ustedes, ustedes tienen todo para ser felices. Permanezcamos juntos en este movimiento de amor que he creado. Yo soy su Creador. Les he dado mi amor, les pertenece. Ustedes deben conservarlo, sean fieles a él. Vendrá el momento en que les preguntaré si su fidelidad está a la medida del amor de su Creador.

”Yo, Dios Eterno, los amo, los quiero en mí, en mi amor. Como ustedes son mis propios hijos salidos de mi Ser que es perfecto, sean como yo soy: perfecto en todo. Ustedes serán recompensados por su fidelidad a mi amor, yo soy el Poder. Yo los quiero en el Amor, libres de ir y de hacer lo que ustedes quieran permaneciendo fieles a mi amor.

“Este lugar de amor es para ustedes. Los pongo a prueba, mis amores, pidiéndoles de no acercarse a un lugar(1) que no es para mis hijos de amor. Si ustedes se acercan a ese lugar del bien y del mal, causarán en su interior una desdicha. No tomen con ustedes lo que es prohibido. Vayan por todas partes, salvo a ese lugar del conocimiento que hace descubrir lo que es bueno y lo que es malo; yo, yo sé lo que es bueno para ustedes, ténganme confianza, yo los amo. Ustedes son mis hijos de amor, no vayan al árbol del bien y del mal, no es para ustedes, no es igual al Árbol de la Vida que es todo amor, mejor aliméntense de él. Ustedes son mis hijos, todo ha sido concebido para ustedes. Yo soy el Padre de amor, yo soy el Padre Eterno.”

Pero este árbol prohibido fue conocido por ellos. Satanás, el ángel caído, los engañó seduciéndolos. Él les dijo que si comían de los frutos del árbol del conocimiento del bien y del mal, se volverían como dioses cuando sólo yo, su Dios, conozco todo. Ellos escucharon al seductor. Ellos desobedecieron a mi recomendación de permanecer alejados de este árbol. Ellos conocieron el mal en ellos, quienes estaban llenos de amor por mí. Sus ojos se volvieron empañados, su inteligencia se volvió confusa, su percepción de las cosas se envenenó, se volvieron avergonzados de ellos mismos.

Ellos, mis hijos perfectos, conocieron su desnudez, porque el mal entró en ellos. Se sintieron con miedo, sabiendo que yo les había dicho de nunca comer el fruto del árbol del bien y del mal. Yo, su Creador, vine a verlos, les pregunté: “¿Por qué se esconden ustedes?” Pero, mis dos hijos habían pecado contra el Amor, no pudieron sostener mi mirada. En su vergüenza, se escondieron para no mostrar su desnudez.

Ellos, mis creaciones, no fueron capaces de resistir al mal. Son ellos que dejaron penetrar el mal en ellos. No me pidieron ayuda. Yo, el Creador, les hubiera dado la fuerza para resistir a Satanás. Solos, sin acercarse a mí, fallaron a mi amor. Yo los expulsé del Paraíso de mis delicias en donde todo fue hecho para ellos. Como ya no eran perfectos, no podían habitar mi Paraíso. Se sintieron en el dolor al verse condenados a vivir por su propia voluntad.

Hijos míos, sus primeros padres conocieron lo que no era bueno para ellos. Ustedes son los descendientes de mis dos hijos que no pudieron permanecer hijos de amor. Ellos no me fueron fieles, yo que les había demostrado tanto amor. Ellos conocieron el mal yendo hacia el árbol del bien y del mal para probar de ese fruto prohibido.

Mi Hijo de amor, mi Hijo único, mi Hijo perfecto, me dio la prueba más grande de amor a mí, su Padre: su Vida. Sólo mi Hijo podía redimir toda la afrenta que estos hijos y ustedes, hijos míos, irían a hacerme. Su Vida que me ofreció, es desde siempre, la ofrenda la más perfecta y la más grandiosa de todo lo que ustedes pueden concebir. Él se entregó por amor a su Padre para borrar la afrenta que los hijos de este mundo, pasado, presente y futuro, me causarían.

Este hijo, Adán, fue el primer hijo de mi creación. Por mi Soplo que se extendió en él, provino de mí. El fue el primero de mis hijos de amor. Por su negativa de escuchar mi voz que le susurraba de escuchar al Amor, falló al Amor. Él no se probó a sí mismo que era el amor del Amor. Él se dio su propia razón al negar de obedecer al Amor. Él vivió su propia voluntad.

Yo, el Padre de ustedes, los amo y los quiero, como siendo mis hijos de amor. Sean seres de amor y digan sí al Amor, yo les he dado el amor por medio del Sacrificio de mi Hijo. El Amor nació en este mundo por el sí de mi santa Hija, María. Ella es la Madre de ustedes, la Madre del Amor.

El Amor se dejó crucificar por amor para el Amor. Por su muerte, hijos míos, él los ha hecho sin excepción nacer de nuevo, al amor. Es a ustedes ahora de tomar de nuevo su lugar en el Amor. Yo, su Papá, los quiero a todos en mí, porque yo soy el Amor. Yo no puedo, hijos míos, obligarlos a responder por un sí a esta petición.

Comprendan bien que sólo el amor reinará en mi Nueva Tierra. Yo dejo al Amor venir a ustedes para que sólo el amor reine en ustedes. Quien dirá no al Amor se quedará, por la eternidad, lejos del Amor. En donde estén ustedes, estarán sea en el amor, o sea en el infierno. Solamente mis hijos de amor verán mis días de alegría en este mundo: no más odio entre ustedes, sino que el amor. No habrá más diferencias entre ustedes, hijos míos, todos serán amor.

Yo, su Padre del Cielo, los dejo ante su propia elección. A ustedes ahora de escoger el amor o el odio. Cuando yo les preguntaré de escoger, ustedes que no toman en su interior el sí que se les ha pedido, ¿cómo podrán responder? Ustedes van a estar adormecidos por su falta de posisión. Hijos míos, es ahora que es necesario que tomen en su interior la decisión de decir sí al Amor, no más tarde, es muy arriesgado que ustedes digan no.

Yo no puedo esperar más para que ustedes se corrijan haciendo sufrir a mis hijos de amor. Es actualmente que ustedes deben de prepararse a responder a esta prueba de amor. Es a ustedes solos de tomar el lugar de su elección para su vida eterna: el Paraíso terrestre o el infierno. Su Papá de amor que los quiere de nuevo en su lugar de amor. Amén.

(1) Lugar en que el árbol del conocimiento del bien y del mal fue plantado, en medio del jardín del Edén.


Fuente: Amor para todos los míos, Jesús Volumen 3, mensaje n° 201. Por La hija del sí a Jesús, Les Éditions FJ

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