viernes, 5 de junio de 2015

Oficio Divino













                           

                                   
 




OFICIO
DIVINO



 



LAUDES

 

 





 


TIEMPO ORDINARIO


VIERNES DE LA SEMANA
IX


Del Común de un mártrir. Salterio I

 


5 de junio

 


SAN BONIFACIO, obispo y mártir.


(MEMORIA)






LAUDES


(Oración de la mañana)



INVOCACIÓN INICIAL





V.


Señor abre mis labios



R.


Y mi boca proclamará tu alabanza





INVITATORIO



Ant.


Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.




Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA





Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos.



Porque el Señor es un Dios grande,

soberano de todos los dioses:

tiene en su mano las simas de la tierra,

son suyas las cumbres de los montes;

suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos.



Venid, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía.



Ojalá escuchéis hoy su voz:

«No endurezcáis el corazón como en Meribá,

como el día de Masá en el desierto;

cuando vuestros padres me pusieron a prueba

y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.



Durante cuarenta años

aquella generación me repugnó, y dije:

Es un pueblo de corazón extraviado,

que no reconoce mi camino;

por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso»



Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.





Himno: PALABRA DEL SEÑOR YA RUBRICADA.





Palabra del Señor ya rubricada

es la vida del mártir, ofrecida

como prueba fiel de que la espada

no puede ya truncar la fe vivida.



Fuente de fe y de luz es su memoria,

coraje para el justo en la batalla

del bien, de la verdad, siempre victoria

que, en vida y muerte, el justo en Cristo halla.



Martirio es el dolor de cada día,

si en Cristo y con amor es aceptado,

fuego lento de amor que en la alegría

de servir al Señor es consumado.



Concédenos, oh Padre, sin medida,

y tú, Señor Jesús crucificado,

el fuego del Espíritu de vida

para vivir el don que nos has dado. Amén.





SALMODIA



Ant 1.


Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.





Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO





Misericordia, Dios mío, por tu bondad;

por tu inmensa compasión borra mi culpa;

lava del todo mi delito,

limpia mi pecado.



Pues yo reconozco mi culpa,

tengo siempre presente mi pecado:

contra ti, contra ti solo pequé,

cometí la maldad que aborreces.



En la sentencia tendrás razón,

en el juicio brillará tu rectitud.

Mira, que en la culpa nací,

pecador me concibió mi madre.



Te gusta un corazón sincero,

y en mi interior me inculcas sabiduría.

Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;

lávame: quedaré más blanco que la nieve.



Hazme oír el gozo y la alegría,

que se alegren los huesos quebrantados.

Aparta de mi pecado tu vista,

borra en mí toda culpa.



¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme;

no me arrojes lejos de tu rostro,

no me quites tu santo espíritu.



Devuélveme la alegría de tu salvación,

afiánzame con espíritu generoso:

enseñaré a los malvados tus caminos,

los pecadores volverán a ti.



Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,

Dios, Salvador mío!,

y cantará mi lengua tu justicia.

Señor, me abrirás los labios,

y mi boca proclamará tu alabanza.



Los sacrificios no te satisfacen;

si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.

Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:

un corazón quebrantado y humillado

tú no lo desprecias.



Señor, por tu bondad, favorece a Sión,

reconstruye las murallas de Jerusalén:

entonces aceptarás los sacrificios rituales,

ofrendas y holocaustos,

sobre tu altar se inmolarán novillos.



Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.





Ant.


Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.





Ant 2.


Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.





Cántico: QUE LOS PUEBLOS TODOS SE CONVIERTAN AL SEÑOR. Is 45, 15-25





Es verdad: tú eres un Dios escondido,

el Dios de Israel, el Salvador.

Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,

se van avergonzados los fabricantes de ídolos;

mientras el Señor salva a Israel

con una salvación perpetua,

para que no se avergüencen ni se sonrojen

nunca jamás.



Así dice el Señor, creador del cielo

- él es Dios -,

él modeló la tierra,

la fabricó y la afianzó;

no la creó vacía,

sino que la formó habitable:

«Yo soy el Señor y no hay otro.»



No te hablé a escondidas,

en un país tenebroso,

no dije a la estirpe de Jacob:

«Buscadme en el vacío.»



Yo soy el Señor que pronuncia sentencia

y declara lo que es justo.

Reuníos, venid, acercaos juntos,

supervivientes de las naciones.

No discurren los que llevan su ídolo de madera,

y rezan a un dios que no puede salvar.



Declarad, aducid pruebas,

que deliberen juntos:

¿Quién anunció esto desde antiguo,

quién lo predijo desde entonces?

¿No fui yo, el Señor?

- No hay otro Dios fuera de mí -.



Yo soy un Dios justo y salvador,

y no hay ninguno más.



Volveos hacia mí para salvaros,

confines de la tierra,

pues yo soy Dios y no hay otro.



Yo juro por mi nombre,

de mi boca sale una sentencia,

una palabra irrevocable:

«Ante mí se doblará toda rodilla,

por mí jurará toda lengua»,

dirán: «Sólo el Señor

tiene la justicia y el poder.»



A él vendrán avergonzados

los que se enardecían contra él,

con el Señor triunfará y se gloriará

la estirpe de Israel.



Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.





Ant.


Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.





Ant 3.


Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.





Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO.





Aclama al Señor, tierra entera,

servid al Señor con alegría,

entrad en su presencia con aclamaciones.



Sabed que el Señor es Dios:

que él nos hizo y somos suyos,

su pueblo y ovejas de su rebaño.



Entrad por sus puertas con acción de gracias,

por sus atrios con himnos,

dándole gracias y bendiciendo su nombre:



«El Señor es bueno,

su misericordia es eterna,

su fidelidad por todas las edades.»



Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.





Ant.


Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.





LECTURA BREVE 2Co 1, 3-5





Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia
y Dios de todo consuelo; él nos consuela en todas nuestras luchas, para
poder nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el
consuelo con que nosotros somos consolados por Dios. Porque si es cierto
que los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, también por Cristo
rebosa nuestro consuelo.





RESPONSORIO BREVE



V.


El Señor es mi fuerza y mi energía.



R.


El Señor es mi fuerza y mi energía.





V.


Él es mi salvación.



R.


Y mi energía.





V.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.



R.


El Señor es mi fuerza y mi energía.





CÁNTICO EVANGÉLICO



Ant.


El que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida
eterna.





Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79





Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

porque ha visitado y redimido a su pueblo.

suscitándonos una fuerza de salvación

en la casa de David, su siervo,

según lo había predicho desde antiguo

por boca de sus santos profetas:



Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos

y de la mano de todos los que nos odian;

ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,

recordando su santa alianza

y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.



Para concedernos que, libres de temor,

arrancados de la mano de los enemigos,

le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días.



Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,

porque irás delante del Señor

a preparar sus caminos,

anunciando a su pueblo la salvación,

el perdón de sus pecados.



Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,

nos visitará el sol que nace de lo alto,

para iluminar a los que viven en tiniebla

y en sombra de muerte,

para guiar nuestros pasos

por el camino de la paz.



Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.





Ant.


El que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida
eterna.





PRECES





Celebremos, amados hermanos, a Jesús, el testigo fiel, y al recordar hoy a
los santos mártires sacrificados a causa de la palabra de Dios,
aclamémosle diciendo:



Nos has comprado, Señor, con tu sangre.



Por la intercesión de los santos mártires que entregaron libremente su
vida como testimonio de la fe,

concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu.



Por la intercesión de los santos mártires que proclamaron la fe hasta
derramar su sangre,

concédenos, Señor, la integridad y constancia de la fe.



Por la intercesión de los santos mártires que soportando la cruz siguieron
tus pasos,

concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida.



Por la intercesión de los santos mártires que blanquearon su manto en la
sangre del Cordero,

concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne.





Se pueden añadir algunas intenciones libres




Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:





Padre nuestro...



ORACION





Señor, que la intercesión de tu mártir san Bonifacio nos ayude a mantener
con firmeza y a proclamar con nuestras obras aquella misma fe que él
predicó con su palabra y testimonió con su sangre. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.





CONCLUSIÓN



V.


El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.



R.


Amén.
 
 
 







 



 
 
 
 
 
 
 
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