Antonio Jesús Pérez Martínez, sacerdote y colaborador de la cadena COPE, reflexiona en su comentario matinal de hoy acerca de la presencia de Dios en el pueblo para salvarle.
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Antonio Jesús Pérez/ Jesús Luis Sacristán - 17-03-10
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Al comienzo del día
Muy buenos días a todos!
En el Evangelio de hoy Jesús les revela a los judíos que es el Hijo de Dios, y por eso el que cree en el Hijo, lo acepta y escucha su Palabra tiene vida eterna. Y comienza con una frase que nos puede ayudar mucho en el día de hoy. Les dice: “Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo”. Les estaba diciendo a los judíos que la forma en la que Dios seguía acompañando al pueblo elegido era ahora a través del Hijo. Estaba invitándoles a reconocer en Él al mismo Dios que se hace carne para estar tan cerca de su Pueblo que se hace uno de ellos.
A lo mejor no nos hemos dado cuenta, pero nosotros también podríamos decirle a los hombres de hoy que la forma que Dios tiene de hacerse presente y de seguir actuando en sus vidas y en el mundo es la Iglesia, somos nosotros.
Lo mismo que Dios se encarnó en el Hijo para salvar al mundo, lo sigue haciendo en la vida de tantos cristianos que entregan su día a día al servicio del Reino en sus quehaceres cotidianos.
Descubrir que nuestra vida es “prolongación sacramental” de la encarnación de Cristo es entender el valor que tiene el hombre para Dios, la misión a la que nos llama y la grandeza de nuestra vida y la de todos los hombres.
La forma que Dios tiene de hacerse presente en medio de su pueblo es a través tuya y a través mía. Seamos conscientes de la grandeza de la vocación a la que nos llama el Eterno Padre, no para tener miedo, sino para abandonándonos en sus brazos, vivir con entusiasmo y radicalidad nuestra misión de hijos en el Hijo. Sólo así nuestra vida adquirirá la solemnidad propia de la presencia de Dios.
os brazos de Jesús
ResponderEliminarAntonio Jesús Pérez Martínez, sacerdote y colaborador de la cadena COPE, reflexiona en su comentario matinal de hoy acerca de la presencia de Dios en el pueblo para salvarle.
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Al comienzo del día
Muy buenos días a todos!
En el Evangelio de hoy Jesús les revela a los judíos que es el Hijo de Dios, y por eso el que cree en el Hijo, lo acepta y escucha su Palabra tiene vida eterna. Y comienza con una frase que nos puede ayudar mucho en el día de hoy. Les dice: “Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo”. Les estaba diciendo a los judíos que la forma en la que Dios seguía acompañando al pueblo elegido era ahora a través del Hijo. Estaba invitándoles a reconocer en Él al mismo Dios que se hace carne para estar tan cerca de su Pueblo que se hace uno de ellos.
A lo mejor no nos hemos dado cuenta, pero nosotros también podríamos decirle a los hombres de hoy que la forma que Dios tiene de hacerse presente y de seguir actuando en sus vidas y en el mundo es la Iglesia, somos nosotros.
Lo mismo que Dios se encarnó en el Hijo para salvar al mundo, lo sigue haciendo en la vida de tantos cristianos que entregan su día a día al servicio del Reino en sus quehaceres cotidianos.
Descubrir que nuestra vida es “prolongación sacramental” de la encarnación de Cristo es entender el valor que tiene el hombre para Dios, la misión a la que nos llama y la grandeza de nuestra vida y la de todos los hombres.
La forma que Dios tiene de hacerse presente en medio de su pueblo es a través tuya y a través mía. Seamos conscientes de la grandeza de la vocación a la que nos llama el Eterno Padre, no para tener miedo, sino para abandonándonos en sus brazos, vivir con entusiasmo y radicalidad nuestra misión de hijos en el Hijo. Sólo así nuestra vida adquirirá la solemnidad propia de la presencia de Dios.